jueves, 31 de julio de 2008

Los ejes centrales del Desarrollo Local en Argentina

Por Daniel Arroyo (1)

MARCO CONCEPTUAL Y CARACTERÍSTICAS

La primera idea básica sobre el desarrollo local como concepto supone pensarlo “desde abajo”, no un proceso que va desde lo general a lo particular sino al revés: supone pensar en una región, en una localidad, en un municipio. ¿Qué hay? ¿Qué no hay? Con qué recursos se cuenta y con qué recursos no se cuenta para promover el desarrollo. Esa es la primera idea y la principal dificultad del concepto de desarrollo local. Es parte de lo que existe en una localidad, en un territorio, o, a lo sumo, en una micro región cuando se juntan más de un municipio. La idea de desarrollo local, básicamente, es pensar desde lo que tenemos en un determinado territorio, qué podemos hacer y que no; con qué recursos contamos y con cuáles no.

El desarrollo local, además de pensar en el territorio, supone otras cuestiones: la más importante, es entender el concepto de desarrollo como la idea del crecimiento económico con impacto social. Esto es: no cualquier cosa es desarrollo local. Desarrollo local, de una localidad, de un partido, de un municipio, es aquella actividad económica que motoriza el crecimiento económico del lugar y mejora las condiciones de vida. O sea: si en una localidad se instala un hipermercado que genera un excedente económico y lo transfiere hacia fuera pero no mejora las condiciones de vida, eso es crecimiento económico pero no es desarrollo local porque le falta la otra parte, que es mejor distribución. Impacto social: mejor cadena de distribución. No cualquier actividad económica fomenta el desarrollo local. Sólo aquella que, a la vez de motorizar el crecimiento, de generar volumen económico en el lugar, genera mejoras en las condiciones de vida; sobre todo, en lo que tiene que ver con los ingresos de la población.

PRIMER ELEMENTO: el perfil de desarrollo.

Lo expuesto permite definir como primer elemento del desarrollo local, el perfil. Una comunidad o un territorio, sólo puede promover el desarrollo local en la medida en que tenga un perfil. Esto es: en la medida en que tenga un motor del desarrollo, aquella actividad que motoriza o genera el crecimiento económico del lugar con distribución del ingreso o con mejoras de las condiciones sociales.

Sólo hay desarrollo local cuando una localidad tiene un perfil de hacia dónde va. Hay localidades cuyo motor de desarrollo local puede ser el turismo; otro puede ser lo metal-mecánico; otro puede ser la producción primaria agrícola; etc. Pero, para saber si una comunidad está en condiciones de encarar un plan de desarrollo local, si está en condiciones de motorizar el desarrollo, lo primero que hay que hacer, es identificar cuál es su perfil, en qué condiciones está su perfil de desarrollo. Este es el primer punto a considerar en el desarrollo local: tratar de evaluar qué perfil económico productivo tiene la localidad.

En Argentina, actualmente, los municipios y las localidades están divididas en tres tipos de acuerdo a su perfil de desarrollo (aquello que motoriza el desarrollo):

-Primero: las localidades o municipios que tienen un perfil definido y que no ha variado, no se ha modificado. Son localidades cuyo motor de desarrollo no ha variado con el tiempo; sigue siendo el mismo. Ejemplo: Villa Carlos Paz en Córdoba: en la década del ’40, se decide fomentar el turismo para desarrollar la localidad; en la década del ‘60 es el turismo; en la década del ’80, el turismo y ahora también. No ha variado el perfil de desarrollo. En esa localidad lo que hay que discutir es si hay que hacer hoteles de 2 ó de 5 estrellas; si hay que organizar el turismo de fin de semana o no, pero la clave está en que la actividad que motoriza el desarrollo, no sólo está históricamente asegurada, sino que también se corresponde con la identidad local, con lo que la gente ve del lugar. No sólo es factible en términos económicos, sino que, fundamentalmente, se vincula con la identidad de ese lugar. No hay que explicarle a nadie que viva en Villa Carlos Paz que el eje de esa localidad pasa por el turismo. Sí se puede discutir cómo organizarlo mejor y cómo encarar mejor las actividades, pero la discusión no está en “hacia dónde va esta localidad”. El perfil de ese territorio está históricamente definido. Se supone que Argentina tiene más de 2.000 municipios y solamente el 5% está en esta condición. O sea, son muy pocas las localidades que tienen un perfil definido donde no hay mucho para discutir más que la organización de esas actividades.

-El segundo tipo de territorio o localidad, está compuesto por los que tienen un perfil en crisis. Lo que motorizó el desarrollo del territorio, aquello que promovió el desarrollo y el crecimiento de ese lugar, está en crisis.
Esto se puede abrir a la vez, en dos subtipos:

*Las localidades que tienen un perfil en crisis abrupta, en las que existe un día en que se quebró el esquema productivo. En la evaluación del lugar, existe un momento en donde se quebró esa tradición. Por ejemplo, Cutralcó en Neuquén, con el tema de los pozos petroleros; San Nicolás con el tema de Acindar; Tartagal en Salta con los Altos Hornos Zapla. Hay muchas de las localidades del interior del país que han trabajado o que se han desarrollado sobre la base del ferrocarril, habiéndose paralizado éste, se transformaron en pueblos fantasmas. Es decir: las localidades en crisis abrupta son aquellas donde el eje central es que en algún momento se paralizó aquello que tradicionalmente motorizó a esa comunidad o el desarrollo de ese lugar. Crisis abrupta significa que, o una gran empresa o una actividad principal como puede ser el ferrocarril, paralizaron su producción y se paralizó, en consecuencia, esa localidad.

*Las localidades que tienen un perfil en crisis paulatina. No existe un día en la memoria del territorio en que se paralizó la producción porque cerró Acindar o dejó de funcionar el ferrocarril o YPF dejó de extraer petróleo, sino que se sigue haciendo lo mismo de siempre, pero cada vez integrando menos gente; cada vez más declinando lentamente. En gran medida, se puede decir que es el caso del interior de la provincia de Buenos Aires, cuyo perfil sigue siendo el mismo (agrícola), no hay un cambio significativo en el perfil, pero cada vez contiene a menos gente. Está en una crisis paulatina: no hay un momento en que se quebró la producción primaria agrícola, pero sigue lentamente, paralizándose.
En la crisis abrupta (primer caso) se da la mayor tensión; la tensión entre las posibilidades del lugar y los conocimientos o capacidades de las personas. Esto es: en Cutralcó se paralizó la parte de la producción petrolera; las posibilidades no indican que el petróleo pueda reconstituirse y ser el perfil de desarrollo de Cutralcó, pero casi todo el mundo sabe trabajar en relación con eso. La tensión entre las posibilidades, las perspectivas y las capacidades, son muy fuertes. Ahí se dan los casos de mayor tensión, porque los conocimientos de la sociedad van por un lado y la potencialidad del territorio lo ha dejado de tener. En un lugar donde había ferrocarril y talleres de ferrocarril, quedó gente ex empleada ferroviaria que trabajaba en el taller y ahora se dedica al tema de labranzas o a algún tipo de producción primaria. La tensión entre aquello que se añora, lo que fueron las capacidades y las posibilidades, es muy alta. Es el caso de mayor tensión en Argentina y se da en estos municipios.
La crisis paulatina (segundo caso) aparece cuando la localidad sigue desarrollando las mismas actividades, básicamente el mismo perfil, pero ha bajado su capacidad.

-El tercer tipo lo comprenden las localidades cuyo perfil no está definido. Esto no quiere decir que la localidad no tenga un perfil, sino que no lo tiene definido para el desarrollo local. Esto es: Viedma en Río Negro, por ejemplo, tiene un perfil definido: la mayor parte de la gente trabaja en la administración estatal (municipal o de gobernación); es claramente una ciudad administrativa, no es que no tenga perfil. Lo que no tiene es un perfil de desarrollo local; su perfil no está orientado al crecimiento económico y al impacto social. Todo territorio tiene un perfil definido.

Lo que interesa es saber si tiene un perfil definido para el desarrollo local.
Básicamente, el grueso de los territorios en Argentina, se encuentran o bien en la situación de crisis (abrupta o paulatina) o con un perfil que no parece muy definido para el desarrollo local. De ahí que el primer punto para definir el desarrollo local es visualizar hacia dónde va un territorio. Nadie puede pensar en promover una actividad económica o productiva si no tiene claro hacia dónde se motoriza el crecimiento o el desarrollo de ese territorio.

Ahora bien: el crecimiento o el desarrollo de ese territorio no tiene que ver sólo con presentar ideas. “acá se podría poner una industria metal – mecánica”, o “acá tendríamos que lograr reflotar el frigorífico”. Tiene que ver con ideas y con la factibilidad económica, pero, fundamentalmente, tiene que ver con la identidad local. Por eso, los programas de desarrollo local no se pueden construir desde afuera. No puede venir alguien de afuera y decir: “me parece que acá habría que hacer esto”. Porque la clave son los actores locales, los que viven en el lugar; los que pueden realmente motorizar o no un proceso verdadero de desarrollo local. No es un problema de generar ideas, tiene que ver con ideas que, a la vez, se correspondan con la identidad local; que tengan que ver con lo se que sabe o no en relación con las expectativas de la sociedad. Si no tiene que ver con la identidad local, la mejor idea se puede frustrar.

El territorio argentino está lleno de buenas propuestas en localidades que no han funcionado, no porque no sean ideas interesantes, sino porque no se corresponden con la identidad local. O sea: el eje del desarrollo local es definir un perfil. Un perfil no sólo está definido por lo que hay en ese territorio, por lo que se podría hacer en él, sino, además, por la viabilidad económica de lo que se propone y, fundamentalmente, por los que viven, cómo viven y qué expectativas tienen o no.

No es sólo un problema técnico; es un problema fundamentalmente cultural y de identidad para el desarrollo local. El mejor plan estratégico puede fracasar si no tiene nada que ver con lo que vive la gente del lugar. De ahí que el desarrollo local requiera de un fuerte consenso de las instituciones locales. No puede, por ejemplo, alguien decir desde Buenos Aires “voy a hacer el plan de desarrollo local de Tres Arroyos” si no tiene antes una clara articulación con los sectores locales.

El primer eje, entonces: para el desarrollo local, si no hay perfil definido, si no hay condiciones para un perfil de desarrollo, no hay modelo de desarrollo local posible. Si la localidad no puede definir hacia dónde va, no hay ninguna chance de pensar el desarrollo local. El desarrollo local tiene una puerta de entrada que es el perfil productivo, que es aquello que motoriza el crecimiento económico y la mejora de las condiciones de vida.

Esto es, la forma de organización económico social pero con un perfil productivo, es decir: algo que motorice el crecimiento económico. Un perfil de desarrollo no puede considerarse el hecho de que sea una comunidad solidaria, por ejemplo. Eso sería un elemento que favorece; pero el perfil de desarrollo es el turismo, o el perfil metal-metánico, o alguna otra cuestión. Todo lo otro pueden ser pre-condiciones de ambiente que favorecen. Pero el perfil de desarrollo económico no es el estilo de vínculos sino una (o más de una) actividad económica que motorice. El promover el desarrollo local no tiene como objetivo generar asociatividad o vínculos; esto puede ser claramente un elemento sin el cual no se da. La clave no es esa sino motorizar actividades económicas. De hecho, puede ser un paso previo para esto, pero no porque una comunidad tenga buenos vínculos, articulación y se llevan bien las instituciones, está en condiciones de desarrollo local. Además de eso, debe tener alguna actividad que funcione y que genere un circuito económico positivo para la gente del lugar. El desarrollo local tiene un fuerte componente económico; lo primordial, básicamente, es lo económico. No lo asociativo, no la creación de vínculos sino la actividad económica y todas las condiciones que se pueden llegar a encadenar detrás de ella.

En Argentina, precisamente, el grueso de las localidades están en situación de crisis de perfil o están en un perfil no definido, porque han sido muy castigadas por el proceso de desindustrialización y, en la última década, por la convertibilidad que terminó complicando aquello que había tenido un desarrollo evidente: las actividades rurales, todas las áreas rurales de Argentina tenían un perfil muy claro: La Pampa, el interior de la provincia de Buenos Aires, Santa Fé y Córdoba.

Hoy están en crisis paulatina o abrupta porque las condiciones del contexto fueron cambiando mucho. El contexto económico fue muy desfavorable para las localidades. Ese es el principal problema del desarrollo local: que es ¿cómo vamos a poder definir un perfil en la localidad de Trenque Lauquen, por ejemplo, para ver hacia dónde queremos ir si hay que ver hacia dónde va el país y en qué condiciones económicas estamos y si dentro de 20 días cambian todas las reglas? Esa es la principal debilidad del desarrollo local; se tiene que trabajar desde lo local sufriendo los cambios del contexto.

Las fortalezas del desarrollo local tienen que ver con que los que lo hacen saben de qué se trata porque viven en el lugar y tienen más idea de las condiciones. A diferencia de lo que pasa a nivel nacional donde no lo pueden definir, acá sí, pueden manejar los recursos, algunas ideas; pueden definir en algún sentido el rumbo hacia dónde van. Esa es la diferencia fundamental: la potencialidad. Por ejemplo, podemos llegar a un buen programa de desarrollo local en Rafaela si de golpe el cambio de contexto pone en crisis a Sancor, lo que implica que el contexto está siendo desfavorable. Claramente, hay un problema de contexto para el desarrollo local pero hay muchas oportunidades en la medida en que están trabajando los actores del lugar, potenciando lo que existe en ese lugar.

SEGUNDO ELEMENTO: el tipo de municipio.

Este eje se concentra en qué tipo de municipios pueden encarar actividades orientadas al desarrollo local. ¿Quiénes pueden potenciar? ¿Qué localidades? ¿Qué territorios pueden potenciar un programa de desarrollo local? ¿Es una cosa de cualquier territorio o no?
Argentina tiene más de 2.100 municipios.

