Por Pablo Fernández Blanco | LA NACION
Por primera vez, volcará fluido no convencional al mercado; comenzará a inyectarlo en los próximos días
Por Pablo Fernández Blanco | LA NACION
Por primera vez, volcará fluido no convencional al mercado; comenzará a inyectarlo en los próximos días
Los
equipos técnicos de YPF ultiman los detalles para volcar al mercado un
volumen extra de gas natural, el hidrocarburo más requerido por la
economía argentina y, al mismo tiempo, el que suma las mayores señales
de alerta debido a la sostenida caída en la producción.
En los próximos días, posiblemente la semana próxima, entre en producción el denominado pozo exploratorio El Orejano X 1, en la formación Vaca Muerta, que recorre la provincia de Neuquén. Desde allí, la empresa nacionalizada espera obtener como máximo unos 120.000 metros cúbicos (m3) diarios de gas, de acuerdo con el mejor resultado que arrojaron los ensayos que realizó YPF en las últimas semanas.
El presidente de YPF, Miguel Galuccio, ya le comunicó a la presidenta Cristina Kirchner la inminente puesta en marcha del proyecto. Aunque su impacto es moderado en el contexto de la economía nacional (por ejemplo, el país importa 16 millones de m3 diarios desde Bolivia), se trata de una oferta de gas significativa para un emprendimiento específico. Además, tiene características fundacionales: luego de la enorme publicidad, tanto local como internacional, que tuvo el potencial desarrollo de recursos no convencionales de hidrocarburos en el país, El Orejano es la primera iniciativa en ese rubro que estará en cabeza de YPF.
En 2012, la empresa participó como socia de un proyecto similar en Aguada Pichana, que ya está en producción, pero esa operación está a cargo de Total Austral.
La iniciativa también despierta aires de recuperación por otro motivo: se volcará al mercado a través del gasoducto Gas Pacífico, que había entrado en desuso debido a la caída de la producción doméstica.
Los primeros trabajos en El Orejano comenzaron a principios del año pasado; es decir, mientras la petrolera estaba bajo la gestión de la familia Eskenazi y la española Repsol. Se contaron entre los intentos para delimitar las posibilidades de la hoy famosa formación Vaca Muerta.
El desarrollo comercial del proyecto responde, en parte, a un aventón que el Gobierno le dio a la empresa nacional. En los últimos días del año pasado, acordó pagarle 7,50 dólares por millón de BTU (la unidad de medida) para toda producción adicional que aporte al mercado. Ese número triplica los cerca de US$ 2,50 que la empresa recibe en promedio por su producción en la cuenca neuquina. Además de la nacionalizada, Pan American Energy, de la británica BP, la familia Bulgheroni y la china CNOCC, también firmó el convenio.
La propuesta de un mayor precio fue lanzada por la propia Cristina Kirchner a finales de noviembre del año pasado. La Presidenta tomó en sus manos el pedido empresario por un motivo válido: en una economía a la que le cuesta ingresar dólares, una parte sustancial de las erogaciones de divisa extranjera se van en pagos de importaciones de energía por la caída sistemática que registró la producción de hidrocarburos durante el kirchnerismo.
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