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viernes, 4 de abril de 2014
Venezuela adquirió aviones de entrenamiento de combate L15
Dice la información, referida a unas declaraciones de la ministra de la Defensa, almirante en jefe Carmen Meléndez Rivas, “y agregó que existe un proyecto de aeronaves que están por llegar, los L15.”
Cabe señalar, que en 2009 las autoridades militares venezolanas expresaron públicamente interés en adquirir el L15. Más recientemente, en noviembre de 2013, una delegación del grupo estatal chino CATIC, hizo una presentación y ofreció al Alto Mando aéreo, en Caracas, el avión de entrenamiento avanzado/ataque ligero L15 “para la formación de pilotos de la tercera generación de cazas”.
Dornier 228-212 / 228 NG
Por otra parte, la almirante Meléndez, anunció que ya comenzaron a llegar los diez aviones Dornier 228-212 / 228 NG, destinados al Grupo Aéreo de Transporte Nº 9 de la Aviación Militar: “ya llegó uno y de ahora en adelante casi todos los meses va a llegar uno hasta completar los diez aviones”.
ceh
Foto: CATIC
Malvinas: cómo es la "ciudadela" militar kelper
Por JULIÁN GUARINO - Cronista.com
Viajé a las Islas hace dos años pero cualquiera que haya estado lo sabe: Malvinas tiene centro, hoy, en la base militar de Mont Pleasent, la única puerta de entrada para los que llegan en los vuelos.
La primera impresión lo confirma: mientras desciende el avión de LAN, uno puede observa por la ventanilla a los Harrier ingleses, en definitiva aviones de guerra de la Real Fuerza Aérea británica (RFA), escoltar el vuelo.
Esos aviones están presentes siempre en la vida de los isleños porque surcan el cielo de manera incansable. Los habitantes de las islas inflan el pecho cuando ven a los ruidosos aviones de combate Tornado volando a baja altura.
Para los kelpers, plantados en Puerto Argentino, a unos 60 kilómetros del aeropuerto que linda con la base, lo que allí sucede es conocido por todos.
Nadie pregunta porque, supuestamente, todos saben. Hay quienes han visitado los enormes galpones, los depósitos de armamento y los hangares subterráneos.
Pero una mirada de turista accidental bastará también para detectar alambrados de púa y barreras antitanque, las casamatas con ametralladoras que se extienden por varias hectáreas siempre camufladas para confundirse con el paisaje de las islas.
De los militares británicos (hay unos 1.500 de ellos) se tiene noticia en Puerto Argentino cuando bajan al pueblo y hacen sus compras en los pocos comercios que hay o, más tarde, cuando anochece y llenan los austeros pubs cuya cerveza pone de buen humor a los lugareños, los empuja a calentar su animosidad y los vuelve más sociables.
Hay quienes sostienen que el dinero de los ingleses puede verse sólo en la base militar: es mentira.
Los beneficios van mucho más allá de la defensa del archipiélago. Un hospital y un colegio para hijos de civiles y militares tiene lugar allí; además hay un centro comercial, un cine, restaurantes, un bowling y una cancha de golf, un centro de buceo y una librería.
Otro beneficio que tienen los isleños es la posibilidad de viajar al Reino Unido con un precio preferencial en el ticket de los vuelos militares que coordinan las Fuerzas Armadas. Así, si se lo piensa, la ciudad militar es hoy el centro neurálgico de Malvinas.
La primera impresión lo confirma: mientras desciende el avión de LAN, uno puede observa por la ventanilla a los Harrier ingleses, en definitiva aviones de guerra de la Real Fuerza Aérea británica (RFA), escoltar el vuelo.
Esos aviones están presentes siempre en la vida de los isleños porque surcan el cielo de manera incansable. Los habitantes de las islas inflan el pecho cuando ven a los ruidosos aviones de combate Tornado volando a baja altura.
Para los kelpers, plantados en Puerto Argentino, a unos 60 kilómetros del aeropuerto que linda con la base, lo que allí sucede es conocido por todos.
Nadie pregunta porque, supuestamente, todos saben. Hay quienes han visitado los enormes galpones, los depósitos de armamento y los hangares subterráneos.
Pero una mirada de turista accidental bastará también para detectar alambrados de púa y barreras antitanque, las casamatas con ametralladoras que se extienden por varias hectáreas siempre camufladas para confundirse con el paisaje de las islas.
De los militares británicos (hay unos 1.500 de ellos) se tiene noticia en Puerto Argentino cuando bajan al pueblo y hacen sus compras en los pocos comercios que hay o, más tarde, cuando anochece y llenan los austeros pubs cuya cerveza pone de buen humor a los lugareños, los empuja a calentar su animosidad y los vuelve más sociables.
Hay quienes sostienen que el dinero de los ingleses puede verse sólo en la base militar: es mentira.
Los beneficios van mucho más allá de la defensa del archipiélago. Un hospital y un colegio para hijos de civiles y militares tiene lugar allí; además hay un centro comercial, un cine, restaurantes, un bowling y una cancha de golf, un centro de buceo y una librería.
Otro beneficio que tienen los isleños es la posibilidad de viajar al Reino Unido con un precio preferencial en el ticket de los vuelos militares que coordinan las Fuerzas Armadas. Así, si se lo piensa, la ciudad militar es hoy el centro neurálgico de Malvinas.
Que la muerte de Windows XP no lo arrastre...
Por FRANCISCO RUBIO y KARINA HERNÁNDEZ
CIUDAD DE MÉXIO (CNN Expansión).
No hay fecha que no se cumpla ni plazo que no se venza: este 8 de abril
Microsoft dejará de ofrecer actualizaciones de seguridad a uno de sus
sistemas operativos más usados: Windows XP.
Ya sea por falta de presupuesto para actualizarse, comodidad del
departamento de sistemas o que los programas en los cuales se trabajan
están optimizados para este sistema, el hecho es que XP aún posee el
20.8% de cuota de mercado mundial, a pesar de haber sido lanzado hace
más de 12 años.
Su ‘fallecimiento’ pone en la encrucijada a millones de usuarios en
el mundo: aquí te damos las sugerencias y pasos a seguir si su
computadora tiene Windows XP y Ud. quiere proteger su vida digital:
1. Actualizar
Existen otras opciones de sistemas operativos de Microsoft que aún tendrán soporte:
Windows 7: tu
máquina debe tener un procesador de al menos 1 Ghz, 1GB de RAM, de 16-20
GB de disco duro y tarjeta gráfica que soporte DirectX9.
Windows 8:
necesitas los mismo requerimientos que una computadora con Windows 7,
aunque en este caso se sugiere una máquina con pantalla táctil.
2. Respaldo
Si ya decidió actualizar su computadora, le recomendamos los siguientes servicios:
OneDrive: la aplicación nativa de Microsoft para almacenar documentos en la nube te permite tener hasta 500 GB para tus datos.
Drive: te ofrece almacenar tus documentos, con opciones hasta 1 Terabyte (1,000 GB) de almacenamiento.
Dropbox: una de las opciones más populares, también le permitirá tener hasta 1 TB de información respaldada.
3. No quiero actualizar
Si no desea actualizar, le sugerimos las siguientes acciones:
Instalar un navegador de Internet que todavía reciba actualizaciones: recomendamos Google Chrome o Mozilla Firefox.
Si utiliza Microsoft Office, asegúresee de que opere con todos los
parches de seguridad; si prefiere otra opción, te sugerimos Libre
Office, una alternativa gratuita.
Instale un antivirus capaz de actualizarse constantemente como F-Secure, Symantec y McAfee.
Utilice un reproductor de videos como VLC, el cual mantiene actualizaciones mensuales y es gratuito.
4. Ya no quiero estar con Microsoft
Si desea tener otra experiencia de computación personal por completo:
Existen sistemas operativos de código abierto como Ubuntu,
Linuxmint o Elementary OS que sustituyen por completo a Windows. Estas
plataformas no son tan estables como las de Microsoft, pero reciben
actualización constante.
Puedes migrar a una computadora de Apple.
El macrismo busca impulsar la urbanización en la Villa 20
Por Pablo Novillo - diario Clarín
Presentó un proyecto de ley para convertir el asentamiento en barrio. La iniciativa autorizaría construcciones de hasta seis pisos. Sigue pendiente el desalojo del predio contiguo ocupado hace 38 días.
La villa y la toma. Construcciones en altura en el cuarto asentamiento
más grande de la Ciudad. El predio ocupado es uno de sus límites. /
ANDRES D’ELIA.
El macrismo presentó un proyecto de ley para urbanizar la Villa 20 y el predio tomado desde hace más de un mes, en Villa Lugano. Así, busca retomar la iniciativa política en el conflicto y que la Justicia termine concretando el desalojo.
El macrismo presentó un proyecto de ley para urbanizar la Villa 20 y el predio tomado desde hace más de un mes, en Villa Lugano. Así, busca retomar la iniciativa política en el conflicto y que la Justicia termine concretando el desalojo.
El
texto fue ingresado por mesa de entradas de la Legislatura el martes a
la noche. Lo firmaron los macristas Cristian Ritondo, vicepresidente 1°
de la Legislatura, y Karina Spalla, presidenta de la Comisión de
Planeamiento Urbano.
La urbanización abarcaría el polígono
comprendido por las vías del ferrocarril Belgrano sur, avenidas
Escalada, Fernández de la Cruz y la calle Batlle y Ordóñez. “El proyecto
permitirá una traza urbana de comunicación fluida con el Premetro y el
Metrobus, equipamientos barriales, clubes de barrio, centros sanitarios y
escuelas, cloacas, agua, electricidad y gas, más arbolado e iluminación
pública. Generará una urbanización de calidad exactamente igual al resto de la Ciudad”, aseguraron Ritondo y Spalla.
El texto establece que la altura máxima de los edificios de viviendas no podrá ser mayor a planta baja y seis pisos. Pero en la ley no se establecerá la obligación de construir esas viviendas para los habitantes de la villa: en el macrismo explicaron que esa decisión “le corresponde al Ejecutivo”. En cambio, sí se determinará dónde pasará cada calle y para qué se podrá usar cada manzana.
La Villa 20 es una de las más antiguas de la Ciudad, y desde 1960 ya hay planes y normativas para urbanizarla. La última fue la ley 1.770, aprobada en 2005. Como no se cumplió, se terminó abriendo una causa en el juzgado contencioso administrativo de la Ciudad que maneja Elena Liberatori. En el marco de ese expediente, y por exigencia de la jueza, el Gobierno porteño presentó un plan de urbanización. Lo que hicieron los legisladores fue tomar ese plan y, con algunas modificaciones, intentar que se convierta en ley. La diferencia con la N° 1.770 es que este proyecto no es enunciativo sino que establece claramente cómo hacer la urbanización.
Con este proyecto el macrismo busca dos objetivos. Por un lado, recuperar la iniciativa política en el conflicto. La oposición se mostró unida en el pedido a la Justicia para que frene el desalojo, y además impulsa un proyecto de ley para crear una mesa de diálogo entre legisladores, habitantes de la villa y organizaciones sociales. En cambio, el macrismo se mostró siempre a la defensiva: no apoyó el proyecto de la oposición, se limitó a reclamarle a la Justicia que decidiera el desalojo, pero una vez que esto sucedió tampoco pudo concretarlo. El operativo, que debe realizar la Policía Metropolitana con apoyo de la Federal y Gendarmería, sigue en veremos, principalmente porque se trata de un procedimiento muy riesgoso por la gran cantidad de gente a desalojar.
Mientras tanto, la toma no para de crecer. El predio fue ocupado hace 38 días por unas 300 familias, en su mayoría provenientes de la Villa 20. Ante la demora política y judicial, hoy ya hay 850. La gente montó comedores, y hasta bautizaron al predio como “Barrio Papa Francisco”.
En la primera noche, y por un enfrentamiento interno, fue asesinado Osvaldo Soto, uno de los ocupantes. Así como hay una causa penal para esclarecer este crimen, la Justicia porteña tiene otro expediente donde se investiga si la toma fue organizada por punteros políticos que pretendían lotear el terreno y vender las parcelas por $ 8.000 a $ 20.000.
El principal problema es que el terreno ocupado está sumamente contaminado, con niveles de plomo tres veces mayores que lo tolerable, por ejemplo. Es que allí funcionaba hasta hace un año y medio un depósito de autos secuestrados por la Policía Federal. Ese predio debe ser saneado, lo que demorará un año y medio, y luego usado para ir construyendo las viviendas transitorias donde relocalizar a quienes vivan en las casillas que se vayan eliminando a medida que avance la apertura de calles y el resto de la urbanización.
El tema es que los habitantes de la toma no le creen al Gobierno porteño. Ellos presentaron su propia propuesta, que era la de ir liberando el predio de a sectores, al ritmo de la urbanización. Pero esto fue rechazado por la Ciudad, y tampoco lo aceptó, al menos hasta ahora, la jueza Liberatori.
Según los censos poblacionales del INDEC, en 1991 la cantidad de habitantes de la villa 20 era de 7.460 personas, en 2001 se había ido a 16.323, y para 2010 ya había llegado a 19.195, cifra que hoy muy posiblemente sea incluso mayor. Es la cuarta villa más grande de la Ciudad, después de la 21-24, la 31-31 bis y la 1-11-14.
El texto establece que la altura máxima de los edificios de viviendas no podrá ser mayor a planta baja y seis pisos. Pero en la ley no se establecerá la obligación de construir esas viviendas para los habitantes de la villa: en el macrismo explicaron que esa decisión “le corresponde al Ejecutivo”. En cambio, sí se determinará dónde pasará cada calle y para qué se podrá usar cada manzana.
La Villa 20 es una de las más antiguas de la Ciudad, y desde 1960 ya hay planes y normativas para urbanizarla. La última fue la ley 1.770, aprobada en 2005. Como no se cumplió, se terminó abriendo una causa en el juzgado contencioso administrativo de la Ciudad que maneja Elena Liberatori. En el marco de ese expediente, y por exigencia de la jueza, el Gobierno porteño presentó un plan de urbanización. Lo que hicieron los legisladores fue tomar ese plan y, con algunas modificaciones, intentar que se convierta en ley. La diferencia con la N° 1.770 es que este proyecto no es enunciativo sino que establece claramente cómo hacer la urbanización.
Con este proyecto el macrismo busca dos objetivos. Por un lado, recuperar la iniciativa política en el conflicto. La oposición se mostró unida en el pedido a la Justicia para que frene el desalojo, y además impulsa un proyecto de ley para crear una mesa de diálogo entre legisladores, habitantes de la villa y organizaciones sociales. En cambio, el macrismo se mostró siempre a la defensiva: no apoyó el proyecto de la oposición, se limitó a reclamarle a la Justicia que decidiera el desalojo, pero una vez que esto sucedió tampoco pudo concretarlo. El operativo, que debe realizar la Policía Metropolitana con apoyo de la Federal y Gendarmería, sigue en veremos, principalmente porque se trata de un procedimiento muy riesgoso por la gran cantidad de gente a desalojar.
Mientras tanto, la toma no para de crecer. El predio fue ocupado hace 38 días por unas 300 familias, en su mayoría provenientes de la Villa 20. Ante la demora política y judicial, hoy ya hay 850. La gente montó comedores, y hasta bautizaron al predio como “Barrio Papa Francisco”.
En la primera noche, y por un enfrentamiento interno, fue asesinado Osvaldo Soto, uno de los ocupantes. Así como hay una causa penal para esclarecer este crimen, la Justicia porteña tiene otro expediente donde se investiga si la toma fue organizada por punteros políticos que pretendían lotear el terreno y vender las parcelas por $ 8.000 a $ 20.000.
El principal problema es que el terreno ocupado está sumamente contaminado, con niveles de plomo tres veces mayores que lo tolerable, por ejemplo. Es que allí funcionaba hasta hace un año y medio un depósito de autos secuestrados por la Policía Federal. Ese predio debe ser saneado, lo que demorará un año y medio, y luego usado para ir construyendo las viviendas transitorias donde relocalizar a quienes vivan en las casillas que se vayan eliminando a medida que avance la apertura de calles y el resto de la urbanización.
El tema es que los habitantes de la toma no le creen al Gobierno porteño. Ellos presentaron su propia propuesta, que era la de ir liberando el predio de a sectores, al ritmo de la urbanización. Pero esto fue rechazado por la Ciudad, y tampoco lo aceptó, al menos hasta ahora, la jueza Liberatori.
Según los censos poblacionales del INDEC, en 1991 la cantidad de habitantes de la villa 20 era de 7.460 personas, en 2001 se había ido a 16.323, y para 2010 ya había llegado a 19.195, cifra que hoy muy posiblemente sea incluso mayor. Es la cuarta villa más grande de la Ciudad, después de la 21-24, la 31-31 bis y la 1-11-14.
Toma en Lugano: piden seis detenciones
(Clarin.com) - El Ministerio Público Fiscal pidió la detención de seis punteros
políticos a los que acusa de haber organizado la toma del predio de
Villa Lugano, ocupado desde hace 39 días. Los apuntados son Marcelo
Chancalay, Emanuel Ríos, Néstor Rivas, Darío Varela, Marcelo Urquiza y
Roberto Jimenez.
Según los fiscales, en los allanamientos que realizaron el 2 de marzo encontraron documentación para probar que la toma fue organizada por tres grupos (que responderían a Chancalay, Ríos y Jiménez), que luego se iban a dividir el terreno para lotearlo y vender las parcelas a entre $ 8.000 y $ 20.000. Ahora deberá decidir la jueza Gabriela López Iñíguez.
En tanto, mañana volverá a reunirse la mesa de diálogo que se conformó en la Legislatura para buscar una salida negociada al conflicto. Habrá delegados de la toma, representantes del macrismo y la oposición.
Según los fiscales, en los allanamientos que realizaron el 2 de marzo encontraron documentación para probar que la toma fue organizada por tres grupos (que responderían a Chancalay, Ríos y Jiménez), que luego se iban a dividir el terreno para lotearlo y vender las parcelas a entre $ 8.000 y $ 20.000. Ahora deberá decidir la jueza Gabriela López Iñíguez.
En tanto, mañana volverá a reunirse la mesa de diálogo que se conformó en la Legislatura para buscar una salida negociada al conflicto. Habrá delegados de la toma, representantes del macrismo y la oposición.
jueves, 3 de abril de 2014
Gran Bretaña está "decepcionada" con EE.UU. por su falta de apoyo por Malvinas
(Diario La Nación) - Es
la conclusión de un informe del Comité parlamentario de Asuntos
Exteriores, que no obstante reafirma la "relación especial" entre ambos
países; ayer se cumplieron 32 años desde el comienzo de la guerra en el
archipiélago
El informe, dado a conocer un día después de conmemorarse 32 años desde el inicio de la Guerra de Malvinas, destina dos páginas a ese "caso de estudio", donde aseguran que "la negativa del gobierno estadounidense de reconocer el derecho a la autodeterminación nacional de los habitantes de las Falklands [como llaman los británicos a las Malvinas] es decepcionante".
Sin embargo el reporte concluye que la histórica "relación especial" entre Londres y Washington sigue siendo muy sólida.
En el documento, los legisladores critican que el gobierno de Barack Obama "juega a dos puntas" por el tema Malvinas al mantenerse "neutral" y pedir por negociaciones entre Gran Bretaña y Argentina. El Comité asegura que de esta manera, la Casa Blanca desafía "el deseo claramente expresado de los isleños", en referencia al referéndum del año pasado en el archipiélago en el que los habitantes manifestaron en un 99,8% su intención de seguir siendo un territorio de ultramar británico.
Los legisladores subrayan que la "decepción" se debe principalmente porque "Gran Bretaña permite a Estados Unidos usar otros dos territorios de ultramar británicos, la isla Ascension y Diego Garcia, para bases militares".
Sir Nigel Sheinwald, embajador británico a Washington hasta 2012, admitió al comité que la posición norteamericana sobre Malvinas "ha sido incómoda y no lo que queríamos".