El municipio más grande es de casi 1.500.000 habitantes y el más chico es de 90 habitantes, con lo cual, el abanico es extremadamente amplio y obliga a hacer una división en, por lo menos, cinco tipos de municipio para tratar de ver estas condiciones de desarrollo local en cada uno:

-El primer grupo son las denominadas comunas. Aparecen como comunas o municipios de tercera, de acuerdo a las provincias, o en algunos casos, comisionado de fomento. Son los municipios de hasta 2.000 habitantes. Estos municipios en Argentina tienen un componente casi exclusivamente rural. Hay una planta urbana muy pequeña y casi todos los componentes son rurales. Parte de las localidades de la provincia de Buenos Aires son así; muchos de los municipios de la provincia de Santa Fé son comunas de menos de 1.500 habitantes y casi el grueso de la Patagonia sur, son comunidades de menos de 2.000 habitantes.

En la comuna de menos de 2.000 habitantes no se puede hablar estrictamente de que exista un “Estado local”; hay muy poco Estado local. Básicamente, lo que hay son algunos elementos; hay alguien que coordina o que maneja la estructura municipal y algún ayudante, pero no mucho más que eso. Tampoco se puede encontrar a la sociedad civil muy organizada, sino que hay fundamentalmente redes de familia. Hoy, un municipio de Entre Ríos de 1.500 habitantes está manejando un presupuesto mensual de $ 3.500, con lo cual no se puede hablar de Estado local, pensar la inserción, el perfil de desarrollo, el motor de desarrollo, cuando en realidad no se está manejando presupuesto. Prácticamente no tiene condiciones para emprender nada.

-Segundo: lo que se llaman municipios chicos. Son los que comprenden desde 2.000 a 10.000 habitantes, en términos generales. Tienen algo más de lo local, pero muy poco: pueden tener una persona encargada del área de acción social, un secretario de producción o líder productivo. Hay un poco más de equipos técnicos (no mucho más) y fundamentalmente hay organizaciones de base: unión vecinal, asociación de fomento, club de barrio. Hay, sobre todo, instituciones de base y en algunos casos, entidades intermedias como pueden ser Cáritas, Cruz Roja o algunas instituciones más amplias.

Los municipios chicos tienen un poco más de equipo técnico, más capacidad técnica pero, al igual que los primeros, tienen una fuerte dependencia de los recursos: prácticamente no manejan muchos recursos y sería muy difícil planificar el desarrollo local. Parece muy difícil poder planificar el desarrollo local en estos términos o poder trazar un programa de perfil productivo cuando la realidad es muy chica y con muy pocas condiciones de desarrollo.

-Tercero: los municipios grandes. Básicamente son de 10.000 a 100.000 habitantes. Acá sí, claramente, hay un Estado local más consolidado con secretarías, distintas áreas; más recursos, más conocimiento y hay organizaciones de base, entidades intermedias y –en muchos casos- universidades o sedes de universidades. Está más consolidada la estructura organizativa.
Hasta este nivel, lo local es igual a la cercanía. Hasta acá se conjuga la idea de lo local como “lo cercano”. No hay que hacer mucho protocolo para ver al intendente o para intercambiar opiniones; cualquiera puede ir a ver a la casa al secretario de gobierno o hacienda. Hasta acá, la cercanía marca la idea de lo local: no hace falta ir al municipio para nada, la noción de cercanía hace a la potencialidad del lugar. Acá lo local es igual a lo cercano, más allá de los recursos.

-En cuarto lugar, aparecen las ciudades intermedias. Se presentan con 100.000 a 250.000 habitantes. Además de haber más recursos y más Estado local, la problemática social tiene que ver con la estructura de los servicios. Esta discusión sobre cuál es el servicio que presta la provincia; cuál es el que presta la municipalidad, quién rompe la vereda y quién la arregla y por dónde pasa la jurisdicción de uno y de otro. La problemática de los servicios aparece como central, luego la problemática de las políticas sociales y, en muchos casos, la propia seguridad.

La problemática está más orientada a las ciudades. Tiene más ventajas en términos de recursos porque recauda más al tener mejores condiciones. Pero, a la vez, problemáticas nuevas, distintas y, además, se pierde la dimensión de lo local, ya no es tan fácil intercambiar con el otro; ya no se puede ver al intendente en la casa sino que se va perdiendo lo local. Aparece la estructura gubernamental, aparece la estructura del Estado al frente de la sociedad. No todo está mezclado como puede ser, sobre todo, en los municipios chicos.

-Por último, aparecen las áreas metropolitanas. Básicamente, son las localidades de más de 250.000 habitantes. El eje central está dado por los cruces de jurisdicción. Esto es: la persona que vive en un lado y trabaja en el otro (Rosario y el Gran Rosario; Córdoba y el Gran Córdoba; la ciudad de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires). Aquí encontramos, por ejemplo, que al hospital de la ciudad de Buenos Aires concurre quien vive en ella y el habitante del conurbano. Existe la discusión sobre quién es el contribuyente, quién es el usuario y quién es el ciudadano del lugar.

En el caso de la ciudad de Buenos Aires, viven 2.700.000 personas y entran todos los días 3.000.000 de personas, con lo cual, esta discusión se hace muy fuerte. Pero también se hace muy fuerte entre los Partidos del conurbano bonaerense por los hospitales como en los casos de Rosario y de Córdoba.

¿Qué significa esto y qué tiene que ver con el desarrollo local?

-Primero: tratar de hacer un mapa de Argentina. En Argentina, el 85% de los municipios son de menos de 10.000 habitantes. Con lo que podemos inferir que el 85% de los municipios tienen problemas para el desarrollo local porque cuentan con escasos recursos y escasas condiciones técnicas y organizativas.

Mientras, el 75% de la gente vive en ciudades de más de 100.000 habitantes. Entonces, hay muchas jurisdicciones, pequeñas localidades, pequeños territorios casi sin población y en pocas jurisdicciones se da la concentración de población. Esto marca un primer problema a la hora de pensar el desarrollo local. El grueso de los gobiernos locales no tienen recursos suficientes. El grueso de la gente vive en instancias que no son locales, donde la cercanía ya no es un dato, sino en localidades con más de 100.000 habitantes, donde las conflictividades son de rutina. La estructura poblacional argentina hace que haya muchos municipios con pocas condiciones; pocos municipios superpoblados alrededor del Gran Buenos Aires, Rosario, Córdoba, Santa Fe y Mendoza. Primer elemento importante para tomar en cuenta.

-Segundo elemento. en el primer tipo (hasta 2.000 habitantes), difícilmente se vaya a pensar una política de desarrollo local, si no es a escala regional. Difícilmente, un municipio de 2.000 habitantes pueda encarar un programa de desarrollo local; tendrá que juntarse con otros y constituir una región; si no va a estar en fuertes dificultades para lograrlo.
En los de más de 100.000 habitantes, difícilmente se pueda tener una unidad de desarrollo local. La Matanza difícilmente pueda pensar en un único perfil de desarrollo; seguramente tiene más de uno porque tiene características muy distintas en su localidad. Acá, la escala de desarrollo es menos que municipal; es submunicipal.

El segundo punto, entonces, es que el desarrollo local no sólo es un problema de perfil. En segundo lugar, es un problema de escala. No sólo se trata de definir hacia dónde va, sino también de escala posible. La pregunta a realizar para saber si un territorio tiene condiciones para desarrollo local, es ¿Cuál es la escala de desarrollo local posible? En los municipios más chicos o en la comuna, la escala tiene que ser regional; no puede esa localidad sola encarar un programa de desarrollo local; tiene que agruparse. La escala, en general, es regional.

En los de mucha población, difícilmente se pueda dar un único perfil o definir un único programa. Hay que achicarlo. La escala puede ser barrial o submunicipal. Y en los municipios de 10.000 a 100.000 habitantes, parece haber mejores condiciones para la escala municipal de desarrollo.
Hasta ahora, el desarrollo local tiene que ver con el perfil y el motor económico del lugar y también tiene que ver con la escala. Está tan fuera de escala Lomas de Zamora, Morón o La Matanza como el municipio de 2.000 habitantes. Ambos están fuera de escala; por condiciones distintas. Uno puede estar en medio de un área metropolitana en condiciones muy dificultosas para crear un programa y un perfil propio y el otro porque no maneja recursos ni condiciones mínimas para encarar un programa económico mínimamente sustentable que le dé viabilidad a ese territorio.

El segundo punto es que el desarrollo local también es una cuestión de escala, no sólo de perfil. Argentina tiene un serio problema porque está casi todo fuera de escala. En algunos casos está fuera de escala por estar muy poblado y en otros por estar con muy escasos recursos y muy bajas condiciones. La distribución del territorio en Argentina no estuvo en relación con el desarrollo local sino que estuvo pensada para completar las participaciones.

Los municipios, en el ’83, cuando comienza la democracia, eran 1.500. Hoy, en el 2002, son más de 2.100. Las constituciones provinciales se fueron reformando, sobre todo durante la década del ’80 y fueron achicando los requisitos para ser municipio, el número de habitantes necesario para ser municipio, porque la idea era “cuanto más chico mejor”. La idea que predominaba en los ’80 era de territorio, cuanto menos poblado mejor, porque hay más cara a cara, hay más intercambio, hay más relación, hay más vínculo entre vecinos.

TERCER ELEMENTO: los circuitos económicos.

El tercer punto para contemplar el desarrollo local, son los circuitos de economía que funcionan en ese territorio. Los flujos económicos del lugar tienen que ver con el análisis de lo que pasa hoy en Argentina, y se dividen en 3:
*Economía de subsistencia,
*Economía informal,
*Economía formal.

La economía formal en Argentina, tiene determinadas características:
a) que se maneja con la lógica del mercado y de la competencia. Quien tiene una panadería en el sistema formal, además de tener CUIT y poder pagar los impuestos, compite con otros que tienen panadería; trabaja con ciertas reglas de competencia de mercado;
b) trabaja con reglas de costo-beneficio: le cierra o no el negocio, en la medida en que produce a un nivel o escala adecuada;
c) compite además en la calidad del producto. El mercado no sólo lo da el potencial de consumidores sino la calidad del producto.
Funciona basándose en el financiamiento, por eso es que gran parte de la economía está en crisis. Sin financiamiento parece muy difícil poder potenciar la economía.
Tiene una determinada escala o volumen de producción. Al panadero, por ejemplo, no le sirve hacer 3 Kg. de pan por día. La escala o el volumen es determinante.
Una parte de la población está en la economía formal; trabaja bajo estas reglas. El sector privado (al que le puede ir mejor o peor) trabaja bajo estas reglas. Dependiendo de cómo esté la situación en el territorio, funcionará mejor o peor.

Tradicionalmente, esto era lo único que había en los territorios en Argentina. Lo que se consideraba economía informal, terminaba derivando acá. La tradición latinoamericana tiene una fuerte presencia del mercado informal. La tradición peruana, por ejemplo, era de fuerte presencia de una economía informal, en negro, que intercambiaba en el mercado. En Argentina no era así; en Argentina, la tradición era que una persona podía poner un taller atrás de su casa, sin pagar impuestos, pero terminaba colocando el producto en la economía formal, vendiéndole al quiosco, vendiéndole a la empresa, a otro partista y terminaba, directa o indirectamente, en el mercado formal. No eran como sistemas paralelos, separados, sino que todo en Argentina, terminaba en el sistema formal.

La economía informal, en los últimos tiempos, ha tomado otras características en Argentina, que la hacen distinta y son clave para entender el desarrollo local. Por un lado, se trabaja más con el “cara a cara”, no hay tanto mercado: encontramos a la mujer que hace empanadas y vende a los vecinos, o hace ropa y trata de venderla como producto a la gente del lugar. Claramente, ahí no se maneja con normas de competencia o de mercado sino que está trabajando más en una situación de cara a cara. Trabaja con costos muy relativos, porque nunca queda claro cuánto cuestan las empanadas, si es o no negocio hacer la empanada y poder venderla, o si es negocio o no aquello que se traduce en economía informal. Tiene un problema serio de calidad, sobre todo un problema de estandarización: una fuerte dificultad en el mercado informal para lograr que los productos sean parejos; aquél que hace algo en el mercado formal debe hacerlo siempre parejo, todas las empanadas salen iguales y con la misma calidad. En el mercado informal la cosa es artesanal, mucho más “como va saliendo”. Tiene problemas con el capital inicial: es sin capital inicial; el capital inicial generalmente es la mano de obra. Por último, se trabaja en volumen muy pequeño, se trabaja en una pequeña escala.

La economía informal, históricamente en Argentina, ha sido un complemento de la formal. Al dejar de serlo y al ser un sistema paralelo, lo que tenemos que ver con el desarrollo local, es cuál es la economía predominante en ese territorio, cómo funciona la economía del lugar; si funciona bajo ese sistema básicamente o si funciona articulada.

La economía de subsistencia es más elemental. Donde la producción es para el autoconsumo, donde predomina la escala familiar; se produce a esta escala y no a un volumen de producción mayor. La producción es muy asimétrica: tiene la huerta en el fondo de su casa, a veces se produce, a veces no. A veces tienen más, a veces menos. No hay volumen y es muy asimétrica. Gran parte aparece más como política social que como política económica. El programa Pro Huerta o distintos programas de atención al consumo, se acercan más a la política social que a la política económica.

La tradición argentina territorial marcaba que ésto era un proceso, que la persona se ponía una huerta atrás de su casa, aprendía a producir tomates y lechuga, y con el tiempo, además del autoconsumo, obtenía un excedente que vendía a los vecinos del lugar y empezaba a tener idea de comercialización. Con el tiempo, si le iba bien, ponía una verdulería y entraba en el mercado formal. Ese esquema, hacía que el desarrollo local en Argentina, sólo se pensara desde lo formal. Para el modelo tradicional, lo demás, era un proceso o una situación crítica que, en algún punto, tendía a desembocar en la economía formal.

La realidad argentina hoy es distinta, y es que muchos de los que están formalizados terminan cayendo en la informalización, esto se ha quebrado: no hay relación entre uno y otro y son como dos sistemas paralelos, dos sistemas sin vínculos entre sí o con pocos.

Lo tercero que se plantea como necesidad, para el desarrollo local, es ver cuál es el circuito económico predominante o cómo funciona realmente la economía de ese lugar. No trabajar con el presupuesto de que todos van a desembocar en un mercado formal, sino trabajando sobre la realidad.

