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lunes, 26 de noviembre de 2012
Insólito: en el tren Belgrano Cargas hay dos interventores
Por Antonio Rossi - Diario Clarín
Es por una interna entre Florencio Randazzo y el secretario de Transporte, Alejandro Ramos.
El estratégico ferrocarril Belgrano Cargas que une 13 provincias con los principales puertos del país y que acumula varias promesas de mejoras nunca concretadas enfrenta ahora una insólita situación . La disputa interna que mantienen el ministro de Interior y Transporte, Florencio Randazzo y el secretario de Transporte, Alejandro Ramos se trasladó a la Sociedad Operadora de Emergencia (SOE), la operadora del Belgrano Cargas.
Randazzo y Ramos designaron un interventor cada uno que desde hace tres semanas vigilan los números y cualquier decisión de la empresa tiene que ser aprobada por ambos. En medio de esta doble intervención, el ferrocarril tuvo en octubre su peor registro histórico de cargas con 20.000 toneladas que equivalen a sólo el 15% del promedio mensual transportado en los años 90.
Con fecha 22 de octubre, el ministro Randazzo nombró por medio de la resolución 585 a Carlos Zarlenga como nuevo “interventor administrativo” en la SOE del Belgrano Cargas. Tiene como tarea verificar en forma continúa y la gestión empresaria y el destino de los subsidios estatales.
Por su parte, el secretario Ramos –por medio la “providencia resolutiva” 1414– designó el 18 de octubre a Germán Wüst como nuevo “nexo” entre el área de Transporte y la SOE. Según los argumentos de Ramos, la inserción de Wüst en el Belgrano Cargas obedece a “razones de mejor administración” para “lograr un vinculo más dinámico y fluido” con la empresa que actúa por cuenta y orden del Estado.
En la práctica, los dos funcionarios designados cumplen las mismas funciones y nada sale de la empresa sin el filtro de ambos. Además, por si faltaban veedores, el viceministro de Economía, Axel Kicilloff también envió un representante de La Cámpora para revisar las cuentas. Se trata de Julián Larroca, quien reporta a Augusto Costa, el subsecretario de Política Económica.
La SOE es la heterogénea sociedad que el ex secretario de Transporte, Ricardo Jaime contrató en 2006 para operar el Belgrano Cargas con un honorario mensual por gerenciamiento de $ 22,5 millones. El control está en manos del grupo de Franco Macri, secundado por Roggio, Emepa y los gremios de la Unión Ferroviaria, La Fraternidad y la Federación de Camioneros. Desde hace varios meses, la empresa sufre un doble ahogo financiero del Gobierno que no le paga los subsidios y no le permite usar los ingresos de los fletes. Según los cálculos privados, el Estado ya acumula una deuda con la SOE que supera los $ 170 millones.
Controversia por la suspensión de cruceros a las islas Malvinas
(Diario Clarín) - La decisión de dos empresas de cruceros de cancelar sus escalas en las islas Malvinas enfureció a la cancillería británica, que acusó a la Casa Rosada de presionar con ese objetivo y prometió llevar la protesta ante la Unión Europea.
El lunes pasado, la agrupación Quebracho protestó contra una agencia de viajes de Retiro que vende paquetes para los cruceros que pasan por Malvinas . Lanzaron piedras y bombas molotov y rompieron vidrios del frente del local.
Horas después, una empresa holandesa y otra alemana cancelaron sus escalas previstas en Puerto Stanley (Puerto Argentino) para los próximos días . Una de las empresas adujo que la decisión se debía “a la situación política actual en Argentina”. La otra, le echó la culpa al mal tiempo en las islas, aunque no hay ningún alerta meteorológico por estos días. En las islas sonaron las alarmas. Los cruceros y sus turistas significan unos 16 millones de dólares de ingresos anuales para las Malvinas.
“Nos preocupa profundamente que compañías hayan decidido cancelar sus visitas a las Falklands (Malvinas) después de un violento acto de intimidación contra sus agentes en Buenos Aires”, dijeron voceros del Foreign Office citados por los londinenses The Telegraph y Daily Mail. “Es vergonzoso que elementos en un país grande como Argentina busquen estrangular a un pequeño grupo de islas”. Agregaron que el gobierno británico cree que “Cristina Kirchner es parcialmente responsable” por la protesta de Quebracho y por eso entregó a diplomáticos argentinos una “furiosa protesta”.
“No somos los únicos que tuvimos problemas con la Argentina por actuar fuera de las normas internacionales. España también los tuvo. Por eso esperamos plantear junto a nuestros socios de la UE una denuncia a Argentina por violar sus compromisos ante la Organización Mundial de Comercio”, concluyeron los diplomáticos británicos.
Fragata: complejo escenario jurídico para la Argentina
Por Natasha Niebieskikwiat - Diario Clarin
El jueves arrancan las audiencias por la liberación. Los analistas opinan que no será fácil.
Foto: Atracada. La Fragata Libertad, en el puerto de Tema, en Ghana./AP
El viernes, el Tribunal Internacional del Mar ya tenía abierta en su sitio online la carpeta por ahora incompleta de su último caso: “ARA Libertad (Argentina vs Ghana)”. El jueves y viernes próximos representantes de los dos países se enfrentarán en las primeras audiencias en que las que Argentina busca la liberación inmediata de la Fragata Libertad , tras casi dos meses en el Puerto de Tema. Allí está detenida, en una inédita situación internacional, por el pedido de embargo del fondo estadounidense NML, que acogió la justicia ghanesa. Es además una situación relacionada al fallo que el miércoles emitió el juez Thomas Griesa en Nueva York para que nuestro país le pague la totalidad de su deuda a los llamados fondos buitres.
La misión oficial ante el Tribunal del Mar, opinaron todos los analistas consultados por Clarín, no es imposible pero sí compleja. Pero lo más difícil es que está llena de lagunas que el Gobierno no quiere o no puede explicar .
Una de ellas radica parte del primer pedido que realizó el Gobierno al Tribunal de Hamburgo: que expida una medida cautelar (provisoria) ante las autoridades de Ghana para que “permita incondicionalmente al buque de guerra ARA Fragata Libertad dejar el Puerto de Tema y las aguas jurisdiccionales de Ghana, y que le permita reabastecerse para que ello (la partida) ocurra” El Gobierno nunca explicó que había solicitado al juez que lleva el caso (Richard Adjei Frimpong) que declare la incompetencia de Ghana para aceptar el embargo del buque escuela pedido por NML. La información llegó recién el miércoles cuando este denegó el pedido argentino. Y a cada crítica o pregunta incómoda, desde Cristina Kirchner a sus ministros, la tilda de “antipatriota”.
Uno de aspectos sin explicar y no muy difundido es la denuncia y pedido de informes al Ejecutivo efectuado por la diputada de la UCR Elsa Alvarez, que con su colega Julio Martínez, documentó hasta con fotos el registro de la Fragata ante la Organización Marítima Internacional. “Nuestro país aceptó voluntariamente la resolución (de la Organización y la Fragata Libertad tiene asignado un número de identificación IMO 6125398) y, por lo tanto, no es un buque militar, sino un buque de servicios bajo la matrícula Q2”. Pero ante los foros internacionales y el Tribunal del Mar, la Cancillería argumentó que es buque de guerra inembargable .
