Por Juan Diego Wasilevksy - iProfesional - Es la gira más trascendente del año, luego de la cumbre con Trump. Se intentarán definir proyectos por u$s30.000 millones. Además, se trabajará para diversificar la canasta exportadora y achicar el déficit. El mandatario sellará alianzas antes de las cumbres de la OMC y del G20 en Buenos Aires
La agenda internacional de Mauricio Macri sigue levantando vuelo.
Luego de la ansiada cumbre con el mandatario estadounidense Donald Trump y a muy pocos días del mano con el propietario de Alibaba, el Presidente está en plena cuenta regresiva para encarar la gira que lo llevará a China y Japón, previa escala en Emiratos Árabes Unidos.
Para entender la importancia que el equipo de Gobierno le está dando a la estrategia de reinsertar a la Argentina en el mundo, basta saber que, una vez que culmine este rally por Asia, el Presidente habrá recorrido la friolera de 275.000 kilómetros fuera del país. Esto equivale a cerca de siete vueltas al mundo, en apenas un año y medio de gestión.
Macri, quien el 12 de mayo estará haciendo escala en Dubai, tiene previsto aterrizar el día 14 en China, donde llegará acompañado por Juliana Awada y una delegación conformada por funcionarios, gobernadores y empresarios. La misión en el gigante asiático se extenderá por cuatro jornadas. El 18, finalmente, viajará a Tokio, desde donde luego emprenderá su regreso a la Argentina.
"Ha habido un importante cambio en la forma en la que se ve a China. Durante la gestión kirchnerista, esa nación era considerada como una salida de emergencia. Sucedió con los famosos swaps, para sostener reservas, o con los fondos para financiar obras públicas", señala Marcelo Elizondo, ex director de Fundación ExportAr.
En diálogo desde Hong Kong, donde participa de una misión empresaria, Miguel Ponce, ex subsecretario de Industria, remarca que, luego del acercamiento con Trump, el viaje al gigante asiático "tiene como objetivo enviar el mensaje de que la Argentina no sólo está integrándose al mundo, sino que lo está haciendo de manera muy acelerada".
En cuanto a los objetivos, el Gobierno ya dejó en claro que la misión se apoyan en tres ejes:
-Concreción de proyectos de inversión y búsqueda de financiamiento para obras de infraestructura y promoción de exportaciones
-Diversificación de las ventas y achicamiento del crónico déficit comercial
-Consolidación de la alianza con la región asiática en plena cuenta regresiva hacia las cumbres de la Organización Mundial del Comercio y del G-20, que se desarrollarán en Buenos Aires.
A la caza de inversiones
Al analizar el peso específico que hoy exhibe China en el mapa de inversiones en territorio argentino, queda claro que se está muy lejos de alcanzar el verdadero potencial.
Según los últimos datos oficiales, las inversiones "ancladas" en el país apenas suman u$680 millones, menos del 1% de la inversión extranjera directa total, ocupando un lejano puesto 17 en el ranking general.
Para ponerlo en perspectiva, llegaron más desembolsos a través de dos paraísos fiscales, como Bermuda y las Islas Caimán, que desde el gigante asiático. "Claramente hay un déficit en cuanto a la recepción de inversiones. Nuestra economía está `desinvertida` y China no tiene el peso que debería tener", afirma Elizondo.
"Durante las últimas décadas, se dieron diferentes oleadas en las que se potenció la llegada de empresas estadounidenses,europeas y brasileñas. Eran momentos en que las compañías del gigante asiático no se internacionalizaban. Pero ahora, con los cambios en esa economía, buscan ser jugadores relevantes. Por eso es un buen momento para tender puentes", señala Elizondo.
En abril viajó a China una suerte de "misión exploratoria" comandada por el ministro de Finanzas, Luis Caputo, y el secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Horacio Reyser, responsable de "capitanear" la búsqueda de capitales. Esa delegación tuvo como objetivo allanar el camino para conseguir financiamiento para diversos proyectos, como la mejora del Ferrocarril Belgrano Cargas y del San Martín, por un monto estimado de más de u$s2.000 millones.
También, para un parque fotovoltaico a gran escala en Jujuy (u$s300 millones) y la búsqueda de compras de viviendas prefabricadas por un valor cercano a los u$s1.000 millones, operación que generó críticas desde el sector forestal nacional, si bien luego el Gobierno salió a aclarar que todavía no había "nada firmado".
En paralelo, uno de los puntos clave de la gira será darle cierre a un ambicioso acuerdo para la construcción de dos nuevas centrales nucleares por la friolera de u$12.500 millones. A este plan se le buscará sumar un acuerdo para levantar una represa en la provincia de San Juan, iniciativa que demandará un desembolso de u$s800 millones.
Durante la gira, también se monitoreará el avance del reciente acuerdo alcanzado con el Banco de Desarrollo de China (CBD), que estará comenzando a otorgar créditos a pequeñas y medianas empresas argentinas por un monto total de u$s150 millones y a tasas convenientes.
Más que soja
Los funcionarios macristas no ocultan su entusiasmo tras la visita de Jack Ma, director ejecutivo y cofundador de Alibaba, la principal plataforma de comercio online del gigante asiático. El empresario dejó la promesa de abrir un canal para promocionar alimentos frescos con sello argentino, lo que abriría una ventana que, para el Gobierno, podría disparar millonarios negocios. Con ese ímpetu, la delegación oficial llegará a territorio chino con la idea de diversificar la canasta exportadora.