El trueque, claramente lo vamos a encontrar como elemento novedoso. Vamos a encontrar distintas modalidades económicas en un lado y el otro. La mayoría de los territorios en Argentina tienen una mezcla de ambas cosas, sin vínculos entre sí. La mayoría de los territorios en Argentina tiene una parte de la gente en la economía informal y una parte de la gente en la economía formal, casi sin vínculos. El definir eso, significa pensar el desarrollo local. Puede ser que el desarrollo local parta de la informalidad; puede ser que parta de la formalidad. Depende de las condiciones y del circuito económico predominante en el lugar. Esto todavía es muy discutible, porque para muchos es imposible pensar que esto funcione o crezca de alguna manera, que simplemente se reproduce en sí mismo. Hay un punto de vista según el cual esto no es desarrollo local sino una forma de sostenerse, es una forma de conseguir la subsistencia, a diferencia de lo que sí promueve el crecimiento económico del lugar.

El punto clave para el tercer punto, es definir cuáles son los circuitos económicos predominantes en un territorio y en función de eso, cómo se piensa invertir y qué características tiene el perfil de desarrollo. Para evaluar un territorio, para encarar un programa de desarrollo local, hay que tener en cuenta esto. Cuando un territorio tiene un alto componente de economía informal, hay que pensar cómo orientar esa economía en función del perfil.

CUARTO ELEMENTO: el modelo de gestión.

El cuarto eje del desarrollo local, tiene que ver con la gestión. Está orientado fuertemente a cómo se gestiona en ese territorio, no tanto a qué perfil económico tiene ni qué condiciones, hace más al gobierno y a las instituciones del lugar.
Para tomar en consideración o evaluar el modelo de gestión de un territorio, hace falta articular tres elementos:
-Los instrumentos técnicos: la capacidad técnica (qué se encara, qué políticas, qué programas, qué líneas de trabajo tiene ese territorio).
-La voluntad política: que hace referencia a cómo se gobierna, no sólo qué programas y qué líneas.
-Los actores: quiénes participan.

Para pensar o evaluar un modelo de gestión, para ver qué condiciones hay de desarrollo local en un lugar, hay que establecer básicamente esas condiciones. En términos muy generales, los instrumentos técnicos marcan el qué se hace, qué política se encara. La voluntad o estilo político marca cómo se gobierna. Y los actores marcan el quiénes participan. Este componente tiene que ver con cómo es el modelo de gestión. Complementa los otros que son: el perfil, la escala y el circuito económico.

El primer elemento, es decir el programa y las políticas, define básicamente hacia dónde se perfila ese territorio. Cuál es la línea estratégica; hacia dónde va encarando esa gestión el programa de trabajo y las acciones para ello.
Hay un primer elemento importante: que en general en los gobiernos locales, no existe relación entre el programa cuando se define y las políticas que se implementan. Generalmente, el programa dice “vamos para allá” y las políticas son de cualquier otra manera. No tiene que ver con la culpa de los gobiernos locales, sino, muchas veces, con la misma lógica de los gobiernos nacionales. Esto es: a veces, desde el nivel nacional se encara un programa que se aplica en el territorio y más allá de su característica o su necesidad, en el municipio se empieza a encarar este programa, independientemente de cuál es la estrategia o hacia dónde se va. Cuando son muchos los programas que se aplican en el territorio, lo que tenemos es una multiplicidad de programas, que no siempre tienen que ver con aquello que es la estrategia o la línea de trabajo de ese lugar. A veces, la línea del programa no tiene mucho que ver con las políticas o los proyectos que se encaran en los territorios.

Después tiene que haber una evaluación y un seguimiento de las políticas que se hacen. En el modelo de gestión, para medir la eficacia, la pregunta es ¿lo hizo o no lo hizo? cuando el gobierno quería hacer tal cosa. Si lo hizo, fue eficaz. Si no lo hizo, no lo fue. La eficiencia, que mide los costos y las condiciones. La sustentabilidad que tiene que ver con la continuidad de las líneas de trabajo. Los que realizan este tipo de estudios sostienen que Argentina es el país que a nivel local tiene el menor nivel de sustentabilidad. O sea: tiene la mayor cantidad de cambios en sus programas o en sus líneas de trabajo, comparado con Chile, Brasil o Uruguay.

Segundo elemento: el estilo político, que es el cómo se gobierna. Se pueden mencionar tres estilos:
-El modelo centralizado es aquel en el cual, el que planifica y ejecuta es el gobierno municipal. No abre el juego a nadie. Es un modelo NO participativo. No están considerados la sociedad vecinal, la empresa del lugar, etc. El gobierno municipal planifica y ejecuta él mismo. El modelo centralizado es el modelo que en Argentina se llama “modelo del hacedor”: el gobierno hace sin articularse con nadie. Ese modelo tiene un objetivo, que es apuntar a la eficacia. No busca que la gente participe; directamente busca hacer. El que planifica y ejecuta, es el gobierno. Hay poca relación con otros actores.

-Segundo: modelo descentralizado. Parte de la base de que el que está en mejores condiciones de hacer las cosas, es el que está más cerca del problema. A diferencia del primero, que plantea que planifica y hace el gobierno, en este modelo el que está en mejores condiciones de resolver, es el que está más cerca de los problemas. La lógica del modelo descentralizado sería: ¿Qué mejor que la sociedad de fomento y la unión vecinal del barrio definan qué hay que hacer en ese barrio, antes de que el gobierno lo defina? Porque son ellos los que conocen la realidad y están más cerca del problema.

El modelo descentralizado tiene un problema que es el manejo de los tiempos. Muchas veces, hasta que se ponen de acuerdo las distintas instancias, tardan mucho. Es lo que se llama modelo descentralizado participativo. Cuando funciona bien, apunta a la eficiencia. Apunta a hacerlo de la mejor manera posible. Apunta a que lo que se haga sea realmente lo que se necesitaba según los que marcaban las condiciones de ese territorio.

-Tercero: modelo de gestión asociada. Este modelo supone que, en la planificación y en la ejecución, trabajan en conjunto el municipio y las organizaciones sociales. Definen qué van a hacer (la estrategia) articuladamente, de manera asociada. Por eso se lo denomina modelo de gestión asociada y cuando funciona bien, se supone que apunta a la sustentabilidad. Puede cambiar el gobierno, puede cambiar el intendente o puede cambiar el presidente de la sociedad de fomento, pero esto va a continuar en la medida en que se institucionalizó el proceso: ese sería el supuesto de la sustentabilidad.

Modelos de gestión asociada hay algunos. No depende de que la gestión completa sea así, pero tiene mucho que ver con los programas. Algunos casos, como por ejemplo, el caso de Reconquista, Rafaela o Pico Truncado en el sur: tienen y están encarando algunos programas de esta forma asociada. Donde no hay mucho de esto claramente, es en el conurbano y en los grandes centros urbanos. Se hace muy complejo porque los intereses y los conflictos son enormes. El juego de poder es muy fuerte. Es mucho más fácil este modelo en escala más pequeña que en la más alta.

Tercer elemento: actores involucrados.
-En el modelo centralizado, todo lo hace el Ejecutivo municipal y no participa nadie. El gobierno lo hace, lo planifica, lo diseña y lo ejecuta y no hay articulación. Es un gobierno que consolida las cosas y las hace.
-El segundo modelo, descentralizado, parte de la base de que los que trabajan fuertemente son las organizaciones sociales: organizaciones de base, entidades intermedias y ONGs. Los actores que participan más activamente son las instituciones sociales porque están más cerca de los problemas.
-El modelo de gestión asociada supone la articulación de estos dos niveles: el Ejecutivo y las organizaciones sociales. Es muy difícil de llevar adelante, primero, porque muchas veces el intendente dice “yo no voy a fomentar un modelo de participación para que todos terminen siendo candidatos a intendente”. O, al revés, está el que no quiere pagar los costos políticos de estar en la foto con alguien que lo deje “pegado”. El modelo de gestión asociada supone esta articulación.

Queda un elemento básico en el medio, que es el Concejo Deliberante que plantea uno de los elementos fuertes del desarrollo local debido a su rol. Los gobiernos locales, al hacerse fuertemente ejecutivos, más allá del modelo que tengan, tienden a hacer cada vez más cosas. Tienden a restarle rol al ámbito deliberativo o parlamentario. Acá aparece un problema serio que es el rol del Concejo Deliberante. En el primer modelo no tienen nada que hacer, porque el gobierno hace; el Concejo a lo sumo controla. En el segundo modelo, tampoco. En el tercer modelo quedan en el medio. En el desarrollo local, según el modelo de gestión, uno de los problemas es el rol efectivo del Concejo Deliberante, no el que deba tener de acuerdo a la normativa o de acuerdo a la ordenanza, sino realmente qué puede hacer y cómo puede articularse. Ese es uno de los puntos donde más hacen hincapié las reformas institucionales en el nivel local.

Un punto más sobre el rol del Concejo Deliberante. Se plantean tres modelos o alternativas. Uno es el modelo español en donde, básicamente, los concejales tienen una doble función: de deliberativo y de ejecutivo. El modelo español significa que el intendente elige a los secretarios (de obras públicas, de hacienda, etc.) de entre los concejales. Entonces, alguien salió elegido concejal y además puede ser secretario de políticas sociales o secretario de hacienda. En una doble función con la intención no sólo de que no quede desdibujado su rol, sino que forme parte del Ejecutivo. Ese primer modelo es el que acerca más al concejo a funciones ejecutivas, a más compromiso con el ámbito ejecutivo. La crítica a este modelo es que tiende a ser un instrumento de poder donde compra o no a los concejales en función de los intereses del Ejecutivo. Pero, la línea es meter al Concejo Deliberante en el Ejecutivo.

El segundo, es el modelo norteamericano que tiene como objetivo promover la participación de candidaturas independientes para la elección del Concejo Deliberante y desfasar al resto del cronograma electoral, en tanto se vote a concejales en ese lugar y no al resto de las candidaturas, con la intención de que sean representantes de instituciones sociales; queda menos vinculado al Ejecutivo.
Tercero, encontramos un modelo mixto, más al estilo Francia, en todo caso, que supone que parte de las decisiones del Ejecutivo estén en manos del Concejo Deliberante, que éstas sean transferidas.

El caso argentino, es un modelo donde el Concejo Deliberante queda claramente en el medio, tiene funciones exclusivamente deliberativas, define el presupuesto y controla lo que está haciendo el Ejecutivo, y como tal, pierde peso frente a la realidad que es el gobierno que hace muchas cosas (bien, mal; más o menos participativo, pero que hace muchas cosas). Los gobiernos locales, hoy en Argentina, tienen un fuerte sesgo ejecutivo, son generadores de políticas permanentemente, con el estilo que sea en cada lugar. Cuarto punto, entonces, el modelo de gestión para el desarrollo local.

QUINTO ELEMENTO: las políticas sociales.

En el nivel local, en Argentina, podemos encontrar cuatro tipos de políticas sociales. No se trata de políticas que vienen de arriba hacia abajo, sino que con determinadas características se encaran desde el nivel local, con muchos o pocos recursos, de acuerdo a la situación en la que se esté trabajando.

Estas políticas sociales locales son:

-El primer tipo involucra todo lo que tiene que ver con lo alimentario, los municipios han comenzado a encarar políticas alimentarias, en parte a través de la distribución de lo que viene del nivel nacional y, en mayor medida, generando una cadena de valor propia, acordando con productores o comerciantes del lugar para que le entreguen al municipio parte de lo que producen y así poder distribuirlo entre la gente más necesitada del lugar. Gran parte de lo que hoy se hace en políticas sociales a nivel municipal tiene que ver con lo alimentario y con programas más allá de lo que hace la Nación.

-El segundo tipo de políticas sociales que se ha encarado en los últimos tiempos a nivel local tiene que ver con el eje socio- económico, básicamente con lo productivo a nivel de microemprendimientos. Los gobiernos locales hoy visualizan que lo único sustentable es generar políticas sociales que articulen a la gente del lugar con lo productivo. Este es un tipo de política social que debería pensarse bastante bien a futuro. El grueso de los municipios ha avanzado sobre esta idea y, si bien los niveles de fracaso son altos, la conciencia generalizada de los actores locales es que lo único que podría funcionar a futuro son actividades que tengan algún eje en lo productivo y que estén diseñadas de manera tal que alguien que produce algo pueda venderlo y generar ingresos económicos propios, a la vez promoviendo ciertas capacidades productivas.

-El tercer tipo de política que se ha desarrollado a nivel local en los últimos tiempos tiene que ver con el eje de la capacitación o el fortalecimiento. Los gobiernos locales han avanzado mucho en el diseño de la planificación, pero lo que no saben los municipios es cómo hacerlo en el marco de la escasez de recursos. En este marco, las políticas de capacitación que encaran los municipios y las políticas de fortalecimiento, han transcurrido desde una instancia de fortalecer instituciones (en la Argentina los municipios hasta hace un año trabajaban en fortalecer ONGs, apoyar instituciones ya constituidas, etc.), a instancias de capacitación sobre oficios.

Hoy, por ejemplo, lo que están haciendo es contratar a alguien que desarrolle un oficio determinado, juntar un grupo de gente y que se le enseñe dicho oficio, para que después puedan desenvolverse con algún trabajo en el ámbito de su localidad. Estas instancias de capacitación han pasado a promover redes y articular a la gente del lugar con la idea de darle algunos conocimientos. Este tipo de política social se cruza con la economía social y con la idea de generar, en el nivel local, instancias de servicios urbanos, de preparar a la gente para oficios, para que de alguna manera, con algunos elementos, puedan defenderse.

-El cuarto tipo tiene que ver con los programas de empleo. En general los municipios no tienen programas de empleo propios porque no tienen recursos como para encararlos, la diferencia es cómo usan los programas de empleo existentes. La tradición de los programas de empleo les ha exigido a los municipios contrapartes que los han llevado, en términos generales, a situaciones de tensión en la definición de los proyectos.

