I) ANTECEDENTES DE ESTA REUNION DE LAS NACIONES UNIDAS
Es cierto que aún estamos a tiempo pero debemos actuar sin demoras frente al cambio climático que es el desafío más grave que enfrenta la humanidad. Nuestro accionar colectivo, particularmente el energético está incidiendo negativamente alterando la temperatura del planeta. Esto no puede sorprender cuando la población mundial que aumento al ritmo de apenas 420.000 habitantes anuales en los primeros 18 siglos de nuestra era hasta la Revolución Industrial, en los últimos 60 años trepo al acelerado ritmo de 70 millones anuales.
Pero el cambio climático también está afectando a los países industrializados. La Agencia Ambiental Europea acaba de advertir acerca de la modificación del clima en los Alpes, donde la temperatura viene trepando al doble que el promedio mundial. Este calentamiento afecta la abundancia de nieve y por ende de agua potable, ya que por algo los Alpes son conocidos como los “depósitos de agua en Europa”; el informe alerta sobre la extinción de numerosas plantas alpinas y también señala que se afectara negativamente el sistema hidrológico alpino que alimenta a cuatro importantes ríos europeos: Danubio, Rin, Ródano y Po.
II) POR QUE RAZON LAS NEGOCIACIONES SERAN MUY DIFICILES?
Las naciones negociarán nuevos acuerdos para mitigar los efectos nocivos del cambio climático, pero estas discusiones serán complejas por la magnitud de los intereses en juego. Recordemos que en el 2005 entro en vigencia el Protocolo de Kioto, es así como 38 países industrializados se han comprometido a reducir, entre 2008 y 2012, sus emisiones de gases de efecto invernadero en un 5,2 por ciento por debajo de los niveles de 1990 (el entonces mayor contaminador mundial, Estados Unidos, se negó a ratificar el Protocolo de Kioto).
Segundo, Estados Unidos uno de los mayores contaminadores no asumió ningún compromiso (21 por ciento del total mundial de emisiones).
Y en tercer lugar, el mundo en desarrollo no está obligado a realizar reducciones de sus emisiones, que ya alcanzan al 50 por ciento del total (China es ya el mayor país contaminador con más del 21 por ciento de las emisiones totales).
Es necesario que todos actuemos de común acuerdo, porque el cambio climático es un problema global y no podrá resolverse sino cooperan todos los países sin excepción; todos tendremos que actuar, pero de un modo diferenciado que apunte a la equidad entre las naciones. Los países industrializados son responsables de la mayor parte de las emisiones hasta la fecha y registran un alto nivel de emisiones por habitante. Ellos deberán hacer un aporte sustancial reduciendo drásticamente estas emisiones contaminantes.
Pero los países en desarrollo también deberán cooperar en el esfuerzo común, ya que ellos serán en los próximos años los mayores responsables por el crecimiento en las emisiones. Para apoyar este esfuerzo muchos de estos países necesitaran de cooperación internacional para contribuir a preservar el clima global con menos emisiones.
III) EL FUTURO DE LAS ENERGIAS CONTAMINANTES
También será necesario que todos actuemos de una nueva manera, ya que habrá que modificar sustancialmente los sistemas energéticos para poder abatir las emisiones en más de un 50 por ciento. Como bien se expresa en el informe presentado por Greenpeace en nuestro país es “urgente introducir cambios profundos en el sector energético”, estos cambios deben configurar una verdadera revolución energética con tecnologías de alta eficiencia energética y reducidas emisiones de carbono.
IV) LA DEFENSA DEL BOSQUE
Según el Informe Stern del gobierno del Reino Unido (2006) la deforestación es un elemento negativo para el cambio climático, ya que aporta nada menos que un 20 por ciento a las emisiones contaminantes de dióxido de carbono, por eso es urgente preservar las áreas forestales aún existentes. Existe aquí una cuestión distributiva, ya que los grandes bosques fueron ya talados y han desaparecidos en los países industrializados y existen hoy únicamente en el mundo en desarrollo (África, América Latina y Asia Pacifico). Si se pretende que estas naciones pobres renuncien a nuevos desarrollos productivos que les generan ingresos y empleos, es necesario implementar mecanismos de financiamiento que las compensen por este renunciamiento. Al fin y al cabo, si todas las naciones, incluidas las desarrolladas que destruyeron sus bosques después de la Revolución Industrial, se apropian de los beneficios que los bosques aportan por ser potentes sumideros de dióxido de carbono es razonable compensar por este beneficio global y que alcanza a todos. En la actualidad no existe ningún mecanismo financiero global con la envergadura requerida para defender el bosque.