Nadie explicó tampoco si sigue vigente un decreto del ex presidente Fernando De la Rúa que estableció la misión de la Fragata: “incrementar los vínculos de amistad con los países visitados y sus armadas”. Esta “distinción honorífica”, tendrá “efecto exclusivamente protocolar” y “no” conlleva asignación “de la condición de misión diplomática en los términos de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas del año 1961” y tampoco se le extiendan “al buque o su tripulación los privilegios e inmunidades”.
Otro bache responde al artículo 292 del Tribunal. Dice que podría haber condiciones para que se libere un buque cuando así la convención del mar lo considere pero al mismo tiempo habla de que a ello se procederá una vez que el Estado que lo pide deposite “fianza razonable o garantía financiera”. Hasta ahora el Gobierno se negó a pagar los 20 millones que se les ha pedido de fianza en Ghana para liberar la Fragata.
El relato, en una de sus peores disyuntivas: claudica si negocia con los buitres, agrava la crisis si se mantiene inflexible
El fallo del juez Griesa pone al kirchnerismo en una situación límite. Es que el discurso, que tanto rédito político le dio, puede súbitamente transformarse en un boomerang. ¿Un eventual default es funcional para ser "vendido a la tribuna"?. Analistas creen que sí. Mientras, el mercado teme lo peor
Esta retórica de condena a la especulación ha ocupado una parte esencial del "relato" y, a juzgar por los resultados electorales, se trata de una postura que a la Presidenta le ha dado rédito político.
Los politólogos que analizaron los mensajes de la campaña electoral concluyeron que Cristina ha sabido manejar hábilmente el contraste entre los países que basan su economía en el endeudamiento -y finalmente terminan en crisis, víctimas de los especuladores- y aquellos que se mantienen alejados del mercado de capitales y prefieren "vivir con lo nuestro".
Es cierto que a veces la realidad desafía ese discurso, como ocurrió cuando el presidente boliviano Evo Morales, no precisamente del "club neoliberal", recurrió al mercado de deuda, con gran éxito (le ofrecieron 10 veces más dinero del que pidió y a una tasa inéditamente baja de 4,8 por ciento).
De todas formas, el kirchnerismo siempre se las ingenia para que el "relato" encuentre la forma de explicar estas contradicciones. Como, por ejemplo, al señalar que hay quienes apuestan a que la Argentina pueda caer en un default técnico, porque de esa forma se beneficiarían con el cobro de un seguro.
¿Una crisis funcional al "relato"?
Pero hasta el más elaborado de los relatos siempre encuentra su límite. La Presidenta lo está descubriendo todos los días en temas como el transporte público y la energía. Las acusaciones de funcionarios a misteriosas manos que "bajaron la palanca" resultan difíciles de sostener ante la cruda realidad de la falta de inversiones. Y todo apunta a que se está cerca del límite también en el tema de la relación con el mundo financiero.
La radicalización del discurso del Gobierno está llevando la situación a un extremo en el cual para el país sólo parece haber dos escenarios: caer en default técnico, con lo que ello implica para la economía, o pagarle a los "buitres", asumiendo el costo político de un retroceso humillante.
"Lo que ocurrió con el fallo del juez Griesa no es un caso puntual, sino que forma parte de un estilo. Cada vez que explota un problema, el Gobierno lo transforma en una cruzada donde todo es blanco o negro", afirma Alejandro Corbacho, docente de ciencias políticas de la Ucema.
En la misma línea opinan economistas que han seguido la saga de la reestructuración de la deuda pública en default, para quienes el Gobierno desechó una "vía del medio" -que podría haber resuelto el problema con la justicia estadounidense- y en cambio prefirió una postura radicalizada que arriesgaba un fallo en contra del país.
Uno de los más contundentes al respecto es Federico Sturzenegger, presidente del Banco Ciudad, para quien el Gobierno prácticamente buscó un fallo negativo como forma de "tapar los problemas que tiene el modelo". "Lo único que tenía que hacer era decir que le iba a pagar proporcionalmente a lo que les abonará a las personas que entraron en el canje. Ante esa oportunidad única de cerrar el tema y abrir la posibilidad a nuestras empresas de financiarse afuera, hicieron enojar al juez y dijeron que no iban a acatar el fallo", sostiene Sturzenegger.
En la misma línea, Gustavo Lazzari, economista de la fundación Libertad y Progreso, opina que "cuando se trata de decisiones externas, el Gobierno las toma pensando en la tribuna local". Para este analista, se han cometido dos errores en el proceso de canje: "El primero es presentarse como un buen pagador cuando no estaba renegociado el 100% de la deuda; y el segundo es haber insultado y ninguneado por años a los acreedores".
Lazzari cree que el fallo de Griesa puede interpretarse como un mensaje a la Presidenta. "Es como si le dijera: ‘señora, usted no puede tratar de esa manera a quien le debe dinero'".
La sentencia del juez parece darle la razón a este argumento: en una situación extraña para la justicia anglosajona, que se basa más en hechos que en dichos o conjeturas, el magistrado estadounidense se apoyó en declaraciones públicas de la jefa de Estado y del ministro Hernán Lorenzino para apurar su decisión.
Según el juez, esas frases agresivas hacia los fondos buitre, donde se plantea como una cuestión de principios la negativa a pagar bajo ninguna modalidad, son las que justifican un fallo que obligue a la Argentina a abonar la totalidad de la deuda nominal y al contado.
Para Griesa, los discursos de los funcionarios argentinos imprimen, además, cierta premura en exigir un depósito, porque cuanto más tiempo pase, mayor será la probabilidad de que la Argentina encuentre una maniobra evasiva.
Siempre subiendo la apuesta
Más allá de si el Gobierno haya tensado la situación intencionalmente o si se siente víctima de una conspiración de los fondos buitre, lo cierto es que ahora se enfrenta a una disyuntiva incómoda.
El ministro Lorenzino se mostró confiado este jueves de que, finalmente, la Cámara de Apelaciones de la justicia estadounidense le dará la razón a la postura argentina. Y que, en consecuencia, la fecha del "15D" perderá la aureola amenazante que hoy tiene para el país, cuyos bonos están sufriendo un fuerte castigo de los mercados.
Pero el ministro se negó de plano a considerar que pudiere existir otra posibilidad, que los expertos consideran más probable: la de que la justicia imponga algún tipo de pago, aunque no sea el 100% del valor nominal de la deuda que exige Griesa. En ese caso, el Gobierno deberá tomar una decisión incómoda, porque cualquiera de los escenarios que se abren le implicará costos económicos y políticos.
"Es más probable que la Argentina no cumpla con el fallo a que sí lo haga, dado que la Presidenta aseguró que nunca negociaría con los buitres", señala el politólogo Rosendo Fraga. Este analista espera un fin de año complicado en lo político. Tras las manifestaciones callejeras de los caceroleros y el paro de la CGT, el Gobierno se enfrenta a dos temas clave en su agenda: la confrontación con el multimedios Clarín y el fallo por la deuda con los "holdouts".
Fraga no duda respecto de cuál será la reacción de Cristina: "Por personalidad e ideología, el Gobierno redoblará la apuesta".