El punto clave para los municipios en la actualidad es que los programas de trabajo no pueden funcionar si no hay capital de trabajo. Es imposible darle a alguien parte del financiamiento de sus honorarios y no pueda generar un capital mínimo para que tenga herramientas para desempeñarse en el trabajo. No hay manera de generar políticas sociales articuladas con el empleo si no se acompañan con capital de trabajo. Si no va acompañado de capital de trabajo queda condenado simplemente a otorgar subsidios y la persona no tiene la posibilidad de interactuar en el mercado de trabajo. A grandes rasgos, se puede decir que las políticas sociales que hacen los municipios son parches, en términos generales, que tratan de sostener como pueden lo que no viene de la Nación o por los recursos que les faltan.

-El quinto punto, entonces, tiene que ver con las políticas sociales. Se supone que el desarrollo local empieza a articular políticas sociales y desarrollo cuando en el programa de empleo que se genera, los emprendimientos productivos y los programas de capacitación están orientados al perfil de desarrollo. Para esto hacen falta instrumentos de planificación específicos, que se verán a continuación.

SEXTO ELEMENTO: el desarrollo local como proceso.

El sexto y último punto tiene que ver con la idea del desarrollo local como proceso. Esto es: el desarrollo local no tiene que ver sólo con la construcción de una idea; se trata de pensar el desarrollo local y después introducir los instrumentos de planificación como un proceso.

Esto significa básicamente, un proceso en el cual hay diferentes etapas:

-Primero, un conjunto de actores que hay en un territorio: la municipalidad, las empresas, los comercios, las organizaciones de base (las más elementales: sociedad de fomento, unión vecinal, grupo comunitario), entidades intermedias (al estilo Cáritas, Cruz Roja), ONGs (organizaciones más consolidadas, más profesionales) y vecinos sueltos (el que no pertenece a ninguna de las otras tres) que sería el 70% de la gente que no participa en ninguna organización; es un vecino pasivo o un vecino suelto.

-Segundo, cuatro modelos de políticas.
La primera es la política de asistencia: que consiste en alguien que da algo (el municipio) y alguien que recibe (los vecinos). Un comedor, por ejemplo: si la gente va a comer y vuelve a su casa, es una política de asistencia. La asistencia no es “asistencialismo”: cuando uno le da algo a alguien para tenerlo atado, para que lo vote. La asistencia es dar un subsidio, dar un alimento; dar algo es asistir. La política de asistencia consiste en alguien que da y alguien que recibe. El que recibe es pasivo y ahí terminó la relación.

En segundo lugar, la política de promoción. Supone alguien que da algo y alguien que recibe, pero hay dos diferencias: primero, el que recibe es activo, hace algo. El que va a un comedor y participa de actividades comunitarias, está siendo activo; no sólo recibe, sino que hace algo. Segundo y fundamental, para que haya promoción tiene que haber capacitación. Esto es: promoción significa promover las capacidades. Si el que va a comer al comedor, come, participa de las entidades comunitarias y recibe un curso de carpintería, se están promoviendo las capacidades y no sólo está recibiendo algo. En la promoción participan la municipalidad y las organizaciones sociales; van promoviendo las capacidades de las personas. Esto funciona si el que va al comedor participa y recibe un curso de carpintería, cuando hay alguien que busca un carpintero en el lugar. Si no, no sirve de nada porque en realidad se estarían creando expectativas que no tienen nada que ver con la realidad del lugar. La política de promoción requiere de un diagnóstico previo.

-Tercero: programa de desarrollo productivo, básicamente orientado a la producción y lo económico, donde participan: el primer sector que es el Estado (la municipalidad) y las empresas y los comercios. En términos teóricos, la municipalidad es el primer sector; es el sector público, el Estado. Las empresas y los comercios son el segundo sector; el mercado. Las organizaciones de base, organizaciones intermedias y ONGs son el tercer sector que es la sociedad civil.

Entonces, la política de asistencia relaciona al primer sector directamente con los vecinos. La política de promoción integra al primer y tercer sector: Estado y sociedad civil. La política de desarrollo productivo incluye al primer y al segundo sector: Estado y mercado; Estado y sector privado. Y, cuarto tipo, la política de desarrollo local involucra al primer sector, segundo sector y tercer sector; es: Estado, sector privado y organizaciones sociales. Esto es un proceso: un gobierno local que no encaró nada, debería comenzar a hacer buenas políticas de asistencia. Si tiene un buen proyecto de asistencia, probablemente pueda hacer una buena promoción. Si tiene una buena política de promoción podrá encarar un intento de parque industrial, de desarrollo productivo y, si funciona bien, podrá encarar un programa de desarrollo local.

Lo expuesto hasta aquí, es lo que tiene que ver con el marco conceptual del desarrollo local; estos seis puntos: perfil, escala, circuito económico, modelo de gestión, las políticas sociales y el proceso.

LOS INSTRUMENTOS DE PLANIFICACIÓN

Además del marco conceptual y las características, el desarrollo local tiene un elemento clave que son los instrumentos, tiene que ver con la planificación. Y los métodos de planificación exigen, por lo menos, ser inventivos y creativos en una situación que es bastante crítica actualmente en Argentina.

El marco y las características están dados por los seis ejes; el instrumento está dado por la planificación. El programa de desarrollo local, para poder realizarse, tiene que tener un plan detrás; tiene que haber instrumentos. Básicamente, a nivel territorial en Argentina, hay cuatro niveles de planificación distintos:
-El plan de fortalecimiento institucional
-El plan de gobierno
-El programa estratégico
-El plan estratégico

El programa de fortalecimiento institucional tiene que ver con la programación interna de la administración municipal. Se trata de un nivel de planificación que apunta a mejorar la calidad de los recursos humanos del municipio y las condiciones en que presta los servicios.

Así, nos encontramos con municipios que buscan informatizar su estructura interna, desarrollar programas de capacitación de su propio personal, cambiar los organigramas, reestructurar algunas áreas, etc. En general los intendentes evalúan como necesario este primer nivel de planificación, pero en muy pocos casos se lleva a la práctica debido a las dificultades internas para implementarlo (conflictos con los sindicatos u ordenanzas poco permisivas a los cambios internos). A la vez, para muchos municipios el pago de los sueldos a fin de mes resulta ser su principal política social, con lo cual pensar en reestructuraciones internas resulta una tarea muy complicada.

El plan de gobierno surge de las decisiones y las políticas que decide aplicar el gabinete municipal. Se trata de un programa no consensuado, sino de las decisiones políticas que van a determinar, qué áreas de la ciudad prioriza ese gobierno, por dónde van a pasar las obras públicas, qué perfil se le va a dar a las políticas sociales, etc.

El plan de gobierno suele confundirse con el plan estratégico, pero la diferencia fundamental es que en el primer caso no se establecen niveles de consenso con organizaciones sociales o con el sector privado, sino que directamente se aplican decisiones del grupo gobernante.
Entre el plan de gobierno y la aplicación concreta de las políticas suele haber una distancia importante y ello se debe en general a que el conjunto de los programas nacionales y provinciales que “aterrizan” en el territorio terminan complicando la estrategia del municipio y haciendo que el equipo de gobierno salga a resolver todos los problemas juntos y sin una relación directa con las prioridades marcadas en el plan de gobierno.

El programa estratégico es un tercer nivel de planificación y requiere de dos condiciones básicas: a) un acuerdo entre las distintas áreas del municipio acerca de la elaboración de un programa que le va a dar identidad al territorio (por ejemplo priorizar el turismo, el desarrollo de polos productivos, una política de infancia, un programa de creación de microemprendimientos, etc.) y b) el acuerdo con algunas organizaciones sociales que le puedan dar sustantividad a este programa.
De este modo, un programa sólo es estratégico cuando hace que el conjunto de las políticas que se implementan en el territorio se perfilen a fortalecer lo que se ha consensuado con el eje estratégico de la gestión.

Este modelo de programa estratégico presenta dos problemas importantes vinculados con las dificultades para generar acuerdos con las organizaciones sociales cuando desde el municipio no se establecen canales de comunicación adecuados y formalizados.
La diferencia entre programa estratégico y el plan de gobierno es que en el primer caso se generan acuerdos entre el Estado local y las organizaciones sociales más activas a partir de consensuar acciones y responsabilidades para el corto, mediano y largo plazo, más allá del período que dura ese gobierno.

Por último, el plan estratégico supone un trabajo articulado entre el Estado local, las organizaciones de la sociedad y el sector privado en función de potenciar las posibilidades de desarrollo que tiene un territorio o una región. Un plan estratégico apunta al trabajo de los próximos diez o veinte años de una comunidad, surge de un diagnóstico integrado (no como el programa estratégico que puede surgir del diagnóstico de un área específica) y supone la constitución de alianzas entre distintos actores para promover el desarrollo económico y social de un territorio.

La simple caracterización del plan estratégico da una idea de que no es sencillo llegar a este nivel y que, si bien puede ser fácil juntarse entre distintos actores y marcar los lineamientos de un plan, lo difícil es llevarlo a la práctica y transformarlo en políticas públicas concretas. No cualquier municipio está en condiciones de llevar adelante un plan estratégico. Para ello hace falta avanzar en etapas que no necesariamente son lineales (plan de fortalecimiento institucional, plan de gobierno, programa estratégico, plan estratégico) pero que sí sientan las bases para un trabajo de acuerdos entre el Estado, la sociedad civil y el sector privado.
Difícilmente una gestión que no tenga un buen plan de gobierno pueda pensar en programas estratégicos o en planes estratégicos, debido a que no tiene que cosas salir a consensuar con la sociedad.

Un gobierno que no ha modificado en algo su estructura interna tendrá muchas dificultades para aplicar las políticas que quiere y ello seguramente hará que los planes que se consensuen con la sociedad no sepan cómo concretarse. En definitiva, los niveles de planificación marcan un proceso de desarrollo de un gobierno local y, si bien cada caso y cada municipio es un mundo aparte, resulta evidente que el plan estratégico es un punto de llegada y no un punto de inicio para ver qué se puede hacer.

Podría decirse que el plan estratégico hoy no es útil en Argentina, no porque no sea un buen método de planificación - que claramente lo es - sino porque, simplemente no se adecua a la realidad de nuestro país en estas condiciones. No por una cuestión técnica metodológica, sino por una cuestión de practicidad y de elementos y datos reales de la Argentina de hoy. Se puede decir que lo que se puede hacer en el nivel territorial hoy son programas estratégicos. Esto es: programas donde dos años sean “largo plazo” y que sean sectoriales. Hoy, en los territorios de Argentina, esto es lo que se puede hacer. Lo ideal es, claramente, un plan estratégico, pero lo cuestionable es la viabilidad de éste en las condiciones actuales de Argentina.

El programa estratégico, es decir, cualquiera de los cuatro niveles de planificación, tiene tres etapas:
-Una etapa de diagnóstico. Lo que se hace es “sacar la foto” del lugar, ver cómo está la situación.
-Una etapa de diseño. Se elaboran las propuestas.
-Una etapa de ejecución.

El programa estratégico, entonces, que tiene un largo plazo de dos años, tiene un diagnóstico que se puede dividir en dos partes o ejes.

El primero es el diagnóstico de contexto. Esto es: antes de entrar a la cuestión sectorial, ver el contexto. Antes de ver si vamos a crear un programa de salud o de medio ambiente, de producción y empleo o de lo que sea, veamos el territorio, el contexto del territorio. El diagnóstico de contexto tiene que ver con cómo está el territorio en general y después encarar el diagnóstico específico que sí es sectorial.

El diagnóstico de contexto tiene, por lo menos, cuatro partes:
- La primer parte es definir cuál es la estructura social del lugar. Para abordar un territorio, hay que identificar las características del mismo y, fundamentalmente, identificar la estructura social. ¿Por qué dos municipios del interior de la provincia de Buenos Aires, ambos agropecuarios, son distintos? Porque la gente es distinta, porque la estructura social es distinta. No es sólo un problema de qué hay en ese lugar, sino de cómo es la gente del lugar. Esto tiene que ver con la estructura social.
*Si la estructura social está dividida en tres partes, hablamos de sectores altos, sectores medios y clase trabajadora. Si está dividida en dos: incluidos y excluidos.
*Si está dividida en cuatro: sectores altos, sectores medios en transición, nuevos pobres y pobres estructurales.
La definición primera del diagnóstico de contexto tiene que ver con identificar claramente la estructura social de ese territorio. Junto con la estructura social, es necesario establecer los porcentajes de la misma y caracterizar a cada uno.
Un programa estratégico no busca hacer un estudio exhaustivo en datos porcentuales (da lo mismo si los pobres estructurales son el 15% ó el 16%); lo que trata de ver es cómo está estructurada esa sociedad. No es lo mismo que los pobres estructurales constituyan el 60% a que sean el 10%. Esas son las miradas que se buscan; no están centradas en datos muy finos porque se busca crear programas y proyectos y no hacer un censo con un relevamiento puntual de la sociedad. Primer elemento, entonces, ver cómo está caracterizada esa sociedad.
- El segundo punto del diagnóstico de contexto, es evaluar cuáles son las principales demandas de cada sector social. ¿Qué reclaman los sectores altos? ¿Qué reclaman los sectores medios en transición? ¿Qué reclaman los nuevos pobres y los pobres estructurales? En el supuesto de que exista esta estructura. Se ven las demandas de cada sector social.
- El tercer elemento consiste en evaluar cuáles son las políticas públicas que aplica el Estado para cada sector social (sea la Nación, la provincia, el municipio) y las acciones que generan las ONGs para cada sector social. Esto es: qué se está haciendo desde el Estado y desde la sociedad civil, concretamente.
- El cuarto punto, es hacer el mapeo de actores; ver cuáles son las instituciones clave del lugar. Un programa participativo no supone que participan todos (es imposible). Están de acuerdo las instituciones clave del lugar. El punto está en las instituciones relevantes del lugar, no en que estén absolutamente todos, lo cual es imposible de lograr, sino que se designen aquellas instituciones fuertes. Si ninguna está comprometida con el proceso de planificación, esa planificación no va a llegar a ningún lado, no hay legitimidad.