Según el diario británico Daily Telegraph, críticos a Obama afirman que la posición actual de Washington por Malvinas ni siquiera es "neutral", ya que pide por negociaciones entre Gran Bretaña y Buenos Aires, algo que reclama también la presidenta Cristina Kirchner . Por su parte, Luke Coffey, ex consejero de Liam Fox cuando éste último era ministro de Defensa, dijo que Estados Unidos claramente "abandonó su posición de neutralidad" en la disputa.
Ayer, en su discurso más fuerte sobre el tema, Cristina Kirchner aseguró en el acto por el 32 aniversario del comienzo de la guerra que "Malvinas es la mayor base militar nuclear de la OTAN en el Atlántico Sur y de sistemas de inteligencia electrónica" y además cuestionó aspectos de la política económica y social de Londres..
La Presidenta criticó a Gran Bretaña como nunca por las Malvinas
El acto por los 32 años del desembarco argentino en las islas Malvinas se transformó ayer en el escenario de uno de los más duros discursos pronunciados por la presidenta Cristina Kirchner
contra Gran Bretaña. No sólo criticó la militarización del
Atlántico sur y enumeró en detalle el armamento, sino que, además,
cuestionó aspectos de la política económica y social de Londres.
La referencia a Malvinas como base de la OTAN buscó exhibir la ocupación de las islas como parte de un interés estratégico no sólo de Londres, sino también de su principal aliado militar, los Estados Unidos.
La mandataria remató ese duro ataque con un irónico consejo político al gobierno británico: "Sería bueno que Inglaterra se dedique menos a guerrear y más a su pueblo".
Para ello explicó que la administración del primer ministro David Cameron gasta en la defensa de las islas 31.000 dólares anuales por cada ciudadano británico. Y en lo que pareció una intromisión en la política económica de Londres lo cuestionó por tener "un 20% de jóvenes desocupados".
Para emitir su mensaje, Cristina usó la cadena nacional por octava vez en el año y por tercera vez en una semana: lo había hecho el jueves y el lunes pasados.
Quizás la clave de su mensaje respecto de la OTAN la dio cuando dijo: "Constituye la mayor base militar nuclear al sur del paralelo 50 grados sur. Desde Malvinas se maneja todo el despliegue militar británico -ma non troppo, diría yo (en referencia a los EE.UU.)- del Atlántico Sur, y también los sistemas de inteligencia electrónica".
Además, la mandataria reiteró su reclamo a Gran Bretaña para que acepte la resolución de las Naciones Unidas (ONU) que ordena a ambos países sentarse dialogar sobre la soberanía sobre las islas Malvinas y expresó su "infinita confianza" en que tarde o temprano la Argentina recuperará el archipiélago.
"El gobierno inglés no desglosa en su presupuesto los gastos destinados a Malvinas. Es lógico para un gobierno que está en todos los frentes y siempre está del lado agresor", denuncio la Presidenta. "Es una pena porque hay un 20% de jóvenes desocupados. Sería bueno que Inglaterra se dedique menos a guerrear y más a su pueblo."
Además contrapuso que "el gasto militar por cada uno de los ingleses para mantener lo que tienen en Malvinas es de 31.000 dólares al año, una base a más de 13.000 kilómetros, en donde solamente están la Antártida y el Cono Sur".
La Casa Rosada abrió sus puertas a los jóvenes militantes de La Cámpora, que se ubicaron en los patios Islas Malvinas y de las Palmeras, y en la Galería de los Patriotas.
La Presidenta aprovechó el acto en el patio Islas Malvinas para colocar una de las banderas utilizadas en el Operativo Cóndor, que la Presidenta reivindicó. Además, presentó un nuevo billete conmemorativo de 50 pesos que contiene el contorno del mapa de las Malvinas.
El Operativo Cóndor ocurrió en 1966 cuando 18 militantes peronistas y nacionalistas, dirigidos por Dardo Cabo, secuestraron un avión de Aerolíneas Argentinas y lo desviaron hacia las islas para colocar allí siete banderas argentinas.
Rodeada de todo su gabinete, intendentes, gobernadores y el vicepresidente Amado Boudou, la Presidenta reiteró su protesta por "el uso y el abuso de nuestros recursos naturales que son tomados indiscriminadamente".
El reclamo no cayó en el mejor contexto. Por orden de Cristina Kirchner, la Argentina había votado hace semanas en la ONU en contra de la anexión de Crimea por parte de Rusia, pero el jueves último se abstuvo y favoreció a Moscú, lo que podría debilitar los argumentos argentinos sobre la soberanía en Malvinas.
Pero ella puso ayer el acento en el aspecto militar. "La verdad sobre Malvinas es que constituye la base militar nuclear de la OTAN en el Atlántico Sur. Ésta es la verdad que no pueden seguir ocultando", aseguró. "Nuestro mensaje no sólo es de soberanía, sino también de paz", agregó. "Las islas Malvinas se encuentran entre los territorios más militarizados del mundo", consideró.
Sin precisar la fuente de su información, aseguró que allí hay "entre 1500 y 2000 efectivos militares", con una "población de apenas 3000 personas: poco más de 1000 nacidos en las islas". El resto, señaló, "son todos militares que rotan permanentemente entre el Reino Unido y aquí".
Describió además la composición de la base militar. Enumeró un patrullero, un buque de apoyo, un buque de investigación, un submarino nuclear, un rompehielos, una fragata tipo 23, un centro de comando y control y una base de inteligencia electrónica que permite monitorear el tráfico naval y aéreo de la región, entre otras cosas.
"Como verán, un inmenso despliegue militar violatorio de la política de desnuclearización del Acuerdo de Tlatelolco", dijo Cristina.
La jefa del Estado también renovó el pedido de identificación de 123 cuerpos no identificados de argentinos que murieron en las islas durante la guerra de 1982 y dijo que la mayoría de los ingleses están en "desacuerdo" con mantener el enclave en Malvinas.
"Y ya lo ve, y ya lo ve, el que no salta, es un inglés", cantaban los militantes. Tras su discurso, Cristina hizo sendas arengas a los militantes del Patio de las Palmeras y de la Galería de los Patriotas..
Las mentiras del Gobierno sobre la venta del Predio Ferial a la Sociedad Rural
Ya se han escrito muchos artículos, con sólidos argumentos
jurídicos y constitucionales, que demuestran la ilegalidad del decreto
por el que el Gobierno de Cristina Kirchner pretende confiscar el Predio
Ferial vendido en 1991 a la Sociedad Rural. Yo no me voy a referir a
ese aspecto porque lo han hecho voces mucho más autorizadas que la mía,
con argumentos claros y contundentes. Pero sí siento la obligación de
referirme a las numerosas mentiras que el Gobierno utiliza como
fundamento de su ilegítimo decreto. Lo hago porque forma parte de la
estrategia que, de manera alevosa, viene utilizando este Gobierno para
tergiversar la historia de nuestra Patria. Y para el el bienestar futuro
de los Argentinos es imprescindible que las nuevas generaciones no se
dejen engañar por este relato.
La venta a la Sociedad Rural del predio de Palermo en 1991, por 30 millones de dólares, fue no sólo legítimo, sino altamente beneficioso para los intereses generales de nuestro País. La sociedad Rural había ocupado este predio, por decisiones de sucesivos Gobiernos, comenzando por el de Nicolás Avellaneda en 1875 cuando el ex-Presidente Domingo Faustino Sarmiento era director del Parque 3 de febrero, durante más de 100 años. Todas las edificaciones realizadas sobre ese predio habían sido hechas por la Sociedad Rural Argentina que desde 1878 organizó, sin interrupción alguna, la Feria Ganadera que adquirió fama mundial y que fue siempre un símbolo del importante progreso de la ganadería y de la agricultura de nuestro país.
En 1991, pocos meses después de que el Gobierno del Presidente Menem (en el que yo había sido Ministro de Relaciones Exteriores desde julio de a989 y Ministro de Economía y Obras y Servicios Públicos desde enero de 1991) lanzara la política de re-capitalización y modernización del campo argentino, simbolizado en la eliminación completa de las retenciones a las exportaciones agropecuarias, la Sociedad Rural Argentina ofreció adquirir el predio ferial para posibilitar fuertes inversiones que mejorarían significativamente los servicios que había prestado y seguiría prestando esa institución.
Desde el punto de vista legal, el Poder Ejecutivo estaba autorizado a vender el predio en forma directa dado que se trataba de una venta a quienes lo venían ocupando. Además, la venta de ese inmueble, que de hecho había tenido el destino de predio Ferial desde 1876, encuadraba perfectamente en la política de venta de los inmuebles innecesarios del Estado que se lanzó en 1989 precisamente para permitir que esos inmuebles sirvieran para emprendimientos privados enderezados al crecimiento y la modernización del país.
Se siguieron todos los pasos exigidos por las normas en vigencia, incluso excediendo las precauciones demandadas por la ley. Por ejemplo, siendo que con una tasación del Banco Hipotecario o del Banco de la Ciudad era suficiente para cumplir con la normativa, se pidieron las dos tasaciones y se solicitó también una tasación adicional a un grupo de prestigiosas empresas inmobiliarias. Todas las tasaciones, que obviamente se hicieron teniendo en cuenta las restricciones al dominio que afectaban a esa propiedad, ascendieron a valores del orden de los 30 millones de dólares en los que se terminó realizando la operación de venta.
La Sociedad Rural no sólo estaba comprometida a pagar ese precio, sino que debía hacer las inversiones necesarias para cumplir con un ambicioso plan de ampliación y mejora de las instalaciones y el Estado ingresaría además una participación en el precio de las entradas a los eventos que se llevaran a cabo en el predio. Fue precisamente esta operación la que posibilitó que hoy las instalaciones tengan la magnificencia y funcionalidad que han podido admirar millones de visitantes argentinos y del exterior en los últimos 20 años.
En el año 2010, 19 años después de que se hubiera concretado la operación, el Juez Federal Sergio Torres dispuso mi procesamiento, junto con los de algunos funcionarios que me acompañaron en el Ministerio, con los directivos de la Sociedad Rural y con los peritos tasadores de las instituciones oficiales (Banco Hipotecario y Banco de La Ciudad) que hicieron las tasaciones en las que se basó la operación. Nos procesaron por el supuesto delito de “peculado”, es decir de sustracción del predio de Palermo en favor de la Sociedad Rural, con el argumento de que un perito oficial designado por el Juez y sin que hayan participado peritos de las partes involucradas, sostuvo que el precio correcto del predio, en el año 1991, debió ser de 132 millones de dólares.
La tasación presentada 19 años después por el perito oficial se basó en una supuesta evaluación de los ingresos que obtuvieron la Sociedad Rural y sus socios inversores luego de la compra del terreno. Esa evaluación se hizo sin tener presente que además de pagar el precio del terreno, la Sociedad Rural y sus socios invirtieron más de 100 millones de dólares adicionales. Tampoco tuvieron en cuenta el costo del capital, porque el perito no procedió a descontar a la tasa de mercado el flujo de fondos para determinar el valor presente en 1991 y, si todos estos errores fueran pocos, el cálculo se hizo en base a información que obviamente era imposible que estuviera disponible en 1991.
Es tan absurda la valuación, que se desmiente por la misma realidad del negocio que manejaron la Sociedad Rural y sus socios inversores. Lejos de resultar rentable, esas inversiones le generaron pérdidas, a punto tal que algunos de los inversores terminaron quebrando y no pudieron pagar, o demoraron mucho en hacerlo, los créditos que habían obtenido para financiar las inversiones. Este magro resultado económico no debe sorprender. En todos los países del mundo, predios feriales como el de Palermo se sostienen con aportes y subsidios de los Estados, mientras que en este caso, no sólo esos aportes y subsidios no existieron, sino que los inversores tuvieron que pagar el precio del terreno y una participación en sus ingresos al Estado.
Hay muchos indicios de que éste es un fallo político, como muchos otros que promovió el Gobierno de Cristina a través de su presión y condicionamiento permanente a los miembros del Poder Judicial. Lo primero que sorprende es que me haya procesado a mí, mientras decretó la falta de Mérito del Presidente Carlos Menem. Ambos tuvimos la misma participación en el proceso de decisión, somos los que firmamos el decreto aprobatorio de la venta. ¿Porque a mí me procesaron y a Menem le decretaron la falta de mérito? Pues la respuesta es simple: Menem había comenzado a acompañar con su voto en el Senado algunas leyes claves que el Kirchnerismo quería sancionar y para las que le faltaban votos en el Senado. Yo, por el contrario, he sido y seguiré siendo, un crítico severo de todos los desmanejos y arbitrariedades que ha venido cometiendo el Gobierno de los Kirchner.
Otra manifestación de la intención política de la decisión del Juez Sergio Torres, surge de los fundamentos del decreto que acaba de firmar Cristina Kirchner. Ahí utilizan el argumento de mi procesamiento cuando esa decisión ha sido apelada a la Cámara Federal respectiva y ésta aún no se ha pronunciado. Es decir, el procesamiento no está firme. Pero además, como uno de los procesados argumentó la prescripción del supuesto delito y la Cámara de Casación le dio la razón, esta cuestión, que está ahora en manos de la Corte Suprema de Justicia tampoco está firme, porque de haberlo estado, todos los procesados estaríamos ya beneficiados por la decisión de la Cámara de Casación. Nada de esto menciona el decreto presidencial en sus fundamentos y no cabe duda que persigue constituirse en otra fuente de presión sobre la Corte Suprema de Justicia para impedir que convalide la sensata decisión de la Cámara de Casación Penal.
Por supuesto, el decreto presidencial tiene también por objeto presionar a la Cámara Federal de Apelaciones, para que cuando el expediente vuelva a sus manos, si es que la Corte Suprema revierte la decisión de la Cámara de Casación, convalide el procesamiento dispuesto por el juez Sergio Torres. Si el decreto no tuviera el propósito de presionar al Poder Judicial, no deberían haberse mencionado en su fundamento decisiones no firmes de un juez de primera instancia, cuando están actuando las instancias de revisión que prevé nuestro sistema republicano de gobierno.
En síntesis, el decreto de la Presidente Cristina Kirchner, con que pretende anular al que aprobó la venta más de 20 años atrás, es una manifestación más del carácter autoritario y corrupto de este Gobierno. Pretende apropiarse de un emprendimiento que ha acompañado con jerarquía el formidable proceso de re-capitalización y modernización de la capacidad productiva agropecuaria que permitieron las políticas productivas de la década del 90 y de la que han sacado fuerte provecho los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner para financiar los desmanejos y arbitrariedades de la última década. Y seguramente esa apropiación se lleva a cabo para aumentar las fuentes de ingresos corruptos con los que se han venido enriqueciendo muchos de los miembros de este Gobierno.
En la misma época en que el gobierno del que yo formé parte vendió el predio de Palermo a la Sociedad Rural, se vendieron a precios que estoy seguro no fueron muy diferentes, teniendo en cuenta los usos a los que podían estar destinados, todos los terrenos del emprendimiento de Puerto Madero. Me pregunto si este Gobierno, cuyos funcionarios parecen deleitarse de gozar de la alta jerarquía de ese desarrollo inmobiliario, decidirán en algún momento anular por decreto esas operaciones de venta y apropiarse de todos los inmuebles de Puerto Madero, con el argumento que sus des-arrolladores parecen haber hecho muy buenos negocios.
No me sorprendería que lo hicieran, si es que siguen saltando evidencias de que algunos de esos inmuebles son la prueba del enriquecimiento ilícito de varios funcionarios kirchneristas. Podrían llegar a argumentar que lejos de haber adquirido esos inmuebles con dineros mal habidos, lo hicieron con préstamos de sus amigos para permitir la recuperación por parte del Estado de bienes que nunca deberían haber salido de su patrimonio. Después de todo, no sería un argumento distinto al que en la práctica usaron para expropiar a la empresa Cicone Calcográfica cuando esta había, previamente, pasado a manos de los amigos de Boudou.
Por supuesto, son muchos los que ya le han preguntado a la Presidenta si piensa anular por decreto las operaciones de venta de terrenos hechas por el Municipio de Calafate. Es asombroso que se considere “precio vil” los 30 millones de dólares más los 100 millones de dólares que agregaron los inversores socios de la Socieda Rural y no se considere “precio vil”el que pagaron los Kirchner, a razón de menos de 2 dólares el metro cuadrado, los terrenos que pocos meses después le vendieron a Cencosud por más de 100 dólares el metro cuadrado.
La venta a la Sociedad Rural del predio de Palermo en 1991, por 30 millones de dólares, fue no sólo legítimo, sino altamente beneficioso para los intereses generales de nuestro País. La sociedad Rural había ocupado este predio, por decisiones de sucesivos Gobiernos, comenzando por el de Nicolás Avellaneda en 1875 cuando el ex-Presidente Domingo Faustino Sarmiento era director del Parque 3 de febrero, durante más de 100 años. Todas las edificaciones realizadas sobre ese predio habían sido hechas por la Sociedad Rural Argentina que desde 1878 organizó, sin interrupción alguna, la Feria Ganadera que adquirió fama mundial y que fue siempre un símbolo del importante progreso de la ganadería y de la agricultura de nuestro país.
En 1991, pocos meses después de que el Gobierno del Presidente Menem (en el que yo había sido Ministro de Relaciones Exteriores desde julio de a989 y Ministro de Economía y Obras y Servicios Públicos desde enero de 1991) lanzara la política de re-capitalización y modernización del campo argentino, simbolizado en la eliminación completa de las retenciones a las exportaciones agropecuarias, la Sociedad Rural Argentina ofreció adquirir el predio ferial para posibilitar fuertes inversiones que mejorarían significativamente los servicios que había prestado y seguiría prestando esa institución.
Desde el punto de vista legal, el Poder Ejecutivo estaba autorizado a vender el predio en forma directa dado que se trataba de una venta a quienes lo venían ocupando. Además, la venta de ese inmueble, que de hecho había tenido el destino de predio Ferial desde 1876, encuadraba perfectamente en la política de venta de los inmuebles innecesarios del Estado que se lanzó en 1989 precisamente para permitir que esos inmuebles sirvieran para emprendimientos privados enderezados al crecimiento y la modernización del país.
Se siguieron todos los pasos exigidos por las normas en vigencia, incluso excediendo las precauciones demandadas por la ley. Por ejemplo, siendo que con una tasación del Banco Hipotecario o del Banco de la Ciudad era suficiente para cumplir con la normativa, se pidieron las dos tasaciones y se solicitó también una tasación adicional a un grupo de prestigiosas empresas inmobiliarias. Todas las tasaciones, que obviamente se hicieron teniendo en cuenta las restricciones al dominio que afectaban a esa propiedad, ascendieron a valores del orden de los 30 millones de dólares en los que se terminó realizando la operación de venta.
La Sociedad Rural no sólo estaba comprometida a pagar ese precio, sino que debía hacer las inversiones necesarias para cumplir con un ambicioso plan de ampliación y mejora de las instalaciones y el Estado ingresaría además una participación en el precio de las entradas a los eventos que se llevaran a cabo en el predio. Fue precisamente esta operación la que posibilitó que hoy las instalaciones tengan la magnificencia y funcionalidad que han podido admirar millones de visitantes argentinos y del exterior en los últimos 20 años.
En el año 2010, 19 años después de que se hubiera concretado la operación, el Juez Federal Sergio Torres dispuso mi procesamiento, junto con los de algunos funcionarios que me acompañaron en el Ministerio, con los directivos de la Sociedad Rural y con los peritos tasadores de las instituciones oficiales (Banco Hipotecario y Banco de La Ciudad) que hicieron las tasaciones en las que se basó la operación. Nos procesaron por el supuesto delito de “peculado”, es decir de sustracción del predio de Palermo en favor de la Sociedad Rural, con el argumento de que un perito oficial designado por el Juez y sin que hayan participado peritos de las partes involucradas, sostuvo que el precio correcto del predio, en el año 1991, debió ser de 132 millones de dólares.
La tasación presentada 19 años después por el perito oficial se basó en una supuesta evaluación de los ingresos que obtuvieron la Sociedad Rural y sus socios inversores luego de la compra del terreno. Esa evaluación se hizo sin tener presente que además de pagar el precio del terreno, la Sociedad Rural y sus socios invirtieron más de 100 millones de dólares adicionales. Tampoco tuvieron en cuenta el costo del capital, porque el perito no procedió a descontar a la tasa de mercado el flujo de fondos para determinar el valor presente en 1991 y, si todos estos errores fueran pocos, el cálculo se hizo en base a información que obviamente era imposible que estuviera disponible en 1991.
