Analistas del mercado granario prevén que el área sembrada con el cereal será la más baja de los últimos cien años. De repetirse la pésima situación climática del año pasado, la producción no alcanzaría para satisfacer la demanda interna y habría que recurrir al cereal de Canadá, Ucrania o EE.UU.En la campaña iniciada en 2007, cuando los productores aún tenían un vago recuerdo de lo que significaba la palabra “sequía”, la Argentina alcanzó el récord absoluto en la producción de trigo, con 16,3 M de toneladas. De este modo, se fortalecía el rol estratégico del país como uno de los principales proveedores de alimentos del mundo.
Sin embargo, a punto de comenzar la campaña 2009/2010, la historia es diametralmente opuesta: la Argentina no sólo corre riesgos de quedarse sin ningún saldo exportable de este cereal clave, sino que, además, crece la amenaza de llegar a tener que importarlo ante una nueva caída histórica de la producción.
En diálogo con iProfesional.com, César Gagliardo, presidente de la corredora de granos y cereales Artegran, sostuvo que “las probabilidades de no llegar a cubrir las toneladas que necesita el consumo interno son cada vez más altas. Hoy, a esta fecha, este escenario es perfectamente posible”. La realidad es que, a fuerza de incertidumbre y problemas climáticos, la superficie a cultivar, que determinará en gran medida la producción final de trigo, no para de decrecer: de las 4,5 M de hectáreas cubiertas durante el ciclo anterior, se pasaría a unas 3,7 M, según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires. Por su parte, la Sociedad Rural (SRA) estima una caída mayor: 3,5 M. A partir de estos números que se barajan, Gustavo López, director de la consultora Agritrend, sostuvo que “va a ser el área sembrada más baja del último siglo”.
Con un rendimiento menor a los 2.000 kilos por hectárea, similar al de la última campaña de trigo, la producción final del cereal se ubicaría por debajo de las 7 M de toneladas, con lo cual se acercaría a la “delgada línea roja” de las 6,5 M que requiere el consumo interno, incluida la demanda de los molinos para la producción y comercialización de harina. Sin embargo, ante las malas perspectivas para el cultivo, para Gagliardo la cosecha se enfrentará a una pésima performance, con lo cual, “vamos con rumbo perfecto hacia las 5 M de toneladas y vamos a tener que salir a buscar en el exterior”, recalcó el especialista. En la misma línea, tal como publicó recientemente iProfesional.com, el “rey de la soja”, Gustavo Grobocopatel, había advertido en un encuentro vedado a la prensa que “es muy probable que este año tengamos que importar trigo de EE.UU., Ucrania o Canadá”.
Que la Argentina pueda o no revertir esta situación, es un punto clave, ya que el trigo es el grano sobre el que pesan más disputas políticas y económicas. Uno de los principales interesados es el Gobierno, que busca garantizar precios bajos y stock para evitar una disparada de precios de algunos alimentos que forman parte de la canasta básica. “Si hoy estuviésemos hablando de soja, el impacto sería importante pero sólo del lado económico.
Sin embargo, con el trigo tenemos un problema serio por pérdida de divisas y estamos hablando del fin del autoabastecimiento de una commoditie que consumimos internamente”, disparó Gagliardo. porque La única vez que el “granero del mundo” tuvo que verse ante la necesidad de importar trigo para satisfacer la demanda fue en 1952, tras la aplicación de políticas agrícolas equivocadas, según Lucio Recca, ex subsecretario de Agricultura. Por su parte, López, sostuvo que, si bien aún es prematuro que esto vuelva a suceder, de darse esto sería “catastrófico”. Sin embargo, lo más grave para el especialista “no es tener que importar, sino perder el más tradicional de los mercados, que es Brasil”.
Causas de la debacle
Para el director de Agritrend, “lo que definirá si se desploma o no la producción es si llueve o no llueve y las perspectivas de precios. Y la realidad es que hoy las dos variables están jugando en contra”. “Ya empezó la carrera contra el reloj. Cada día que pasa se empieza a agudizar la pérdida de superficie”, alertó Gagliardo, quien agregó que “la situación climática es muy compleja. Pasó marzo y abril con casi nada de lluvias, algo que es un verdadero problema porque es necesaria la recarga del perfil del suelo de humedad”.
A menos de 20 días de iniciarse la campaña en la zona núcleo, Ernesto Ambrosetti, economista de la SRA, sostuvo que “de toda el área que se quiere sembrar, solamente 1 M tienen humedad. La seca sigue imposibilitando la siembra”. En la misma línea, los especialistas destacaron un estudio de los Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (CREA), que determinó que en las principales zonas productivas, el terreno estaba seco incluso a un metro y medio de profundidad. “Estamos entrando en un período crítico de lluvias.
Para sembrar trigo se necesitan 200 milímetros distribuidos en una banda de 15 a 20 días y la probabilidad de que esto se produzca es muy, muy baja”, recalcó Gagliardo. A esto se suman los problemas de rentabilidad, que según López, hoy es una variable que está teñida de rojo: “Los valores actuales del trigo hacen que la actividad no sea atractiva y ahuyentan a cada vez más productores”.
En la misma línea, el titular de Artegran aseguró que “se va a sembrar lo mínimo indispensable. Enfrentar los gastos de la campaña se hace cada vez es más difícil. El campo está saliendo de una cosecha de soja y maíz brutalmente baja y el problema que tienen hoy es que no pueden pagar sus deudas. Incluso, los pooles medianos que el año pasado hacían 6 o 7 mil hectáreas, ahora con suerte están planeando hacer 1.500”. Esto impacta directamente en los rendimientos, ya que según Ambrosetti, “se van a usar menos fertilizantes, menos agroquímicos y va a haber menos inversión genética”.
A comienzos de esta semana, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, anunció un plan que estipula que las empresas exportadoras de trigo comprarán hasta un millón de toneladas de trigo cosecha 2008/09, a precio pleno, para luego venderlas a la molienda, a precio pleno y sin restricciones. Luego de los controles necesarios, el Gobierno autorizará la exportación de trigo cosecha 2009/10 a estas empresas por el volumen que hayan comprado a los productores bajo este régimen y lo hará a través de los Registros de Operaciones de Exportación (ROE Verde) con un plazo de validez de hasta 365 días, previo pago de los derechos de exportación. Este trigo se podrá comenzar a embarcar en noviembre de este año.
Sin embargo, desde el sector rural, esto no parece ser suficiente. El presidente de la Sociedad Rural Argentina, Hugo Luis Biolcati, disparó: "Me gustaría verlo escrito porque el mensaje de la Presidenta estuvo lleno de inexactitudes; evidentemente es un mensaje tendencioso o no se ha contado con buen asesoramiento". "No parece que la venta de 1 millón de toneladas hoy a precio FAS teórico estimule la siembra de la próxima campaña", dijo el ruralista.
Por su parte, desde Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), aseguraron que "se termina entregando el comercio de los granos a un oligopolio, en una rara asociación entre el Estado nacional, multinacionales exportadoras y molinería local”. “se anuncia como la intención de incentivar la próxima siembra de trigo, cuando en realidad es un documento que sepulta cualquier expectativa de los productores para recibir el justo precio de su trabajo", dispararon.
Fuente: Juan Diego Wasilevsky (c) iProfesional.com