Lo que se define en el punto cuatro es la legitimidad. La pregunta que se debería hacer, es: ¿si falta qué institución, el programa no va a salir? ¿cuáles son las que tienen legitimidad? Si las instituciones más fuertes de un lugar son Cáritas, la empresa aceitera del lugar y la municipalidad, y ninguna de las tres está en el proceso de planificación, por más que los planificadores estén muy entusiasmados y tengan mucha disposición para hacer, no van a poder después llevar adelante el proceso en la medida en que no están los actores clave que pueden encararlo. Depende de cada lugar cuáles son los actores clave.

Esto es el diagnóstico de contexto: sacar la foto panorámica antes de introducirnos en la foto específica de lo sectorial que se va a trabajar. Sirve para hacer un programa de empleo, uno de salud, uno de educación o de lo que fuera, porque se está sacando la foto general. Los únicos que pueden sacar esta foto, son los actores del lugar, las instituciones del lugar. Los que no son del lugar, pueden ayudar con metodología, pueden acompañar, pueden hacer un taller, pero no mucho más que eso. Los que pueden hacerlo de verdad, son los actores del lugar. Esa es la primer parte que es el diagnóstico de contexto.

La segunda parte tiene que ver con el diagnóstico específico. Ahora sí, se entra en un eje específico (de la producción y el empleo, por ejemplo). Ya no se trata de sacar la foto de cómo es la situación o la estructura sino del eje producción y empleo.

Acá hay por lo menos tres pasos:
El primero es establecer cuáles son los problemas. En producción, se puede decir que hay un problema, para un municipio X, cuando tenemos: falta de acceso al crédito, falta de asociatividad de los productores, baja calificación de los productores del lugar o de los empresarios, falta de programas de capacitación, falta de cultura emprendedora, etc. Es el listado de los problemas que existen en el lugar, no genéricos ni de la producción en el mundo, sino de ese territorio.

La primer parte es definir un listado de problemas reales, lo más claramente explicitados y lo menos universales posible: qué pasa ahí, no los problemas de producción de Argentina sino acotado a ese territorio con sus características.
Es la parte más fácil del diagnóstico específico porque es relativamente fácil ponerse de acuerdo y hacer un listado de problemas.

La segunda parte es más compleja y es donde se presentan más fracasos: cuando hay que definir los principales problemas. Planificar significa establecer prioridades y dejar cosas afuera.
Si no hay consenso sobre las prioridades, no hay plan que vaya a funcionar y no tiene ningún sentido seguir porque en realidad se sigue con un juego de dibujo pero no con un programa que vaya a implementarse después. Lo peor que puede pasar es que la planificación participativa se transforme en un debate semántico de cómo se escriben las cosas –que es lo menos relevante- y lo más relevante es que “pase algo”. Si la misión se escribe en un tiempo verbal o en otro, es irrelevante; la misión tiene que servir para saber qué quieren ser, para dónde quieren ir, lo escriban bien o mal. No es un problema de discusión semántica, sino de definir a dónde se van a poner los recursos que se tienen para lograr el producto que se quiere.

La tercera etapa con la cual termina el diagnóstico específico es definir cuál es el principal problema que se puede solucionar. Cuál es el principal problema que, con los recursos que hay y con los que no hay, se puede hacer algo. Con el diagnóstico de contexto y luego el específico; se termina la etapa de la foto y viene la segunda etapa que es encarar el diseño, empezar a elaborar propuestas.

La segunda etapa es la del diseño, es cuando se pasa del momento de ver cómo están las cosas, al momento de las propuestas y del diseño. El diseño comienza cuando está definido el tema a planificar.
El diseño tiene varias etapas. Se puede hacer con más o menos variables, depende el caso. Se pueden establecer, al menos, seis puntos que deben tener énfasis en la definición del programa estratégico.

El primero es definir la misión. No la misión de la institución, sino la misión del programa. La misión define en qué dirección se va a armar el programa; si, por ejemplo, se armarán cadenas de valor con los productores locales; si se tratará de generar articulación entre economía informal y economía formal; si se dará capacitación y sensibilización para generar una cultura asociativa; para dónde se va a encarar.

En la misión se define el rumbo de lo que se va a encarar. No importa tanto cómo esté escrita la misión, sino que sea clara. El equipo de planificación marca los valores y la orientación que le dá a la planificación. Es la parte más importante, pero no respecto de una discusión sobre cómo se escribe, sino a dónde se quiere ir. Lo que sigue a ésto es parte técnica, métodos para arribar, pero aquí se está definiendo el juego de valores.

La planificación no es sólo un problema técnico, de conocer y saber identificar variables, indicadores, focos, sino que es un problema también de definir de valores. El que evalúa de afuera puede modificar todo, menos la misión. Eso es privativo del equipo que la define.

El segundo paso tiene que ver con las líneas de acción. Son las acciones o proyectos concretos que se van a implementar: por ejemplo, un taller de sensibilización para esto; encarar una cadena de valor de la economía formal e informal con esto, etc. Son las acciones concretas que se van a hacer. Hasta el punto de la misión, en la planificación todo fue juego dialéctico; acá son hechos. Las líneas de acción tienen que estar en concordancia con los recursos y con la capacidad técnica de los que las van a realizar. Hay que saber cuáles son los recursos porque no pueden seguirse 300 líneas de acción sin saber con cuánto dinero se cuenta y también se debe conocer la capacidad técnica.

El tercer paso consiste en definir las metas. El punto clave de las metas es que siembren un programa. En un programa de cualquier tipo, tiene que haber metas de corto plazo, de mediano plazo y de largo plazo. Si el programa es de dos años, el largo plazo es dos años. Pero siempre, aunque el programa sea de 6 meses, tiene que haber corto, mediano y largo plazo.

Las metas tienen dos objetivos o dos razones fundamentales en el programa: la primera es poder tener marco de referencia; saber si se está bien o mal con lo que se está haciendo, si se está alejado o no. Lo que marca la meta, es la hoja de ruta. Si, por ejemplo, se propuso que a los 6 meses se iba a lograr armar tres cadenas de valor y un circuito de comercialización y no se ha logrado nada, hay que ver si la meta fue equivocada, qué pasó, etc.

Lo segundo y más importante para esto, es que marca si el programa tiene que seguir o no. Si a los 6 meses, de todo lo que se ha proyectado no pasó nada y se está muy lejos sin ninguna condición de remontarlo, no tiene ningún sentido seguir con el programa. Porque el objetivo es producir resultados, no sostener un programa. Con lo cual, el programa está en función de las metas.

Un programa de desarrollo local, tiene que producir resultados; no pueden ser medidos por la externalidad positiva. Esto es: en todo programa, aunque no se cumplan las metas, se generan algunos aspectos positivos externos a las metas. Si, por ejemplo: en un programa de desarrollo productivo no se lograron generar cadenas de valor, ningún circuito de comercialización, no se llegó a ningún producto, pero el grupo se consolidó como tal y se llevan cada vez mejor, los productores están trabajando entre sí, etc., eso es una externalidad positiva pero el programa no era que la gente se juntara; el programa era crear una cadena de comercialización, etc. La externalidad positiva es buena, pero no es lo que puede darle continuidad al programa. Lo que tiene que darle continuidad al programa son los resultados.

La razón para seguir son los resultados que se produzcan con relación a las metas. Muchas veces, lo que pasa es que los programas siguen por la externalidad positiva que producen, pero no cumplen su objetivo.

Cuarto punto, importante para evaluar si algo va a funcionar o no: definir quiénes son los socios. Esto es: en un programa estratégico hay un equipo de planificación y enfrente están los beneficiarios. Los beneficiarios directos son los que reciben directamente el beneficio (por ejemplo, los productores que van a formar parte de la cadena de valor).

Los beneficiarios indirectos son los que se benefician porque se benefician los otros; son los que están alrededor de esos productores. El programa no es para ellos, pero se benefician por rebote: a los otros les va mejor y esto es mejor para ellos. En un programa social para chicos que vayan a la escuela, el chico es el beneficiario directo y la familia es el beneficiario indirecto porque está mejor cuando al chico le va mejor.

Además de eso, hay socios. Socios son todos los que ponen algo, ponen algún recurso, pero no están en el equipo de planificación. Si no hay socios, quiere decir que el programa no es estratégico, que hubo un error al definirlo. Si para el equipo de planificación determinado problema es importante a resolver, y cuando se sale a la comunidad con esta idea nadie aporta nada, quiere decir que la comunidad no lo está viendo como estratégico. Sólo el equipo lo está viendo como un problema serio y estratégico, pero nadie más.

En la medida en que no hay socios, quiere decir que nadie le está dando importancia al programa, que nadie lo está viendo como estratégico. Los socios son socios porque ponen algo; pueden ser recursos económicos o recursos humanos o recursos materiales. Si no hay socios, el programa no es estratégico. Si no hay socios centrales que puedan poner recursos centrales para el programa. Cuarto punto entonces: identificación de los socios. En un proyecto común no hacen falta socios; en un proyecto común hay un equipo que planifica, hay un beneficiario al que le va mejor que a otro. En un programa estratégico con gran despliegue de organización y de movilización de recursos, tiene que haber socios siempre.

Quinto punto, es el tema de los recursos. Los recursos, los más elementales, pueden ser recursos económicos, humanos y materiales. Pero más allá de esta definición, claramente, un programa estratégico requiere dinero, requiere recursos económicos. Requiere de un financiamiento para poner en marcha el proceso porque se trata de un proceso que moviliza a una comunidad. No es una prueba piloto de dos personas que se ponen a hacer un microemprendimiento a ver si les sale, se trata de recursos económicos.

En este punto clave, cero recurso es igual a cero programa. Si no hay recursos, no hay ninguna forma de poder entrar en ningún programa. Es difícil estar en cero recursos pero es un punto clave tener esto identificado. La planificación no es una forma de ensayo y error sino que es producir cambios en la medida en que se visualiza que están dadas las condiciones.

El sexto punto es el eje de la comunicación. Tiene que ver con un punto clave: un programa estratégico no supone que toda la comunidad participe pero sí que los vecinos se enteren de lo que se está haciendo. No es que todos están planificando y trabajando, pero sí que se enteran. Ahí es donde viene el punto de la comunicación que es la relación entre el equipo de planificación y los vecinos, usuarios, consumidores que van desde los vecinos sueltos o pasivos hasta las organizaciones comprometidas en cada caso y que tienen que ver con el tema.

La lógica de la planificación dice: “el que no entiende, desconfía” o, por lo menos, piensa mal. Y si no hay una buena estrategia de comunicación, se puede caer el programa simplemente porque todo el mundo piensa que no sirve para nada, simplemente por no tener idea de qué se trata.
Por último, en la ejecución es donde se llevan adelante las acciones; es la puesta en marcha. Es cuando empieza a hacerse y se encaran las acciones. Si no se llega a la etapa de ejecución no fue planificación lo que se hizo sino una investigación. Cuando se queda en el ámbito de diagnóstico o diseño, es una investigación en ciencias sociales que no tiene que ver con la planificación.

La planificación es producir cambios, generar actividades, proyectos, acciones. No puede quedar sólo en el diseño de ideas.

Fuente: http://64.233.169.104/search?q=cache:VEknPpEAOFkJ:www.cenoc.gov.ar/Resenas/Los%2520ejes%2520centrales%2520del%2520Desarrollo%2520Local%2520en%2520Argentina.doc+desarrollo+local&hl=es&ct=clnk&cd=1&gl=ar

(1) Licenciado en Ciencia Política. Investigador y docente de FLACSO. Profesor de la Universidad de Buenos Aires, San Martín y Belgrano. Consultor del BID y Banco Mundial para programas de Desarrollo Local.

¿Qué es la fibra de carbono?

Se denomina fibra de carbono a un material compuesto no metálico de tipo polimérico. Está compuesto por una matriz -parte del material llamada fase dispersante que da forma a la pieza, también llamada resina- que contiene un refuerzo -o fase dispersa- a base de fibras, en este caso de carbono -cuya materia prima es el poliacrilonitrilo-.

Es un material muy caro, de propiedades mecánicas elevadas y ligero. Al igual que la fibra de vidrio, es un caso común de metonímia, en el cual se le da al todo el nombre de una parte, en este caso el nombre de las fibras que lo refuerzan. Al tratarse de un material compuesto, en la mayoría de los casos -aproximadamente un 75%- se utilizan polímeros termoestables. El polímero es habitualmente resina epoxi, de tipo termoestable aunque otros polímeros, como el poliéster o el viniléster también se usan como base para la fibra de carbono aunque están cayendo en desuso.

Las propiedades principales de este material compuesto son:
-Elevada resistencia mecánica, con un módulo de elasticidad elevado.
-Baja densidad, en comparación con otros elementos como por ejemplo el acero.
-Elevado precio de producción.
-Resistencia a agentes externos.
-Gran capacidad de aislamiento térmico.
-Resistencia a las variaciones de temperatura, conservando su forma, sólo si se utiliza matriz termoestable.
-Buenas propiedades ignífugas.

Las razones del elevado precio de los materiales realizados en fibra de carbono se debe a varios factores:
-El refuerzo, fibra, es un polímero sintético que requiere un caro y largo proceso de producción. Este proceso se realiza a alta temperatura -entre 1100 y 2500 ºC- en atmósfera de hidrógeno durante semanas o incluso meses dependiendo de la calidad que se desee obtener ya que pueden realizarse procesos para mejorar algunas de sus características una vez se ha obtenido la fibra.
-El uso de materiales termoestables dificulta el proceso de creación de la pieza final, ya que se requiere de un complejo utillaje especializado, como el horno autoclave.
-Tiene muchas aplicaciones en la industria aeronáutica y automovilística, al igual que en barcos y en bicicletas, dónde sus propiedades mecánicas y ligereza son muy importantes. También se está haciendo cada vez más común en otros artículos de consumo como patínes en línea, ordenadores portátiles, trípodes y cañas de pesca.