Es tan absurda la valuación, que se desmiente por la misma realidad del negocio que manejaron la Sociedad Rural y sus socios inversores. Lejos de resultar rentable, esas inversiones le generaron pérdidas, a punto tal que algunos de los inversores terminaron quebrando y no pudieron pagar, o demoraron mucho en hacerlo, los créditos que habían obtenido para financiar las inversiones. Este magro resultado económico no debe sorprender. En todos los países del mundo, predios feriales como el de Palermo se sostienen con aportes y subsidios de los Estados, mientras que en este caso, no sólo esos aportes y subsidios no existieron, sino que los inversores tuvieron que pagar el precio del terreno y una participación en sus ingresos al Estado.
Hay muchos indicios de que éste es un fallo político, como muchos otros que promovió el Gobierno de Cristina a través de su presión y condicionamiento permanente a los miembros del Poder Judicial. Lo primero que sorprende es que me haya procesado a mí, mientras decretó la falta de Mérito del Presidente Carlos Menem. Ambos tuvimos la misma participación en el proceso de decisión, somos los que firmamos el decreto aprobatorio de la venta. ¿Porque a mí me procesaron y a Menem le decretaron la falta de mérito? Pues la respuesta es simple: Menem había comenzado a acompañar con su voto en el Senado algunas leyes claves que el Kirchnerismo quería sancionar y para las que le faltaban votos en el Senado. Yo, por el contrario, he sido y seguiré siendo, un crítico severo de todos los desmanejos y arbitrariedades que ha venido cometiendo el Gobierno de los Kirchner.
Otra manifestación de la intención política de la decisión del Juez Sergio Torres, surge de los fundamentos del decreto que acaba de firmar Cristina Kirchner. Ahí utilizan el argumento de mi procesamiento cuando esa decisión ha sido apelada a la Cámara Federal respectiva y ésta aún no se ha pronunciado. Es decir, el procesamiento no está firme. Pero además, como uno de los procesados argumentó la prescripción del supuesto delito y la Cámara de Casación le dio la razón, esta cuestión, que está ahora en manos de la Corte Suprema de Justicia tampoco está firme, porque de haberlo estado, todos los procesados estaríamos ya beneficiados por la decisión de la Cámara de Casación. Nada de esto menciona el decreto presidencial en sus fundamentos y no cabe duda que persigue constituirse en otra fuente de presión sobre la Corte Suprema de Justicia para impedir que convalide la sensata decisión de la Cámara de Casación Penal.
Por supuesto, el decreto presidencial tiene también por objeto presionar a la Cámara Federal de Apelaciones, para que cuando el expediente vuelva a sus manos, si es que la Corte Suprema revierte la decisión de la Cámara de Casación, convalide el procesamiento dispuesto por el juez Sergio Torres. Si el decreto no tuviera el propósito de presionar al Poder Judicial, no deberían haberse mencionado en su fundamento decisiones no firmes de un juez de primera instancia, cuando están actuando las instancias de revisión que prevé nuestro sistema republicano de gobierno.
En síntesis, el decreto de la Presidente Cristina Kirchner, con que pretende anular al que aprobó la venta más de 20 años atrás, es una manifestación más del carácter autoritario y corrupto de este Gobierno. Pretende apropiarse de un emprendimiento que ha acompañado con jerarquía el formidable proceso de re-capitalización y modernización de la capacidad productiva agropecuaria que permitieron las políticas productivas de la década del 90 y de la que han sacado fuerte provecho los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner para financiar los desmanejos y arbitrariedades de la última década. Y seguramente esa apropiación se lleva a cabo para aumentar las fuentes de ingresos corruptos con los que se han venido enriqueciendo muchos de los miembros de este Gobierno.
En la misma época en que el gobierno del que yo formé parte vendió el predio de Palermo a la Sociedad Rural, se vendieron a precios que estoy seguro no fueron muy diferentes, teniendo en cuenta los usos a los que podían estar destinados, todos los terrenos del emprendimiento de Puerto Madero. Me pregunto si este Gobierno, cuyos funcionarios parecen deleitarse de gozar de la alta jerarquía de ese desarrollo inmobiliario, decidirán en algún momento anular por decreto esas operaciones de venta y apropiarse de todos los inmuebles de Puerto Madero, con el argumento que sus des-arrolladores parecen haber hecho muy buenos negocios.
No me sorprendería que lo hicieran, si es que siguen saltando evidencias de que algunos de esos inmuebles son la prueba del enriquecimiento ilícito de varios funcionarios kirchneristas. Podrían llegar a argumentar que lejos de haber adquirido esos inmuebles con dineros mal habidos, lo hicieron con préstamos de sus amigos para permitir la recuperación por parte del Estado de bienes que nunca deberían haber salido de su patrimonio. Después de todo, no sería un argumento distinto al que en la práctica usaron para expropiar a la empresa Cicone Calcográfica cuando esta había, previamente, pasado a manos de los amigos de Boudou.
Por supuesto, son muchos los que ya le han preguntado a la Presidenta si piensa anular por decreto las operaciones de venta de terrenos hechas por el Municipio de Calafate. Es asombroso que se considere “precio vil” los 30 millones de dólares más los 100 millones de dólares que agregaron los inversores socios de la Socieda Rural y no se considere “precio vil”el que pagaron los Kirchner, a razón de menos de 2 dólares el metro cuadrado, los terrenos que pocos meses después le vendieron a Cencosud por más de 100 dólares el metro cuadrado.
Mensaje de Mauricio Macri para el 2 de Abril
Se agradece la misiva enviada a Desarrollo y Defensa:
Hace 32 años estaban vivos. Tenían familias, amigos, novias, esposas, hijos.
Tenían planes para el año siguiente, y para el otro.
Tenían esperanzas de lo que lograrían ser, sentían que eran ricos en días,
como lo sienten todos los jóvenes. Pero la historia tenía un plan distinto
para ellos. Fue implacable. Les cobró muy caro haber estado ahí. Algunos están sepultados debajo de cruces blancas. Otros están en el fondo
del mar, perdidos para siempre, trayendo más dolor al dolor de la muerte,
si eso es posible. Cada persona que muere por su país es un héroe. Dio todo lo que era.
Entonces no alcanza con recordarlos. No alcanzan las ceremonias. No alcanzan
las bandas con trompetas.
No alcanzan los discursos, los feriados, las banderas, las escarapelas,
los actos escolares, ni los militares. Nada alcanza. Silencio y respeto por todos ellos, por cada familia que hoy tiene una
foto donde antes había un hombre. Silencio y respeto por los heridos,
por los que combatieron y regresaron, héroes también. Nunca los olvidaremos. Nunca renunciaremos. Y tarde o temprano pisaremos en
paz nuestras islas. Ese día que nos espera, pasearemos serenos por las
tierras australes, mientras nuestro corazón irá nombrando a nuestros
muertos al ver cada bahía, cada fiordo, cerro, monte, a todos los arroyos.
Pero nada será suficiente para devolverles la vida. Nuestra deuda es total. Mauricio.-
miércoles, 2 de abril de 2014
Las Fuerzas de Defensa israelíes. Historia y lecciones aprendidas en los últimos conflictos
Por Javier María Ruiz Arévalo- Teniente Coronel de Infantería.
Especialista en Abastecimiento, Asuntos Civiles, Gestión Logística, Sistema Aliado de Despliegue y Movimiento (ADAMS) del MOD Holandés. Licenciado en Derecho.
Para encontrar los orígenes de las Fuerzas de Defensa de Israel, o IDF (Israel Defence Forces) hay que remontarse a los primeros años del siglo pasado, en los que la llegada lenta pero constante de judíos a Palestina, entonces bajo protectorado británico, empezaba a crear tensiones con la población de la región, mayoritariamente musulmana.
Hacia 1909, aparece el Hashomer (Guardián), compuesto por un pequeño grupo de inmigrantes judíos, no más de un centenar, que protegían sus propios asentamientos de los ataques de los árabes. Después de los pogromos de 1920 y 1921 en Jerusalén, Yafo, Hebrón y Haifa, los líderes judíos, ante la falta de respuesta de los británicos, decidieron crear su propia protección, la Haganá, antecedente directo de las IDF, encargada de defender los asentamientos judíos de los ataques de la población árabe.
Especialista en Abastecimiento, Asuntos Civiles, Gestión Logística, Sistema Aliado de Despliegue y Movimiento (ADAMS) del MOD Holandés. Licenciado en Derecho.
Para encontrar los orígenes de las Fuerzas de Defensa de Israel, o IDF (Israel Defence Forces) hay que remontarse a los primeros años del siglo pasado, en los que la llegada lenta pero constante de judíos a Palestina, entonces bajo protectorado británico, empezaba a crear tensiones con la población de la región, mayoritariamente musulmana.
Hacia 1909, aparece el Hashomer (Guardián), compuesto por un pequeño grupo de inmigrantes judíos, no más de un centenar, que protegían sus propios asentamientos de los ataques de los árabes. Después de los pogromos de 1920 y 1921 en Jerusalén, Yafo, Hebrón y Haifa, los líderes judíos, ante la falta de respuesta de los británicos, decidieron crear su propia protección, la Haganá, antecedente directo de las IDF, encargada de defender los asentamientos judíos de los ataques de la población árabe.
Hasta 1929, la Haganá no tuvo una autoridad central y
sus unidades, integradas por granjeros que se turnaban para proteger sus
propiedades, estaban muy mal armadas. Sin embargo, después de los
disturbios de 1929, que dejaron como saldo 133 judíos y 116 árabes
muertos, su base se extendió tanto en los asentamientos como en las
ciudades, se compraron armas en el extranjero y comenzaron a
desarrollarse talleres de fabricación de granadas de mano y equipamiento
militar básico.
Para 1936, la Haganá contaba con 10.000 hombres
movilizados y más de 40.000 reservistas. Durante la Gran Revuelta Árabe
(1936-39), a pesar de no estar reconocida oficialmente, colaboró
activamente con los británicos para aplacar a la insurgencia.
En los primeros años de la II Guerra Mundial, ante el temor de que el avance alemán alcanzara Palestina, las autoridades británicas pidieron y obtuvieron la ayuda de la Haganá, pero esta cooperación cesó tras la derrota de Rommel.
En los primeros años de la II Guerra Mundial, ante el temor de que el avance alemán alcanzara Palestina, las autoridades británicas pidieron y obtuvieron la ayuda de la Haganá, pero esta cooperación cesó tras la derrota de Rommel.
En 1943, después de largas negociaciones, el Ejército
del Reino Unido anunció la creación de la Brigada Judía: era la primera
ocasión en que una unidad militar exclusivamente de ese origen
participaba en la guerra con su propia bandera. Estaba compuesta por
5.000 soldados y fue desplegada en Italia en septiembre de 1944 y se
disolvió en 1946. Finalizada la guerra, la Haganá llevó a cabo
operaciones antibritánicas en Palestina.
Finalmente, el 28 de mayo de 1948, menos de dos semanas
después de la creación del Estado de Israel, el Gobierno provisional
fundó las Fuerzas de Defensa de Israel, sucesoras directas de
la Haganá, y decretó la ilegalidad de cualquier otra fuerza armada(1).
Su bautismo de fuego se produce inmediatamente, cuando los estados
vecinos declaran la guerra al recién nacido Estado de Israel que,
milagrosamente, sobrevive al ataque.
La historia de estas fuerzas a lo
largo de las décadas siguientes es suficientemente conocida, por lo que
puede pasarse por alto en este artículo. Baste poner de relieve que, a
lo largo de sus 60 años de historia, las IDF se han enfrentado, en
diferentes ocasiones con los ejércitos de todos los vecinos. Más
recientemente, este tipo de conflictos convencionales, ha cedido su
protagonismo a otro tipo de enfrentamiento más sutil, que podríamos
englobar dentro del concepto de contrainsurgencia, tan en boga entre
nosotros.
Los escenarios Geográfico y estratégico
A
la hora de analizar a las IDF es necesario tener en cuenta el contexto
en que éstas actúan, muy diferente al de los ejércitos occidentales. A
diferencia de éstos, volcados tras la finalización de la Guerra Fría en
operaciones expedicionarias, son unas fuerzas dedicadas exclusivamente a
la defensa del propio territorio, rodeado de actores hostiles y que
presenta unas características determinantes desde el punto de vista
militar.
Hay que resaltar, en primer lugar, su geografía: Israel es un
país de pequeñas dimensiones (21.000 km2.) y escasa profundidad. La
anchura oscila entre un máximo de 70 km. en el Norte, en los Altos del
Golán, hasta un mínimo de 15 en la zona de Haifa(2). En este territorio
se concentra una población de unos 7,5 millones de habitantes, de los
cuales aproximadamente 1,5 son árabes (existen pequeñas minorías
cristianas, beduinas y drusas).
A pesar de sus escasas dimensiones,
Israel tiene unos 730 km. de fronteras terrestres, gran parte de ellos
con estados hostiles, principalmente Siria y Líbano, en la medida en que
alberga fuerzas de Hizbollá. En un plano más lejano, pero no menos
amenazador, se encuentra Irán, cuyo programa nuclear es visto como una
amenaza a su propia existencia. El segundo problema es lo reducido de su
población, unos 7,5 millones de habitantes, que le ha obligado a
desarrollar un sistema de reclutamiento y movilización de reservistas
que garantizan el disponer de la totalidad del capital humano del país
en caso de guerra. El tercero es su situación: una pequeña isla en un
océano de países musulmanes. Si bien no puede hablarse de una postura
común entre todos ellos, sí podemos convenir que, en general, pueden
considerarse poco conformes con la mera existencia del estado de Israel.
Si, como hemos dicho, la misión de las
IDF es la defensa del territorio de Israel frente a las potenciales
agresiones de sus vecinos, parece conveniente comenzar por analizar las
posibilidades ante las amenazas existentes. Para ello podemos empezar
por responder a la siguiente pregunta: ¿Qué hace de una frontera que
podamos calificarla como defendible? O mejor aún, para plantearlo de una
forma más clara: si Israel es atacado por fuerzas convencionales,
¿permiten sus fronteras y el espacio tras ellas articular una defensa
con probabilidades de éxito? La respuesta a esta pregunta ha sido y es
una de las preocupaciones clave del pensamiento estratégico israelí.
Veremos que otras están ligadas a diferentes tipos de amenazas.
Con respecto a la posibilidad de defensa,
existen tres criterios básicos para evaluar un plan defensivo:
disponibilidad de profundidad suficiente que permita un despliegue
escalonado, reservas capaces de realizar un contraataque para restaurar
la situación inicial y una distancia adecuada al interior estratégico,
que mantenga fuera del alcance de la acción del enemigo los intereses
vitales de la nación. Y es que ningún sistema defensivo permanece
inalterado ante una ofensiva, por lo que hay que partir de la premisa de
que, al sufrir un ataque, se perderá territorio: se cede terreno para
ganar tiempo, de cara a reaccionar con las reservas antes que resulten
afectados esos intereses vitales.
En
el caso de Israel, su escasa profundidad hace ilusorio hablar de
fronteras defendibles. El problema se ve agravado por el hecho de que
las Fuerzas Armadas de sus potenciales enemigos están compuestas por
ejércitos permanentes rápidamente movilizables, mientras las israelíes
se integran mayoritariamente por reservistas, lo que implica, por
perfecto que sea el sistema de movilización, unos plazos de respuesta
mucho mayores y que la primera reacción a una ofensiva sea
responsabilidad de un reducido número de unidades activadas de modo
permanente. Dada la escasa profundidad del territorio israelí, la
rapidez con la que se movilicen es crítica a la hora de rechazar un
ataque.
Desde su nacimiento, Israel ha luchado
por conseguir unas fronteras defendibles y, consecuencia de ello fue, en
su momento, la ocupación de los territorios en manos de Jordania en
Cisjordania (West Bank) después de la guerra de los Seis Días (1967) o
la de los Altos del Golán. Aún hoy, éste sigue siendo un aspecto capital
en la estrategia israelí, conscientes como son que, dada su escasa
profundidad y el entorno geopolítico hostil en el que se encuentran, la
más mínima pérdida de territorio puede ser el preámbulo ineludible de la
desaparición definitiva del Estado de Israel.
La amenaza
La cuestión de la defendibilidad de las
fronteras israelíes sólo cobra interés si consideramos que existe una
amenaza real. En otro caso, el problema de sus fronteras deberá
abordarse desde otras perspectivas, como la demográfica o la histórica.
Valga como ejemplo el caso de Bélgica, en principio con los mismos
problemas demográficos y territoriales, pero sin una amenaza exterior
plausible, por lo que la mayor o menor seguridad de sus fronteras no
condiciona en absoluta su política. Pero Israel no es Bélgica y tiene
que afrontar tres amenazas claras: ataque convencional, misiles de largo
alcance y el terrorismo. De la vigencia de las dos últimas no cabe
duda, de forma que sólo cabría plantearse la vigencia de la primera:
¿podrían repetirse las guerras árabe-israelíes de 1948, 1956, 1967 y
1973?
Podría argüirse que la situación ha
cambiado drásticamente y ha hecho imposible la repetición de un
conflicto de esta naturaleza: Israel disfruta de acuerdos de paz con
Egipto y Jordania, Irak ha sido neutralizado como amenaza y Siria, tras
el colapso de la URSS, no parece estar en condiciones de constituir nada
de este tipo. Sin embargo, cabe preguntarse si esta situación es
susceptible de cambiar a largo plazo, de forma que la sombra de un
ataque convencional reaparezca. Algunas hipótesis en este sentido
podrían provenir de una hipotética evolución de Irak hacia un estado
chií alineado con Irán, de la aparición de uno palestino en Cisjordania,
combinado con la mayoría palestina de Jordania o del triunfo de la
opción islámica radical en Egipto. Cualquiera de estos tres escenarios
entra dentro de lo posible y obliga a Israel a plantearse cómo
defenderse de cada uno de ellos.
A lo anterior hay que añadir el efecto
que tendría en la región la transformación de Irán en potencia nuclear,
factor considerado como una amenaza inaceptable por el Estado de Israel.
Esa amenaza no tendría por qué reemplazar a la convencional, sino que
podría, incluso, reforzarla. Hay cierta tendencia a minimizar este
riesgo bajo el argumento de que la superioridad tecnológica israelí
permitiría a las IDF salir airosas de un enfrentamiento de estas
características. Sin embargo, no parece que pueda descartarse que sus
enemigos acaben adquiriendo esas mismas tecnologías, anulando esta
ventaja. De hecho, son evidentes los esfuerzos realizados por algunos
países de la zona por modernizar sus fuerzas armadas.
Para muchos, la respuesta a la debilidad
de la situación derivada de las fronteras de Israel consistiría en
llevar la guerra al territorio del enemigo, realizando un ataque
preventivo para crear así la necesaria profundidad. Sin embargo, esta
opción plantea tales inconvenientes de tipo político y diplomático que
puede darse por descartada. En su lugar, la opción israelí ha sido crear
espacios
de seguridad a su alrededor, para privar a sus potenciales enemigos de
las zonas dominantes que rodeaban su territorio tal y como fue concebido
inicialmente en 1948. Fruto de esta estrategia es la creación de una
zona desmilitarizada en el Sinaí, acordada con Egipto o la ocupación de
los Altos del Golán y los territorios al oeste del Jordán(3).
Frente a estas debilidades, la mayor
ventaja del Estado de Israel, es que tiene perfectamente identificados
los orígenes de la amenaza: conoce donde y contra quien va a combatir,
cuando es la única incógnita. En su contra, como ya hemos visto, juegan
la escasa profundidad de su territorio y lo reducido de sus recursos
humanos. Las reducidas dimensiones hacen que, en caso de guerra, no
pueda hablarse propiamente de retaguardia, entendida como zona
relativamente segura, alejada de la zona de combate, desde la que se
sostienen las operaciones: todo el territorio israelí está amenazado y
para responder, si ésta se materializa, necesita movilizar todas sus
capacidades.