La equidad exige que los países industrializados compensen financieramente a los países en desarrollo para que renuncien a la explotación depredadora de los bosques, por ello es necesario que en una nueva versión del Protocolo de Kioto se puedan emitir bonos verdes a favor de quienes preservan el bosque y pierden así una alternativa agrícola o ganadera. La deforestación equivale a un Portugal cada año. El bosque disminuye un 5 por ciento por década. Salvo que las tendencias se modifiquen, las consecuencias serán graves: la liberación a la atmósfera de 3000 millones de toneladas de dióxido de carbono cada año. Pero si avanzan razonables propuestas de establecer un gravamen universal a las energías contaminantes (carbón, petróleo y gas en este orden de daño ambiental) habría suficientes recursos financieros para preservar las grandes masas forestales, particularmente en las regiones tropicales.
Si bien los bosques proporcionan numerosos beneficios ambientales, solo dos podrían movilizar un apoyo mundial que podría traducirse en la voluntad de pagar por ellos: la retención del carbono y la conservación de biodiversidad de importancia mundial.
V) ESTADO DE LAS NEGOCIACIONES INTERNACIONALES PREVIAS EN BANGKOK Y BARCELONA
Con miras a la próxima reunión en Copenhague se han realizado reuniones preparatorias en Bangkok y en Barcelona. En esta ultima realizada entre el 2 y 6 de noviembre, quedaron expuestos cuales son los principales obstáculos para consensuar una posición internacional común.
Por un lado, se encuentra el nivel de mitigación que las economías desarrolladas van a acometer entre el 2012-2020, y la cuestión de si los países en desarrollo deberán también asumir tales reducciones o algún otro tipo de compromiso vinculante. Por el otro, surgen las divergencias en torno a la cantidad de recursos financieros que se deberían transferir a los países en desarrollo para favorecer sus esfuerzos de mitigación y adaptación.
Los países emergentes y en desarrollo aducen que la responsabilidad histórica del problema es de los países desarrollados y que sus emisiones per cápita son muy superiores a las del resto. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que las emisiones de los países emergentes y en desarrollo ya superan en la actualidad a las de los países ricos. Son muy importantes las emisiones de grandes países emergentes como China, India, Brasil, India Méjico, Indonesia y Corea. Asimismo el incremento de emisiones proyectada para la próxima década corresponde casi exclusivamente a los países emergentes. Por eso se sostiene que sin su participación en la mitigación de emisiones no habrá solución para la crisis climática.
En Estados Unidos existe una propuesta de ley que propone reducir las emisiones. Dicha propuesta no será aprobada antes de la Cumbre de Copenhague, lo que implicaría que los negociadores norteamericanos acudirían a la Cumbre con un margen de maniobra limitado para comprometer a su país.
La UE ha hecho del cambio climático un eje central de su presencia en el mundo, siendo el bloque europeo el que más propicia llegar a un acuerdo. Acude a la cumbre danesa con emisiones que al finalizar el 2008 fueron 6,2% menores que las de 1990 y no hay duda de que alcanzara el objetivo fijado en Kioto de reducirlas en un 8%.
China se ha regido por el principio de “responsabilidades comunes pero diferenciadas”, reclamando a los países ricos por su responsabilidad histórica en las emisiones, al tiempo que insiste en que son los países desarrollados quienes han de ayudar financiera y tecnológicamente a los emergentes para mitigar sus emisiones y adaptarse al cambio climático. Además China ha dado pasos importantes en su acción domestica en relación a la eficiencia energética y la introducción de energías renovables. El problema es que el único recurso fósil que tiene China es el más contaminante de todos: carbón, que es el insumo energético clave por su abundancia.
En la última cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia Pacifico (APEC), China y EEUU se negaron a comprometerse a reducir las emisiones contaminantes. Existe creciente preocupación por el hecho que los países industrializados que asuman compromisos de reducción implanten medidas fronterizas de carácter comercial (aranceles de importación, derechos anti-dumping, derechos compensatorios, obstáculos técnicos, etc.), con el fin de evitar lo que se llama la “fuga de carbono”; es decir, la neutralización de la reducción de emisiones por importaciones de países que no hacen reducción de ansiones en su producción y/o transporte.
En este sentido podemos mencionar el proyecto con media sanción en los EEUU, que autoriza en el futuro a implementar estas restricciones comerciales. Una posición similar ha sido expresada públicamente por importantes lideres políticos europeos. Ademas, esta cuestión ha comenzado ya a ser considerada en la Organización Mundial del Comercio.