Por su parte, el ex ministro Roque Fernández se muestra escéptico en cuanto a que, como espera Lorenzino, la justicia estadounidense revierta el fallo de Griesa. "Solamente con un criterio muy voluntarista se podía pensar que el juez iba a decir que aquellos que no entraron al canje no cobran nunca más. Se le puede poner un contenido emocional y hacer de esto un gran drama, o se puede ver cuál es la realidad de esta situación", señala Fernández.
No todos opinan igual respecto de cuál sea la situación final. Por ejemplo, Domingo Cavallo cree que, en un marco internacional donde "las reestructuraciones de deuda soberana van a ser bastante más frecuentes en el futuro", los jueces estarían dispuestos a promover un acuerdo en el que los acreedores puedan tener la misma condición de cobro que quienes ya adhirieron al canje.
"Yo creo que incluso el juez Griesa podría haber aceptado una postura semejante, pero las declaraciones de la Presidenta, en el sentido de que no se les pagará nada a los reclamantes, lo llevó a una postura extrema", argumenta el polémico ex ministro.
Ser o no ser
Lo cierto es que, hoy por hoy, el escenario de un default técnico -o, peor aun, un efecto dominó hacia el resto de los bonistas que aceptaron el canje- aparece hoy como una posibilidad en el horizonte cercano. Es claro que, en lo que respecta a la economía y a las finanzas, el Gobierno lamentará esa situación.
El consenso de los economistas es que, aun cuando el país esté marginado del mercado de crédito, nunca resulta gratis un agravamiento en el riesgo país: complica el crédito al sector privado e infringe un motivo adicional para ahuyentar a la inversión externa directa.
La duda que queda es la evaluación política que pueda hacer el Gobierno ante semejante situación.
¿Existirá la posibilidad de que se considere "funcional al relato" un default, justo en medio de un ambiente político enrarecido y en la antesala de una campaña electoral? Algunos creen que será así.
"Encuentran en los fondos buitres y en la fragata Libertad algo que mediáticamente los hace quedar como librando una lucha épica", opina Sturzenegger. Es imposible saber hoy cuál será la valoración política que haga la Presidenta. Resultaría extraño que se llegara a justificar un pago a los "buitres".
"Creo que el Gobierno preferiría enfrentarse a la situación de default. Pero si eso no fuera posible y tuviese que pagar, sería visto como una claudicación asombrosa", señala Lazzari, de la fundación Libertad y Progreso.
Y agrega: "Pondría en juego la credibilidad del relato, al punto que hasta afectaría la gobernabilidad, porque la Presidenta perdería legitimidad ante su propia tropa".
En tanto, Corbacho, de Ucema, apunta: "Desde lo discursivo sería un giro difícil de justificar. Aunque siempre cabe la posibilidad de victimizarse y decir que ´nos obligaron´". Y agrega: "A fin de cuentas, para el Gobierno siempre la culpa la tiene el mundo, que conspira contra nosotros. Es lo que da la pauta de que la Argentina sigue siendo un país adolescente".
El mercado, mientras tanto, sigue opinando de la manera más elocuente: el índice de riesgo país recibió otro empujón de 163 puntos básicos y llegó a 1.263. Es que resolver el problema de la deuda requiere alejarse de posiciones cerradas y de tonos discursivos eufóricos que, finalmente, pueden jugar en contra.
Es ahí donde el país corre el riesgo de encontrarse con un punto límite en el que, tal como sostiene el economista Alfonso Prat Gay, "el relato termina chocándose con la realidad".
Aseguran que, para la misma cantidad de aviones, Aerolíneas tomó 20% más de gente
(iProfesional.com) - "Desde que fue estatizada a mediados de 2008, se fueron de Aerolíneas 700 personas, la mayoría jubiladas, e ingresaron otras 2.500", indicó una fuente de la aérea
A tres años y medio de su desembarco, La Cámpora ha hecho de Aerolíneas Argentinas su principal centro de operaciones. Al momento de ser estatizada, en julio de 2008, en Aerolíneas, Austral y sus empresas controladas (Jet Paq, Aerohandling y Optar) trabajaban unas 9.400 personas .
Hoy, según Clarín, son 11.200, 20% más, aseguró una fuente inobjetable de la gerencia que encabezan Mariano Recalde y el viceministro de Economía, Axel Kicillof. "Desde que fue estatizada a mediados de 2008, se fueron de Aerolíneas 700 personas, la mayoría jubiladas, e ingresaron otras 2.500", dijo la fuente. De esa masa de nuevos empleados, 1.600 ingresaron luego de julio de 2009, fecha en que Recalde y Kicillof tomaron las riendas de la compañía.
En el verano de 2010, con pocos meses al frente, Recalde admitía en privado que Aerolíneas y Austral no tenían la envergadura suficiente como para justificar una plantilla de 9.400 personas, si bien todo.
"La solución no pasa por echar gente, sino por incorporar más aviones y más vuelos. Tenemos que pasar de ser una empresa de 50 aviones a una de 100 aviones", dijo por entonces Recalde en un encuentro del cual también participaron el subgerente general, Axel Kicillof, y el gerente comercial, Juan Pablo Lafosse.
Casi tres años más tarde, Aerolíneas y Austral tienen 57 aviones en el aire . La flota fue modernizada, tanto con los nuevos Embraer comprados a Brasil como con los Boeing 737 NG y los Airbus 340 que fueron alquilados en "leasing". Pero la cantidad neta de aviones operativos es prácticamente la misma que en enero de 2010.
Ese año, el déficit de las dos empresas fue de 575 millones de dólares. Este año, sólo hasta mediados de octubre, las pérdidas acumulaban casi u$s700 millones, a un promedio de 2,4 millones de dólares por día.
La suma de ingresos genuinos y subsidios del Estado otorga a Recalde y su equipo el manejo de una caja de entre 2.000 y 2.200 millones de dólares al año. Aerolíneas tiene una facturación que oscila entre 1.200 y 1.400 millones de dólares anuales. Los subsidios, en tanto, son aun una incógnita, que las exigencias que tendrá Recalde de aquí a fin de año no son pocas.
Por un lado, debe cubrir las cuotas del "leasing" de aviones (35 de los 57 aviones operativos son alquilados y hay otros 15 aviones más en tierra, en trámite de devolución, por los que también se paga alquiler).
El otro desafío será el pago de sueldos y aguinaldos, que en este momento representa el segundo renglón en importancia de los gastos de Aerolíneas y Austral, sólo por detrás de los gastos en combutibles. La paritaria cerrada hace dos semanas establece un incremento inicial de 15%, que es retroactivo a marzo.
El retroactivo comenzó a ser pagado en seis cuotas de 17,6% que, sumadas al 15%, implica que en diciembre Aerolíneas deberá afrontar un incremento de la masa salarial de casi 33% y, en el mismo mes, pagar además el medio aguinaldo. En las últimas dos ocasiones, Aerolíneas terminó pagándolo al mes siguiente.
A tres años y medio de su desembarco, La Cámpora ha hecho de Aerolíneas Argentinas su principal centro de operaciones. Al momento de ser estatizada, en julio de 2008, en Aerolíneas, Austral y sus empresas controladas (Jet Paq, Aerohandling y Optar) trabajaban unas 9.400 personas .