Estas limitaciones han condicionado la forma en que afronta
la guerra y justifican dos aspectos fundamentales de sus capacidades
estratégicas: la inteligencia y la movilización de reservas.
La imposibilidad de ceder terreno para
ganar tiempo obliga a reaccionar con gran rapidez ante un ataque,
incluso a anticiparse, lo que exige una inteligencia que permita
identificar las intenciones del enemigo antes de que se materialicen: en
este sentido, la eficacia del servicio de inteligencia israelí, el
mítico Mossad, está fuera de toda discusión. Lo limitado de los recursos
humanos obliga, en caso de necesidad, a una movilización total y en un
plazo muy limitado, mediante un muy eficiente sistema de reservas que
constituye una de las características más relevantes de la organización
para la defensa de Israel.
La reservas en las IDF
La reservas en las IDF
Las
posibilidades de defensa de Israel dependen de la eficacia de su
sistema de movilización. En el ejército israelí sólo algunas unidades de
combate están activadas en tiempo de paz; el resto son unidades de
reserva, en las que el personal permanente es mínimo y el resto son
reservistas(4). Lo realmente difícil en un sistema como éste es
conseguir que las unidades que permanecen desactivadas en tiempo de paz,
se activen rápidamente en caso de necesidad y sean realmente eficaces.
Las IDF han conseguido ambos objetivos de una manera notable, aunque el
coste, no sólo desde el punto de vista económico, es muy grande: los
tres años de servicio militar a que están obligados los varones
israelíes y la permanencia en la reserva hasta los 45 años hacen que
podamos hablar de una sociedad militarizada.
Sobre el primer requisito, la rapidez en
la movilización de las reservas, ya hemos visto hasta qué punto es
crucial que las unidades se movilicen en un plazo de tiempo mínimo, dado
que Israel no puede permitirse el lujo de ceder terreno para ganar
tiempo. Esto se consigue manteniendo el armamento y elementos de las
unidades de reserva reunido en almacenes repartidos a lo largo del
país(5) y mediante un sistema de alerta muy perfeccionado, que permite
que las unidades, una vez reunido el personal, distribuido el equipo y
comprobado el material, esté preparado para actuar en plazos cercanos a
las 48 horas.
La efectividad, por su parte, sólo puede
conseguirse mediante un adiestramiento adecuado, algo muy difícil de
lograr en unidades no activadas permanentemente: de nada sirve movilizar
rápidamente unas unidades perfectamente equipadas, si la falta de
preparación de su personal las hace ineficaces. La eficacia descansa en
la formación de los reservistas, que se basa en dos pilares. El primero
es el servicio militar obligatorio: con algunas excepciones derivadas de
la pertenencia a determinadas minorías o de motivos de conciencia, todo
ciudadano israelí, al cumplir los 18 años, es llamado a filas, por tres
años si es varón y por dos si es mujer(6).
Este período de servicio,
garantiza a los futuros reservistas una formación militar inicial
considerable. El segundo pilar es el adiestramiento de los reservistas:
una vez finalizado el período de servicio en filas se inicia el de
reserva, que durará hasta los 45 años. En este tiempo están encuadrados
en unidades concretas, con un ciclo de adiestramiento de tres años, que
supone un total de 25 días de activación e incluye ejercicios anuales:
uno de batallón en fuerza, otro de puesto de mando de batallón con
simuladores y otro en el que el batallón actúa integrado en una Brigada.
Todos los ejercicios se realizan en el
Centro Nacional de Adiestramiento (cerca de Beer Sheba, al Sur de
Israel), que dispone de instalaciones para unidades acorazadas y
mecanizadas, artillería y logísticas y un simulador para realizar
ejercicios de doble acción. A modo de ejemplo, baste decir que dispone
de un pueblo artificial de 400 casas, diseñado para reproducir los
distintos aspectos que puede tener una urbe de la zona: cascos antiguos,
edificios de diferentes alturas, avenidas, zocos... También dispone de
medios mecanizados para equipar a una brigada, de forma que las unidades
no necesitan desplazar su propio material al Centro.
Estructura de las IDF y lecciones aprendidas
Estructura de las IDF y lecciones aprendidas
La organización de las IDF, dado lo
peculiar del entorno geoestratégico israelí, no podía dejar de ser
original. Básicamente se articulan en Estado Mayor, que además de las
divisiones habituales,
incluye la de Tecnología y Logística, los Mandos Territoriales (Sur,
Centro, Norte y Frente Doméstico(7)) y las Fuerzas: Tierra, Mar y Aire.
Los mandos territoriales son responsables de la defensa, contando en su
estructura permanente con cuarteles generales de división y órganos
logísticos territoriales, todos ellos activados parcialmente en tiempo
de paz. Tanto en guerra como, en menor medida, en paz, estos mandos
reciben de la Fuerza LAS brigadas o batallones activos que se encuadran
en sus divisiones, para permitirles cumplir con sus misiones.
El HFC viene a ser un mando de defensa
civil, responsable del apoyo militar a las autoridades civiles en
situaciones de emergencia y de la dirección de la defensa civil en caso
de crisis. En caso de emergencia, actúa subordinado a las autoridades
civiles, mientras que si se declara la situación de crisis (pueden
hacerlo el Ministro de Defensa, el Gobierno o el Parlamento, cada uno de
ellos por un plazo diferente) las autoridades civiles se subordinan al
HFC.
Si bien es cierto que, desde su
nacimiento, Israel ha sido siempre un Estado amenazado y que, desde una
perspectiva ideológica, quienes hoy lo hacen son los mismos que hace
sesenta años, desde una perspectiva militar ha mutado sustancialmente en
los últimos años. La presencia de Hizbollá en el Líbano y de elementos
hostiles, como Hamás, dentro de sus fronteras, en los territorios
administrados por la ANP, constituyen una amenaza diferente a la
afrontada tradicionalmente. Si hasta 1982 todas las guerras en las que
Israel ha participado han sido convencionales, desde la ocupación en ese
año del Sur del Líbano, afronta un nuevo tipo de conflicto, que será el
predominante en el futuro y que viene a identificarse con el concepto
de contrainsurgencia (COIN) adoptado por los países occidentales para
definir los de Irak o Afganistán.
Tanto la 2ª Guerra del Líbano (2006) como
la operación Plomo Fundido (Gaza, 2008) pueden definirse como
operaciones de contrainsurgencia. La historia militar está llena de
ejemplos de ejércitos que se enfrentan a nuevas amenazas con
organizaciones y procedimientos pensados para las antiguas y esto es lo
que le ha ocurrido a Israel en los últimos conflictos. Las lecciones
extraídas vinieron a demostrar que, sobre todo en la 2ª Guerra del
Líbano, que no se habían acometido las reformas doctrinales y
organizativas necesarias para adaptar las IDF a la nueva realidad.
Una primera consecuencia de este nuevo
tipo de conflicto deriva de su duración, muy superior a la de los
clásicos. La defensa israelí se ha venido basando en la concentración de
todos los esfuerzos de la nación en ella cuando ha sido preciso. Esto
no ha supuesto un grave problema en los conflictos vividos con
anterioridad a 1982, cuya duración nunca excedió las tres semanas.
Sin embargo, los 45 días de la 2ª Guerra del Líbano sí han supuesto un
problema serio. Hoy se es consciente de que los nuevos conflictos son
menos intensos, pero mucho más duraderos: la escala de medida ya no se
gradúa en semanas, sino en meses e incluso años y esto obliga a
replantear muchas cosas, ya que no puede tenerse movilizado un país
entero durante períodos de tiempo tan prolongados.
Aunque, al menos a largo plazo, no pueda
descartarse la amenaza convencional, la actual es muy distinta: Hamás,
actuando desde los territorios controlados por la Autoridad Nacional
Palestina, principalmente desde la Franja de Gaza, e Hizbollá, desde el
sur del Líbano, constituyen un enemigo frente al que las IDF deben
desarrollar procedimientos diferentes a los tradicionales. Su modus
operandi combina el lanzamiento de cohetes sobre territorio israelí con
la infiltración de terroristas, muchas veces suicidas, para actuar
mediante explosivos contra objetivos indiscriminados. Los dos últimos
conflictos en los que han participado las IDF han constituido,
precisamente, la respuesta de Israel al bombardeo de su territorio desde
Gaza y el Sur del Líbano. Identificados los orígenes de los ataques y
ante la imposibilidad de neutralizarlos mediante el empleo de artillería
o aviación sin afectar a la población civil, se decidió, en ambos
casos, actuar con la Infantería.
Para protegerse de las incursiones de
terroristas, Israel está llevando a cabo la construcción de una barrera
en Cisjordania, cuyo trazado resulta muy polémico y ha sido criticado,
tanto por organizaciones pacifistas israelíes como Peace Now y B’Tselem,
como por extranjeras, como Amnistía Internacional, Intermón-Oxfam,
UNICEF, y la Oficina para la Coordinación de la Ayuda Humanitaria de las
Naciones Unidas en los Territorios Ocupados Palestinos (OCHAOPT).
Israel alega que el único propósito de la construcción es defender a sus
ciudadanos, que le ampara el derecho a la autodefensa reconocido en las
leyes internacionales y que su único propósito al construir la barrera
es impedir la entrada a núcleos de población de los terroristas, ante el
incremento de los atentados suicidas tras la Intifada de Al-Aqsa, y por
tanto no trazada con fines políticos ni anexionistas. Las
organizaciones citadas han criticado en repetidas ocasiones el efecto
que provoca en la vida cotidiana de la población civil palestina.
Contra los ataques con armas de tiro
curvo desde el Líbano y Gaza y también para atacar las bases terroristas
en Gaza, Israel ha reaccionado realizando incursiones militares en
estos territorios. Sin embargo, sobre todo la realizada en el Líbano en
2006, han venido a demostrar que la respuesta a estas amenazas requiere
procedimientos de combate muy diferentes a los de la guerra
convencional. El Sur del Líbano y la Franja de Gaza, al igual que Irak y
Afganistán, resaltan la necesidad de disponer de unidades más
versátiles, capaces de operar en entornos urbanos frente a un enemigo
que se mezcla entre una población que, en mayor o menor medida, le
presta su apoyo e impide a las unidades militares emplear todas sus
capacidades para neutralizarlo.
Sin
embargo, aunque haya otras muchas similitudes, existe una gran
diferencia entre estas operaciones y las afrontadas por la comunidad
internacional en Irak y Afganistán y es que, en el caso de Israel, el
objetivo no es neutralizar un elemento hostil como medio para garantizar
la estabilización y posterior reconstrucción de un país. La
neutralización de los elementos hostiles, que en Irak y Afganistán es un
medio, en Líbano y Gaza es el fin último de las operaciones. Esto
permite a las IDF, que no tienen la necesidad de ganarse los corazones y
las mentes ni pensar en la posterior reconstrucción, el empleo de unos
procedimientos mucho más expeditivos y, objetivamente, más eficaces. En
el caso de la operación Plomo Fundido, la última y la más compleja por
el carácter menos militar de Hamás, comparado con Hizbollá, la actuación
de las unidades de Infantería israelíes fue precedida por una muy
intensa labor de inteligencia, que permitió localizar los orígenes de
las acciones de fuego y los lugares en los que se fabricaban y
almacenaban las armas enemigas, principalmente cohetes Kassan de
fabricación casera.
La inteligencia así obtenida permitió a
las unidades de Infantería atacar directamente los objetivos
identificados, tratando de ser lo más quirúrgicos posible; es decir,
minimizando los daños colaterales. Y es en este punto donde Israel ha
afrontado los mayores problemas derivados de este conflicto: ante la
evidencia de la existencia de un considerable número de bajas entre la
población, incluidos niños, se ha acusado a las IDF de atacar
indiscriminadamente objetivos civiles, en lo que constituirían casos
claros de crímenes de guerra. Israel, por su parte, se defiende alegando
que sus ataques han tratado de minimizar las bajas civiles, pero es el
empleo por Hamás de la población civil como escudo para sus actuaciones,
situando sus orígenes de fuego en zonas muy pobladas e incluso colegios
o empleando ambulancias para trasladar material de guerra, lo que ha
causado, a la postre, que la población civil haya padecido las
consecuencias de los ataques. Se trata, a mayor escala, del mismo
problema que se padece en Irak y Afganistán, donde en ocasiones debe
renunciarse a atacar objetivos claramente identificados, ante la
imposibilidad de evitar daños colaterales desproporcionados.
Conclusión
Baste decir, a modo de conclusión, que el tipo de conflicto que afrontan las IDF es, cada vez más, similar al que los ejércitos occidentales afrontan en escenarios como Afganistán e Irak y todo parece indicar que tardaremos muchos años en afrontar, como amenaza principal, otro tipo de conflicto. El final de la guerra fría ha hecho florecer nuevas amenazas, de forma que los ejércitos occidentales ya no se preparan para enfrentase a las divisiones acorazadas del Pacto de Varsovia, sino a redes terroristas transnacionales y grupos insurgentes que pueden actuar en connivencia con los anteriores. De manera análoga, el enemigo al que se enfrentan las IDF ya no son las divisiones sirias o egipcias, sino la mucho más sutil acción de grupos como Hammás e Hizbollá.
Conclusión
Baste decir, a modo de conclusión, que el tipo de conflicto que afrontan las IDF es, cada vez más, similar al que los ejércitos occidentales afrontan en escenarios como Afganistán e Irak y todo parece indicar que tardaremos muchos años en afrontar, como amenaza principal, otro tipo de conflicto. El final de la guerra fría ha hecho florecer nuevas amenazas, de forma que los ejércitos occidentales ya no se preparan para enfrentase a las divisiones acorazadas del Pacto de Varsovia, sino a redes terroristas transnacionales y grupos insurgentes que pueden actuar en connivencia con los anteriores. De manera análoga, el enemigo al que se enfrentan las IDF ya no son las divisiones sirias o egipcias, sino la mucho más sutil acción de grupos como Hammás e Hizbollá.
Los israelíes, como nosotros, todavía
están en la fase de adaptación a esta nueva amenaza; y ellos, como
nosotros, están en el dilema de decidir hasta qué punto pueden reducirse
las denominadas capacidades pesadas (Unidades acorazadas y mecanizadas,
artillería,…), volcando el esfuerzo en las capacidades necesarias para
afrontar con éxito la lucha contra la insurgencia y el terrorismo. Esta
decisión, que es arriesgada e implica riesgos evidentes, puede suponer
una de las claves del éxito de las IDF para afrontar los conflictos de
los años próximos.
Otro
de los retos que afrontan las IDF es el de su diseño de servicio
militar. El coste social que implica el sistema actual, unido a la larga
duración del tipo de conflicto actual obligan a replantearse el
sistema; pero el factor demográfico condiciona sobremanera las posibles
soluciones: una población de 7 millones conjugada con las necesidades
que el escenario estratégico imponen a Israel hacen muy difícil
introducir cambios en este campo tan sensible, por lo que habrá que
buscar soluciones muy imaginativas o conformarse con el precio que
impone la supervivencia en un entorno tan hostil.
(1) Durante el conflicto con los británicos surgieron otros grupos armados, con criterios diferentes sobe el modo de llevar la lucha contra la potencia ocupante.
(2) 14 km. es la distancia mínima que separa del mar los territorios controlados por la Autoridad Nacional Palestina en la zona de Netania.
(3) En 1967, el Estado Mayor Conjunto de los Estados Unidos concluía sobre este asunto que desde un punto de vista estrictamente militar, Israel necesitaría retener ciertos territorios ocupados a los árabes para conseguir unas fronteras militarmente defendibles.
(4) Los reservistas constituyen aproximadamente el 80 por ciento de los efectivos de las IDF.
(5) Una de las formas de incrementar la eficacia del sistema consiste en aumentar el número y dispersión de los centros donde se concentra el personal movilizado y se almacena su equipo, así como situarlos, en la medida de lo posible, lejos de los territorios potencialmente hostiles. Su seguridad aconsejaría ubicar estos centros de movilización en el sur, en el Negev, pero la necesidad de acercarlos a los lugares de residencia de los reservistas obliga a concentrarlos en la menos segura franja en la que se concentra la población israelí, al Oeste de Cisjordania (West Bank).
(6) El servicio militar es en general obligatorio, salvo para los judíos pertenecientes a grupos ortodoxos, beduinos y drusos, que pueden acceder voluntariamente. Los árabes están exentos del servicio militar.
(7) Home Front Command (HFC).
(1) Durante el conflicto con los británicos surgieron otros grupos armados, con criterios diferentes sobe el modo de llevar la lucha contra la potencia ocupante.
(2) 14 km. es la distancia mínima que separa del mar los territorios controlados por la Autoridad Nacional Palestina en la zona de Netania.
(3) En 1967, el Estado Mayor Conjunto de los Estados Unidos concluía sobre este asunto que desde un punto de vista estrictamente militar, Israel necesitaría retener ciertos territorios ocupados a los árabes para conseguir unas fronteras militarmente defendibles.
(4) Los reservistas constituyen aproximadamente el 80 por ciento de los efectivos de las IDF.
(5) Una de las formas de incrementar la eficacia del sistema consiste en aumentar el número y dispersión de los centros donde se concentra el personal movilizado y se almacena su equipo, así como situarlos, en la medida de lo posible, lejos de los territorios potencialmente hostiles. Su seguridad aconsejaría ubicar estos centros de movilización en el sur, en el Negev, pero la necesidad de acercarlos a los lugares de residencia de los reservistas obliga a concentrarlos en la menos segura franja en la que se concentra la población israelí, al Oeste de Cisjordania (West Bank).
(6) El servicio militar es en general obligatorio, salvo para los judíos pertenecientes a grupos ortodoxos, beduinos y drusos, que pueden acceder voluntariamente. Los árabes están exentos del servicio militar.
(7) Home Front Command (HFC).
Fuente: http://www.belt.es/expertos/home2_experto.asp?id=5531
APOYO AÉREO CERCANO Repitiendo El Pasado...¿Otra Vez?
Por CAPITAN SCOTT A. FEDORCHAK, USA
Aristóteles escribió "casi todas las cosas han sido encontradas, pero algunas han sido olvidadas,1 un adagio repetidamente demostrado en la profesión de las armas, donde las lecciones pagadas con sangre han sido olvidadas o ignoradas en tiempos de paz, solamente para ser redescubiertas y nuevamente reiteradas de igual modo en la siguiente batalla. Por ejemplo, la doctrina y armas para el apoyo aéreo cercano (Close Air Support - CAS) languidecen entre conflictos, únicamente para ser revividas en la próxima guerra. Este hecho es resultado de la falta de adhesión de la Fuerza Aérea respecto al concepto CAS y su consiguiente carencia de voluntad para proporcionar aviones de ese tipo y los apoyos necesarios. Carl H. Builder expresa que el "apoyo aéreo cercano ha sido la misión más descuidada de la Fuerza Aérea.2
La Joint Publication 1-02, Department of Defense Dictionary of Military and Associated Terms, define el CAS como "la operación aérea contra objetivos hostiles que están en proximidades de las fuerzas amigas y que requiere la detallada integración de cada salida aérea con el fuego y la maniobra de dichas fuerzas".3 El empleo del CAS ha sido el motivo de serios debates entre fuerzas terrestres y aéreas desde la introducción del avión como arma de guerra. Las fuerzas terrestres desean más CAS en apoyo de sus operaciones, mientras que la fuerza aérea se concentra en otras misiones como la defensa aérea, interdicción aérea, y bombardeo estratégico, que interesan a la campaña del teatro. Más allá de las distintas prioridades asignadas al CAS por el Ejército y la Fuerza Aérea, el hecho es que los Estados Unidos han necesitado CAS en pasados conflictos y continuarán demandándolo en el futuro.