En las últimas semanas se han hecho públicos nuevos compromisos asumidos por naciones que son importantes contaminadoras. Las novedades son las siguientes:
- Unión Europea: Se ha comprometido unilateralmente a reducir para el 2020 sus emisiones en un 20% respecto de los niveles de 1990. La UE dice que está dispuesta a ir todavía más lejos y a suscribir un objetivo de reducción de un 30%, en el contexto de un ambicioso acuerdo internacional a gran escala, si otros países desarrollados se comprometen a reducciones comparables y si los países en vías de desarrollo económicamente más avanzados contribuyen en función de sus responsabilidades y capacidades. Además la UE considera que los países desarrollados deberán ayudar a financiar las medidas de mitigación que implementen los países en desarrollo (alrededor de US$100.000 millones anuales hacia el año 2020). Según la UE parte de estos fondos deberán ser aportados por los países desarrollados mientras que otra parte debería provenir de los ingresos del mercado del carbono de los países en desarrollo.
- Para calibrar la oferta americana digamos que reducir en un 17% las emisiones en el 2020 con respecto a los niveles el 2005 significa apenas una reducción del 4% comparado con el año base de 1990. Este esfuerzo es inferior si se lo compara con la UE que se ha comprometido a reducir las emisiones en un 20% para el 2020, o también con Japón que reducirá sus emisiones en un 25%., ambas reducciones con respecto al año base 1990. - Es difícil que el Congreso Estadounidense apruebe ahora medidas significativas para la reducción de emisiones si esas iniciativas no van acompañadas por otras similares en Pekín. Señalemos que durante la presencia de Obama y Hu en la reciente Cumbre de la APEC en Singapur, todos los participantes en ese evento comunicaron al primer ministro danés, Lars Lokke Rasmussen, que sería imposible conseguir un tratado legalmente vinculante en la reunión de Copenhague. En su lugar y para que la Cumbre no fracase, las principales delegaciones, incluidos EEUU y China, negocian ahora un acuerdo de carácter político para discutir posteriormente un texto legal en la próxima Conferencia del Clima prevista para el año próximo en Méjico.
- Japón: Cuando triunfó en las últimas elecciones japonesas Yukio Hatoyama reafirmo su compromiso electoral de reducir las emisiones en un 25% para el año 2020 con respecto a los niveles de 1990, lo que supone un reto mucho más ambicioso que el asumido por los de EEUU y también mayor al compromiso de la UE.
Los negociadores europeos y norteamericanos presionaban a China para que esta reducción superara el 50%. El argumento chino es que el esfuerzo de ellos es aun superior al que hacían los países desarrollados cuando tenían un PIB per cápita similar al de China de hoy. Recordemos que China ya supero a los EEUU el año pasado como el mayor contaminante mundial.
El Primer ministro Wen que es geólogo universitario dirige directamente el grupo que estudia el cambio climático en el gobierno chino y es el segundo hombre en la jerarquía del régimen comunista. El comunicado oficial chino expresa: “esta es una acción voluntaria del gobierno chino, basada en sus propias condiciones nacionales y es una contribución importante al esfuerzo global frente al cambio climático”. Además se hizo saber que Pekín no aceptaría una mera declaración política vacía como resultado de la Conferencia y buscaría un pacto con contenido sustantivo.
- India: Hasta la fecha la India no ha hecho público ningún compromiso de reducción de emisiones.
El Secretario Ejecutivo de la Convención de Cambio Climático de Naciones Unidas, Ivo de Boer, expreso que: “no hay plan B para Copenhague, solo hay un plan A y el plan A quiere decir acción. De Boer dice que cuatro serán los puntos que deberán ser parte del acuerdo global:
El Secretario Ejecutivo considera que la presencia de Obama “será decisiva para un buen resultado en Copenhague y que no ve razón para que EEUU no firme un instrumento internacional legalmente vinculante, bajo el argumento de que los Estados Unidos no querría una meta impuesta internacionalmente, ya que quienes acompañaron el proceso del Protocolo de Kioto saben que las metas no fueron impuestas.”
VIII) LOS DESAFIOS PARA ARGENTINA:
Argentina podrá reducir en el futuro sus emisiones, ya que influirá en esta mejora ambiental la pérdida del autoabastecimiento energético. El tránsito desde un estadio de energía abundante, barata y exportada a otro caracterizado por energía escasa, cara e importada, por la insuficiencia de nuestra producción de hidrocarburos, debido a la expansión del consumo pero también a la reducción en la exploración, impulsará la transformación de nuestra matriz energética desde el petróleo y el gas hacia la hidroelectricidad y la energía nuclear.
La humanidad necesita un salto tecnológico “verde” que permita consumir energía sin dañar al medio ambiente. Existen cinco fuentes de energía en la naturaleza (carbón, petróleo, gas, uranio y renovables) que deberemos seguir utilizando en los próximos años, seguramente en distintas proporciones a las actuales, pero no nos debemos olvidar en Argentina de la sexta fuente: la conservación energética con consumos minimizados gracias a técnicas más eficientes y a la eliminación de subsidios distorsivos que incentivan hoy artificialmente el consumo de energía fósil contaminante.