Las fuerzas armadas británicas se involucraron en la búsqueda de los 44 argentinos.
Foto: Un avión británico RAF Voyager como el que se sumó al operativo de búsqueda del ARA San Juan.
La tragedia del submarino ARA San Juan ha unido como nunca a los militares argentinos con los británicos, por primera vez después de la guerra de las Malvinas. Desde la desaparición de la nave, Gran Bretaña ofreció “ayuda incondicional” y se sumó a la búsqueda junto a otros 14 países.
Gran Bretaña aportó un avión C130, un buque polar Protector y el HMS Clyde Oceánico. Por primera vez desde el conflicto, el miércoles aterrizó un avión Voyager de la Royal Air Force en Argentina, en una operación coordinada por el embajador británico en Argentina Mark Kent y el ministerio de Defensa en Londres.
Los especialistas y los Royal Marine británicos están operando en la base General Belgrano y en Comodoro Rivadavia, donde también hay técnicos ingleses y un equipo de rescate y asistencia submarina. A ellos se suma un avión de la Fuerza Aérea para administrar combustible y la oferta de la base militar británica de Malvinas de Mount Pleasant “para ser usada por cualquier avión que la necesitara”, en la mayor operación de búsqueda y rescate de un submarino en el siglo XXI. El vice agregado militar británico se encuentra también en Comodoro Rivadavia ayudando a los especialistas británicos.
El secretario de defensa británico Gavin Williamson ofreció su “solidaridad a la Argentina” al agregado militar en Londres, comodoro Fernando Luis Mengo, en una ceremonia en Lancaster House y dijo que no escatimarían “ninguna ayuda”.
El Ministerio de Defensa británico intenta jugar su rol positivamente. Ordenaron que no se hicieran menciones a la guerra ni a la decrepitud de la flota naval argentina, relacionada en parte con la derrota en Malvinas y el embargo militar ordenado por Gran Bretaña para las fragatas de la Marina argentina tipo 42 británicas, cuyas turbinas son Rolls Royce, y que no podían ser reparadas ni tener service de una compañía de Gran Bretaña.
En el séptimo día de la búsqueda, los británicos habían desplazado una de sus más importantes operaciones de rescate, a pesar de los recortes presupuestarios a sus fuerzas armadas.
“La oferta británica es incondicional, desinteresada, humanitaria. Son ellos los que la están pagando y no nosotros”, especificó una fuente argentina. La misma actitud han adoptado los otros países, que han enviado su más sofisticada tecnología.
La Convención de Bruselas de Asistencia en el Mar de 1910 establece que "cada capitán está comprometido, lo más posible sin poner en peligro su barco, su tripulación y sus pasajeros, a ofrecer asistencia a todos, aún al enemigo, encontrado en el mar en peligro de estar perdido”. En ella se apoya Gran Bretaña para esta ayuda.
El objetivo de los británicos es encontrar el ARA San Juan. Pero el temor es que sus tripulantes estén muertos y el submarino destruido. Esta semana podría comenzar a desescalar la búsqueda internacional ante la presunción de los especialistas de que el submarino esté caído en el talud contiguo a la plataforma submarina, donde la profundidad cae de los 200 a los 3.000 metros. Si eso ocurrió, el submarino podría haber colapsado en segundos.
La operación del ARA San Juan es un secreto militar. Una fuente responsable argentina dijo que su misión “era un ejercicio de entrenamiento y proteger las fronteras económicas argentinas". "Por eso navegaba cerca del talud. El temor es que haya caído en él. Ninguna operación de rescate puede ir mucho más allá de los 600 metros. En esas profundidades , el submarino colapsa en segundos. Esa es la verdad”, agregó.
El gobierno británico cree que la operación va a comenzar a desescalar internacionalmente esta semana si no se encuentra al submarino. Ellos asumen que el ARA San Juan habría sufrido una explosión.