El diputado radical riojano Julio Martínez, posible ministro de Defensa del próximo gobierno de Mauricio Macri, tiene conocimiento en temas militares, fue un duro crítico de la política encarada por el kirchnerismo en la operatividad de las Fuerzas Armadas y uno de los principales denunciantes sobre el accionar del cuestionado ex jefe del Ejército, general César Milani, en tareas de inteligencia.
Además, tomó relevancia en octubre pasado cuando fue herido por la Policía durante la represión de una marcha en la ciudad riojana de Famatina en reclamo al desmantelamiento de un emprendimiento minero.
Ingeniero agrónomo de profesión, Martínez, de 53 años, nació en la ciudad riojana de Chilecito el 23 de marzo de 1962 y cursó sus estudios profesionales en la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional de Córdoba.
Con el retorno de la democracia en 1983, ingresó a la militancia política en Franja Morada, el brazo estudiantil del radicalismo.
Tras recibirse en 1986 como ingeniero agrónomo en Córdoba, Martínez regresó a su provincia natal para trabajar en un emprendimiento agropecuario familiar y la producción aceitera olivícola.
Al mismo tiempo se desempeñó como docente de la Universidad Provincial de La Rioja, en la Universidad Nacional de La Rioja y Universidad Nacional de Chilecito.
En 1999 fue elegido como diputado provincial hasta el 2003, año en que resultó electo diputado nacional hasta 2007.
Posteriormente, en 2009 fue elegido nuevamente como diputado nacional y renovó esa banca siendo reelegido en 2013 con mandato hasta 2017.
Durante su permanencia en el Congreso, ha sido presidente de la Comisión de Defensa y luego vicepresidente, cargo que ocupa a actualmente.
Martínez, casado con Laura Rebeca Waidatt y padre de tres hijos, reemplazaría en Defensa a otro ingeniero: Agustín Rossi, quien asumió en la cartera castrense en junio de 2013.
El nuevo ministro asumiría en plena operatividad de la campaña antártica de verano, con el despliegue de barcos, aviones y efectivos. Además, ya no estarán en funcionamiento los aviones de combate Mirage, lo que significará que la defensa aérea del país no tendrá por el momento aeronaves de caza supersónica.
El legislador radical, también, deberá asumir en medio de los ascensos militares que se realizan todos los fines de año y con una nueva cúpula en las Fuerzas Armadas que decidirá el presidente electo.
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