Hoy, según Clarín, son 11.200, 20% más, aseguró una fuente inobjetable de la gerencia que encabezan Mariano Recalde y el viceministro de Economía, Axel Kicillof. "Desde que fue estatizada a mediados de 2008, se fueron de Aerolíneas 700 personas, la mayoría jubiladas, e ingresaron otras 2.500", dijo la fuente. De esa masa de nuevos empleados, 1.600 ingresaron luego de julio de 2009, fecha en que Recalde y Kicillof tomaron las riendas de la compañía.
En el verano de 2010, con pocos meses al frente, Recalde admitía en privado que Aerolíneas y Austral no tenían la envergadura suficiente como para justificar una plantilla de 9.400 personas, si bien todo.
"La solución no pasa por echar gente, sino por incorporar más aviones y más vuelos. Tenemos que pasar de ser una empresa de 50 aviones a una de 100 aviones", dijo por entonces Recalde en un encuentro del cual también participaron el subgerente general, Axel Kicillof, y el gerente comercial, Juan Pablo Lafosse.
Casi tres años más tarde, Aerolíneas y Austral tienen 57 aviones en el aire . La flota fue modernizada, tanto con los nuevos Embraer comprados a Brasil como con los Boeing 737 NG y los Airbus 340 que fueron alquilados en "leasing". Pero la cantidad neta de aviones operativos es prácticamente la misma que en enero de 2010.
Ese año, el déficit de las dos empresas fue de 575 millones de dólares. Este año, sólo hasta mediados de octubre, las pérdidas acumulaban casi u$s700 millones, a un promedio de 2,4 millones de dólares por día.
La suma de ingresos genuinos y subsidios del Estado otorga a Recalde y su equipo el manejo de una caja de entre 2.000 y 2.200 millones de dólares al año. Aerolíneas tiene una facturación que oscila entre 1.200 y 1.400 millones de dólares anuales. Los subsidios, en tanto, son aun una incógnita, que las exigencias que tendrá Recalde de aquí a fin de año no son pocas.
Por un lado, debe cubrir las cuotas del "leasing" de aviones (35 de los 57 aviones operativos son alquilados y hay otros 15 aviones más en tierra, en trámite de devolución, por los que también se paga alquiler).
El otro desafío será el pago de sueldos y aguinaldos, que en este momento representa el segundo renglón en importancia de los gastos de Aerolíneas y Austral, sólo por detrás de los gastos en combutibles. La paritaria cerrada hace dos semanas establece un incremento inicial de 15%, que es retroactivo a marzo.
El retroactivo comenzó a ser pagado en seis cuotas de 17,6% que, sumadas al 15%, implica que en diciembre Aerolíneas deberá afrontar un incremento de la masa salarial de casi 33% y, en el mismo mes, pagar además el medio aguinaldo. En las últimas dos ocasiones, Aerolíneas terminó pagándolo al mes siguiente.
Antes la "ninguneaba", ahora le molesta: con perfil bajo, el Gobierno avanza en tres frentes para bajar la inflación
Por Fernando Gutierrez (producción: Federico Kucher) -iProfesional.com
Para cualquier argentino mayor de 40 años, las expresiones "plan económico" o "paquete de medidas" están asociadas a malos recuerdos. Es que estos mega-anuncios -tan comunes en la década de los '80- eran intentos por corregir bruscamente los desajustes económicos (un desborde inflacionario, por ejemplo) y, con mucha frecuencia, implicaban reducciones del salario real.
Todos sabían que cuando el ministro de Economía anunciaba sus medidas en cadena de TV, por más que utilizara expresiones técnicas rebuscadas, el contenido del paquete siempre podía reducirse a una fórmula clásica: "devaluación y tarifazo". Sabedor de esta aversión a los "paquetes", el kirchnerismo siempre ha evitado expresamente los anuncios grandilocuentes de planes. Más bien, ha preferido que sus comunicaciones estuvieran centradas en dar cuenta de sus logros y en la realización de obras.
Sin embargo, aunque al Ejecutivo no le gusten los planes, que los hay los hay, con la inflación ahora como objetivo a vencer. El núcleo de funcionarios vinculados al área económica ya están trabajando en el tema, convencidos de que del éxito de estas medidas depende, en buena parte, la marcha futura del "proyecto k".
"En la Rosada se sabe que la suba general de precios está poniendo a la economía al límite de lo que se puede soportar", afirma Ricardo Delgado, director de la consultora Analytica, quien suele dialogar de manera informal con funcionarios del área económica.
Incluso, un fuerte crítico del Gobierno, como el economista Miguel Angel Broda, ha destacado cierta moderación en la política monetaria. "Es un acto racional. Parecería que el Ejecutivo ha interpretado que tiene restricciones", afirma Broda.
Las señales de preocupación también se pueden apreciar en aquellos ámbitos académicos que mantienen cierta afinidad con la política oficial. El reciente informe del Plan Fénix señala que "resulta indispensable encarar un plan de mediano plazo para neutralizar la inflación".
Las primeras medidas que se han esbozado denotan una mezcla de visiones respecto de cuál es el origen de la suba de precios:
• En primer lugar, aparecen esbozos de recorte al gasto público, que responden a la idea de que los bienes y servicios aumentan porque el Gobierno debe recurrir a la "maquinita" de imprimir billetes para financiar los desajustes fiscales.
• En segundo término, se han intensificado los controles de precios, que expresan la visión de que en realidad son los empresarios los responsables de que las cosas aumenten. A través del monitoreo permanente, el Gobierno busca "inspeccionar" los márgenes de ganancia a lo largo de la cadena de comercialización.
• En tercer orden, se trata de evitar un desborde salarial, que es visto como un gran factor de riesgo por sus efectos inerciales y su impacto en el valor final de los productos.
Lo cierto es que hoy -como tantas veces en la historia económica argentina- la discusión sobre cuáles son las causas y cómo bajar la fiebre de la suba de precios ha vuelto al centro de la escena.
No sólo porque la Argentina ya casi no tiene margen para seguir encareciéndose en dólares.También hasta por cuestiones políticas y pre-electorales.
Es que ahora los argentinos ubican a la inflación en el podio de sus preocupaciones cuando, en años previos, era vista como un "mal menor". Como la moneda de pago que usaba el país para que su economía crezca a tasas más altas que las actuales.
Entre los análisis que circulan no faltan las visiones que enfatizan que es producto de la concentración económica, usada como justificativo para avanzar en una mayor intervención estatal.
El problema, según consideran los técnicos del Ministerio de Economía, es que no están claros los costos que se manejan en el proceso que va entre la industria y el consumidor final.
El debate ha dejado al desnudo que hay diferentes visiones dentro del propio Gobierno. En particular, en lo que respecta a si hay que culpar o no a "la maquinita de billetes". Así, mientras Cristina Kirchner se preguntaba cómo en los países desarrollados la inflación era tan baja con niveles de emisión tan altos, Axel Kicillof o Mercedes Marcó del Pont defendían la idea opuesta, al asegurar que imprimir más dinero no implica, de por sí, que los precios suban.
Los tres ejes
Lo cierto es que, en medio de semejante debate, hay un plan en marcha, que se profundizará y que mezcla "recetas clásicas" con otro tipo de medidas intervencionistas.
Por lo pronto, el "paquete estabilizador casero" del Gobierno hace foco en tres puntos principales:
1. Control de Precios
Si hay una medida que ganará protagonismo con el correr de los meses es la de los acuerdos con los empresarios para establecer precios regulados. Es un intento que ya se hizo en 2006 y "que fracasó", explica el analista y catedrático Victor Becker, quien sostiene que justamente a partir de esto "comenzaron a tergiversarse los índices del INDEC".