Enfoque doctrinario sobre el ataque estratégico
Desde el comienzo de la aviación, los partidarios del poder aéreo procuraron identificar a la Fuerza Aérea como un servicio separado, con un rol exclusivo en el ámbito militar. Guiados por los primeros teóricos del poder aéreo, tales como Giulio Douhet, el Mariscal del Aire Hugh M. Trenchard, y el General William ("Billy") Mitchell, apuntaron hacia las capacidades estratégicas del poder aéreo que permitirían llevar la destrucción hacia las capitales políticas, centros de trasporte, e industrias. Raramente capaces de atacar tales centros de gravedad, las fuerzas terrestres y navales enfocan los centros de gravedad tácticos y operacionales. Pero los abogados del poder aéreo creen que - después de alcanzar la superioridad aérea - las fuerzas del aire deberían llevar adelante ataques estratégicos para destruir la infraestructura industrial del enemigo y de esa manera eliminar su aptitud para sostener la guerra.4
Por ese motivo, la dirigencia de la naciente aviación militar de los EE.UU. abrazó la doctrina del bombardeo estratégico como su razón de ser, hasta casi excluir a las otras misiones del poder aéreo.5 Específicamente, la Fuerza Aérea "ha definido, ensayado y probado una doctrina donde relega el CAS a una tarea estrictamente secundaria de sus unidades de combate"6 y "hasta que la superioridad aérea es conquistada, cualquier esfuerzo que no contribuya a ese fin es una desviación y únicamente debería ser adoptado en situaciones de emergencia."7 Aunque la Fuerza Aérea no descarta totalmente su apoyo a las operaciones terrestres, prefiere recurrir a la interdicción aérea antes que al CAS.
Las primeras escuelas del servicio aéreo, tales como la Escuela Táctica del Cuerpo de Aviadores en el Aeródromo de Maxwell, Alabama, fueron establecidas para estudiar y desarrollar doctrina, tácticas, y aeronaves para las misiones aeroterrestres. En lugar de eso, los dirigentes de esos institutos volvieron su atención al desarrollo del bombardeo estratégico.8 En los años 30, los EE.UU. eran el único país que había organizado una unidad aérea - el 3er Grupo de Ataque - destinado a apoyar las fuerzas de superficie y de esa forma podrían haber desarrollado las operaciones aeroterrestres. Pero la concentración en el bombardeo estratégico dejó al Cuerpo de Aviadores del Ejército mal preparado en vísperas de la II Guerra Mundial para realizar operaciones aeroterrestres.9
Esa guerra sirvió como un campo de prueba para el bombardeo estratégico, que lesionó duramente los esfuerzos de guerra del Eje. Algunos análisis de posguerra, sin embargo, discutieron la eficacia de esta doctrina:10
La era posterior a la II Guerra Mundial marcó la ascendencia del Strategic Air Command (Strategic Air Command - SAC) y de los bombarderos nucleares estratégicos en la doctrina de la Fuerza Aérea. La estrategia del bombardeo estratégico encaró una guerra total con las fuerzas del Comunismo y requirió ataques a los centros de gravedad estratégicos del enemigo. Los EE.UU. vieron la posibilidad de contener la amenaza enemiga mediante la disuasión nuclear, y cada servicio compitió para obtener fondos, demostrando su capacidad para lanzar armamento nuclear. Puesto que el bombardeo estratégico ya había sido probado en este aspecto, el SAC pudo dominar las decisiones en relación con el desarrollo, despliegue y uso de los medios de la Fuerza Aérea desde los años 50 hasta principios de los 80.13
Virtualmente ignorando su rol táctico en apoyo de las fuerzas terrestres, la Fuerza Aérea propuso una fuerza de bombardeo estratégico de 70 alas para satisfacer las necesidades de la seguridad nacional, aunque también impulsó el desarrollo de un caza de reacción supersónico para realizar misiones de defensa aérea, escoltar a los bombarderos hasta sus objetivos, y proteger a los EE.UU. de los bombarderos soviéticos. Rápidamente fueron desarrollados bombarderos y aviones de caza más grandes, mejores, y más veloces, capaces de llevar cargas más pesadas. Más todavía, los aparatos del Comando Aéreo Táctico (Tactical Air Command - TAC) fueron diseñados para lanzar armas nucleares tácticas, y todas las fuerzas aéreas tácticas del teatro intentaron convertirse en "pequeños SACs, con una misión primaria y prácticamente única de índole nuclear".14 Consecuentemente, la Fuerza Aérea puso en naftalina a sus medios de apoyo terrestre o los dejó que se hicieran obsoletos, puesto que la doctrina del poder aéreo no anticipaba rol alguno para el poder aéreo táctico.15 Aunque la disuasión se encargó de prevenir la guerra nuclear global, el énfasis sobre el lanzamiento nuclear lesionó la aptitud de la Fuerza Aérea para hacer un empleo efectivo del poder aéreo táctico en las guerras limitadas.
Perspectiva histórica sobre el CAS Doctrina y ejecución
El involucramiento de los EE.UU. en un teatro de operaciones se mantuvo como una posibilidad a todo lo largo de la guerra fría, pero en realidad, en esa época, solamente combatió en guerras limitadas. Desafor tunadamente, la comunidad del poder aéreo ha olvidado las lecciones sobre CAS e interdicción aérea del campo de batalla (Battlefield Air Interdiction - BAI), aprendidas por la 9ª Fuerza Aérea en el teatro de operaciones europeo, y por 5ª Fuerza Aérea en el teatro de operaciones del Pacífico. Más todavía, no hicieron ningún esfuerzo para preservar las lecciones aprendidas, entrenarse para futuras aplicaciones, o conservar los aviones apropiados para el CAS.16
El Gral. O.P. Weyland, comandante de las (Far East Air Forces - FEAF) comentaba que "lo que se recordaba de la II Guerra Mundial no estaba escrito, y si lo estaba, no había sido difundido, o si lo estaba, no había sido leído o comprendido."17
Desde la Guerra de Corea hasta la Guerra del Golfo de 1991, el SAC raramente empleó sus bombarderos estratégicos según su diseño. Eso es, los B-29 y, más tarde, los B-52 dejaron caer bombas convencionales de alto poder explosivo durante misiones CAS y BAI en Corea, Vietnam, y el Suroeste de Asia. En realidad, en Corea y en Vietnam, el bombardeo estratégico de las infraestructuras políticas, militares y económicas que no influían sobre el sostén tradicional de la guerra, tuvieron un efecto mínimo en el resultado de las campañas. Solamente en el dominio táctico los EE.UU. alcanzaron algún éxito.18
Tales situaciones demandaban el empleo de CAS y BAI en apoyo de las fuerzas terrestres. Aunque la Fuerza Aérea prefería recurrir a la interdicción aérea para destruir muchos equipos en su ruta hacia el frente, antes que hacerlo uno por uno en el frente mismo, nunca fue capaz de interdictar decisivamente el movimiento de las fuerzas terrestres y los abastecimientos del enemigo en la vanguardia.19 Sin embargo, el CAS fue habitualmente exitoso, preservando a las fuerzas terrestres americanas, y eso significó la diferencia entre la derrota y la victoria en muchos encuentros.20
Corea proporcionó el primer ejemplo de una guerra limitada para la vacilante Fuerza Aérea. Inicialmente, los recursos de la FEAF incluían solamente el F-80 Shooting Star y el F-86 Sabre, ambos diseñados para el combate aireaire. Desafortunadamente, estos avanzados aviones reactores carecían de estaciones apropiadas para llevar municiones de apoyo terrestre, tales como cohetes, bombas y napalm, y eran incapaces de operar desde las pistas escasamente preparadas de Corea. El hecho que tuvieran que estar estacionados en Japón, limitaba su tiempo de sobrevuelo sobre el objetivo y el apoyo durante los requerimientos inmediatos, que normalmente eran los más críticos para las fuerzas de superficie.
Por ejemplo, el F-84 Thunderjet - preparado para las operaciones airetierra pero aún fuera del inventario de la Fuerza Aérea - no podía operar desde las bases coreanas. Consecuentemente, la Fuerza Aérea tuvo que desempolvar los cazas F-51 Mustang guardados en los depósitos, porque eran los únicos aparatos aptos para operar en el teatro de operaciones de Corea.21 En los críticos días del perímetro de Pusan, estos caballos de batalla de la II Guerra Mundial - y, más tarde, los A-1E Skyraiders - proveyeron el desesperadamente solicitado CAS para las fuerzas terrestres de las Naciones Unidas (ONU).22 Complementariamente, la Fuerza Aérea derivó B-29 Superfortalezas de sus misiones de bombardeo estratégico sobre Corea del Norte para cumplir CAS y BAI durante la acción de Pusan, la invasión de Inchon, y la retirada después de la intervención china.
Hacia la conclusión de las hostilidades, la Fuerza Aérea había reaprendido las lecciones de la II Guerra Mundial y había empleado su conocimiento para mejorar su apoyo a las operaciones terrestres. No obstante, del mismo modo que después de la II Guerra Mundial, las lecciones de Corea fueron dejadas a un lado y olvidadas, un hecho que se reflejó en el comentario del Secretario de la Fuerza Aérea Thomas K. Finletter, que expresó "la guerra de Corea fue un caso único, una distorsión que nunca se repetirá en el verdadero rumbo del poder aéreo estratégico.23
Veinte años más tarde, "cuando comenzó la guerra de Vietnam, simplemente tuvimos que reaprender lo básico, y pagamos un precio terrible para hacerlo.24 Una vez más, la Fuerza Aérea tuvo que usar las aeronaves en depósito, esta vez pidiéndole A-1E Skyraiders a la Armada y modificando los planes de entrenamiento como el de los T-37, para proporcionar CAS, ya que los F-105 Thunderchiefs y F-4 Phantom no satisfacían esos requerimientos. La aptitud de los Skyraiders para absorber daños, llevar armamento, y sobrevolar el campo de combate los hizo invalorables en encuentros importantes tales como el Tet, Hue, y Khe Sanh, y en centenares de choques menores, permitiéndole a las fuerzas terrestres americanas mantenerse firmes contra cantidades superiores de norvietnamitas y Vietcong. La Fuerza Aérea también perfeccionó sus capacidades CAS convirtiendo a los trasportes C-47, C-119 y C-130 en aeronaves de apoyo terrestre. Finalmente, como lo había hecho en Corea, la Fuerza Aérea distrajo sus bombarderos estratégicos, usando los B-52 en el mucho más necesario apoyo terrestre, que salvó las vidas de centenares de soldados de superficie e infligió numerosas bajas a los norvietnamitas.25
Después de Vietnam, el Congreso y el Departamento de Defensa se impusieron sobre la Fuerza Aérea para revaluar su misión CAS a la luz de la amenaza soviética a los intereses mundiales de los EE.UU. Respondiendo especialmente a la necesidad de equilibrar las numerosas ventajas en materia de personal y equipamiento que los soviéticos podrían tener durante una invasión a Europa occidental, la Fuerza Aérea puso en servicio el A-10 Thunderbolt, el primer modelo diseñado exclusivamente para CAS.26
Desde noviembre de 1983 hasta mayo de 1984, el Ejército y la Fuerza Aérea desarrollaron 31 iniciativas orientadas a mejorar la interoperabilidad aeroterrestre. Este trabajo sirvió como base para otro posterior desarrollado en 1986, como la doctrina para la batalla aeroterrestre del Ejército, la cual subrayó el empleo del poder aéreo en apoyo de la campaña terrestre.27 El trabajo continuó a lo largo de los 80 para perfeccionar las capacidades de ambos servicios, para combatir conjuntamente en el campo de batalla moderno. Pero, con la caída del Muro de Berlín en 1989 y la subsecuente desintegración de la Unión Soviética, esa amenaza presumible mente desapareció, y los EE.UU. comenzaron a disminuir sus fuerzas militares. Entre las primeras contribuciones de la Fuerza Aérea a esta reducción estaba el proyectado almacenamiento de toda su flota de A-10s.28
En 1991, la Fuerza Aérea despachó velozmente los A-10 que permanecían en el inventario activo de vuelo en el Sudoeste de Asia, como parte de la preparación de Tormenta del Desierto, a requerimiento del Gral. H. Norman Schwarzkopf, comandante en jefe del Comando Central de los Estados Unidos (CINCCENT).29 Apenas un año después de trascurrida la Guerra del Golfo, la Fuerza Aérea podría haber tenido que convocar a la mayoría de esos aparatos guardados en depósitos, como en guerras pasadas. Los A-10 estaban disponibles cuando Saddam Hussein cometía enormes errores, en oportunidad y en la interpretación de la determinación de los EE.UU. y del mundo para condenar y contrarrestar sus actitudes.
Efectivos contra los tanques iraquíes y otros vehículos terrestres, estos aparatos excedieron las expectativas tanto de la Fuerza Aérea como de sus diseñadores.30 Adicionalmente, la flexibilidad y rusticidad de los A-10 les posibilitó cumplir una amplia gama de tareas para las cuales no habían sido previstos - tales como la supresión de defensas aéreas enemigas, reconocimiento armado, y escolta para búsqueda y salvamento.31
Aunque representaban menos del 10% de los medios aéreos de la coalición, los A-10 fueron responsables por alrededor del 70% de la destrucción de vehículos blindados realizada por esas fuerzas aéreas.32 Durante la última parte de la guerra en la superficie, el Tte. Gral. Charles A. Horner, comandante del componente aéreo conjunto (Joint Air Force Component Commander - JFACC), declaró espontáneamente "Retiro todas las malas cosas que expresé sobre los A-10. ¡Los amo! Ellos salvaron nuestro trasero."33 Más aún, un oficial iraquí capturado informó que "el avión individualmente más reconocido y temido a baja altura era el A-10. Aunque los ataques con bombas eran terroríficos, el sobrevuelo de los aparatos sobre la zona de los blancos provocaban tanta, sino más, ansiedad desde el momento que los soldados iraquíes no estaban seguros de ser los objetivos elegidos."34
Otra fuente dijo que los A-10 destruyeron más del 50% de todos los tanques enemigos, más del 50% de todas las piezas de artillería de campaña, y el 31% de todos los trasportes blindados de personal. Más interesante todavía, registraron más victorias en combates aireaire que los polivalentes F-16 Fighting Falcon.35 Claramente, los A-10 fueron decisivos multiplicadores de capacidades para el combate y constituyeron un instrumento para minimizar las pérdidas de los EE.UU. en la superficie durante la campaña terrestre para liberar a Kuwait. Y, una vez más, la Fuerza Aérea empleó a los B-52 en las tareas BAI, bombardeando tanto las posiciones de la Guardia Republicana como las concentraciones de tropas y equipos.36
El diseño de los aviones CAS
La mayoría de las aeronaves CAS fueron originalmente diseñadas para operaciones antiaéreas o de interdicción, pero a continuación fueron improvisadas, modificadas, o adaptadas para operaciones CAS en épocas de guerra. Esta tendencia comenzó con el P-51 y el P-47 en la II Guerra Mundial y Corea, y con el A1E y el A-37 en Vietnam; continúa actualmente con la conversión planeada del F-16 en F/A-16.
Cuál es un avión CAS ideal? Un estudio de la Fuerza Aérea llevado a cabo en los 60, concluyó que podría tener las siguientes capacidades:
Los aparatos CAS también tienen que ser fuertes para proteger a los pilotos y a los sistemas propios, de las amenazas existentes en las alturas bajas. Vietnam, Afganistán, y el Oriente Medio demostraron la letalidad del fuego de superficie - tanto de las armas de pequeño calibre como de la artillería antiaérea - mientras que en las guerras árabeisraelíes se manifestó el peligro presentado por los avanzados misiles superficieaire (SurfacetoAir Missiles - SAMs) que usaban guiado infrarrojo ( Infrared - IR) y radar. Específicamente, el advenimiento de los SAMs IR portátiles, tales como los soviéticos SA-7 y SA-14, y los americanos Redeye y Stinger, ha incrementado la amenaza a los aparatos CAS que vuelan bajo.
Alguna vez considerado el purgatorio de los pilotos de combate, el destino en los escuadrones de A-10 se hizo más atractivo después que aquéllos empezaron a apreciar mejor el rol de sus aviones y sus capacidades. La habilidad del A-10 para volar bajo y lento permitió que los pilotos sobrevolaran la zona de los objetivos por largos lapsos y descubrieran visualmente los blancos, aumentando así las posibilidades de atacarlos. Al volar bajo también se reducía la aptitud del enemigo para seguir e interceptar a los A-10 con SAMs guiados por radar, y sus dos motores, aunque le otorgaban una duplicación, le ofrecían a los SAMs un rastro IR mínimo. Más aún, la maniobrabilidad de los A-10 les permitió evitar las concentraciones de fuego de superficie e interrumpir la detección de los misiles. Aun en el caso de que todas esas medidas defensivas fallaran, el diseño estilo "bañera" en titanio de los A-10 protegía a los pilotos, y los diversos sistemas operativos redundantes permitían la continuidad del vuelo. Así podían absorber una tremenda cantidad de daños en combate mientras completaban sus tareas y volvían a sus bases.
En la Guerra del Golfo, quince A-10 recibieron múltiples impactos de una variedad de pequeñas - y grandes - armas de superficie y de SAMs portátiles que podrían haber derribado a otros aparatos modernos.39 Más aún, la circunstancia de que el A-10 fuera el único avión capaz de operar desde las precarias pistas adelantadas, tales como Al Jouf, Arabia Saudí, significó que podía responder rápidamente a las demandas de apoyo de las fuerzas terrestres, cazar a los elusivos lanzadores móviles de Scud, y optimizar el período de sobrevuelo en la zona de operaciones.40
El futuro del CAS
A pesar de las lecciones del pasado, la Fuerza Aérea continúa disminuyendo sus medios CAS. Pero el número de conflictos limitados ha aumentado en la era posterior a la guerra fría, en la medida que grupos nacionales o étnicos buscan mejores posiciones para ejercer el dominio regional en el nuevo ámbito estratégico multipolar, y la tendencia corriente es hacia un continuo énfasis del poder aéreo táctico operando en su rol airetierra "tradicional".41 A medida que los EE.UU. incrementan su participación en la imposición de la paz y en las operaciones de conservación de la paz, las necesidades de aeronaves y misiones CAS continuará aumentando porque las normas de la confrontación o las restricciones políticas le impedirán que apliquen plenamente su poder aéreo.
Aunque los EE.UU. han sido renuentes a comprometer masivamente a sus fuerzas terrestres en operaciones de mantenimiento de la paz, reiteradamente ha expresado su voluntad para facilitar su poder aéreo en apoyo de las operaciones de las ONU. En esos conflictos limitados, necesitaremos poder aéreo táctico para atacar los objetivos en las cercanías de las fuerzas terrestres en contacto, sea que pertenezcan a los EE.UU. o a otras naciones que operen como parte de la coalición. Así, la Fuerza Aérea puede mantener y mejorar su capacidad para proveer CAS en tales conflictos, cuando los EE.UU. tengan que proyectar efectivamente la fuerza en apoyo de los intereses de su seguridad nacional.
El Marine Corps solucionó su "problema" ante la falta de medios CAS específicos de la Armada, con la integración de aviones AV-8B Harrier, A-6B Intruder, y F/A-18 Hornet en operaciones CAS, y salidas de interdicción, como un elemento de su Marine Air/Ground Task Force - MAGTF. Aunque en materia de planeamiento y ejecución de ataques de interdicción, el JFACC técnicamente controla a los aviones de ala fija del Marine Corps, el comandante del MAGTF puede controlar a los medios de ala fija de ese cuerpo que apoyan el plan de campaña terrestre con ataques CAS. Por ejemplo, durante la Operación Tormenta del Desierto, el comandante de las fuerzas del Marine Corps, Central Command - MARCENT pasó a todos los A-6B y la mitad de los F/A-18 al JFACC para la ejecución de la campaña aérea de interdicción, pero retuvo el control operacional de los F/A-18 remanentes y a todos los AV8B para proporcionar CAS a las fuerzas del Marine Corps.42
Durante la campaña aérea de interdicción, el JFACC concentró a los medios aéreos en la campaña estratégica en concordancia con la doctrina de la Fuerza Aérea y facilitaba recursos mínimos para CAS (e interdicción) solamente cuando era presionado por el CINCCENT. Hacia la tercera semana de febrero 1991, el régimen de salidas CAS facilitadas por el JFACC no se ajustaba apropiadamente a los requerimientos de aviones de ala fija del comandante MARCENT para esa tarea, por lo que éste virtualmente retiró todos los aparatos de esta clase del control del JFACC para emplearlos en los ataques CAS.43
Pero un arreglo de este tenor no prosperará en el Ejército porque carece de aparatos de ala fija y debe solicitar a la Fuerza Aérea los medios para atender sus necesidades CAS. Los helicópteros del Ejército, por sí solos, no pueden satisfacer los requerimientos de misiones CAS porque no poseen el alcance y la capacidad portante de armamento que tienen los aviones de ala fija de la Fuerza Aérea. El Gral. Carl E. Vuono y el Gral. Larry D. Welch, anteriores jefes de Estado Mayor del Ejército y la Fuerza Aérea, respectivamente, notaron que
Aunque los helicópteros pueden aprovechar el terreno para disimular su aproximación, son mucho más vulnerables que las aeronaves de ala fija respecto a la amenaza de la defensa aérea con armas pequeñas, la artillería y los tanques, al igual que los cañones antiaéreos tradicionales y los sistemas misilísticos.