"Llevamos una agenda en la que trataremos la forma de potenciar sectores que ya tienen presencia en ese país pero también nuevos o todavía poco relevantes, con el objetivo de evitar que se sigan primarizando nuestras exportaciones hacia ese país", indicó un técnico especializado en inteligencia comercial y que asesora a la comitiva.
"China es, actualmente, nuestro principal mercado para la carne vacuna fresca y congelada. Es el sexto comprador de vinos y es el tercer mayor consumidor de maníes y derivados producidos en la Argentina. Esto da una muestra del potencial que tiene y del terreno que hay por delante", amplía.
Según el experto, que pidió off the record, "el punto clave es que la clase media de China ha experimentado un boom histórico. Ya son más de 200 millones de personas y la cifra va en aumento. Pero nuestras exportaciones no se están diversificando al ritmo que deseríamos".
Este objetivo de "descommoditizar" la canasta es un anhelo que fue blanqueado por la propia canciller Susana Malcorra cuando, en un encuentro con el embajador de ese país en Buenos Aires, le deslizó un comentario con tono de reproche: "Tenemos un intercambio comercial que, nos parece, está lejos del potencial que podríamos lograr y estamos trabajando para no solamente aumentar la exportación de aceite de soja".
Al analizar las cifras del intercambio bilateral, son varios los puntos que preocupan. En primer lugar, el 65% de los envíos hacia ese destino están concentrados en aceites vegetales y harinas.
En tanto, salvo los envíos de medicamentos por poco más de u$s20 millones anuales, casi no hay espacio para las exportaciones de productos con alto valor agregado (ver cuadro):
En paralelo, la fuente consultada reconoce que uno de los intereses es insistir en un viejo reclamo: equiparar el comercio bilateral. "Está en la agenda, pero sabemos que es algo de más largo plazo", asegura a iProfesional, sin mucha convicción.
Sucede que este pedido se viene haciendo desde las épocas de Néstor Kirchner. Pero cada año que pasó el problema, lejos de mejorar, se fue agravando. "Seguramente habrá espacio para tocar el tema. La Argentina va a plantear un pedido para avanzar con una mejora del desbalance comercial, si bien el tema prioritario es el de las inversiones", afirma Elizondo.
Actualmente, las empresas nacionales tienen un share de apenas 0,3% del total de importaciones realizadas por el gigante asiático. Además, ya se está por completar casi una década con déficit de la balanza comercial bilateral. La tendencia arrancó en 2008 y se profundizó en los últimos tres años, cuando el rojo sobrepasó los u$s6.000 millones (ver cuadro)
Con el objetivo de generar nuevos negocios, con la comitiva oficial estarán viajando representantes de Wines of Argentina -el organismo responsable de promocionar la marca vino argentino en el mundo.
Además, ProMendoza estará organizando un road show con un nutrido grupo de bodegas en búsqueda de potenciales importadores.
En paralelo, el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) desarrollará un pabellón de más de 800 metros cuadrados y asistirá junto a 24 frigoríficos exportadores en la feria de alimentos SIAL, una de las mayores a nivel mundial y de la que participará el Presidente.
Como parte del plan para incrementar las exportaciones, los funcionarios le están dando las puntadas finales al acuerdo para que el organismo oficial de sanidad y calidad agroalimentaria de China (similar al SENASA) instale una oficina en el país, lo que le daría mayor celeridad a los permisos que se requieren para exportar desde frutas hasta carne.
En paralelo, el Gobierno también tiene interés en equilibrar la otra balanza: la turística, que en los últimos se tiñó de rojo por los millones de argentinos que cada año se dirigen principalmente a Chile o Estados Unidos, aprovechando el atraso cambiario.
El propio Macri destacó que en la actualidad hay 150 millones de ciudadanos chinos viajando por el mundo y apenas 30.000 cruzan estas fronteras al año. "Si lográsemos que viniesen un par de millones, sería un gran cambio", comentó el mandatario.
En búsqueda de alianzas
Para los analistas, para que se concreten estos negocios y se avance con más desembolsos en la economía real, la parte política jugará un partido determinante.
Elizondo considera que se trata de un viaje clave porque "ayudará a mostrar que la Argentina es `elegible`. ¿Qué significa esto? Que hoy ofrece mejor clima para los negocios y para las inversiones".
El experto recalca que este es el mismo objetivo que persigue el macrismo cuando procura "estar en la mayor cantidad de foros posibles". Cabe destacar que el país será sede de la Conferencia Ministerial de la OMC, que se llevará a cabo en Buenos Aires en diciembre de 2017.
En 2018, en tanto, se desarrollará "el" evento del año: el Summit del G-20, y que contará con los mandatarios de las principales potencias a nivel mundial.
Ponce afirma que la cercanía de la cumbre de la OMC genera que la visita de Macri haya despertado mucho interés en territorio chino.
"El gigante asiático nunca tuvo un vínculo fácil con la OMC y la Argentina todavía no reconoció a ese país como economía de mercado. Este es un aspecto que le interesa sobremanera a Beijing, pero que es delicado, porque si se le da luz verde, dificultaría la posibilidad de que el Gobierno, en un futuro, utilice instrumentos antidumping frente a situaciones de competencia desleal", acota.
Pero China también tiene otros intereses en el país. Y están vinculados con su necesidad de abastecerse con materias primas básicas.
"Para la administración de Xi Jinping, la Argentina juega un rol clave, por su papel relevante en el campo de los alimentos, la energía y la minería", acota Elizondo.
"China ve en Sudamérica un terreno importante para cimentar su propio crecimiento, por las commodities, y Brasil y la Argentina son sus dos grandes socios", concluye.