Por Martín Dinatale - LA NACION
En febrero había retenido materiales de un avión militar, lo que provocó un serio conflicto bilateral
Foto: El canciller Héctor Timerman lideró el 10 de febrero pasado el operativo de incautación de material a un avión norteamericano en Ezeiza. Foto Archivo.
Después de cuatro meses de conflicto diplomático, y cuando las relaciones entre Buenos Aires y Washington estaban prácticamente congeladas , el gobierno argentino decidió devolver a Estados Unidos el material que incautó en febrero pasado de un avión militar norteamericano que había llegado a Ezeiza para una capacitación a la Policía Federal.
La Casa Rosada buscó así destrabar una dura pulseada diplomática en la que se había involucrado hasta el presidente Barack Obama, que en marzo pidió a la Argentina la devolución del material militar y calificó de "serio" el incidente. La decisión de devolver el material fue tomada por la presidenta Cristina Kirchner y fue anunciada ayer por la embajada norteamericana.
Por medio de un breve comunicado, informó que "el incidente que involucró la retención de materiales propiedad del gobierno de Estados Unidos, relacionado con una actividad de entrenamiento conjunta previamente planeada y aprobada, que por fallas administrativas involuntarias debieron ser incautados, se ha resuelto satisfactoriamente".
Según informaron a La Nacion fuentes calificadas de la Cancillería, el comunicado fue acordado entre el Gobierno y la embajada de los Estados Unidos. El texto de la embajada añadió: "Argentina y Estados Unidos comparten normas similares de aduana que ambos respetan". Así, se buscó la forma más diplomática de mantener un equilibrio para que la decisión no fuera interpretada como una derrota del gobierno argentino. El material será devuelto en lo inmediato, tal como lo establecen los procesos administrativos de la Aduana.
Si bien en la Casa Rosada expresaban la semana pasada que hasta después de las elecciones de octubre el material no sería devuelto a EE.UU., por lo menos dos factores habrían sido determinantes en los últimos días para cambiar la actitud de la Presidenta: por un lado, la decisión de la embajadora Vilma Martínez de cancelar la fiesta por la independencia de los Estados Unidos que históricamente se hace en la sede diplomática cada 4 de julio, y, por otra parte, la presión que ejerció Washington para bloquear cualquier acuerdo de la Argentina por la deuda con el Club de París.
Además, el comunicado de la embajada dio una definición política hacia el futuro inmediato: "Nos comprometemos a continuar trabajando con la Argentina en una asociación basada en el interés y respeto mutuos, como así también con valores y responsabilidad compartidos".
La decisión del Gobierno se tomó luego de una serie de reuniones que mantuvieron representantes de los Estados Unidos con funcionarios de la Aduana y del Ministerio de Relaciones Exteriores. Pero en este diálogo no habría estado presente el canciller Héctor Timerman, que en febrero último lideró en Ezeiza el operativo de la Aduana, de incautación de material al avión militar C-17 Globemaster III, matrícula 77187 de la fuerza aérea norteamericana.
La decisión de devolver el material se hizo dos meses después del reclamo de Obama y de los pedidos del vocero del Departamento de Estado, Phillip Crowley, y del subsecretario del Departamento de Defensa para Asuntos Hemisféricos, Frank Mora.
Con este gesto de Cristina Kirchner, la situación política de Timerman en la Cancillería quedó muy complicada, porque contradice su actuación en Ezeiza el 10 de febrero último, cuando encabezó el operativo de la Aduana e intercambió duros términos con los militares de EE.UU. que habían sido invitados por el propio gobierno argentino para participar de un curso de capacitación de la Policía Federal. Ayer, el canciller no respondió a las llamadas que le hizo La Nacion. Tampoco hizo comentario alguno en su cuenta de Twitter como habitualmente hace.
Por su parte, el titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, confirmó a La Nacion que el conflicto con Estados Unidos "fue resuelto por el juez administrativo de la Aduana". El funcionario añadió que la devolución de los objetos incautados se hará "en etapas", como señalan los procesos administrativos de la Aduana.
Ayer, nadie de la embajada norteamericana quiso hablar del tema del avión, más allá del comunicado oficial. Ante una consulta de La Nacion, los voceros de Martínez sólo expresaron que la decisión de cancelar la fiesta del 4 de julio en la embajada se hizo por "recortes presupuestarios y por las refacciones edilicias que se están haciendo en la residencia de la embajadora". Pero descartaron que ello tuviera relación con la decisión del Gobierno de no devolver el material decomisado.
No obstante, más allá de las excusas técnicas y diplomáticas, la decisión de la embajadora Martínez de cancelar los festejos en la sede diplomática resultó ser la muestra cabal de que las relaciones entre Buenos Aires y Washington estaban dañadas. Por poner algunos ejemplos, la administración de Obama no estaba dispuesta a enviar más delegaciones militares para cursos de capacitación a la Argentina en el futuro inmediato. Además, las visitas de funcionarios norteamericanos no estaban en la agenda de la embajada por lo menos hasta después de los comicios de octubre. Y desde que ocurrió el incidente se frenaron las negociaciones diplomáticas para que la Argentina sea incluida en el programa Visa Waiver, que permite ingresar a los Estados Unidos sin necesidad de contar con visa.