Sin embargo, será relanzado con más impulso. La presentación de la nueva metodología "digital" con la que se pretenden afianzar estos acuerdos representa el puntapié inicial para avanzar en este sentido.
Hace unos días los hipermercados empezaron a publicar en la web un listado de precios para que los futuros aumentos sean autorizados únicamente por los organismos de control oficial. La idea es que conforme transcurra el tiempo se vayan sumando más y más artículos a dichas publicaciones.
Nuevamente, los analistas insisten en que esta medida sólo servirá para el corto plazo y no hacen más que recordar lo sucedido en años previos. Rememoran las reuniones de Guillermo Moreno con empresarios y las interminables listas de precios "acordados" que llegaron a ocupar hojas y hojas de los principales diarios.
La consecuencia de esto es que "al principio no se observan racionamientos pero, poco a poco, se puede ir recortando la oferta en los productos regulados. La experiencia demuestra que estas medidas no dan resultado", afirma Fernando Aguirre, directivo de la Cámara Argentina de Supermercados.
2. Moderación Salarial
Según trascendió, el plan oficial contempla como segundo ítem el seguir avanzando en moderar los incrementos que se acuerden en paritarias, como forma de reducir la inflación. "Los empresarios reconocen que remarcan sus precios según la suba de los salarios", afirman desde el estudio D'Alessio.
Por lo pronto, el propio diputado Roberto Feletti recalca: "Para moderar la puja distributiva hay que coordinar precios y salarios para ir bajando la nominalidad de los aumentos".
El Gobierno parece dispuesto a profundizar su batalla en este tema. Nadie lo expresó de manera más explícita que la propia Presidenta cuando, al referirse al debate sobre la actualización en el "piso" del Impuesto a las Ganancias, dijo que esa medida estaba condicionada a que no hubiera excesos en las paritarias de 2013. Ese llamado a la contención de los reclamos salariales ya fue hecha este año, con resultado "moderado".
El Ejecutivo pudo bajar al 24% desde el 28,5% que se tocara en 2011 (cifra promedio acordada por las diferentes ramas de actividad).
No llegó al 22% que se había puesto como objetivo (si bien "vendió" públicamente la idea de un 18%) pero al menos, redujo ese promedio cuatro puntos y medio ayudado, claro está, por una economía más fría.
Lo cierto es que puso fin a esa etapa de dar "puntitos de más" por encima de la inflación y que solía ser parte de su política salarial en años previos. Tal es así que en 2012 los incrementos de sueldos han ido en línea con la suba de precios.
Desde el oficialismo señalan que se profundizará este camino, si bien los analistas sostienen que transitarlo no le será tan fácil. "Hoy los gremios se volvieron más rebeldes y eso hará que se dificulte mucho negociar las próximas paritarias con un criterio que impida una recomposición del salario real", opina Luciano Cohan, economista jefe de la consultora Elypsis.
3. Freno en la suba del gasto
El tercer pilar que forma parte del plan apunta a uno de los aspectos menos pensado para el "proyecto K".
Es que, empujado por la necesidad y por los apremios de caja, el Gobierno apuntará a moderar el gasto público.
La idea es avanzar en reducir el déficit fiscal que este año rondará los $60.000 millones (casi un mes entero de recaudación). Y el primer adelanto de esto se dio en el debate de la ley de Presupuesto.
Para sorpresa de muchos, el propio viceministro Kicillof argumentó que el Gobierno comprimirá su consumo si en los próximos meses se recupera la demanda externa.
De hecho, esta parte del plan ya se ha empezado a notar. Un informe de la consultora Empira señala que, "tras la relajación fiscal del primer semestre, cuando el gasto público creció más rápido que los recursos tributarios (32% versus 24% anual), entre julio y septiembre registraron al menos un 'empate' en su tasa de expansión, en torno del 24% anual".
A pesar de que el discurso oficial proclama un rol "contracíclico" de la obra pública, este renglón también viene mostrando un freno. El gasto acumulado enero-septiembre tuvo un alza de 11%, muy por debajo de la inflación. Es decir, una caída en términos reales.
Si bien Kicillof no dijo que esta medida tuviese como objeto la baja del índice inflacionario, los analistas interpretan que ése es el motivo de fondo. "Una menor gasto del Gobierno ayuda a combatir las subas de precios, ya que de esta forma las necesidades de financiamiento para el sector público son menores", señala Jorge Todesca, titular de la consultora Finsoport, si bien advierte que "con esto sólo no alcanza".
Claro que, además, tampoco resulta fácil un recorte del gasto desde el punto de vista político.
A Miguel Bein, reconocido economista, le preocupa "la trayectoria que pueda tomar la obra pública en un año electoral". Y destaca la dificultad para sostener el ajuste a las provincias. Otros analistas, como Delgado, de Analytica, arriesgan que el recorte vendrá por una quita de subsidios a privados, probablemente en el sector de transporte.
Y otros tienen sus dudan de que el contexto político permita una contención del gasto: "Es algo que no sucedió hasta el momento si se toma como referencia el comportamiento del Gobierno en los años de sufragio", sostiene Cohan.
¿Funcionará?
Los analistas muestran cierto escepticismo respecto a los resultados del "paquete anti-inflacionario casero" que, con perfil bajo, impulsa el Gobierno. Es que no observan que el mismo sea integral. Más bien, lo ven como una serie de medidas aisladas.
Los expertos consultados hacen referencia a que se debe avanzar en una estrategia coherente que involucre variables clave, como tarifas, salarios, emisión, gasto público y tipo de cambio, de modo de que vayan convergiendo gradualmente a números más bajos.
Martin Rapetti, economista del CEDES, explica que "el plan integral es necesario para afectar las expectativas de la gente".
Por ejemplo, una negociación de 15% de salarios no puede llevarse adelante si nadie cree que la inflación no bajará a ese rango. Otros, desde una óptica más clásica, creen que no hay plan que funcione mientras se mantenga una emisión monetaria cercana al 40 por ciento.
"La causa de la situación actual es el exceso de emisión en el que se incurrió. Si no se atiende este punto se elude el motivo de fondo", opina Diego Giacomini, especialista de la consultora Economía & Regiones.
En definitiva, el reclamo hacia el Gobierno es el de ser convincente respecto a que atacará la inflación desde todos los frentes. No es una tarea fácil en la situación actual. Para empezar, porque para querer bajar la inflación es condición necesaria reconocer públicamente que existe.
No la reconoce públicamente, evita mencionarla, pero el Ejecutivo sabe que Argentina no tiene mucho margen para encarecerse más en dólares. Además, la suba de precios escaló en el ranking de preocupaciones de los argentinos. Evita anuncios paquete, más bien, apunta a un "plan caserito".
¿Funcionará?
Todos sabían que cuando el ministro de Economía anunciaba sus medidas en cadena de TV, por más que utilizara expresiones técnicas rebuscadas, el contenido del paquete siempre podía reducirse a una fórmula clásica: "devaluación y tarifazo". Sabedor de esta aversión a los "paquetes", el kirchnerismo siempre ha evitado expresamente los anuncios grandilocuentes de planes. Más bien, ha preferido que sus comunicaciones estuvieran centradas en dar cuenta de sus logros y en la realización de obras.
