(Infobae.com) - Fue ideado por un equipo liderado por el doctor Elhanan Fried, director de la Unidad de Terapia Intensiva del Centro Médico Hadassah de Jerusalén. Si las pruebas son exitosas, será desarrollado de forma masiva en Israel
Así es el aparato para ventilación automática de pacientes con insuficiencia respiratoria por coronavirus
La propagación del coronavirus a nivel mundial preocupa a los países más afectados y a aquellos que tienen cada vez más casos. Medidas como la cuarentena total son necesarias para estabilizar la curva y que los sistemas de salud no colapsen. Los hospitales de Estados Unidos, por ejemplo, se preparan para la posible llegada de numerosos pacientes con neumonía y otros problemas respiratorios debido al COVID-19, y muchos podrían enfrentar una escasez crítica de respiradores artificiales.
La Sociedad de Medicina de Cuidados Críticos ha calculado que unas 960.000 personas que contraigan el coronavirus en Estados Unidos podrían necesitar que los pongan en respiradores artificiales en algún momento u otro durante el brote, según información de AP. Sin embargo, la nación sólo tiene disponibles unas 200.000 máquinas, de acuerdo con la organización, y alrededor de la mitad son modelos antiguos que tal vez no sean ideales para los pacientes más delicados. Asimismo, muchos respiradores artificiales ya están en uso con otros pacientes que tienen problemas severos de salud totalmente ajenos al coronavirus.
Lo mismo ocurriría en diferentes países de América. En Argentina, diferentes organizaciones están tratando de encontrar una solución. Incluso, un grupo de jóvenes innovadores santafecinos agrupados bajo el nombre de Inventu Ingeniería, y junto a la Universidad Nacional de Rosario, está terminando el prototipo de un respirador artificial de “bajo costo, específico para COVID-19 y que sea fabricable en escala”.
Es que en Argentina, con respecto a la disponibilidad de esos elementos, nadie arriesga una cifra. Sin embargo, en la Capital Federal, en el año 2016 se licitó la limpieza y reemplazo de piezas para 80 respiradores Neumovent en 19 hospitales públicos. Y se calcula que en la provincia de Buenos Aires, los mismos respiradores son alrededor de 400. Es cierto que, en caso de necesidad, todos estos insumos se pueden comprar en el mercado. En una conocida página de compra-venta, por ejemplo, un respirador Neumovent se alquila por 18 mil pesos por semana.
Pero buenas noticias arriban desde Israel. Ya comenzaron las pruebas de un ingenioso y simple aparato para ventilación automática de pacientes con insuficiencia respiratoria por coronavirus ideado por un equipo liderado por el doctor Elhanan Fried, director de la Unidad de Terapia Intensiva del Centro Médico Hadassah de Jerusalén.
El sábado se publicó en medios israelíes que una empresa privada de ese país estaba desarrollando una solución creativa al problema de los respiradores, que se basa en equipamiento ya existente y que se encuentra fácilmente.
“El globo celeste se llama Ambu -o respirador manual- y existe en todo kit de reanimación cardiorespiratoria, en toda ambulancia, etc. Y a eso se le suma un compresor eléctrico que está alrededor”, clarifica el doctor Marcos Harel Alfie, que vive y trabaja en Tel Aviv.
El desarrollo pretende transformar este artefacto manual en uno eléctrico y automático para así lograr aumentar el stock de respiradores disponibles
Si las pruebas son exitosas, lo van a empezar a producir masivamente en Israel. Puede suplantar a los respiradores complejos que están escaseando en todo el mundo. Los expertos no tienen dudas de que se lo puede fabricar allá sin problemas y solucionar uno de los principales problemas sanitarios de esta crisis.
La idea, entonces, está basada en respiradores manuales, del tipo que se encuentra fácilmente en las ambulancias y en kits de primeros auxilios. El desarrollo -que ya cuenta con el apoyo y el sponsoreo de la Division de Nuevas Tecnologias de la Fuerza Aerea Israelí- pretende transformar este artefacto manual en uno eléctrico y automático para así lograr aumentar el stock de respiradores disponibles. Ya están en pleno proceso de impresión 3D para obtener las partes necesarias para su manufactura, para así convertir miles de estas unidades manuales en automáticas. Es una idea que, cuando sea implementada en Israel, podría fácilmente ser replicada en otros países.
La proverbial genialidad israelí al servicio de la humanidad. Esperemos que se le de bola a este invento.
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