(La Nación) - Se renegoció el contrato con un buque ruso; avanza la reparación del Almirante Irízar
"No dejaron un dólar", se lamentó un colaborador del ministro de Defensa, Julio César Martínez, al advertir que las arcas estaban vacías y no podían cumplir con el pago prometido por la gestión anterior para que el buque polar ruso Vasily Golovnin iniciara su participación en la campaña antártica.
Ello retrasó la partida del buque y obligó a renegociar en pocas horas el contrato por US$ 16,8 millones, que la gestión kirchnerista había pactado en un pago.
"Tuvimos que entrar en negociaciones apenas asumimos. El barco debía partir el 13 de diciembre y su salida se demoró hasta que pudimos acordar un plan de pagos en cuotas y cancelar la primera, de US$ 2,5 millones", confió una fuente castrense.
El propio ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay, había admitido públicamente que la escasez de dólares impidió la partida del barco y puso en riesgo el envío de víveres a las bases antárticas. No obstante, y una vez pagada la primera cuota, la Vasily Golovnin levó anclas y llegará a la Argentina en la primera quincena de enero.
El buque ruso reemplaza desde hace varios años al rompehielos Almirante Irízar, que se incendió en 2007 y aún sigue en reparación en el complejo Tandanor. Martínez recorrió hace unos días los talleres donde se está reconstruyendo la embarcación y prometió "trabajar sin pausa", aunque no arriesgó fechas para la finalización de las obras.
El Irízar
Desde que el Almirante Irízar sufrió el siniestro que lo dejó fuera de servicio, el Estado lleva invertidos más de $ 600 millones, sin contar los gastos que cada año se desembolsan para alquilar un barco polar sustituto para la campaña antártica. "Vamos a poner todo nuestro empeño para que todo salga bien. No queremos poner fechas, porque todos los que lo hicieron, fracasaron", aseguraron fuentes de la cartera de Defensa que fue la idea que el ministro transmitió a sus colaboradores a poco de asumir el cargo y tomar conciencia del estado de situación de la emblemática nave.
La intención de Martínez es que, una vez recuperado y superadas las pruebas de agua y de hielo, el rompehielos Irízar se destine no sólo a la campaña antártica, sino también a actividades científico-tecnológicas y educativas.
La reparación del Irízar es el trabajo más ambicioso del astillero Tandanor. Las obras de recuperación, que comenzaron en 2009 y debían estar terminadas en 2011, llevan invertidas ya casi $ 600 millones. A ello deben sumarse los sucesivos alquileres de barcos polares extranjeros pagados por el gobierno kirchnerista para sustituir al buque emblemático argentino en la campaña antártica. Ese gasto, entre US$ 15 millones y US$ 20 millones por año, asciende en total a casi US$ 160 millones.
El Irízar se incendió en abril de 2007, en plena campaña antártica, y el fuego provocó la destrucción de más del 80 por ciento de la embarcación. El rompehielos tiene 120 metros de eslora por 25 metros de manga y debió rehacerse por completo.
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lunes, 4 de enero de 2016
Aportes de urgencia para poder salvar la campaña antártica (III)
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