La idea es mantener allí basados permanentemente cazaminas de la Royal Navy, que aseguren la rápida apertura de la navegación en el vital Golfo Pérsico en caso de que terroristas o alguna nación de la zona colocasen minas marinas, lo que asegurará más la estabilidad en la zona, según manifestó el político británico. La base cuyas obras costaran 13 millones de libras (23 millones de dólares), acabaran previsiblemente en otoño de 2016, y permitirán instalar a los 80 miembros de las fuerzas armadas británicas, que trabajaran permanentemente en ella. La instalación también será vital para dar facilidades portuarias a la presencia temporal de las fragatas y destructores, y demás navíos de la Royal Navy, según confirma el Ministerio de Defensa de Reino Unido, incluidos los portaaviones de nueva generación (clase Queen Elizabeth), que se desplieguen en la zona en caso de maniobras y crisis. (Texto y fotografía: Julio Maíz Sanz)
Fotografía: El cazaminas HMS “Brocklesby”, un veterano navío de la clase “Hunt”. En caso de volver al Golfo, como durante la guerra de Irak de 2003, contará con una instalación naval de la propia Royal Navy.
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