Experiencias efectuadas en el National Training Center en Fuerte Irwin, California, han mostrado la falta de efectividad de los helicópteros de ataque que operan independientemente en confrontaciones directas con fuerzas terrestres enemigas. Sin embargo, su eficacia aumenta cuando son empleados en combate como fuerzas de maniobra, y la Operación Tormenta del Desierto reveló que son muy efectivos actuando en equipos aéreos de ataque conjuntos, con los aviones CAS de ala fija de la Fuerza Aérea.46 Por lo tanto, en virtud de su experiencia en operaciones con aviones de ala fija, la Fuerza Aérea debería continuar desarrollando la doctrina CAS, y proveer las aeronaves y misiones necesarias para apoyar a los otros servicios en los ámbitos conjuntos.
Como los otros servicios, la Fuerza Aérea está redefiniendo sus funciones en la era posterior a la guerra fría, parte de lo cual está contenido en un reciente Libro Blanco que identifica a cinco principios como los pilares de la futura Fuerza Aérea y su estrategia: mantenimiento de la disuasión, provisión de una fuerza de combate versátil, proporción de una rápida movilidad global, control del aire, y contribución a la influencia de los Estados Unidos.47Sin embargo, sorprendentemente ese documento no menciona el CAS.
Más, el Gral. Merrill A. McPeak, jefe de Estado Mayor de la Fuerza Aérea, ha realizado una propuesta de fuerza expedicionaria de la USAF consistente en un ala compuesta, incrementada con fuerzas de superficie del Ejército rápidamente desplegables, preparadas para el empleo en guerras limitadas.48 Si bien la Fuerza Aérea está desarrollando estructuras y equipos para instrumentar la futura estrategia que apoye la defensa aérea, interdicción, y el bombardeo estratégico, parece estar ignorando a los recursos para el CAS.
Simultáneamente, la Fuerza Aérea continúa financiando, desarrollando y comprando los controvertidos bombarderos B-1 y B-2 para remplazar a los B-52 en las misiones de bombardeo estratégico, y planea remplazar los F-15 con el F-22 en las misiones de defensa aérea, modernizar los F-15E y los F-16C/D para las misiones aéreas de interdicción, y remplazar el A-10 con el F/A-16 para las misiones CAS. Para obtener el F/A16, la Fuerza Aérea modificará 200 de los F-16 producidos últimamente, equipándolos con un sistema de navegación a baja altura y puntería nocturna por IR (LowAltitude Navigation and Targeting Infrared for Night - LANTIRN) mediante la incorporación de un contenedor de cañón de 30 mm; un moduladordesmodulador mejorado de datos (Improved Data Modem - IDM) integrado con el sistema de radar de ataque de objetivos y vigilancia conjunta (Joint Surveillance Target Attack Radar System - JSTARS); una radio VHF resistente a las perturbaciones, compatible con el sistema de radio terrestre y de a bordo de canal único (Single Channel Ground and Airborne Radio System - SINCGARS) para coordinar con las fuerzas de superficie; anteojos de visión nocturna; sistema digital de seguimiento del terreno; y un señalador láser para usar con designadores de igual tipo.49
Los A-10 que son entregados a las unidades de la Reserva o colocados en depósito, serán remplazados con F16 hasta que los F/A-16 entren en servicio.
Aunque esas modificaciones a los F-16 mejorarán sus aptitudes para llevar armamento para el fuego cercano, los F/A-16 no se ajustan a los criterios CAS de la Fuerza Aérea citados previamente. Específicamente, carecen de mecanismos de defensa y supervivencia, necesarios para que el piloto y el aparato operen eficazmente a baja altura y realicen un CAS preciso, especialmente con el cañón de 30 mm. El sistema eléctrico de mando del F-16 y su motor único no le otorgan la indispensable sobrevivencia y redundancia para absorber el daño en combate y continuar volando. El hecho de que sea un aparato de alta velocidad, restringe la aptitud del piloto para identificar visualmente y atacar los objetivos en la superficie - especialmente en proximidades de fuerzas amigas - sin la presencia de FACs aerotrasportados o de controladores en el suelo.50 Esta deficiencia podría ser especialmente crítica en Bosnia, donde los pilotos podrían tener que identificar visualmente a sus blancos en las rugosas montañas, sin la asistencia de los FACs y/o controladores terrestres.51
En vista de estos hechos, la Fuerza Aérea tendría que iniciar inmediatamente el diseño de una nueva aeronave CAS que continuase al A-10, y podría extender la vida útil de esos aparatos remanentes con un programa de modernización del producto. Es más sensato mejorar un modelo CAS prexistente que modificar o adaptar otra célula prevista para otro rol. Por ejemplo, el agregado de un módulo para seguridad a baja altura y perfección de la puntería (LowAltitude Safety and Target Enhancement - LASTE) a los A-10 remanentes, mejorará la entrega del armamento a bajas cotas.52 Otras modernizaciones incluirán la protección contra misiles guiados por IR y radar, el perfeccionamiento de la puntería airetierra con el LANTIRN integrado para operaciones diurnas y nocturnas, y la incorporación de IDM para posibilitar la recepción de datos desde los JSTARS. Finalmente, los A-10 también recibirán sistemas de navegación avanzados, tales como el sistema integral global de posiciones (Global Positioning System - GPS); anteojos de visión nocturna para incrementar las capacidades todo tiempo y todo terreno; y equipamiento de comunicaciones airesuperficie como el SINCGARS, que es compatible con los requerimiento de radio del Ejército y de la Fuerza Aérea. Estas modificaciones mejorarían las actuaciones ya demostradas del A-10 hasta que la próxima generación de aeronaves CAS entre en operaciones.
Conclusión
El Mariscal de Campo Erwin Rommel escribió que él "nunca había visto, en principio, fuerzas tan ineptas en el combate como las americanas - o alguien que hubiera aprendido las duras lecciones más rápidamente, una vez que las fichas fueron cambiadas."53 Nosotros hemos tenido que reaprender las lecciones del CAS después de cada conflicto importante, a partir de la II Guerra Mundial hasta la Guerra del Golfo de 1991, y nuestras fuerzas de superficie y aéreas han pagado el precio con sangre, sudor y lágrimas. Puesto que continuaremos necesitando CAS, debemos comenzar a revitalizar nuestras capacidades para prevenir las deficiencias y pérdidas en los futuros campos de batalla. Aunque el sistema de educación militar profesional actual de la Fuerza Aérea incluye el CAS para el Ejército y otras fuerzas de superficie, y el Centro de Armamentos de Caza de la Base Aérea Nellis, Nevada, entrena a los pilotos para atacar a objetivos en el suelo, la doctrina de la Fuerza Aérea y el apoyo de los aviones CAS todavía están atrasados respecto de los requerimientos de las misiones conjuntas.
Estas deficiencias deberían ser rectificadas porque el creciente compromiso de los EE.UU. en los conflictos limitados motivarán el correspondiente incremento en la demanda de CAS. La Fuerza Aérea fue capaz de satisfacer estos requerimientos en la Guerra del Golfo, solamente porque la reducción de las fuerzas recién se iniciaba. Podríamos no tener tanta suerte en el próximo conflicto. ž
2. Carl H. Builder, The Mask of War: American Military Styles in Strategy and Analysis (Baltimore: John Hopkins University Press, 1989), 131.
3. Joint Publication 102, Department of Defense Dictionary of Military and Associated Terms, 1º de diciembre 1989, 70.
4. Cnel. Dennis M. Drew y Dr. Donald M. Snow, Making Strategy: An Introduction to National Security Processes and Problems (Base Aérea Mazwell, Ala.: Air University Press, agosto 1988), 153.
5. Michael A. Palmer, "The Storm in the Air: One Plan, Two Air Wars?", Air Power History, 39, Nº 4 (Invierno 1992), 26.
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7. Cnel. John A. Warden III, The Air Campaign: Planning for Combat (Washington D.C.: PergamonBrassey's, 1989), 95.
8. Ronald R. Fogelman, "The Development of Ground Attack Aviation in the United States Army Air Arm: Evolution of a Doctrine, 1908-1926" (Tesis, Duke University, 1971), 90.
9. Lee Kennett, "Developments to 1939," en Benjamin F. Cooling, ed., Case Studies in the Development of Close Air Support (Washington D.C.: Office of the Air Force History, 1990), 59.
10. Introducción general al volumen uno de The US Strategic Bombing Survey: Selected Reports in Ten Volumes (Nueva York: Garland Publishing, 1976), vii-xxix, resume - hasta 1975 - las principales controversias prevalecientes sobre la efectividad del bombardeo estratégico, incluyendo (1) la moral en el área de bombardeo del Royal Air Force Bomber Command y su efecto sobre la población civil, (2) la efectividad y exactitud de la campaña americana de bombardeo de precisión, (3) la derivación de la campaña americana del bombardeo de precisión hacia el bombardeo de área, a medida que progresaba la guerra, (4) la decisión de emplear la bomba atómica y su consiguiente impacto, y (5) la cuestión de si los recursos destinados al poder aéreo podrían haber sido mejor usados en otra parte, si la guerra no pudiera haber sido ganada solamente por el poder aéreo.
11. Bernard Brodie, Strategy in the Middle Age (Princeton, N.J.: Princeton University Press, 1959), 107.
12. Frederick H. Hartman, The Relations of Nations, 6ª ed. (New York: MacMillan Publishing Co., Inc., 1983), 168-69.
13. John J. Sbrega, Southeast Asia, en Cooling, 411.
14. Ib.
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17. David MacIsaac, "Voices from the Central Blue: Air Power Theorists", en Peter Paret, ed., Makers of Modern Strategy: From Machiavelli to the Nuclear Age (Princeton, N.J.: Princeton University Press, 1986), 643.
18. Los problemas de la estrategia en la Guerra de Corea son discutidos en T.R. Fehrenbach, This Kind of War: A Study in Unpreparedness (Nueva York, Bantam Books, 1991), 636-38; y Samuel P. Huntington, The Soldier and the State: The Theory and Politics of CivilMilitary Relations (Cambridge, Mass.: Belknap Press of Harvard University Press, 1957), 387-91. Harry G. Summers, Jr., analiza el desacuerdo de la estrategia durante la Guerra de Vietnam en On Strategy: A Critical Analysis of the Vietnam War (Nueva York: Dell Publishing, 1982), 21-23; y On Strategy II: A Critical Analysis of the Gulf War (Nueva York: Dell Publishing, 1992), 118-21.
19. F.M. Sallagar, "Operation 'Strangle' (Italy, Spring 1944): A Case Study of Tactical Air Interdiction," en Air Command and Staff College Seminar/Lesson Book, vol. 4 (Base Aérea Maxwell, Ala.: Air University, 1993), 18-48. Un caso clásico de interdicción aérea en la II Guerra Mundial fue la Operación Strangle en la campaña de Italia. A pesar de operar prácticamente en un terreno ideal, el esfuerzo aéreo no se adecuó al objetivo de paralizar el flujo de abastecimientos alemanes. Hallion advierte que el esfuerzo aéreo en Corea tampoco satisfizo el objetivo de parar el flujo hacia el sur de las fuerzas y equipos chinos y coreanos que enfrentaban a las fuerzas de la ONU (página 16). Más aún, Stanley Karnov en Vietnam: A History (Nueva York: Penguin Books, 1991), 469, señala que la Fuerza Aérea fue incapaz de anular la corriente de mano de obra, material y abstecimientos que se movían hacia el sur a lo largo del sendero de Ho Chi Minh, a pesar de las numerosas operaciones que tenían específicamente ese propósito.
20. Summers, On Strategy II, 105.
21. Robert F. Futrell, The United States Air Force in Korea, 1950-1953, rev. ed. (Washington D.C.: Office of Air Force History, 1983), 67-70.
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41. Christopher Bowie, et. al., The New Calculus: Analyzing Airpower's Changing Role in Joint Theater Campaign (Santa Mónica, Calif.: Rand Corporation, 1993), 5-7, 17.
42. James A. Winnefeld y Dana J. Johnson, Joint Air Operations: Pursuit of Unity in Command and Control, 1942-1991 (Annapolis, Md.: Naval Institute Press, 1993), 119-21.
43. Rick Atkinson, Crusade: The Untold Story of the Persian Gulf War (Boston: Houghton Mifflin Co., 1993), 219, 338. Las mismas deficiencias en la asignación de CAS se produce en las salidas adjudicadas en apoyo de la campaña terrestre del Ejército. Solamente un tercio de más de 3.000 blancos CAS individualizados por el Ejército fueron atacados por las salidas adjudicadas por el JFACC (página 222).
44. Memorando, Gral. Carl E. Vuono y Gral. Larry D. Welch, al Gral. Colin L. Powell, presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor, tema: Apoyo Aéreo Cercano, 11 de setiembre 1989.
45. Richard P. Hallion, Battlefield Air Support: A Time for Retrospective Assessment (Base Aérea Andrew, Md.: cuartel general del Air Force Systems Command/SDP, 17 de febrero 1989), 37.
46. Garrett, 41-42.
47. Global ReachGlobal Power: The Evolving Air Force Contribution to National Security (Washington D.C.: Department of the Air Force, diciembre 1992), 3.
48. George C. Wilson, "Air Force Wants 82d Airborne Under its Wing," Army Times, 21 de diciembre 1992, 23.
49. John Boatman, "ACC: StandOff Fights Will Mean Less CAS," International Defense Review, 25, Nº 11 (noviembre 1992), 1081.
50. "Wings in the Gulf: The F16 Falcon," en la serie de televisión "Wings", 19 de enero 1993.
51. "'Deny Flight'Forces Posed for Bosnian Strikes," Jane's Defense Weekly, 20, Nº 7 (14 de agosto 1993), 19.
52. Smallwood, 209.
53. Erwin Rommel, The Rommel Papers, ed. B.H. Liddell Hart, 15ª ed. (Nueva York: Decapo Press, 1953), 521
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Aristóteles escribió "casi todas las cosas han sido encontradas, pero algunas han sido olvidadas,1 un adagio repetidamente demostrado en la profesión de las armas, donde las lecciones pagadas con sangre han sido olvidadas o ignoradas en tiempos de paz, solamente para ser redescubiertas y nuevamente reiteradas de igual modo en la siguiente batalla. Por ejemplo, la doctrina y armas para el apoyo aéreo cercano (Close Air Support - CAS) languidecen entre conflictos, únicamente para ser revividas en la próxima guerra. Este hecho es resultado de la falta de adhesión de la Fuerza Aérea respecto al concepto CAS y su consiguiente carencia de voluntad para proporcionar aviones de ese tipo y los apoyos necesarios. Carl H. Builder expresa que el "apoyo aéreo cercano ha sido la misión más descuidada de la Fuerza Aérea.2
La Joint Publication 1-02, Department of Defense Dictionary of Military and Associated Terms, define el CAS como "la operación aérea contra objetivos hostiles que están en proximidades de las fuerzas amigas y que requiere la detallada integración de cada salida aérea con el fuego y la maniobra de dichas fuerzas".3 El empleo del CAS ha sido el motivo de serios debates entre fuerzas terrestres y aéreas desde la introducción del avión como arma de guerra. Las fuerzas terrestres desean más CAS en apoyo de sus operaciones, mientras que la fuerza aérea se concentra en otras misiones como la defensa aérea, interdicción aérea, y bombardeo estratégico, que interesan a la campaña del teatro. Más allá de las distintas prioridades asignadas al CAS por el Ejército y la Fuerza Aérea, el hecho es que los Estados Unidos han necesitado CAS en pasados conflictos y continuarán demandándolo en el futuro.
Enfoque doctrinario sobre el ataque estratégico
Desde el comienzo de la aviación, los partidarios del poder aéreo procuraron identificar a la Fuerza Aérea como un servicio separado, con un rol exclusivo en el ámbito militar. Guiados por los primeros teóricos del poder aéreo, tales como Giulio Douhet, el Mariscal del Aire Hugh M. Trenchard, y el General William ("Billy") Mitchell, apuntaron hacia las capacidades estratégicas del poder aéreo que permitirían llevar la destrucción hacia las capitales políticas, centros de trasporte, e industrias. Raramente capaces de atacar tales centros de gravedad, las fuerzas terrestres y navales enfocan los centros de gravedad tácticos y operacionales. Pero los abogados del poder aéreo creen que - después de alcanzar la superioridad aérea - las fuerzas del aire deberían llevar adelante ataques estratégicos para destruir la infraestructura industrial del enemigo y de esa manera eliminar su aptitud para sostener la guerra.4
Por ese motivo, la dirigencia de la naciente aviación militar de los EE.UU. abrazó la doctrina del bombardeo estratégico como su razón de ser, hasta casi excluir a las otras misiones del poder aéreo.5 Específicamente, la Fuerza Aérea "ha definido, ensayado y probado una doctrina donde relega el CAS a una tarea estrictamente secundaria de sus unidades de combate"6 y "hasta que la superioridad aérea es conquistada, cualquier esfuerzo que no contribuya a ese fin es una desviación y únicamente debería ser adoptado en situaciones de emergencia."7 Aunque la Fuerza Aérea no descarta totalmente su apoyo a las operaciones terrestres, prefiere recurrir a la interdicción aérea antes que al CAS.
Las primeras escuelas del servicio aéreo, tales como la Escuela Táctica del Cuerpo de Aviadores en el Aeródromo de Maxwell, Alabama, fueron establecidas para estudiar y desarrollar doctrina, tácticas, y aeronaves para las misiones aeroterrestres. En lugar de eso, los dirigentes de esos institutos volvieron su atención al desarrollo del bombardeo estratégico.8 En los años 30, los EE.UU. eran el único país que había organizado una unidad aérea - el 3er Grupo de Ataque - destinado a apoyar las fuerzas de superficie y de esa forma podrían haber desarrollado las operaciones aeroterrestres. Pero la concentración en el bombardeo estratégico dejó al Cuerpo de Aviadores del Ejército mal preparado en vísperas de la II Guerra Mundial para realizar operaciones aeroterrestres.9
Esa guerra sirvió como un campo de prueba para el bombardeo estratégico, que lesionó duramente los esfuerzos de guerra del Eje. Algunos análisis de posguerra, sin embargo, discutieron la eficacia de esta doctrina:10
El poder aéreo tuvo una poderosa ratificación en la II Guerra Mundial. Pero más bien fue la concepción de Mitchell sobre ese tema - cualquier cosa que vuele - la que fue justificada, antes que la Douhet (el bombardeo estratégico). El éxito más espectacular se verificó en los empleos tácticos y allá los medios aéreos ganaron el incondicional respeto y admiración de los antiguos servicios. Por el contrario, los éxitos puramente estratégicos, aunque lejos de ser logrados en algunas circunstancias, no fueron nunca totalmente convincentes para algunos observadores imparciales.11Todavía los entusiastas del poder aéreo señalan el lanzamiento de la bomba atómica sobre Hiroshima y Nagasaki como una prueba del rol del poder aéreo en tanto que elemento decisivo en el campo de batalla. Pero este punto de vista desconoce la contribución de la aviación de la Armada basada en portaaviones y - aún más importante - el rol de las fuerzas submarinas en el estrangulamiento económico de Japón en el teatro del Pacífico.12 Como un elemento subordinado del Ejército, las Fuerzas Aéreas del Ejército (Army Air Forces - AAF) también hicieron una contribución importante a las operaciones de superficie en todos los teatros, mediante campañas CAS y de interdicción. No obstante, los comandantes de las alas de B-17 y B-24, y de los escuadrones de P-47 y P-51 continuamente reñían con los comandantes de tierra sobre la desviación de sus recursos del esfuerzo estratégico. Estos jefes - del mismo modo que sus contrapartes actuales - pasaban por alto la necesidad de combinar el poder terrestre, naval y aéreo para triunfar en el campo de batalla moderno.