Un filamento de carbono de 6 μm de diámetro, comparado con un cabello humano. Cada filamento de carbono es la unión de muchos miles de filamentos de carbono. Un filamento es un fino tubo con un diámetro de 5–8 micrómetros y consiste mayormente de carbono. La estructura atómica de la fibra de carbono es similar a la del grafito, consistente en láminas de átomos de carbono arreglados en un patrón regular hexagonal. La diferencia recae en la manera en que esas hojas se intercruzan.

El grafito es un material cristalino en donde las hojas se sitúan paralelamente unas a otras de manera regular. Las uniones químicas entre las hojas es relativamente débil, dándoles al grafito su blandura y brillo característicos. La fibra de carbono es un material amorfo: las hojas de átomos de carbono están azarosamente foliadas, o apretadas, juntas. Esto integra a las hojas, previniendo su corrimiento entre capas e incrementando grandemente su resistencia.

La densidad de la fibra de carbono es de 1.750 kg/m3. Es dieléctrico y de baja conductividad térmica. Al calentarse, un filamento de carbono se hace más grueso y corto. Naturalmente las fibras de carbono son negras, pero recientemente hay disponible fibra coloreada.
Su densidad lineal (masa por unidad de longitud, con la unidad 1 tex = 1 g/1000 m) o por el número de filamentos por yarda, en miles.

Fuente: Wikipedia.

Rusia impulsará producción nacional de materiales estratégicos

Rusia pretende gastar alrededor de 2.700 millones de dólares hasta el año 2015 para restablecer la producción doméstica de más de 300 materiales de carácter estratégico que actualmente son importados, informó hoy una fuente del Gobierno ruso.

"Es un programa muy importante para el sector de defensa", afirmó la fuente al recordar que "numerosas tecnologías se perdieron o fueron vendidas a rivales occidentales tras el colapso de la URSS".
Rusia se vio obligada a adquirir muchas tecnologías y materiales en el extranjero pero a menudo los proveedores "no venden siquiera el pescado, por no hablar de la caña".
La idea es crear en el país más de 200 plantas pequeñas capaces de producir materiales necesarios para el desarrollo y la fabricación de armas y equipos bélicos, así como otros artículos competitivos de uso civil o doble.

Los materiales compuestos, así como las fibras y los hilos de poliacrilonitrilo (PAN), serán una de las prioridades.
El respectivo programa, que será examinado este lunes en una reunión de altos cargos del Gabinete, costará 63 mil millones de rublos (unos US$2.700 millones), de los cuales más del 70% provendrá del presupuesto federal. El Ministerio de Industria, la corporación nuclear Rosatom y la agencia espacial Roscosmos aportarán la mayor parte de estos recursos.

Fuente: RIA Novosti

Empresa ruso-iraní suministrará a Irán 1.700 juegos de piezas para camiones KAMAZ

La empresa mixta creada por la planta de camiones rusa KAMAZ y la compañía iraní Rakhsh Khodro Diesel Co. suministrará en 2008 a Irán unos 1.700 juegos de partes y piezas para ensamblar camiones KAMAZ, comunicó hoy el servicio de prensa de la planta rusa.

Casi la misma cantidad de juegos de piezas deberá ser entregada en 2009 y, de esta manera, Irán puede convertirse para KAMAZ en el mayor mercado de exportaciones.
"KAMAZ suministró este año a Irán casi 900 juegos de partes y piezas, habiendo recibido los compradores unos 250 camiones para la fecha", comunicó Rafaíl Galéev, director de "KAMAZ" responsable de las ventas a Irán.

Los suministros para Irán incluyen prácticamente toda la gama de camiones pesados, entre ellos los modelos KAMAZ-5460, -6460 y -6520. En agosto será entregada la primera partida de juegos de partes y piezas para el modelo KAMAZ-6520 con motor de 360 caballos.

La planta KAMAZ ocupa el undécimo lugar entre los principales productores de camiones pesados en el mundo, y el octavo lugar por la producción de motores diesel. La empresa rusa asimismo produce autobuses, tractores, remolques, grupos generadores y herramientas.






Fuente: Ria Novosti

Desarrollo local: Juntos son más fuertes

A los 70 años, Antonio Cabezas decidió asociarse con Jacobo Moya, de 75. Cada uno venía trabajando solo, tras provenir de varias generaciones en sus viñedos de Cafayate. Entendieron que era el único modo de mejorar su situación.

Y vaya si lo lograron. El kilo de uva de 9 centavos llegó a valer 50 centavos y parte de la cosecha fue a su vino Trassoles (Trabajo, Solidaridad y Esfuerzo), base de la Cooperativa de Productores Vitivinícolas de Cafayate que ambos conformaron.

Bebe este vino venero, del Valle Calchaquí, cuando recorra tus venas, te acordarás de mí , dice la presentación propia de una tierra de poetas que incorporó el avance tecnológico en una conjunción con el INTA, entes provinciales y municipales, las bodegas y la comunidad.
Nacida en 2000 se hizo la primera reunión con unos 50 participantes. "Fue una sorpresa, producto de la misma necesidad. No nos alcanzaba ni para los jornales porque nos pagaban 9 centavos por el kilo de uva", recordó a Comunidad el tesorero, Sergio Cisneros. Añadió Luis Fabián, el presidente, el objetivo de que "la uva tuviera un buen precio y también el vino, y que el excedente vaya a los socios. Todo esto para que sus hijos vivan del campo y no lleguen con sus sueños a otros lugares".

El primer año se vendieron 16.000 kilos y de 9 centavos se pasó a 11 centavos. Con el tiempo se llegó a 70.000 kilos a 50 centavos y en 2006 "elaboramos nuestro primer vino marca Trassoles", con 48.000 litros. Tercerizaron el fraccionamiento y la elaboración, pero comenzarán a fraccionar en un local propio. Llevan invertidos $ 230.000 y el año próximo esperan tener la bodega. Necesitan $ 600.000. Son 60 productores del Valle Calchaquí de Tucumán, Catamarca y Salta.

Con reconocimiento legal, incluso de la AFIP, se logró asistencia técnica para las parcelas y mejorar la calidad, dentro de la producción orgánica. Muchos utilizan abono verde y de corral, y laborean en familia en superficies que van de media a tres hectáreas. Algunos utilizan arados tirados por animales.

El intendente cafayateño, Juan Esteban Ocampo, recordó que la Comuna donó un terreno en uno de los accesos para vender sus vinos y apoya la participación en muestras y capacitación. Consultado sobre cómo se venció el individualismo respondió: "Los collas somos así, hay un temor, pero cuando se rompen las barreras lo damos todo" .

El ingeniero Andrés Deymonaz precisó que el INTA se sumó en 2004. Brindó apoyo tecnológico para disminuir la pobreza rural y colaboró con programas para comprar postes, alambres y herramientas, mejorar los viñedos, lograr un subsidio para el galpón. También se gestionan fondos para la bodega. "La Asociación Bodegas de Salta apoya el emprendimiento", remarcó su titular, Osvaldo Domingo, y explicó que el vino tiene dos componentes: la uva y la idiosincrasia de quien lo hace, en este caso los pequeños viñateros.

"La provincia dio un crédito para comprar la cosecha y pagarla de contado, y no en cuotas", dijo la licenciada Graciela Pinal de Cid, ex secretaria de Industria, Comercio y Producción, que presentó la especialización en gerenciamiento de empresas vitivinícolas de la Universidad Católica de Salta en Cafayate.

El entusiasmo es notorio en los socios. Una de ellas, María Marín, dijo que "da fuerza". Con su tía Ramona Cancino, de 82, tiene un cuarto de hectárea "que mis tatarabuelos nos dejaron como herencia". Antonio Cabezas, con 40 años en una parcela, dijo que este emprendimiento lo favorece y que entregará el 100% de su uva. El mismo comenzó con 200 litros y llegó a 4000 por un sistema de venta personalizada, pero fue optimista en el crecimiento cooperativo.

Emy Cutipa comentó que están "en un aprendizaje de lo que nos dejaron nuestros abuelos y la incorporación de nuevas tecnologías"; Jacobo Moya, de 75, fundador y ex vicepresidente, acotó: "Nos reunimos porque necesitamos agua y crecer juntos", y Ramona Colque de Moya destacó la iniciativa del doctor José Gualberto Cabezas, que impulsó la unión porque "nos pagaban muy poquito la uva".
Fuente: Por Carlos Pastrana para el diario La Nación

Desarrollo local

Más de 600 pueblos de menos de 2000 habitantes se encuentran en riesgo de desaparición. Por medio de distintos emprendimientos productivos, artísticos y turísticos, sus pobladores buscan el camino del progreso.

Patricios es un pequeño pueblo rural a 260 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires. Se fundó a principios del siglo XX y pertenece al partido de 9 de Julio. Fue creciendo en torno de la actividad ferroviaria y cuando el tren dejó de pasar por allí en 1977, se llevó con él la prosperidad y el crecimiento. De 6000 habitantes pasaron a ser alrededor de 700 y los vecinos que quedaron, en su mayoría, fueron jubilados y pensionados.

En la actualidad, Patricios resiste con sólo 809 vecinos y el peor de los diagnósticos: el 15,5% es mayor de 60 años, el 21,2% es analfabeto y el 51,9% es económicamente inactivo. A su vez, más de la mitad de la población se encuentra bajo la línea de indigencia y el resto, no supera la línea de pobreza. "Estos vecinos que padecieron la pérdida absoluta de su fuente de trabajo, los violentos traslados, el desarraigo, el desmembramiento de sus familias y la pérdida de la posibilidad de una vida más digna tienen también la disposición para crear otra historia mejor", comentó Mabel Hayes, coordinadora general de la entidad.

Nacido como un grupo de teatro comunitario con objeto de incentivar la veta artística de los pobladores, la organización Patricios Unido de Pie se convirtió en la fuerza aglutinadora que hizo nacer diferentes estrategias que transformaron la tendencia a desaparecer en una oportunidad de resurgir.
Según el censo de 2001, unos 602 pueblos de menos de 2000 habitantes están en riesgo de desaparecer, 124 prácticamente no han crecido en los últimos diez años y 90 no figuran en la medición. De este relevamiento se desprende que los poblados en riesgo albergan 268.920 habitantes y representan casi el 40% de los poblados rurales del país.

¿Cuáles son los motivos que llevan a los pueblos a desaparecer?

Principalmente la finalización de la principal actividad económica, el cierre de su estación de ferrocarril, y la falta de transportes públicos y de inversión en el mejoramiento de rutas existentes son los que encabezan la lista.

Un relevamiento realizado en 2004 por el Programa Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), en 15 localidades del Chaco, Chubut, Corrientes, Entre Ríos, Mendoza, Neuquén y Salta, muestra un cuadro de situación fuertemente deteriorado de las comunidades rurales en la Argentina.

La mayor parte de estas comunidades exhibía una situación social crecientemente deficitaria. En buena parte se reconocía un empobrecimiento de las condiciones sociales, en especial ligado al aumento de los problemas de empleo. También se hacía referencia a las insuficientes condiciones sanitarias, carencia de vestimenta y calzado adecuado, y graves problemas habitacionales.
En este momento de crisis política y estancamiento de la producción, todos los motivos que llevaron al retroceso de estas comunidades se profundizan. "Los pueblos están más parados que nunca. Todas las causas responsables de la desaparición de los poblados han sido decisiones políticas y económicas que en algún momento se han tomado", dijo Marcela Benítez, presidenta de la Asociación Responde que trabaja para recuperar pueblos en riesgo de desaparición. Articulación
Luego de años de intentar diversas estrategias productivas para revitalizar los poblados, las comunidades encontraron en el desarrollo local y la articulación entre el gobierno, la sociedad civil y las empresas, el camino para recuperarse.
Precisamente la historia de Patricios refleja la voluntad implacable de los pobladores de recuperar la memoria colectiva y encontrar nuevas alternativas para el cambio.
Integrada por más de medio centenar de vecinos de entre 3 meses y 82 años, Patricios Unidos de Pie consiguió llevar adelante un proyecto de desarrollo común que trajo vida al pueblo. El foco estuvo puesto en afirmar la identidad cultural, hacer surgir la esperanza de una vida más digna, incrementar la participación ciudadana y generar proyectos en el área de la producción, capacitación, salud, el acceso a microcréditos y empleos.

"En noviembre de 2002 se realizó la primera convocatoria en una reunión organizada por las mujeres del pueblo que participaban del Club del Trueque y ya en marzo de 2003 se presentó la primera obra Nuestros recuerdos , recuperándose así la memoria de los orígenes del pueblo", explicó Hayes. Concurrieron más de 400 personas provenientes de diversos lugares y la oportunidad de ofrecer alojamiento a los visitantes hizo que surgiera el sistema DyD (dormir y desayunar).

Se organizaron cantinas y quioscos, paseos a caballo, en carros y tractores, y visitas a centros de interés. Este primer impulso los llevó a seguir adelante. Organizaron en Patricios el primero y segundo Encuentro Nacional de Teatro Comunitario en 2003 y 2004, y participaron de los siguientes. Gracias a este esfuerzo, hoy integran la Red Nacional de Teatro Comunitario y por eso la Red Latinoamericana de Arte y Transformación social. "Creemos que el teatro comunitario, como cualquier otro lenguaje artístico, es en sí mismo transformador. Resignificamos los espacios públicos, devolviendo a la comunidad el uso de las plazas, calles, escuelas, los andenes, que al ser recorridos durante las representaciones vuelven a ser de todos y para todos", dijo Hayes. Trabajan con las instituciones del lugar, tratando que cada representación sea una verdadera fiesta popular que integre a los vecinos en distintas manifestaciones: música, circo, deporte, teatro, danza.

Hayes no se conforma. Es consciente de todo el crecimiento que han conseguido, pero sabe que queda mucho por delante para que el pueblo realmente florezca en proyectos sustentables. "Patricios no salió de la pobreza por el grupo de teatro ni cambió la economía del pueblo. Sí logró salir del anonimato y convertirse en un lugar reconocido por la actividad artística de muchos de sus vecinos que se pusieron el proyecto al hombro y se animaron a romper con varios estigmas en lo personal y en lo social."