Sin embargo, aunque al Ejecutivo no le gusten los planes, que los hay los hay, con la inflación ahora como objetivo a vencer. El núcleo de funcionarios vinculados al área económica ya están trabajando en el tema, convencidos de que del éxito de estas medidas depende, en buena parte, la marcha futura del "proyecto k".
"En la Rosada se sabe que la suba general de precios está poniendo a la economía al límite de lo que se puede soportar", afirma Ricardo Delgado, director de la consultora Analytica, quien suele dialogar de manera informal con funcionarios del área económica.
Incluso, un fuerte crítico del Gobierno, como el economista Miguel Angel Broda, ha destacado cierta moderación en la política monetaria. "Es un acto racional. Parecería que el Ejecutivo ha interpretado que tiene restricciones", afirma Broda.
Las señales de preocupación también se pueden apreciar en aquellos ámbitos académicos que mantienen cierta afinidad con la política oficial. El reciente informe del Plan Fénix señala que "resulta indispensable encarar un plan de mediano plazo para neutralizar la inflación".
Las primeras medidas que se han esbozado denotan una mezcla de visiones respecto de cuál es el origen de la suba de precios:
• En primer lugar, aparecen esbozos de recorte al gasto público, que responden a la idea de que los bienes y servicios aumentan porque el Gobierno debe recurrir a la "maquinita" de imprimir billetes para financiar los desajustes fiscales.
• En segundo término, se han intensificado los controles de precios, que expresan la visión de que en realidad son los empresarios los responsables de que las cosas aumenten. A través del monitoreo permanente, el Gobierno busca "inspeccionar" los márgenes de ganancia a lo largo de la cadena de comercialización.
• En tercer orden, se trata de evitar un desborde salarial, que es visto como un gran factor de riesgo por sus efectos inerciales y su impacto en el valor final de los productos.
Lo cierto es que hoy -como tantas veces en la historia económica argentina- la discusión sobre cuáles son las causas y cómo bajar la fiebre de la suba de precios ha vuelto al centro de la escena.
No sólo porque la Argentina ya casi no tiene margen para seguir encareciéndose en dólares.También hasta por cuestiones políticas y pre-electorales.
Es que ahora los argentinos ubican a la inflación en el podio de sus preocupaciones cuando, en años previos, era vista como un "mal menor". Como la moneda de pago que usaba el país para que su economía crezca a tasas más altas que las actuales.
Entre los análisis que circulan no faltan las visiones que enfatizan que es producto de la concentración económica, usada como justificativo para avanzar en una mayor intervención estatal.
El problema, según consideran los técnicos del Ministerio de Economía, es que no están claros los costos que se manejan en el proceso que va entre la industria y el consumidor final.
El debate ha dejado al desnudo que hay diferentes visiones dentro del propio Gobierno. En particular, en lo que respecta a si hay que culpar o no a "la maquinita de billetes". Así, mientras Cristina Kirchner se preguntaba cómo en los países desarrollados la inflación era tan baja con niveles de emisión tan altos, Axel Kicillof o Mercedes Marcó del Pont defendían la idea opuesta, al asegurar que imprimir más dinero no implica, de por sí, que los precios suban.
Los tres ejes
Lo cierto es que, en medio de semejante debate, hay un plan en marcha, que se profundizará y que mezcla "recetas clásicas" con otro tipo de medidas intervencionistas.
Por lo pronto, el "paquete estabilizador casero" del Gobierno hace foco en tres puntos principales:
1. Control de Precios
Si hay una medida que ganará protagonismo con el correr de los meses es la de los acuerdos con los empresarios para establecer precios regulados. Es un intento que ya se hizo en 2006 y "que fracasó", explica el analista y catedrático Victor Becker, quien sostiene que justamente a partir de esto "comenzaron a tergiversarse los índices del INDEC".
Sin embargo, será relanzado con más impulso. La presentación de la nueva metodología "digital" con la que se pretenden afianzar estos acuerdos representa el puntapié inicial para avanzar en este sentido.
Hace unos días los hipermercados empezaron a publicar en la web un listado de precios para que los futuros aumentos sean autorizados únicamente por los organismos de control oficial. La idea es que conforme transcurra el tiempo se vayan sumando más y más artículos a dichas publicaciones.
Nuevamente, los analistas insisten en que esta medida sólo servirá para el corto plazo y no hacen más que recordar lo sucedido en años previos. Rememoran las reuniones de Guillermo Moreno con empresarios y las interminables listas de precios "acordados" que llegaron a ocupar hojas y hojas de los principales diarios.
La consecuencia de esto es que "al principio no se observan racionamientos pero, poco a poco, se puede ir recortando la oferta en los productos regulados. La experiencia demuestra que estas medidas no dan resultado", afirma Fernando Aguirre, directivo de la Cámara Argentina de Supermercados.
2. Moderación Salarial
Según trascendió, el plan oficial contempla como segundo ítem el seguir avanzando en moderar los incrementos que se acuerden en paritarias, como forma de reducir la inflación. "Los empresarios reconocen que remarcan sus precios según la suba de los salarios", afirman desde el estudio D'Alessio.
Por lo pronto, el propio diputado Roberto Feletti recalca: "Para moderar la puja distributiva hay que coordinar precios y salarios para ir bajando la nominalidad de los aumentos".
El Gobierno parece dispuesto a profundizar su batalla en este tema. Nadie lo expresó de manera más explícita que la propia Presidenta cuando, al referirse al debate sobre la actualización en el "piso" del Impuesto a las Ganancias, dijo que esa medida estaba condicionada a que no hubiera excesos en las paritarias de 2013. Ese llamado a la contención de los reclamos salariales ya fue hecha este año, con resultado "moderado".
El Ejecutivo pudo bajar al 24% desde el 28,5% que se tocara en 2011 (cifra promedio acordada por las diferentes ramas de actividad).
No llegó al 22% que se había puesto como objetivo (si bien "vendió" públicamente la idea de un 18%) pero al menos, redujo ese promedio cuatro puntos y medio ayudado, claro está, por una economía más fría.
Lo cierto es que puso fin a esa etapa de dar "puntitos de más" por encima de la inflación y que solía ser parte de su política salarial en años previos. Tal es así que en 2012 los incrementos de sueldos han ido en línea con la suba de precios.
Desde el oficialismo señalan que se profundizará este camino, si bien los analistas sostienen que transitarlo no le será tan fácil. "Hoy los gremios se volvieron más rebeldes y eso hará que se dificulte mucho negociar las próximas paritarias con un criterio que impida una recomposición del salario real", opina Luciano Cohan, economista jefe de la consultora Elypsis.
3. Freno en la suba del gasto
El tercer pilar que forma parte del plan apunta a uno de los aspectos menos pensado para el "proyecto K".
Es que, empujado por la necesidad y por los apremios de caja, el Gobierno apuntará a moderar el gasto público.
La idea es avanzar en reducir el déficit fiscal que este año rondará los $60.000 millones (casi un mes entero de recaudación). Y el primer adelanto de esto se dio en el debate de la ley de Presupuesto.
Para sorpresa de muchos, el propio viceministro Kicillof argumentó que el Gobierno comprimirá su consumo si en los próximos meses se recupera la demanda externa.