La era posterior a la II Guerra Mundial marcó la ascendencia del Strategic Air Command (Strategic Air Command - SAC) y de los bombarderos nucleares estratégicos en la doctrina de la Fuerza Aérea. La estrategia del bombardeo estratégico encaró una guerra total con las fuerzas del Comunismo y requirió ataques a los centros de gravedad estratégicos del enemigo. Los EE.UU. vieron la posibilidad de contener la amenaza enemiga mediante la disuasión nuclear, y cada servicio compitió para obtener fondos, demostrando su capacidad para lanzar armamento nuclear. Puesto que el bombardeo estratégico ya había sido probado en este aspecto, el SAC pudo dominar las decisiones en relación con el desarrollo, despliegue y uso de los medios de la Fuerza Aérea desde los años 50 hasta principios de los 80.13
Virtualmente ignorando su rol táctico en apoyo de las fuerzas terrestres, la Fuerza Aérea propuso una fuerza de bombardeo estratégico de 70 alas para satisfacer las necesidades de la seguridad nacional, aunque también impulsó el desarrollo de un caza de reacción supersónico para realizar misiones de defensa aérea, escoltar a los bombarderos hasta sus objetivos, y proteger a los EE.UU. de los bombarderos soviéticos. Rápidamente fueron desarrollados bombarderos y aviones de caza más grandes, mejores, y más veloces, capaces de llevar cargas más pesadas. Más todavía, los aparatos del Comando Aéreo Táctico (Tactical Air Command - TAC) fueron diseñados para lanzar armas nucleares tácticas, y todas las fuerzas aéreas tácticas del teatro intentaron convertirse en "pequeños SACs, con una misión primaria y prácticamente única de índole nuclear".14 Consecuentemente, la Fuerza Aérea puso en naftalina a sus medios de apoyo terrestre o los dejó que se hicieran obsoletos, puesto que la doctrina del poder aéreo no anticipaba rol alguno para el poder aéreo táctico.15 Aunque la disuasión se encargó de prevenir la guerra nuclear global, el énfasis sobre el lanzamiento nuclear lesionó la aptitud de la Fuerza Aérea para hacer un empleo efectivo del poder aéreo táctico en las guerras limitadas.
Perspectiva histórica sobre el CAS Doctrina y ejecución
El involucramiento de los EE.UU. en un teatro de operaciones se mantuvo como una posibilidad a todo lo largo de la guerra fría, pero en realidad, en esa época, solamente combatió en guerras limitadas. Desafor tunadamente, la comunidad del poder aéreo ha olvidado las lecciones sobre CAS e interdicción aérea del campo de batalla (Battlefield Air Interdiction - BAI), aprendidas por la 9ª Fuerza Aérea en el teatro de operaciones europeo, y por 5ª Fuerza Aérea en el teatro de operaciones del Pacífico. Más todavía, no hicieron ningún esfuerzo para preservar las lecciones aprendidas, entrenarse para futuras aplicaciones, o conservar los aviones apropiados para el CAS.16
El Gral. O.P. Weyland, comandante de las (Far East Air Forces - FEAF) comentaba que "lo que se recordaba de la II Guerra Mundial no estaba escrito, y si lo estaba, no había sido difundido, o si lo estaba, no había sido leído o comprendido."17
Desde la Guerra de Corea hasta la Guerra del Golfo de 1991, el SAC raramente empleó sus bombarderos estratégicos según su diseño. Eso es, los B-29 y, más tarde, los B-52 dejaron caer bombas convencionales de alto poder explosivo durante misiones CAS y BAI en Corea, Vietnam, y el Suroeste de Asia. En realidad, en Corea y en Vietnam, el bombardeo estratégico de las infraestructuras políticas, militares y económicas que no influían sobre el sostén tradicional de la guerra, tuvieron un efecto mínimo en el resultado de las campañas. Solamente en el dominio táctico los EE.UU. alcanzaron algún éxito.18
Tales situaciones demandaban el empleo de CAS y BAI en apoyo de las fuerzas terrestres. Aunque la Fuerza Aérea prefería recurrir a la interdicción aérea para destruir muchos equipos en su ruta hacia el frente, antes que hacerlo uno por uno en el frente mismo, nunca fue capaz de interdictar decisivamente el movimiento de las fuerzas terrestres y los abastecimientos del enemigo en la vanguardia.19 Sin embargo, el CAS fue habitualmente exitoso, preservando a las fuerzas terrestres americanas, y eso significó la diferencia entre la derrota y la victoria en muchos encuentros.20
Corea proporcionó el primer ejemplo de una guerra limitada para la vacilante Fuerza Aérea. Inicialmente, los recursos de la FEAF incluían solamente el F-80 Shooting Star y el F-86 Sabre, ambos diseñados para el combate aireaire. Desafortunadamente, estos avanzados aviones reactores carecían de estaciones apropiadas para llevar municiones de apoyo terrestre, tales como cohetes, bombas y napalm, y eran incapaces de operar desde las pistas escasamente preparadas de Corea. El hecho que tuvieran que estar estacionados en Japón, limitaba su tiempo de sobrevuelo sobre el objetivo y el apoyo durante los requerimientos inmediatos, que normalmente eran los más críticos para las fuerzas de superficie.
Por ejemplo, el F-84 Thunderjet - preparado para las operaciones airetierra pero aún fuera del inventario de la Fuerza Aérea - no podía operar desde las bases coreanas. Consecuentemente, la Fuerza Aérea tuvo que desempolvar los cazas F-51 Mustang guardados en los depósitos, porque eran los únicos aparatos aptos para operar en el teatro de operaciones de Corea.21 En los críticos días del perímetro de Pusan, estos caballos de batalla de la II Guerra Mundial - y, más tarde, los A-1E Skyraiders - proveyeron el desesperadamente solicitado CAS para las fuerzas terrestres de las Naciones Unidas (ONU).22 Complementariamente, la Fuerza Aérea derivó B-29 Superfortalezas de sus misiones de bombardeo estratégico sobre Corea del Norte para cumplir CAS y BAI durante la acción de Pusan, la invasión de Inchon, y la retirada después de la intervención china.
Hacia la conclusión de las hostilidades, la Fuerza Aérea había reaprendido las lecciones de la II Guerra Mundial y había empleado su conocimiento para mejorar su apoyo a las operaciones terrestres. No obstante, del mismo modo que después de la II Guerra Mundial, las lecciones de Corea fueron dejadas a un lado y olvidadas, un hecho que se reflejó en el comentario del Secretario de la Fuerza Aérea Thomas K. Finletter, que expresó "la guerra de Corea fue un caso único, una distorsión que nunca se repetirá en el verdadero rumbo del poder aéreo estratégico.23
Veinte años más tarde, "cuando comenzó la guerra de Vietnam, simplemente tuvimos que reaprender lo básico, y pagamos un precio terrible para hacerlo.24 Una vez más, la Fuerza Aérea tuvo que usar las aeronaves en depósito, esta vez pidiéndole A-1E Skyraiders a la Armada y modificando los planes de entrenamiento como el de los T-37, para proporcionar CAS, ya que los F-105 Thunderchiefs y F-4 Phantom no satisfacían esos requerimientos. La aptitud de los Skyraiders para absorber daños, llevar armamento, y sobrevolar el campo de combate los hizo invalorables en encuentros importantes tales como el Tet, Hue, y Khe Sanh, y en centenares de choques menores, permitiéndole a las fuerzas terrestres americanas mantenerse firmes contra cantidades superiores de norvietnamitas y Vietcong. La Fuerza Aérea también perfeccionó sus capacidades CAS convirtiendo a los trasportes C-47, C-119 y C-130 en aeronaves de apoyo terrestre. Finalmente, como lo había hecho en Corea, la Fuerza Aérea distrajo sus bombarderos estratégicos, usando los B-52 en el mucho más necesario apoyo terrestre, que salvó las vidas de centenares de soldados de superficie e infligió numerosas bajas a los norvietnamitas.25
Después de Vietnam, el Congreso y el Departamento de Defensa se impusieron sobre la Fuerza Aérea para revaluar su misión CAS a la luz de la amenaza soviética a los intereses mundiales de los EE.UU. Respondiendo especialmente a la necesidad de equilibrar las numerosas ventajas en materia de personal y equipamiento que los soviéticos podrían tener durante una invasión a Europa occidental, la Fuerza Aérea puso en servicio el A-10 Thunderbolt, el primer modelo diseñado exclusivamente para CAS.26
Desde noviembre de 1983 hasta mayo de 1984, el Ejército y la Fuerza Aérea desarrollaron 31 iniciativas orientadas a mejorar la interoperabilidad aeroterrestre. Este trabajo sirvió como base para otro posterior desarrollado en 1986, como la doctrina para la batalla aeroterrestre del Ejército, la cual subrayó el empleo del poder aéreo en apoyo de la campaña terrestre.27 El trabajo continuó a lo largo de los 80 para perfeccionar las capacidades de ambos servicios, para combatir conjuntamente en el campo de batalla moderno. Pero, con la caída del Muro de Berlín en 1989 y la subsecuente desintegración de la Unión Soviética, esa amenaza presumible mente desapareció, y los EE.UU. comenzaron a disminuir sus fuerzas militares. Entre las primeras contribuciones de la Fuerza Aérea a esta reducción estaba el proyectado almacenamiento de toda su flota de A-10s.28
En 1991, la Fuerza Aérea despachó velozmente los A-10 que permanecían en el inventario activo de vuelo en el Sudoeste de Asia, como parte de la preparación de Tormenta del Desierto, a requerimiento del Gral. H. Norman Schwarzkopf, comandante en jefe del Comando Central de los Estados Unidos (CINCCENT).29 Apenas un año después de trascurrida la Guerra del Golfo, la Fuerza Aérea podría haber tenido que convocar a la mayoría de esos aparatos guardados en depósitos, como en guerras pasadas. Los A-10 estaban disponibles cuando Saddam Hussein cometía enormes errores, en oportunidad y en la interpretación de la determinación de los EE.UU. y del mundo para condenar y contrarrestar sus actitudes.
Efectivos contra los tanques iraquíes y otros vehículos terrestres, estos aparatos excedieron las expectativas tanto de la Fuerza Aérea como de sus diseñadores.30 Adicionalmente, la flexibilidad y rusticidad de los A-10 les posibilitó cumplir una amplia gama de tareas para las cuales no habían sido previstos - tales como la supresión de defensas aéreas enemigas, reconocimiento armado, y escolta para búsqueda y salvamento.31
Aunque representaban menos del 10% de los medios aéreos de la coalición, los A-10 fueron responsables por alrededor del 70% de la destrucción de vehículos blindados realizada por esas fuerzas aéreas.32 Durante la última parte de la guerra en la superficie, el Tte. Gral. Charles A. Horner, comandante del componente aéreo conjunto (Joint Air Force Component Commander - JFACC), declaró espontáneamente "Retiro todas las malas cosas que expresé sobre los A-10. ¡Los amo! Ellos salvaron nuestro trasero."33 Más aún, un oficial iraquí capturado informó que "el avión individualmente más reconocido y temido a baja altura era el A-10. Aunque los ataques con bombas eran terroríficos, el sobrevuelo de los aparatos sobre la zona de los blancos provocaban tanta, sino más, ansiedad desde el momento que los soldados iraquíes no estaban seguros de ser los objetivos elegidos."34
Otra fuente dijo que los A-10 destruyeron más del 50% de todos los tanques enemigos, más del 50% de todas las piezas de artillería de campaña, y el 31% de todos los trasportes blindados de personal. Más interesante todavía, registraron más victorias en combates aireaire que los polivalentes F-16 Fighting Falcon.35 Claramente, los A-10 fueron decisivos multiplicadores de capacidades para el combate y constituyeron un instrumento para minimizar las pérdidas de los EE.UU. en la superficie durante la campaña terrestre para liberar a Kuwait. Y, una vez más, la Fuerza Aérea empleó a los B-52 en las tareas BAI, bombardeando tanto las posiciones de la Guardia Republicana como las concentraciones de tropas y equipos.36
El diseño de los aviones CAS
La mayoría de las aeronaves CAS fueron originalmente diseñadas para operaciones antiaéreas o de interdicción, pero a continuación fueron improvisadas, modificadas, o adaptadas para operaciones CAS en épocas de guerra. Esta tendencia comenzó con el P-51 y el P-47 en la II Guerra Mundial y Corea, y con el A1E y el A-37 en Vietnam; continúa actualmente con la conversión planeada del F-16 en F/A-16.
Cuál es un avión CAS ideal? Un estudio de la Fuerza Aérea llevado a cabo en los 60, concluyó que podría tener las siguientes capacidades:
1. Aptitud para operar desde aeródromos cortos y primitivos.Puesto que los pilotos de los aviones CAS tienen que detectar visualmente al blanco antes de atacarlo para minimizar el riesgo de cometer fratricidios, la velocidad de vuelo no es un requisito prioritario. Durante la Guerra de Corea, el general del Ejército Mark Clark pasó varios meses en las unidades de combate del Ejército y la Fuerza Aérea para estudiar los requerimientos CAS. Descubrió que tanto los aparatos de reacción como los impulsados por hélices eran igualmente capaces de llevar a cabo un CAS efectivo, presuponiendo que el reactor pudiera maniobrar lo suficientemente bajo y lento como para identificar claramente los objetivos y lanzar con precisión el armamento.38 Aunque el terreno abierto del Sudoeste de Asia facilitaba la observación de los pilotos, los futuros campos de batalla podrían no ser tan favorables. Superficies más ásperas y con mayor vegetación, como las de Bosnia, requieren controladores aéreos adelantados (Forward Air Controller - FAC) en cada zona de posible confrontación, u observadores terrestres con cada elemento de maniobra que puede necesitar CAS.
2. Confiable y fácil de mantener en el terreno, en condiciones de combate.
3. Capaz de trasportar una gran cantidad de armamento y específicamente, de destruir tanques y otros blindados.
4. Suficiente alcance para sobrevolar la zona de operaciones "a requerimiento", y cuando sea necesitado para CAS, contar con suficiente autonomía para hallar el objetivo, identificarlo y confirmar de que es realmente enemigo y no amigo, y luego destruirlo.
5. Debe volar por lo menos a 350 nudos, pero debe ser lo suficientemente maniobrable como para girar sobre el lugar del combate de modo que el piloto no pierda de vista al blanco cuando la visibilidad es reducida.
6. Aptitud para la supervivencia; debería ser capaz de absorber el fuego desde tierra y aun retornar a su base con el piloto a salvo.
7. Debería ser un aparato de bajo precio en comparación con los valores de los cazas reactores supersónicos, y otros costos excedentes...no existieron para estar disponibles.37
Los aparatos CAS también tienen que ser fuertes para proteger a los pilotos y a los sistemas propios, de las amenazas existentes en las alturas bajas. Vietnam, Afganistán, y el Oriente Medio demostraron la letalidad del fuego de superficie - tanto de las armas de pequeño calibre como de la artillería antiaérea - mientras que en las guerras árabeisraelíes se manifestó el peligro presentado por los avanzados misiles superficieaire (SurfacetoAir Missiles - SAMs) que usaban guiado infrarrojo ( Infrared - IR) y radar. Específicamente, el advenimiento de los SAMs IR portátiles, tales como los soviéticos SA-7 y SA-14, y los americanos Redeye y Stinger, ha incrementado la amenaza a los aparatos CAS que vuelan bajo.
Alguna vez considerado el purgatorio de los pilotos de combate, el destino en los escuadrones de A-10 se hizo más atractivo después que aquéllos empezaron a apreciar mejor el rol de sus aviones y sus capacidades. La habilidad del A-10 para volar bajo y lento permitió que los pilotos sobrevolaran la zona de los objetivos por largos lapsos y descubrieran visualmente los blancos, aumentando así las posibilidades de atacarlos. Al volar bajo también se reducía la aptitud del enemigo para seguir e interceptar a los A-10 con SAMs guiados por radar, y sus dos motores, aunque le otorgaban una duplicación, le ofrecían a los SAMs un rastro IR mínimo. Más aún, la maniobrabilidad de los A-10 les permitió evitar las concentraciones de fuego de superficie e interrumpir la detección de los misiles. Aun en el caso de que todas esas medidas defensivas fallaran, el diseño estilo "bañera" en titanio de los A-10 protegía a los pilotos, y los diversos sistemas operativos redundantes permitían la continuidad del vuelo. Así podían absorber una tremenda cantidad de daños en combate mientras completaban sus tareas y volvían a sus bases.
En la Guerra del Golfo, quince A-10 recibieron múltiples impactos de una variedad de pequeñas - y grandes - armas de superficie y de SAMs portátiles que podrían haber derribado a otros aparatos modernos.39 Más aún, la circunstancia de que el A-10 fuera el único avión capaz de operar desde las precarias pistas adelantadas, tales como Al Jouf, Arabia Saudí, significó que podía responder rápidamente a las demandas de apoyo de las fuerzas terrestres, cazar a los elusivos lanzadores móviles de Scud, y optimizar el período de sobrevuelo en la zona de operaciones.40
El futuro del CAS
A pesar de las lecciones del pasado, la Fuerza Aérea continúa disminuyendo sus medios CAS. Pero el número de conflictos limitados ha aumentado en la era posterior a la guerra fría, en la medida que grupos nacionales o étnicos buscan mejores posiciones para ejercer el dominio regional en el nuevo ámbito estratégico multipolar, y la tendencia corriente es hacia un continuo énfasis del poder aéreo táctico operando en su rol airetierra "tradicional".41 A medida que los EE.UU. incrementan su participación en la imposición de la paz y en las operaciones de conservación de la paz, las necesidades de aeronaves y misiones CAS continuará aumentando porque las normas de la confrontación o las restricciones políticas le impedirán que apliquen plenamente su poder aéreo.
Aunque los EE.UU. han sido renuentes a comprometer masivamente a sus fuerzas terrestres en operaciones de mantenimiento de la paz, reiteradamente ha expresado su voluntad para facilitar su poder aéreo en apoyo de las operaciones de las ONU. En esos conflictos limitados, necesitaremos poder aéreo táctico para atacar los objetivos en las cercanías de las fuerzas terrestres en contacto, sea que pertenezcan a los EE.UU. o a otras naciones que operen como parte de la coalición. Así, la Fuerza Aérea puede mantener y mejorar su capacidad para proveer CAS en tales conflictos, cuando los EE.UU. tengan que proyectar efectivamente la fuerza en apoyo de los intereses de su seguridad nacional.