En las fiestas o encuentros de teatro comunitario participan de distinta forma las instituciones. En el grupo hay representantes de los clubes, las escuelas, los jardines de infantes, las sociedades de fomento, Cáritas y el centro de jubilados. Si bien han recibido en estos cinco años y medio subsidios municipales, provinciales y de particulares, creen que debería haber un mayor compromiso del Estado en apoyo de las manifestaciones artísticas de los vecinos.

A pesar del extenuante camino recorrido, Patricios Unidos de Pie sigue con nuevos proyectos. Implementará el Centro Comunitario de Internet junto a la escuela, la delegación municipal y la radio FM con el fin de poner esta herramienta de comunicación al alcance de todos. Al mismo tiempo, con la Sociedad de Fomento, el municipio y el Museo Ferroviario está reacondicionando la vieja cocina de la estación adaptándola a normas bromatológicas y varias vecinas han asistido a cursos de manipuladores de alimentos para lograr la autorización necesaria para vender sus productos alimenticios artesanales.

¿Qué podemos hacer?
La idea de desarrollo local, básicamente, es pensar desde lo que tenemos en un determinado territorio, qué podemos hacer y qué no; con qué recursos contamos y con cuáles no. El desarrollo local consiste en aquella actividad económica que motoriza el crecimiento económico de un lugar y mejora las condiciones de vida de la gente. El motor de este florecer local puede ser de lo más variado: turístico, tecnológico, artístico o productivo, entre otros.

En este sentido, Benítez sostiene que es fundamental tener una buena red de caminos asfaltados que permita un circuito comercial rentable. "Hoy no pueden producir nada perecedero porque el barro condiciona la salida de los productos. Esta falta de caminos también genera dificultades a la hora de estudiar, comprar, hacer trámites, atender su salud o generar proyectos turísticos, ya que para todo deben recurrir a la ciudad vecina. Entonces en algún punto dicen mejor me voy y continúan el flujo de los que parten", sostuvo Benítez.

Si a esto le sumamos la falta de inversión por parte del Estado en educación formal e informal, la disminución de fuentes de trabajo y la imposibilidad de acceder a la información y a las oportunidades en general, se produce una espiral que lleva a casi la totalidad de los jóvenes a dejar estos poblados en busca de un futuro mejor en las ciudades, y a la población adulta con pocas posibilidades de desarrollo.

La falta de oportunidades para continuar estudios secundarios y terciarios es la principal problemática que lleva a los jóvenes a dejar sus pueblos. "Una política educativa para los pueblos rurales que ofrezca el bachillerato a jóvenes, adultos jóvenes y a los no tan jóvenes, que merecen la oportunidad de educarse y capacitarse. Esto les permitirá mejorar sus capacidades de pensar, reflexionar, elegir, hacer. Hoy el 90% de estos pueblos no tiene escuela secundaria", remató Benítez.

Hace 50 años Chilibroste tenía una población de 2000 habitantes y hoy son cerca de 450 los pobladores de este páramo que surgió como Colonia Santa Cecilia en 1883, dedicada al cultivo del trigo para abastecer un importante molino harinero. Año tras año su población migró hacia la periferia de las ciudades cercanas por no encontrar en su lugar de origen los recursos necesarios para vivir. "El éxodo que tenemos por falta de trabajo y oportunidades es importantísimo. Los pueblos más grandes se van chupando a los más chiquitos, en términos de mano de obra, y la idea fue juntarnos para revertir esta situación", contó Gastón Nottebohm, productor agropecuario de la zona e impulsor de la iniciativa.

Chilibroste se encuentra sobre la ruta provincial Nº 2, en el departamento Unión, a 250 kilómetros al sudoeste de Córdoba capital. "Es un pueblo que tiene 8 cuadras por 8, no hay tráfico, no hay ruido, nada. La principal y única actividad es la agropecuaria. No hay prácticamente ninguna industria; dos fábricas de quesos muy chiquitas, y un taller metalúrgico que se ocupa de cosas de campo", agrega Nottebohm.
Con los pueblos lindantes se comunica por medio de rutas pavimentadas. El ferrocarril pasa, pero no tiene parada en el pueblo, y la línea de ómnibus hace su recorrido con tres frecuencias diarias, comunica Saira con Villa María, pasando por Chilibroste.
La población, en su mayoría, se dedica a actividades rurales; son tractoristas, sembradores, fumigadores, tamberos, mensuales del campo, y también desarrollan otras actividades que se relacionan directamente con las cosechas. "A partir de las inquietudes de algunos vecinos, estábamos trabajando en un centro cultural. Venía medio lento el proceso; cuando nos enteramos de que existía Responde, nos inscribimos para participar de su Proyecto Alas. Salimos preseleccionados entre 50 pueblos y si bien no ganamos, después la gente de LAN decidió apoyarnos", explicó Nottebohm.

La iniciativa propone la creación de un centro socio-económico-cultural que se instalará en el edificio donde funcionaba la estación del ferrocarril, que data de 1910. Allí se desarrollarán actividades sociales, culturales, recreativas, de capacitación y educación. "Para nosotros, es importante que la gente sepa que un pueblito como el nuestro quiere salir a flote y tiene iniciativa propia. La idea es fomentar microemprendimientos relacionados con el turismo, los productos locales y las artesanías, que vemos que tienen potencial en el pueblo", destacó Nottebohm.

La puesta en marcha de este espacio es un primer paso y una puerta que se abre para futuras oportunidades, como por ejemplo las de un proyecto turístico: este centro contará con la Oficina de Atención a los Visitantes; un museo que recopilará la historia local; una biblioteca; un aula virtual con acceso a Internet para facilitar y promover la capacitación; un salón de actividades culturales y sociales, más una cafetería. Ya están terminando de acondicionar el edificio de la estación, y el siguiente paso es comenzar con la organización de las actividades. "La palabra turismo nos queda demasiado grande. Nosotros queremos hacer una propuesta diferente, que apunte a un visitante rural, que busque relacionarse con la gente que vive acá, y además entender cómo pasan sus días", concluyó el productor.

La crisis de 2001 llevó a las organizaciones del sector agropecuario del nordeste de la provincia de Santa Fe a un período de grandes dificultades: muchas cooperativas quebraron; la gente se quedó sin instituciones en las que se sintiera representada, y en las comunidades rurales había mucho desánimo y migraciones sin destino.

Ante la desintegración del tejido social, el INTA Reconquista junto a promotores de Cambio Rural de la zona de Reconquista idearon y discutieron acerca de un proyecto para enfrentar este panorama, que se presentó ante la Asociación para el Desarrollo Regional del Sur de General Obligado y Norte de San Javier, integrada por los presidentes de comuna e intendentes de 15 distritos del nordeste santafecino, sumada a organizaciones intermedias.
En 2002, la asociación decidió comenzar en una primera etapa con un área piloto, incluyendo los distritos de Colonia Durán (1038 habitantes), Los Laureles (1717 habitantes), Malabrigo (7026 habitantes) y Romang (7991 habitantes), con posibilidades de ampliarla en el futuro. En una segunda etapa, a partir de 2003, se incorporó el resto de los distritos que integran la asociación, y son 15 en total.

Su objetivo fue promover el desarrollo, entendido como la búsqueda de mejores condiciones y calidad de vida de la gente; lograr la regeneración y dinamización del tejido socio-económico del entorno local; priorizar la generación de empleo genuino y estable; lograr el mantenimiento y la atracción de la población hacia el área en desarrollo.
Se generó un espacio de participación al que concurren todos los miembros de la comunidad a través de los sectores a los que pertenecen, por medio de un Consejo de Desarrollo Rural Local.
"El proceso de cambio propuesto se organizó de abajo arriba, como forma de involucramiento y participación de la gente, no sólo en las propuestas en pos del desarrollo, sino de los beneficios esperados o producidos por el mismo", comentó Fabián Corti, especialista en extensión del INTA Reconquista.

Después de cinco años de trabajo, entre los logros obtenidos se pueden mencionar 13 Consejos de Desarrollo Local; 3000 personas que han participado en alguna actividad que surgió a instancias del proyecto; la generación de nuevos canales de comunicación en la comunidad; más de 150 instancias de capacitación, canalización de proyectos y/o emprendimientos productivos (esponja vegetal, fábrica de bolsas, pequeñas industrias abastecedoras de grandes empresas); reactivación de industrias locales con generación de nuevos puestos de trabajo, y crecimiento comunitario e integración regional. Distintas experiencias con un denominador común: la voluntad compartida de los pobladores de defender su tierra y hacerla florecer.

Por Micaela Urdinez de la Fundación LA NACION
Fuente: Diario La Nación

Especialistas advierten riesgos en el furor de las carreras pedestres

Según los médicos, correr es una actividad extenuante y son imprescindibles los chequeos previos porque se pueden sufrir trastornos en las articulaciones y el corazón.
Antes había 3 o 4 carreras por año. Hoy en día hay hasta dos o tres por fin de semana. El boom de correr se instaló en el país y ante ello médicos advierten sobre los posibles riesgos a los que están expuestos quienes realizan esa actividad extenuante.

Todo lo antes dicho acerca de los beneficios del deporte y el abandono de la vida sedentaria son irrefutables. Sin embargo, los especialistas aconsejan hacerse un chequeo de salud y otro de aptitud antes de someterse a una actividad tan exigente.

El primero consiste en hacerse un electrocardiograma, una ergometría y un ecocardiograma, además de los análisis bioquímicos. El test de aptitud consiste en una serie de tests que determinan cómo dosificar el esfuerzo en función de las propias capacidades.Para los médicos, correr es una actividad extenuante y no hay que exigirle al cuerpo más allá de lo prudente; tampoco se deben soslayar los chequeos previos para evitar problemas que pueden pasar a mayores.

De hecho, cifras estadounidenses revelan que, en ese país, cada tres días muere un atleta por un problema cardiovascular oculto según informa el diario Clarín.Sin dudas el running está de moda. La cantidad de gente que corre se multiplicó por diez en los últimos años. Si antes había 3 o 4 carreras por año ahora hay todos los fines de semana, y a veces hasta 2 o 3 por día. Son decenas de miles de personas las que desafían a sus cuerpos en competencias cada vez más exigentes.

Fuente: Infobae.com

miércoles, 30 de julio de 2008

Generación de energía eléctrica por basura domestica

Se sabe que la basura sufre un proceso de descomposición y fermentación después de depositada en un relleno sanitario es muy difícil predecir tal descomposición debido a la heterogeneidad del material y al poco conocimiento que existe sobre los mecanismos de descomposición que operan en ella.
Algunos de los cambios físicos, químicos y biológicos mas importantes que sufre la basura durante su descomposición son:
* Decaimiento biológico de compuestos orgánicos con generación de gases y líquidos.
* Oxidación química de materiales.
* Escape y difusión de gases a través del relleno sanitario.
* Disolución (lixiviado) de materiales orgánicos e inorgánicos por el agua y por el propio lixiviado.
* Movimiento de líquidos.
* Asentamientos causados por consolidación del material en los huecos creados por la descomposición, lixiviado y paso del gas.

Diversos estudios sobre descomposición concuerdan en que los principales gases presentes en un relleno sanitario don el hidrogeno (H2), oxigeno (O2), nitrógenos (N2), metano (CH4) y bióxido de carbono (CO2). También se detectaron trazas de ácido sulfhídrico (H2S) y, en los casos en que el pH es altamente alcalino, se descubrió la presencia de amoniaco (NH3). La compactación es un parámetro importante en la cantidad y composición de gases producidos; a mayor compactación se obtiene mas gas por unidad de volumen de sólidos. Como consecuencia de la descomposición de la basura se producen líquidos percolados o lixiviados y gases, que al abandonar el relleno pasan a los alrededores y los afecta de manera nociva.

La interrelación entre el contenido de la humedad, tamaño de trozos de basura, circulación de aire y temperatura es relativamente compleja. El efecto total de estos factores es lo que determina la evaporación y, por lo tanto la producción de lixiviados en rellenos. Al ser inseparable la producción de gases de la descomposición anaerobio de la basura, es inminente la necesidad de recuperarlos y disponerlos o mejor aun, aprovecharlos. Una línea de investigación, que apareció hace pocos años, es el estudio del mecanismo generado de gases, así como la recuperación y uso de los mismos.

En los rellenos sanitarios tradicionales, la recuperación de los gases es el paso previo a su combustión controlada en quemadores dispuestos a propósito. Sin embargo, por la demanda y altos de la energía se estudiaron las condiciones optimas para la producción de gas metano. Los rellenos sanitarios operados bajo estas condiciones reciben el nombre de rellenos controlados.

Una de las opciones principales para el tratamiento del gas de relleno:
* Usarlo esencialmente al como sale. Se aplica solo deshidratación y compresión para aplicaciones directas de combustión en procesos de generación de vapor por posibles aplicaciones en generación de electricidad.
* La composición del gas seco en un relleno sanitario bien controlado puede ser como sigue: metano (de 45 a 70 %), CO2 (de 30 a 45%), nitrógeno (de 0.5 a 5%). H2S(de 0.001 a 0.002%), trazas de propano, iso-butano, n-butano y otros hidrocarburos.

Los parámetros para la óptima generación de metano son los siguientes:
* Temperatura: Usualmente de 20 a 40°C (intervalo mesofico), aunque puede trabajar también en intervalo termofilico (de 50 a 60°C).
* Ausencia de aire: La captación del gas se hace a 30m de profundidad, aunque, a nivel piloto las apasiones se hacen entre 3 y 12m.
* pH: entre 6.7 y 7.0.
* Humedad: 60% para digestión anaerobia. Si la humedad es inferior al 20% la biodegradación se reduce notablemente. En cambio, si es superior al 60% se presentan problemas de lixiviados.
* Nutrientes: (nitrógeno). Debe haber suficiente para permitir el crecimiento bacteriano.
* Ausencia de materiales tóxicos. En los microorganismos que intervienen en la formación de metano. El metano se forma en los rellenos desde la etapa anaerobia metano génica inestable y continua durante la metano génica estable, a razón de 50% metano y 50% de CO2, aproximadamente.
Se sabe que los rellenos sanitarios y la basura son una fuente importante de generación de metano (gas de efecto invernadero). Estos ocasionan:
-calentamiento global y cambio climático,
-efecto invernadero,
-tarifas de electricidad altas y
-desperdicio de gas como fuente de energía limpia

Es por esto, que se evaluó la posibilidad de comprobar que por medio de basura se puede generar electricidad para el consumo electricidad de bajo nivel de corriente en casas-habitación.
Se analizaron los siguientes factores para conocer si era posible llevar cabo el aprovechamiento de los residuos domésticos:
* Al auto generar electricidad ayudaremos a familias que no pueden pagar el costo tan alto por consumir electricidad.
* Mejorar la calidad del aire.
* Disminución de emisiones de uno de los gases de efecto invernadero.
* Comprobar la generación de electricidad para este proyecto.
* Uso del metano como fuente local de energía.