De hecho, esta parte del plan ya se ha empezado a notar. Un informe de la consultora Empira señala que, "tras la relajación fiscal del primer semestre, cuando el gasto público creció más rápido que los recursos tributarios (32% versus 24% anual), entre julio y septiembre registraron al menos un 'empate' en su tasa de expansión, en torno del 24% anual".
A pesar de que el discurso oficial proclama un rol "contracíclico" de la obra pública, este renglón también viene mostrando un freno. El gasto acumulado enero-septiembre tuvo un alza de 11%, muy por debajo de la inflación. Es decir, una caída en términos reales.
Si bien Kicillof no dijo que esta medida tuviese como objeto la baja del índice inflacionario, los analistas interpretan que ése es el motivo de fondo. "Una menor gasto del Gobierno ayuda a combatir las subas de precios, ya que de esta forma las necesidades de financiamiento para el sector público son menores", señala Jorge Todesca, titular de la consultora Finsoport, si bien advierte que "con esto sólo no alcanza".
Claro que, además, tampoco resulta fácil un recorte del gasto desde el punto de vista político.
A Miguel Bein, reconocido economista, le preocupa "la trayectoria que pueda tomar la obra pública en un año electoral". Y destaca la dificultad para sostener el ajuste a las provincias. Otros analistas, como Delgado, de Analytica, arriesgan que el recorte vendrá por una quita de subsidios a privados, probablemente en el sector de transporte.
Y otros tienen sus dudan de que el contexto político permita una contención del gasto: "Es algo que no sucedió hasta el momento si se toma como referencia el comportamiento del Gobierno en los años de sufragio", sostiene Cohan.
¿Funcionará?
Los analistas muestran cierto escepticismo respecto a los resultados del "paquete anti-inflacionario casero" que, con perfil bajo, impulsa el Gobierno. Es que no observan que el mismo sea integral. Más bien, lo ven como una serie de medidas aisladas.
Los expertos consultados hacen referencia a que se debe avanzar en una estrategia coherente que involucre variables clave, como tarifas, salarios, emisión, gasto público y tipo de cambio, de modo de que vayan convergiendo gradualmente a números más bajos.
Martin Rapetti, economista del CEDES, explica que "el plan integral es necesario para afectar las expectativas de la gente".
Por ejemplo, una negociación de 15% de salarios no puede llevarse adelante si nadie cree que la inflación no bajará a ese rango. Otros, desde una óptica más clásica, creen que no hay plan que funcione mientras se mantenga una emisión monetaria cercana al 40 por ciento.
"La causa de la situación actual es el exceso de emisión en el que se incurrió. Si no se atiende este punto se elude el motivo de fondo", opina Diego Giacomini, especialista de la consultora Economía & Regiones.
En definitiva, el reclamo hacia el Gobierno es el de ser convincente respecto a que atacará la inflación desde todos los frentes. No es una tarea fácil en la situación actual. Para empezar, porque para querer bajar la inflación es condición necesaria reconocer públicamente que existe.
sábado, 24 de noviembre de 2012
Sturzenegger: "Gobierno buscó fallo adverso para tapar los problemas del modelo internamente"
(Ambito.com) - El
presidente del Banco Ciudad, Federico Sturzenegger, afirmó que el Gobierno de
Cristina de Kirchner "buscó" el fallo desfavorable del juez
neoyorquino Thomas Griesa porque con eso "tapa" los problemas internos
del país. Así, con duras críticas, cuestionó el desempeño de la administración
kirchnerista para solucionar la disputa con los acreedores extranjeros que no
aceptaron ingresar a los canjes de bonos que el país lanzó en 2005 y 2010, con
una quita del 75 por ciento.
Consideró el titular del Banco Ciudad que el manejo de la
causa es "probablemente el elemento de mayor mala praxis que se ha visto
en todo el gobierno de Cristina Kirchner".
El funcionario macrista dijo que el juez Thomas Griesa había
dado "una oportunidad de meter a los fondos buitre en el canje" a la Argentina hasta antes
del fallo en el que ahora obliga al país pagar el 100 por ciento de la deuda.
"Lo único que tenía que hacer el Gobierno era decir que
le iba a pagar proporcionalmente a lo que les pagará a las personas que
entraron en el canje. Ante esa oportunidad única de cerrar el tema y abrir la
oportunidad a nuestras empresas de financiarse afuera, hicieron enojar al juez
y dijeron que no iban a acatar el fallo", recordó el miembrto del PRO por
FM Delta.
Sturzenegger consideró que en realidad el fallo adverso fue
buscado por el kirchnerismo porque "con eso tapan los problemas que tiene
el modelo internamente".
"Encuentran en los fondos buitres y en la Fragata Libertad
algo que mediáticamente los hace quedar como que hacen una lucha ética",
opinó el economista.
Misil Antiaéreo Hongying 6 (FN-6) (China)
Colaboración de nuestro amigo Jorge Lucio:
El Hongying 6 (también conocido como FN-6) es un sistema de
misiles portátiles de defensa aérea de tercera generación (MAPADS) desarrollado
conjuntamente con el sistema QianWei.
El misil está equipado con un buscador infrarrojo de gran resistencia
a las bengalas enemigas, al calor solar y el calor terrestre. El misil tiene la
capacidad de atacar todo blanco aéreo con una probabilidad de éxito de un 70%,
en el primer disparo. El misil tiene una nariz con forma de pirámide con un
sensor de infrarrojos con cuatro
unidades.
El lanzador está equipado con una mira óptica y una antena
IFF. Las baterías y el sistema de refrigeración instalado en el interior del
mango en el lanzador. El misil ha entrado en el servicio de ELP en cantidades
limitadas y ha sido recientemente exportado al Real Ejército de Malasia.
Especificaciones:
Peso del sistema: 16 kg
Longitud de misiles: 1.495m
Diámetro de misiles: 72mm
Propulsión: Cohete de combustible sólido de una etapa
Altitud de funcionamiento: 0.015 ~ 3,5 km
Alcance de funcionamiento: 0.5 ~ 6 km
Velocidad máxima: 360 m/s (de frente), 300 m/s (persecución
de cola)
Orientación: Mediante infrarrojos
Fuente: http://fdra.blogspot.com.ar/search/label/all-aspect
(Modificada)
La Foto: Clon chino del subfusil H&K MP5
¡Qué útil sería fabricar en Fabricaciones Militares este subfusil Norinco NR08 (o M10) -de bajo costo- caíbre 9 mm Parabellum, cargador de 30 proyectiles y tres sistemas de fuego (Simple/Ráfaga (3)/Auto), en dos versiones (culata fija o retraible)!. Así se completaría la "familia 9 mm" compuesta por la pistola Browning HP y sería un buen reemplazo para la antigua metralleta FMK.
Subte, créditos para renovar la flota y seguridad
Diario Clarín - Son la prioridad de las obras al tomar un servicio que se considera en “emergencia” y que necesita mejoras.
Además de obtener el dinero para operar el servicio, el macrismo necesitará pedir créditos para renovar la mitad de la flota
, lo que costaría unos 500 millones de dólares. En tanto, la prioridad a
partir de enero serán las obras que tengan que ver con la seguridad del servicio
, por lo que mejoras como instalación de aire acondicionado en los
trenes o acortamiento de las frecuencias quedarán para más adelante.
