Jundallah (soldados de Dios, en árabe) es un grupo terrorista islámico, activo desde finales de 2005 en la provincia iraní de Sistán y Baluchistán. Dicho grupo acusa al gobierno del régimen chií de abandono y discriminación contra los suníes y sus provincias. El gobierno de Irán lo vincula con Al Qaeda. También ha insinuado su vinculación con los servicios de inteligencia de Estados Unidos y Reino Unido, y asegura que los atacantes utilizan la frontera con Pakistán para entrar en Irán y cometer acciones de sabotaje.
El 14 de febrero de 2007 dicho grupo perpetró un atentado en la ciudad de Zahedán, capital de Sistán y Baluchistán, destinado a un autobús del cuerpo del ejército de los Guardianes de la Revolución, con el resultado de 11 civiles muertos que trabajaban en una base del ejército. Los explosivos se encontraban en un coche que aparcó en el arcén como si estuviera averiado. De acuerdo con los testigos citados por la agencia oficial de noticias iraní, IRNA, unos hombres armados dispararon desde dos motos contra el autobús y cuando éste se detuvo, activaron la bomba. Horas después el canal iraní en lengua árabe Al Alam mostraba imágenes del autobús destruido y las autoridades anunciaban la detención de cinco presuntos implicados. Un sexto resultó muerto en el incidente, según informó el gobernador provincial Hasan Alí Nuri, tras dar a conocer el número de víctimas.
Días después, el 19 de febrero de 2007, fue ejecutado en público uno de los detenidos, acusado del atentado del miércoles y de haber participado en el asesinato de dos civiles en Zahedán y en el atraco de un banco. Después del atentado, el ministerio de Exteriores iraní convocó ayer al embajador paquistaní en Teherán para pedir "explicaciones", según IRNA. Varios responsables iraníes afirman también que el objetivo de los atentados en Zahedán es "provocar un conflicto sectario" entre los suníes y chiíes, estos últimos son mayoritarios en Irán.
Desde hace algunos meses, la región de Sistán y Baluchistán viene siendo escenario de incidentes armados y secuestros muy distintos de los habituales enfrentamientos de las fuerzas de seguridad con los traficantes de droga que operan en la zona. La frecuencia de atentados y choques con el Ejército, tanto en el lado iraní como en el lado pakistaní de la frontera, ha aumentado en los últimos tiempos, y generalmente se atribuyen a motivaciones tribales y separatistas. En marzo de 2007, un comando de hombres armados de filiación desconocida mató a 22 personas e hirió a otras siete, entre éstas últimas el gobernador provincial Hasán Ali Nuri, en un ataque contra un convoy oficial. Sin embargo, fue la primera vez que los insurgentes llevan a cabo una operación de ese calibre a plena luz del día.
Fuente: Wikipedia
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