Fuente: M.C. Gustavo López Badilla del Instituto Tecnológico de Mexicali (ITM) México.

Hoy en día, en Estados Unidos operan cerca de 102 plantas que generan energía eléctrica a partir de los residuos sólidos municipales, con lo cual producen 2,800 megavatios, lo que equivale a 8 por ciento de la capacidad total instalada por la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y similar a las inversiones puestas en operación en el segundo semestre del año 2001.

Las plantas de Estados Unidos procesan 97 mil toneladas de residuos por día, un equivalente aproximado al total de desperdicios generados en México. El valor de la energía producida por estas plantas estadounidenses excede los 850 millones de dólares anuales. La tasa de retorno de inversión de estas plantas se basa en una amortización total de las inversiones en un plazo de 12 a 15 años, lo cual es consistente con el tamaño y la vida útil de estas inversiones. El costo de los insumos (los residuos sólidos municipales) es negativo ya que las plantas cobran por disponer de los mismos y, por lo tanto, sería nulo o alternativo al costo de disposición de los residuos por otros métodos.En resumen, las plantas de generación de electricidad a partir de los residuos en el vecino país del norte constituyen hoy en día una de las opciones más limpias y seguras de generación y disposición de los residuos.

Por ejemplo, en 1993 el Departamento de Sanidad de la ciudad de Los Ángeles, concluyó que su planta de generación a partir de los residuos sólidos municipales producía menos contaminantes que los propios camiones recolectores que la abastecían. Esta situación no es exclusiva de Estados Unidos. Japón es el país que destaca por impulsar este tipo de soluciones a la generación de electricidad. Ahí, 70 por ciento del total de residuos es tratado por combustión, en gran parte, por recuperación de energía. Otros ejemplos son Suiza, con 80 por ciento; Suecia, con 55 por ciento y Francia, con 40 por ciento.

Excelente Patrullero Super Dvora Mk III (Israel)

La Armada de Israel ha incorporado recientemente tres navíos patrulleros rápidos Super Dvora Mk-III, íntegramente fabricados en Israel, con el objeto de intensificar la protección de sus costas. Las Super Dvora Mk-III constituyen parte de un contrato de compra de un total de seis naves, firmado por el Ministerio de Defensa en enero del 2002.

Los buques patrullas Super Dvora Mk-III han sido diseñados por arquitectos navales e ingenieros del departamento Ramta de la Industria Aeronáutica Israelí, ubicado en Beer Sheva. Su principal armamento es un cañón de precisión de 30 milímetros, dirigido por control remoto, más armamentos en el puente y en la popa.

Las naves de 27.4 metros de eslora, pueden alcanzar una velocidad máxima de entre 45 y 50 nudos (93 Km/h). Reemplazarán a los navíos patrulleros Dabur que han servido en la marina por más de 30 años. El objetivo principal del buque patrulla es interceptar ataques terroristas pero tiene un radio operacional de 700 millas náuticas y una capacidad de autonomía de 96 horas, sin necesidad de ser reabastecido.

Estos barcos son rápidos y ágiles, y diseñado para alcanzar y mantienen altos ritmos de exploración. El diseño del casco proporciona constante estabilidad en todas las velocidades. Puede operar por su sistema de propulsión en aguas de 1,2 metros de profundidad facilitando la aproximación de las fuerzas de operaciones especiales a orillas enemigas y a operaciones de rescate en catástrofes o misiones de socorro.

El astillero IAI-Ramta está trabajando actualmente en una serie de nuevos paquetes de actualización de configuración para el Super Dvora como una plataforma de lucha litoral y otra de combate con una variedad de muy avanzados sistemas de armas de precisión.

Especificaciones de la Super Dvora Mk III
Constructores: IAI-Ramta
Operadores: Armada de Israel y Sri Lanka
En comisión: 2004 [1]
Tipo: lancha patrullera rápida
Dotación: 9 hombres
Desplazamiento: 60 toneladas a plena carga
Longitud: 27,4 m (incl. plataforma ASD)
Manga: 5,67 metros
Calado: 1,1 metros
Propulsión: 2 x Detroit Diesel MTU 12V-4000 M90 (4175 HP cada uno) y 2 x de superficie Arneson Drive-16 la articulación de los sistemas de propulsión ZF4650 con empuje vectorial.
Velocidad: 45-50 nudos
Autonomía: 1300 km a 14 nudos (26 km/h)
Radar: 1 Raytheon tipo E/O
Armamento: 1 cañón estabilizado Typhoon 25-30 mm / Oerlikon 20 mm cañón, 2 ametralladoras 12,7 mm y misiles AGM-114 Hellfire (tierra-tierra) - 1 cañon sin retroceso de 84 mm.

Fuente: Wikipedia

Sida 2008: la epidemia se estabiliza, pero en un nivel demasiado alto

La cantidad de nuevas infecciones anuales se redujo de 3 a 2,7 millones en los últimos siete años.
Al cumplirse tres décadas de la identificación del virus que causa el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida), aún no se logra controlar su transmisión, que produce unas 7500 nuevas infecciones por día. "La epidemia mundial se está estabilizando, pero a un nivel inaceptablemente alto", subraya el informe que Onusida presentó ayer en Ginebra.

Así lo demuestran las cifras que todos los años informan 147 países al programa conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida. La cantidad de nuevas infecciones en 2006 fue prácticamente la misma que en 2007: 2,7 millones de personas. "Sigue habiendo cinco nuevas infecciones por cada dos personas que comienzan a recibir tratamiento. Esto demuestra que no estamos conteniendo la epidemia lo suficiente", sostuvo durante la presentación del Informe sobre la Epidemia Mundial de Sida 2008 el doctor Paul de Lay, director de Seguimiento y Evaluación de Onusida.

Las estimaciones del programa de Naciones Unidas indican que el año pasado había en el mundo unos 33 millones de personas con el VIH/sida, de las que 15,5 millones son mujeres. "La tasa de nuevas infecciones ha disminuido en varios países, aunque en el nivel mundial estas tendencias favorables quedan contrarrestadas, al menos en parte, por el incremento de las nuevas infecciones en otros países", señala el documento.
Mientras que en Africa subsahariana, por ejemplo, la epidemia se estabilizó o empezó a disminuir, en Kenia la prevalencia del VIH pasó del 6,7%, en 2003, al 8,5% el año pasado. Fuera de los países africanos, la cantidad de infecciones sigue aumentando en otras regiones, como Europa oriental, donde en 2007 se registraron 1,5 millones de nuevos casos. En países occidentales, como Alemania y el Reino Unido, también se registró un aumento de personas con VIH/sida. Entre los países con mayor índice de infecciones con el VIH están Indonesia, Kenia, Mozambique, Vietnam, Australia y Papúa Guinea. Estabilidad latina

En América latina, según concluye el informe, la epidemia se mantiene "relativamente estable", con 1,7 millones de personas infectadas. Brasil y México son los países más afectados.
Pero a pesar de esa estabilidad, el año pasado se registraron 140.000 nuevas infecciones y 63.000 muertes debido a enfermedades relacionadas con el sida, que le impide al sistema inmune luchar contra las infecciones más frecuentes.

Según el director de Onusida para América latina, doctor César Núñez, esas cifras dejan al descubierto la necesidad de lograr una respuesta de largo plazo. "No vamos a dejar de enfatizarlo: el mensaje para nosotros es prevención, prevención y prevención, [porque] no va a haber fondos suficientes para pagar los tratamientos que requieran las nuevas infecciones", dijo durante la presentación regional del informe, en México, donde el domingo próximo comienza la XVII Conferencia Internacional del Sida.
Luego de Brasil y de México, que concentran la mayor cantidad de personas con VIH/sida en la región (730.000 y 200.000, respectivamente), siguen Colombia (170.000) y la Argentina (ver aparte). Guatemala es el país centroamericano más afectado (59.000).

Sin embargo, el informe restaca el programa de lucha contra el VIH/sida, que asegura el acceso a los servicios de prevención y tratamiento. "Esto ayudó a mantener estable la epidemia , dijo Núñez, quien admitió también una "feminización" en los últimos años. El número de mujeres infectadas aumentó de 450.000, en 2001, a 550.000 el año pasado. Sin embargo, según Núñez, la principal vía de transmisión es la homosexual.

En tanto, el representante de la Organización Panamericana de la Salud en México, Philippe Lamy, destacó que América latina ostenta la tasa más alta (el 62%) de cobertura con tratamientos antirretrovirales. "Es satisfactorio, pero no suficiente , aseguró.

En la Argentina
Las 134.000 personas que viven con VIH/sida en el país lo colocan en el cuarto lugar entre las naciones más afectadas de América latina, según informó el director de Onusida para la región. En 2007 se diagnosticaron 64.000 nuevas infecciones por VIH y 34.500 portadores del virus desarrollaron sida. En cuanto a la vía de transmisión, el 61,5% de los casos se da en relaciones heterosexuales y el 21%, en relaciones homosexuales.

Fuente: Diario La Nación

Narcotráfico: Propuestas y críticas del comité de expertos

El Comité Científico Asesor en Materia de Control del Tráfico Ilícito de Estupefacientes, Sustancias Psicotrópicas y Criminalidad Compleja elaboró dos documentos que presentó al Poder Ejecutivo, en los que hizo un crítico diagnóstico del fracaso de la represión del narcotráfico. Además, describió el incremento de la demanda y la falta de control sobre los medicamentos.
También propuso la reforma de la ley de drogas, al poner énfasis en el derecho a la salud.

Esto significa poner por delante la posibilidad de la cura del adicto antes que considerarlo un delincuente. Los puntos centrales de los documentos son:
-Ausencia de estrategias entre las provincias y las fuerzas federales para perseguir a los narcos.
-El sistema judicial está saturado de casos pequeños.
-Las fronteras son permeables, hay corrupción y falta de tecnología (radares). Persiste el tránsito de drogas por puertos y aeropuertos.
-Sólo se persigue a las "mulas" que llevan la droga en su cuerpo.
-Fracaso de la prevención y represión del lavado de dinero.
-"Paco": no se lo definió científicamente y su existencia revela la presencia de laboratorios.
-El 70 por ciento de los delitos comunes son cometidos por abusos con el alcohol.
-Medicamentos: el mercado no está adecuadamente regulado y la publicidad televisiva estimula el consumo y el abuso de medicamentos de niños y jóvenes y adultos.
-No se previene el consumo y se lo hace libremente en ambientes bohemios y contraculturales; el consumo es selectivo por sectores sociales y es selectivo para que ingresen en el sistema penal; se suman la deserción escolar, la violencia y desorganización familiar.
-Se propone modificar la ley de drogas con un enfoque de protección del derecho a la salud; que la persecución de los consumidores no favorezca la corrupción. Además, actuar en campañas de control del alcohol, tabaco y drogas.

La comisión está integrada por Horacio Cattani, Patricia Llerena, Roberto Falcone, Martín Vázquez Acuña, Alicia Gillone, Eva Giberti y Alberto Calabrese.

Fuente: Diario La Nación

Obras de energía para la costa bonaerense

Los gobiernos nacional y bonaerense anunciaron ayer la adjudicación a una unión de empresas de capitales nacionales de las obras que permitirán aumentar un 140% la potencia de la central generadora de energía de Villa Gesell. Los trabajos, que prevén completarse en un plazo de 27 meses, se iniciarán a mediados del mes próximo y demandarán una inversión de US$ 90 millones.

La obra beneficiará en cada temporada estival a más de 1,5 millones de personas en varios puntos de la costa atlántica provincial, como Villa Gesell, Pinamar, Mar Chiquita o el partido de la Costa, y apuntará a resolver los recurrentes problemas de abastecimiento en la zona, según informaron voceros del Ministerio de Infraestructura, Vivienda y Servicios Públicos bonaerense.

Actualmente, la central de Villa Gesell opera con tres máquinas que generan 48 megavatios de energía. Cuando finalicen los trabajos, se adicionarán 75 megavatios que elevarán el total a 123 megavatios. La obra se ubicará en la ruta 11 y estará alimentada por un generador de gas.

La modernización del parque de generación de la costa atlántica fue adjudicada a la unión transitoria de las empresas Ingeniería Ronza y Fainser -propiedad de José Norberto Royo y del presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Juan Carlos Lascurain-. Se trata de una de las mayores inversiones que recibirá la provincia durante el año, según un informe elaborado por la Secretaría de Promoción de Inversiones, Exportaciones y Cooperación Internacional bonaerense.

En una primera licitación, realizada en abril, se había presentado una empresa de capitales chinos, pero finalmente el llamado se declaró desierto. La misma empresa volvió a presentarse esta vez, pero fue derrotada. En tanto, se anunció que el 15 de septiembre se licitará la repotenciación de la central 9 de Julio, de Mar del Plata, que posee una capacidad de generación de 150 megavatios y, cuando concluyan esas obras, su capacidad operativa se incrementará en un 125 por ciento.

La ministra de Infraestructura provincial, Cristina Alvarez Rodríguez, dijo: "Con la puesta en marcha de estas obras estamos dando un paso importantísimo después de años de desinversión". El intendente de Villa Gesell, Jorge Rodríguez Erneta, consideró que "la mayor oferta de energía permitirá más crecimiento, más infraestructura, más turismo y significa poder contar con un horizonte de 15 años de planificación sin sobresaltos y sin inconvenientes".

Fuente: Diario La Nación
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