La prioridad es sacar de circulación los 95 vagones de madera que circulan en la línea A y que tienen entre 89 y 99 años. Esto es lo que indicó una auditoría realizada por los expertos que manejan el subte de Barcelona. Para ello, se usarán 45 vagones que el Gobierno nacional le compró a China y que estarían en funciones en el primer trimestre del año entrante, el resto deberá ser comprado.
La Ciudad además pondrá 24 vagones usados que le compró al subte de Madrid y que destinará a la línea B . Con estas adquisiciones, el año que viene podrían habilitarse las cuatro estaciones que ya están construidas: las de Plaza Flores y Nazca de la A, y las de Echeverría y Monroe de la B.
¿Qué pasará con la seguridad policial? “Sigue siendo responsabilidad del Gobierno nacional, mediante la Policía Federal. Pero mientras tanto estamos preparando un plan de seguridad propio, con la Policía Metropolitana y la instalación de cámaras de seguridad, que nos demandará por lo menos un año de trabajo”, contaron en el Gobierno.
Por último, el proyecto de ley permitirá un nuevo régimen de sanciones para quienes vandalicen las instalaciones o salten los molinetes para no pagar, por ejemplo. Y en el macrismo hasta se animan a prometer que generarán un sistema de servicios de emergencia para los días de paro.
Subte, un servicio devastado tras años de desidia
Quizá
no vale la pena buscar culpables a estas alturas, pero lo cierto es que
el gobierno nacional entregará el servicio de subterráneos a sus
colegas porteños en estado de emergencia. No hay ecuación económica posible que sostenga el
servicio; no existe un plan de obras en ejecución; no está la
infraestructura acorde a la demanda, y no se cuenta con un contrato
vigente mediante el que se pueda delimitar los incumplimientos y las
obligaciones de las partes. Hay que barajar y dar de nuevo.
La concesión que entregará la Nación está arrasada. Sólo para poner un ejemplo, desde 2001 hasta mayo de este año, los salarios del personal de convenio de la Unión Tranviarios Automotor (UTA) subieron 853 por ciento en promedio. Un boletero tuvo un incremento en sus salarios de 1138 por ciento. Los ingresos por tarifas pasaron de 0,70 centavos de pesos por boleto en 2001 a 1,10 pesos en enero de este año, cuando el gobierno porteño autorizó la suba a los actuales 2,50 pesos. En 2000, las remuneraciones de los empleados importaban un 35,2% del total del gasto; en el primer semestre de 2012, ese rubro representaba el 72,3% del total. Hace 12 años, de cada 100 pesos que se gastaban, 16 se destinaban a mantenimiento; este año ese importe bajó a 3,8 por ciento.
Todo se deterioró. El plan de obras que se acordó en 1994 se empezó a discontinuar en 2002. La curva de la inversión prometida y la efectivamente realizada cada vez se separó más. En 2003 se debían gastar 668 millones de dólares y se desembolsaron 410. Este año se terminará con una promesa de 1372 millones de dólares y una erogación de 672, poco menos de la mitad.
La falta de política en el sector se siente a cada paso y más aún, en los últimos tiempos. Por caso, en los talleres ferroviarios de Emepa, en Chascomús, y en Alstom, en Ensenada, descansan por lo menos dos formaciones arregladas a nuevas que nunca fueron entregadas. Son parte de una licitación adjudicada hace años para la reparación de varios coches que circulan por la Ciudad.
Cuentan en el sector que listas y a punta de riel, los trenes que ya debieran correr por el subsuelo porteño se frenaron. Algunos dicen que se trató de un pedido del gobierno nacional a los empresarios del sector de no estregar los vagones para que nadie crea que la mejora fue realizada por Macri. Primó en el caso la miopía política que muchas veces gobierna las decisiones. Otros, en cambio, cuentan que las formaciones son una suerte de rehén de la que se valen las empresas ferroviarias para reclamar la adecuación de precios que jamás se hizo efectiva. Los efectos de la inflación fueron devastadores para una licitación que estuvo frenada por años.
No importa demasiado cuál de las dos versiones sea la real. Sea por las peleas políticas o por la inflación, los usuarios jamás disfrutaron de las formaciones reparadas. Ahora subirán varias cosas para que el subte siga como está. Resta saber de dónde saldrá el dinero para mejorar la red y lograr que la gente viaje de una vez por todas algo mejor.
Desventuras de una abogada exitosa
Por Carlos Pagni | LA NACION
Negociar con Paul Singer, que va ganando ante el juez Griesa
, sería fácil. Sus oficinas están pegadas a las del consulado argentino
en Nueva York. Pero Cristina Kirchner prefirió la vía judicial.
Es verdad que con Sosa, el Ciadi, los jubilados y los gendarmes no acata las sentencias. Pero aunque los jueces argentinos le toleren esa picardía, su performance es lamentable.
Sobre Galtieri y la Guerra de Malvinas, Borges dijo: "Antes de invadir, ¿no tendría que haber consultado a un abogado?" El consejo no vale en este caso. Al frente del país hay una abogada exitosa...
Se inaguró un paso bajo nivel en el barrio de Núñez
El
jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri inauguró hoy un paso bajo
nivel en la calle Iberá del barrio de Núñez incluido en el Plan de
Movilidad Sustentable que agilizará el tránsito vehicular y peatonal de
la zona.
El Jefe de Gobierno realizó la presentación junto al ministro de Desarrollo Urbano, Daniel Chain, y del titular de Autopistas Urbanas SA, Gustavo Matta y Trejo, bajo cuya órbita se realizaron los trabajos.
Macri recorrió el túnel y la zona urbana mejorada junto a un grupo de vecinos de Núñez y señaló que está prevista la inauguración de siete pasos más en los próximos meses para mejorar la conectividad en puntos clave de la Ciudad que están divididos por el ferrocarril.
El paso tiene dos carriles, es de alta seguridad vial y permitirá el flujo de vehículos de escaso y mediano porte en sentido noreste-sudoeste pero, por su altura de 2,90 metros, no admitirá el tránsito de camiones ni de colectivos.
La obra contempló también el paso peatonal con escaleras y rampas para personas con movilidad reducida, iluminación acorde y cámaras de seguridad tanto en el túnel como fuera de él. El proyecto incluyó la construcción de una estación de bombeo y desagües tanto en el túnel como en la zona de vías.
Por la habilitación del nuevo paso se cambió por una cuadra el sentido de circulación de la calle O´Higgins, desde Quesada hasta Iberá, con la finalidad de que puedan acceder los frentistas. Para el tránsito que circula desde el norte por O´Higgins, deberá doblar a la derecha en Iberá, hasta Cuba, y retomar luego O´Higgins por Quesada.
Los pasos bajo nivel habilitados hasta ahora incluye los de las calles Soler (FFCC San Martín), Dorrego (FFCC San Martín), Mosconi (FFCC Urquiza), Punta Arenas (FFCC Urquiza), Sarmiento (FFCC Belgrano Norte), Bonorino (FFCC Belgrano Sur), Monroe (FFCC Mitre, ramal J. L. Suárez), Manuela Pedraza (FFCC Mitre, ramal Tigre), Crisólogo Larralde (FFCC Mitre, ramal Tigre), Arias (FFCC Mitre, ramal Tigre) e Iberá (FFCC Mitre Ramal Tigre).
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