El Marine Corps solucionó su "problema" ante la falta de medios CAS específicos de la Armada, con la integración de aviones AV-8B Harrier, A-6B Intruder, y F/A-18 Hornet en operaciones CAS, y salidas de interdicción, como un elemento de su Marine Air/Ground Task Force - MAGTF. Aunque en materia de planeamiento y ejecución de ataques de interdicción, el JFACC técnicamente controla a los aviones de ala fija del Marine Corps, el comandante del MAGTF puede controlar a los medios de ala fija de ese cuerpo que apoyan el plan de campaña terrestre con ataques CAS. Por ejemplo, durante la Operación Tormenta del Desierto, el comandante de las fuerzas del Marine Corps, Central Command - MARCENT pasó a todos los A-6B y la mitad de los F/A-18 al JFACC para la ejecución de la campaña aérea de interdicción, pero retuvo el control operacional de los F/A-18 remanentes y a todos los AV8B para proporcionar CAS a las fuerzas del Marine Corps.42
Durante la campaña aérea de interdicción, el JFACC concentró a los medios aéreos en la campaña estratégica en concordancia con la doctrina de la Fuerza Aérea y facilitaba recursos mínimos para CAS (e interdicción) solamente cuando era presionado por el CINCCENT. Hacia la tercera semana de febrero 1991, el régimen de salidas CAS facilitadas por el JFACC no se ajustaba apropiadamente a los requerimientos de aviones de ala fija del comandante MARCENT para esa tarea, por lo que éste virtualmente retiró todos los aparatos de esta clase del control del JFACC para emplearlos en los ataques CAS.43
Pero un arreglo de este tenor no prosperará en el Ejército porque carece de aparatos de ala fija y debe solicitar a la Fuerza Aérea los medios para atender sus necesidades CAS. Los helicópteros del Ejército, por sí solos, no pueden satisfacer los requerimientos de misiones CAS porque no poseen el alcance y la capacidad portante de armamento que tienen los aviones de ala fija de la Fuerza Aérea. El Gral. Carl E. Vuono y el Gral. Larry D. Welch, anteriores jefes de Estado Mayor del Ejército y la Fuerza Aérea, respectivamente, notaron que
el Ejército y la Fuerza Aérea no prevén a los helicópteros de ataque como sistemas de armas CAS. Las unidades de helicópteros de ataque no poseen la velocidad, letalidad y flexibilidad para permitir al comandante del teatro masificar, concentrar, o cambiar el apoyo aéreo intrateatro, que es una característica vital del CAS. Ambos creemos firmemente que el concepto original, que indica que los aparatos de ala fija de la Fuerza Aérea proveen el apoyo en las cercanías de las fuerzas amigas, sigue siendo válido y hoy define adecuadamente el CAS.44El Ejército utiliza a los helicópteros de ataque como una parte de un equipo de armas combinadas, que incluye a la infantería, blindados, y la artillería de campaña, para derrotar a las fuerzas enemigas mediante el fuego y la maniobra. En el campo de batalla, el helicóptero "es un vehículo de combate blindado y aerotrasportado, y por sus intenciones y propósitos está más relacionado con el tanque que con el avión."45
Aunque los helicópteros pueden aprovechar el terreno para disimular su aproximación, son mucho más vulnerables que las aeronaves de ala fija respecto a la amenaza de la defensa aérea con armas pequeñas, la artillería y los tanques, al igual que los cañones antiaéreos tradicionales y los sistemas misilísticos.
Experiencias efectuadas en el National Training Center en Fuerte Irwin, California, han mostrado la falta de efectividad de los helicópteros de ataque que operan independientemente en confrontaciones directas con fuerzas terrestres enemigas. Sin embargo, su eficacia aumenta cuando son empleados en combate como fuerzas de maniobra, y la Operación Tormenta del Desierto reveló que son muy efectivos actuando en equipos aéreos de ataque conjuntos, con los aviones CAS de ala fija de la Fuerza Aérea.46 Por lo tanto, en virtud de su experiencia en operaciones con aviones de ala fija, la Fuerza Aérea debería continuar desarrollando la doctrina CAS, y proveer las aeronaves y misiones necesarias para apoyar a los otros servicios en los ámbitos conjuntos.
Como los otros servicios, la Fuerza Aérea está redefiniendo sus funciones en la era posterior a la guerra fría, parte de lo cual está contenido en un reciente Libro Blanco que identifica a cinco principios como los pilares de la futura Fuerza Aérea y su estrategia: mantenimiento de la disuasión, provisión de una fuerza de combate versátil, proporción de una rápida movilidad global, control del aire, y contribución a la influencia de los Estados Unidos.47Sin embargo, sorprendentemente ese documento no menciona el CAS.
Más, el Gral. Merrill A. McPeak, jefe de Estado Mayor de la Fuerza Aérea, ha realizado una propuesta de fuerza expedicionaria de la USAF consistente en un ala compuesta, incrementada con fuerzas de superficie del Ejército rápidamente desplegables, preparadas para el empleo en guerras limitadas.48 Si bien la Fuerza Aérea está desarrollando estructuras y equipos para instrumentar la futura estrategia que apoye la defensa aérea, interdicción, y el bombardeo estratégico, parece estar ignorando a los recursos para el CAS.
Simultáneamente, la Fuerza Aérea continúa financiando, desarrollando y comprando los controvertidos bombarderos B-1 y B-2 para remplazar a los B-52 en las misiones de bombardeo estratégico, y planea remplazar los F-15 con el F-22 en las misiones de defensa aérea, modernizar los F-15E y los F-16C/D para las misiones aéreas de interdicción, y remplazar el A-10 con el F/A-16 para las misiones CAS. Para obtener el F/A16, la Fuerza Aérea modificará 200 de los F-16 producidos últimamente, equipándolos con un sistema de navegación a baja altura y puntería nocturna por IR (LowAltitude Navigation and Targeting Infrared for Night - LANTIRN) mediante la incorporación de un contenedor de cañón de 30 mm; un moduladordesmodulador mejorado de datos (Improved Data Modem - IDM) integrado con el sistema de radar de ataque de objetivos y vigilancia conjunta (Joint Surveillance Target Attack Radar System - JSTARS); una radio VHF resistente a las perturbaciones, compatible con el sistema de radio terrestre y de a bordo de canal único (Single Channel Ground and Airborne Radio System - SINCGARS) para coordinar con las fuerzas de superficie; anteojos de visión nocturna; sistema digital de seguimiento del terreno; y un señalador láser para usar con designadores de igual tipo.49
Los A-10 que son entregados a las unidades de la Reserva o colocados en depósito, serán remplazados con F16 hasta que los F/A-16 entren en servicio.
Aunque esas modificaciones a los F-16 mejorarán sus aptitudes para llevar armamento para el fuego cercano, los F/A-16 no se ajustan a los criterios CAS de la Fuerza Aérea citados previamente. Específicamente, carecen de mecanismos de defensa y supervivencia, necesarios para que el piloto y el aparato operen eficazmente a baja altura y realicen un CAS preciso, especialmente con el cañón de 30 mm. El sistema eléctrico de mando del F-16 y su motor único no le otorgan la indispensable sobrevivencia y redundancia para absorber el daño en combate y continuar volando. El hecho de que sea un aparato de alta velocidad, restringe la aptitud del piloto para identificar visualmente y atacar los objetivos en la superficie - especialmente en proximidades de fuerzas amigas - sin la presencia de FACs aerotrasportados o de controladores en el suelo.50 Esta deficiencia podría ser especialmente crítica en Bosnia, donde los pilotos podrían tener que identificar visualmente a sus blancos en las rugosas montañas, sin la asistencia de los FACs y/o controladores terrestres.51
En vista de estos hechos, la Fuerza Aérea tendría que iniciar inmediatamente el diseño de una nueva aeronave CAS que continuase al A-10, y podría extender la vida útil de esos aparatos remanentes con un programa de modernización del producto. Es más sensato mejorar un modelo CAS prexistente que modificar o adaptar otra célula prevista para otro rol. Por ejemplo, el agregado de un módulo para seguridad a baja altura y perfección de la puntería (LowAltitude Safety and Target Enhancement - LASTE) a los A-10 remanentes, mejorará la entrega del armamento a bajas cotas.52 Otras modernizaciones incluirán la protección contra misiles guiados por IR y radar, el perfeccionamiento de la puntería airetierra con el LANTIRN integrado para operaciones diurnas y nocturnas, y la incorporación de IDM para posibilitar la recepción de datos desde los JSTARS. Finalmente, los A-10 también recibirán sistemas de navegación avanzados, tales como el sistema integral global de posiciones (Global Positioning System - GPS); anteojos de visión nocturna para incrementar las capacidades todo tiempo y todo terreno; y equipamiento de comunicaciones airesuperficie como el SINCGARS, que es compatible con los requerimiento de radio del Ejército y de la Fuerza Aérea. Estas modificaciones mejorarían las actuaciones ya demostradas del A-10 hasta que la próxima generación de aeronaves CAS entre en operaciones.
Conclusión
El Mariscal de Campo Erwin Rommel escribió que él "nunca había visto, en principio, fuerzas tan ineptas en el combate como las americanas - o alguien que hubiera aprendido las duras lecciones más rápidamente, una vez que las fichas fueron cambiadas."53 Nosotros hemos tenido que reaprender las lecciones del CAS después de cada conflicto importante, a partir de la II Guerra Mundial hasta la Guerra del Golfo de 1991, y nuestras fuerzas de superficie y aéreas han pagado el precio con sangre, sudor y lágrimas. Puesto que continuaremos necesitando CAS, debemos comenzar a revitalizar nuestras capacidades para prevenir las deficiencias y pérdidas en los futuros campos de batalla. Aunque el sistema de educación militar profesional actual de la Fuerza Aérea incluye el CAS para el Ejército y otras fuerzas de superficie, y el Centro de Armamentos de Caza de la Base Aérea Nellis, Nevada, entrena a los pilotos para atacar a objetivos en el suelo, la doctrina de la Fuerza Aérea y el apoyo de los aviones CAS todavía están atrasados respecto de los requerimientos de las misiones conjuntas.
Estas deficiencias deberían ser rectificadas porque el creciente compromiso de los EE.UU. en los conflictos limitados motivarán el correspondiente incremento en la demanda de CAS. La Fuerza Aérea fue capaz de satisfacer estos requerimientos en la Guerra del Golfo, solamente porque la reducción de las fuerzas recién se iniciaba. Podríamos no tener tanta suerte en el próximo conflicto. ž
Notas
1. The Oxford Dictionary of Quotations, 3ª ed. (Oxford: Oxford University Press, 1979), 12.2. Carl H. Builder, The Mask of War: American Military Styles in Strategy and Analysis (Baltimore: John Hopkins University Press, 1989), 131.
3. Joint Publication 102, Department of Defense Dictionary of Military and Associated Terms, 1º de diciembre 1989, 70.
4. Cnel. Dennis M. Drew y Dr. Donald M. Snow, Making Strategy: An Introduction to National Security Processes and Problems (Base Aérea Mazwell, Ala.: Air University Press, agosto 1988), 153.
5. Michael A. Palmer, "The Storm in the Air: One Plan, Two Air Wars?", Air Power History, 39, Nº 4 (Invierno 1992), 26.
6. Bill Sweetman, Close Air Support: Fighters High, Helicopters Low, International Defense Review, 25, Nº 11 (noviembre 1992), 1077.
7. Cnel. John A. Warden III, The Air Campaign: Planning for Combat (Washington D.C.: PergamonBrassey's, 1989), 95.
8. Ronald R. Fogelman, "The Development of Ground Attack Aviation in the United States Army Air Arm: Evolution of a Doctrine, 1908-1926" (Tesis, Duke University, 1971), 90.
9. Lee Kennett, "Developments to 1939," en Benjamin F. Cooling, ed., Case Studies in the Development of Close Air Support (Washington D.C.: Office of the Air Force History, 1990), 59.
10. Introducción general al volumen uno de The US Strategic Bombing Survey: Selected Reports in Ten Volumes (Nueva York: Garland Publishing, 1976), vii-xxix, resume - hasta 1975 - las principales controversias prevalecientes sobre la efectividad del bombardeo estratégico, incluyendo (1) la moral en el área de bombardeo del Royal Air Force Bomber Command y su efecto sobre la población civil, (2) la efectividad y exactitud de la campaña americana de bombardeo de precisión, (3) la derivación de la campaña americana del bombardeo de precisión hacia el bombardeo de área, a medida que progresaba la guerra, (4) la decisión de emplear la bomba atómica y su consiguiente impacto, y (5) la cuestión de si los recursos destinados al poder aéreo podrían haber sido mejor usados en otra parte, si la guerra no pudiera haber sido ganada solamente por el poder aéreo.
11. Bernard Brodie, Strategy in the Middle Age (Princeton, N.J.: Princeton University Press, 1959), 107.
12. Frederick H. Hartman, The Relations of Nations, 6ª ed. (New York: MacMillan Publishing Co., Inc., 1983), 168-69.
13. John J. Sbrega, Southeast Asia, en Cooling, 411.
14. Ib.
15. Richard P. Hallion, Storm Over Iraq: Air Power and the Gulf War (Washington D.C.: Smithsonian Institution Press, 1992), 14-15.
16. I.B. Holley, Jr., "A Retrospect on Close Air Support, en Cooling", 541-42.
17. David MacIsaac, "Voices from the Central Blue: Air Power Theorists", en Peter Paret, ed., Makers of Modern Strategy: From Machiavelli to the Nuclear Age (Princeton, N.J.: Princeton University Press, 1986), 643.
18. Los problemas de la estrategia en la Guerra de Corea son discutidos en T.R. Fehrenbach, This Kind of War: A Study in Unpreparedness (Nueva York, Bantam Books, 1991), 636-38; y Samuel P. Huntington, The Soldier and the State: The Theory and Politics of CivilMilitary Relations (Cambridge, Mass.: Belknap Press of Harvard University Press, 1957), 387-91. Harry G. Summers, Jr., analiza el desacuerdo de la estrategia durante la Guerra de Vietnam en On Strategy: A Critical Analysis of the Vietnam War (Nueva York: Dell Publishing, 1982), 21-23; y On Strategy II: A Critical Analysis of the Gulf War (Nueva York: Dell Publishing, 1992), 118-21.
19. F.M. Sallagar, "Operation 'Strangle' (Italy, Spring 1944): A Case Study of Tactical Air Interdiction," en Air Command and Staff College Seminar/Lesson Book, vol. 4 (Base Aérea Maxwell, Ala.: Air University, 1993), 18-48. Un caso clásico de interdicción aérea en la II Guerra Mundial fue la Operación Strangle en la campaña de Italia. A pesar de operar prácticamente en un terreno ideal, el esfuerzo aéreo no se adecuó al objetivo de paralizar el flujo de abastecimientos alemanes. Hallion advierte que el esfuerzo aéreo en Corea tampoco satisfizo el objetivo de parar el flujo hacia el sur de las fuerzas y equipos chinos y coreanos que enfrentaban a las fuerzas de la ONU (página 16). Más aún, Stanley Karnov en Vietnam: A History (Nueva York: Penguin Books, 1991), 469, señala que la Fuerza Aérea fue incapaz de anular la corriente de mano de obra, material y abstecimientos que se movían hacia el sur a lo largo del sendero de Ho Chi Minh, a pesar de las numerosas operaciones que tenían específicamente ese propósito.
20. Summers, On Strategy II, 105.
21. Robert F. Futrell, The United States Air Force in Korea, 1950-1953, rev. ed. (Washington D.C.: Office of Air Force History, 1983), 67-70.
22. Alan R. Millet, Korea, 1950-1953, en Cooling, 354.
23. Earl H. Tilford, Jr., Setup: What the Air Force Did in Vietnam and Why (Base Aérea Maxwell, Ala.: Air University Press, junio 1991), 294.
24. Jacksel M. Broughton, Curbs on Power Base, Vietnam, invierno 1988, 32-33.
25. Andrew F. Krepinevich, Jr., The Army and Vietnam (Baltimore: John Hopkins University Press, 1986), 200-201.
26. Thomas Garrett, "Close Air Support: Which Way Do We Go?," Parameters, diciembre 1990, 31.
27. Richard G. Davis, The 31 Iniciatives: A Study in Air ForceArmy Cooperation (Washington D.C.: Office of Air Force History, 1987), 32.
28. William L. Smallwood, Warthog: Flying the A10 in the Gulf War (Nueva York: Brassey's [US], 1993), 209.
29. Gral. H. Norman Schwarzkopf con Peter Petre, General H.Norman Schwazkopf, The Autobiography: It Doesn't Take a Hero (Nueva York: Bantam Books, 1992), 310-11.
30. Alfred Price, "To War in a Warthog," Air Force Magazine, 76, Nº 8 (agosto 1993), 28-29.
31. Les Aspin y William Dickinson, Defense for a New Era: Lessons of the Persian Gulf War (Washington D.C.: Brassey's [US], 1992), 10-11.
32. "'The Air Campaign' Videotape Script," en Air Command and Staff College Seminar/Lesson Book, vol. 9 (Base Aérea Maxwell, Ala.: Air University, 1993), 37-51.
33. Smallwood, 96.
34. Ib., 203.
35. "Letters," Air Force Magazine, septiembre 1991, 9-10.
36. Hallion, 221.
37. Smallwood, 10-11.
38. "Air Combat, Air Strike," en las series de televisión "Our Century," 14 de julio 1993.
39. Galen Geer, "Wham, Bam, Thanks, Saddam: Warthog Warriors Feast on Iraqui Armor," Soldier of Fortune, agosto 1991, 61.
40. Smallwood, 97-98.
41. Christopher Bowie, et. al., The New Calculus: Analyzing Airpower's Changing Role in Joint Theater Campaign (Santa Mónica, Calif.: Rand Corporation, 1993), 5-7, 17.
42. James A. Winnefeld y Dana J. Johnson, Joint Air Operations: Pursuit of Unity in Command and Control, 1942-1991 (Annapolis, Md.: Naval Institute Press, 1993), 119-21.
43. Rick Atkinson, Crusade: The Untold Story of the Persian Gulf War (Boston: Houghton Mifflin Co., 1993), 219, 338. Las mismas deficiencias en la asignación de CAS se produce en las salidas adjudicadas en apoyo de la campaña terrestre del Ejército. Solamente un tercio de más de 3.000 blancos CAS individualizados por el Ejército fueron atacados por las salidas adjudicadas por el JFACC (página 222).
44. Memorando, Gral. Carl E. Vuono y Gral. Larry D. Welch, al Gral. Colin L. Powell, presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor, tema: Apoyo Aéreo Cercano, 11 de setiembre 1989.
45. Richard P. Hallion, Battlefield Air Support: A Time for Retrospective Assessment (Base Aérea Andrew, Md.: cuartel general del Air Force Systems Command/SDP, 17 de febrero 1989), 37.
46. Garrett, 41-42.
47. Global ReachGlobal Power: The Evolving Air Force Contribution to National Security (Washington D.C.: Department of the Air Force, diciembre 1992), 3.
48. George C. Wilson, "Air Force Wants 82d Airborne Under its Wing," Army Times, 21 de diciembre 1992, 23.
49. John Boatman, "ACC: StandOff Fights Will Mean Less CAS," International Defense Review, 25, Nº 11 (noviembre 1992), 1081.
50. "Wings in the Gulf: The F16 Falcon," en la serie de televisión "Wings", 19 de enero 1993.
51. "'Deny Flight'Forces Posed for Bosnian Strikes," Jane's Defense Weekly, 20, Nº 7 (14 de agosto 1993), 19.
52. Smallwood, 209.
53. Erwin Rommel, The Rommel Papers, ed. B.H. Liddell Hart, 15ª ed. (Nueva York: Decapo Press, 1953), 521
Biografia
El Capitán Scott A. Fedorchak (BS, USMA; MSBA, Boston University; MS, Massachusetts Institute of Technology) es profesor adjunto de Física en la en la Academia Militar de los EE.UU. Anteriormente, comandó la Fuerza de Seguridad en Honduras y la 511ª Compañía de la Policia Militar el Ejército en el Fuerte Drum, Nueva York. También ha desempeñado diversas funciones de estado mayor de batallón en Alemania y Estados Unidos. El Capitán Fedorchak es graduado de la Escuela de Comando y Estado Mayor del Ejército de EE.UU., la Escuela de Comando y Estado Mayor del Aire, Escuela de Comando y Estado Mayor de la Marina de EE.UU. y de la Escuela de Comando y Estado Mayor de la Infantería de la Marina.No debe entenderse que nuestra revista representa la política de la Secretaría de Defensa, la Fuerza Aérea de los EE.U.U. o la Universidad del Aire. Más bien su contenido releja la opionión de los autores sin tener carácter oficial. Está autorizado a reproducir los artículos en esta edición sin permiso. Por favor, si los reproduce, mencione la fuente, Airpower Journal.
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