(Infodefensa.com) Sao Paulo – El avión ruso de entrenamiento avanzado
y ataque ligero Yak-130 A recibirá el radar brasileño
Scipio-01, producido por Mectron, subsidiaria de Odebrecht Defesa e
Tecnologia.
El dispositivo fue diseñado para ser empleado en el caza bombardero Embraer A-1 AMX, en servicio activo en la Fuerza Aérea desde 1989 y actualmente está siendo sometido a un extenso programa de modernización para una flota de 43 aeronaves.
La negociación de estos equipos y tecnología está en el contexto del acuerdo firmada entre Moscú y Brasilia en diciembre en Rusia por la presidente Dilma Rousseff. En términos generales, el acuerdo implica la producción de tres baterías del sistema de defensa antiaérea Pantsir S1, más dos del misil MANDPADS (man portable air defense system) Igla 4/9K38, y la creación de una joint venture que producirá este arma en Brasil, involucrando a Avibras, Embraer Defensa y Seguridad y Odebrecht. La decisión final deberá anunciarse en la próxima semana, durante la visita del presidente Dimitri Medvedev al Brasil.
En la misma negociación, la agencia rusa de exportación de material militar Rosoboronexport ofrece el pequeño jet de entrenamiento avanzado y ataque ligero Yak-130 para la Fuerza Aérea de Brasil como un avión de transición entre el turbohélice A29 Super Tucano y las aeronaves de cazas de primera línea de Fuerza. El Yak-130 A es, en la actualidad, la versión más desarrollada del modelo, y realizó su primer vuelo en 2004. Tras continuar, la aeronave fue comprada por la aviación militar rusa (VVS), que encargó 72 unidades. En 2011, Irkut recibió un pedido adicional de más de 65 aviones.
Cada Yak-130 cuesta de media 15,3 millones de dólares y cerca de 40 han sido entregados. El radar Scipio-01 interesa a Irkut, fabricante del Yak-130 A porque combina dos características, es compacto, ocupando el mínimo espacio de sección frontal de nariz del avión con baja demanda de ventilación y producción de energía para su utilización; y también porque opera de modo variado, sea en búsqueda aire-aire, rastreo aire-suelo, localización de avión tanque, búsqueda sobre el mar, mapeo, telemetría, etcétera.
En la práctica esto significa que el Scipio-01 puede identificar entre cuatro y ocho objetivos, simultáneamente, y producir las soluciones para los cuatro más amenazantes. Objetivos aérea de cinco metros cuadrados de tamaño pueden ser encontrados a 32 kilómetros de distancia y terrestres de 100 metros cuadrados hasta 80 kilómetros de distancia.
Defensa Antiaérea
En la segunda semana de febrero, una comisión de técnicos rusos estuvo en Brasil acertando los detalles de negociación sobre el sistema antiaérea Pantsir S1, en São José dos Campos. El valor del negocio aún está siendo definido, aunque en la prensa en ambos países se habla de hasta 2.500 millones de dólares. El proyecto fue dirigido por el Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas y prevé la adquisición de tres baterías, cada una compuesta de seis carretas lanzadoras de misiles tierra-aire con alcance de 20 kilómetros y capaces de alcanzar objetivos en una altitud de 15 kilómetros, combinados con dos cañones dobles de 30 mm. Cada carreta transporta 12 misiles 57E6. El radar de detección actúa en un radio de 36,5 kilómetros y puede localizar y bloquear hasta diez objetivos. El Pantsir S1 es fabricado por la empresa rusa KBP.
Según el general José Carlos de Nardi, jefe del Estado Mayor Conjunto: “La mejor parte de todo el proceso es que los rusos aceptaran la demanda brasileña de que exista transferencia de tecnología y todo el conocimiento original del proyecto del equipo será abierto”.
El dispositivo fue diseñado para ser empleado en el caza bombardero Embraer A-1 AMX, en servicio activo en la Fuerza Aérea desde 1989 y actualmente está siendo sometido a un extenso programa de modernización para una flota de 43 aeronaves.
La negociación de estos equipos y tecnología está en el contexto del acuerdo firmada entre Moscú y Brasilia en diciembre en Rusia por la presidente Dilma Rousseff. En términos generales, el acuerdo implica la producción de tres baterías del sistema de defensa antiaérea Pantsir S1, más dos del misil MANDPADS (man portable air defense system) Igla 4/9K38, y la creación de una joint venture que producirá este arma en Brasil, involucrando a Avibras, Embraer Defensa y Seguridad y Odebrecht. La decisión final deberá anunciarse en la próxima semana, durante la visita del presidente Dimitri Medvedev al Brasil.
En la misma negociación, la agencia rusa de exportación de material militar Rosoboronexport ofrece el pequeño jet de entrenamiento avanzado y ataque ligero Yak-130 para la Fuerza Aérea de Brasil como un avión de transición entre el turbohélice A29 Super Tucano y las aeronaves de cazas de primera línea de Fuerza. El Yak-130 A es, en la actualidad, la versión más desarrollada del modelo, y realizó su primer vuelo en 2004. Tras continuar, la aeronave fue comprada por la aviación militar rusa (VVS), que encargó 72 unidades. En 2011, Irkut recibió un pedido adicional de más de 65 aviones.
Cada Yak-130 cuesta de media 15,3 millones de dólares y cerca de 40 han sido entregados. El radar Scipio-01 interesa a Irkut, fabricante del Yak-130 A porque combina dos características, es compacto, ocupando el mínimo espacio de sección frontal de nariz del avión con baja demanda de ventilación y producción de energía para su utilización; y también porque opera de modo variado, sea en búsqueda aire-aire, rastreo aire-suelo, localización de avión tanque, búsqueda sobre el mar, mapeo, telemetría, etcétera.
En la práctica esto significa que el Scipio-01 puede identificar entre cuatro y ocho objetivos, simultáneamente, y producir las soluciones para los cuatro más amenazantes. Objetivos aérea de cinco metros cuadrados de tamaño pueden ser encontrados a 32 kilómetros de distancia y terrestres de 100 metros cuadrados hasta 80 kilómetros de distancia.
Defensa Antiaérea
En la segunda semana de febrero, una comisión de técnicos rusos estuvo en Brasil acertando los detalles de negociación sobre el sistema antiaérea Pantsir S1, en São José dos Campos. El valor del negocio aún está siendo definido, aunque en la prensa en ambos países se habla de hasta 2.500 millones de dólares. El proyecto fue dirigido por el Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas y prevé la adquisición de tres baterías, cada una compuesta de seis carretas lanzadoras de misiles tierra-aire con alcance de 20 kilómetros y capaces de alcanzar objetivos en una altitud de 15 kilómetros, combinados con dos cañones dobles de 30 mm. Cada carreta transporta 12 misiles 57E6. El radar de detección actúa en un radio de 36,5 kilómetros y puede localizar y bloquear hasta diez objetivos. El Pantsir S1 es fabricado por la empresa rusa KBP.
Según el general José Carlos de Nardi, jefe del Estado Mayor Conjunto: “La mejor parte de todo el proceso es que los rusos aceptaran la demanda brasileña de que exista transferencia de tecnología y todo el conocimiento original del proyecto del equipo será abierto”.
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