Por Silvia Gómez (Clarín.com) - Fue inaugurado en 1951 para los primeros Juegos Panamericanos.Las grúas arrancaron ayer la obra para derribar la vieja estructura de hormigón que está en el Parque Tres de Febrero. En tres meses debe abrir como espacio verde.
Escombros: hormigón al suelo: cada tribuna, 30 días. (David Fernández)
El velódromo podría ser una síntesis de ciertas conductas que se repiten en la historia argentina: una gran obra de infraestructura, destinada a la promoción de un deporte, que pasa al olvido primero, luego a la especulación, al abandono y finalmente, queda condenada a la desaparición. El lunes comenzaron las obras para demoler lo que fue el Velódromo Municipal, que fue inuagurado para los primeros Juegos Panamericanos, en 1951.
Ubicado en el Parque Tres de Febrero, en Figueroa Alcorta y Belisario Roldán, durante más de 30 años fue utilizado por ciclistas, pero en los 90 la ola privatizadora del intendente menemista Carlos Grosso casi lo entrega para convertirlo en un hotel cinco estrellas. Sobrevivió pero fue sede de recitales y escenario de una competencia de paint ball. En 1998 quisieron transformarlo en una sede tenística de alto rendimiento y en 2004, demolerlo para construir gimnasios, aulas, vestuarios y dejar solo una tribuna para eventos multipropósito.
Ahora, el Gobierno porteño arrancó la obra de demolición y desde la Subsecretaría de Deportes aseguran que luego será abierto al público como un área verde; además se mantendrá la pista, para que los vecinos puedan andar en bici, patinar y hacer skate.
La obra costará 6,5 millones de pesos y demandará unos 90 días de trabajos: 30 días de demolición por cada tribuna y luego la limpieza del área.
“El sitio estuvo abandonado 23 años, pero en pocos meses volverá a funcionar. Los vecinos podrán venir a correr, caminar y patinar. Por otro lado, y sin que se registre un impacto ambiental negativo, se instalarán las oficinas del Comité Olímpico Argentino”, remarcó Francisco Irarrázaval, subsecretario de deportes porteño. Estas oficinas deberían montarse en las áreas cementadas, sin invadir el verde.
El lunes Clarín documentó los primeros movimientos de las grúas, que arrancaron los trabajos de demolición de una de las escaleras de acceso a la tribuna más cercana a la avenida Belisario Roldán: “Se trata de una demolición mecánica, descendente. Comenzamos demoliendo primero lozas, luego vigas y finalmente columnas. No son obras peligrosas, pero requieren una maquinaria muy grande”, explicó Maximiliano Mauriño, del Grupo Mitre, a cargo de las obras. La empresa ya trabajó en la ESMA, en el ex centro municipal de exposiciones y en el estadio de Morón, entre otras obras. En el caso del velódromo, los técnicos a cargo del trabajo explicaron que tiene la ventaja de no tener construcciones linderas que se apoyen en las tribunas. El edificio más cercano es el de CUBA (Club Universitario Buenos Aires), pero separado por un pulmón de terreno.
Antes de llegar a la demolición, el velódromo fue eje de un debate que pasó por la Legislatura porteña. Luego de que el Centro Argentino de Ingenieros (CAI) realizara una evaluación en la que se determinó que existía algún tipo de riesgo de derrumbe, en 2013 los legisladores autorizaron a la Ciudad a desmantelar buena parte de la estructura del Velódromo (Ley 4.739). “Se dio una discusión muy ardua porque originalmente el PRO quería que el sitio quedará sin zonificación, como en una especie de limbo. Pudimos presentar un contraproyecto que finalmente el oficialismo apoyó”, recordó el legislador Adrián Camps (Partido Socialista Auténtico), quien impulsó la iniciativa, junto a la Asociación de Amigos del Lago de Palermo. La ley que se votó determina que el espacio que hoy ocupa el Velódromo tiene que convertirse en un parque y, en las partes cementadas, se podrán instalar oficinas transitorias, vinculadas al Comité Olímpico Argentino y a las federaciones deportivas nacionales y metropolitanas que participen de los Juegos Olímpicos de la Juventud, que se disputarán en la Ciudad en 2018.
En menos de 20 minutos la vieja escalera se transformó en escombros y hierros retorcidos. Para octubre las tribunas del Velódromo habrán desaparecido, 64 años después de su inauguración.