El documento que suscribirán prevé la construcción de obras conjuntas, la fijación de normas de migración comunes y medidas judiciales para facilitar las extradiciones
En el cierre de su visita oficial a Chile, Cristina Kirchner firmará una serie de acuerdos con su par Michelle Bachelet, con los que ambas naciones buscan reencauzar la relación bilateral. Tras el encuentro de ayer en el Palacio de la Moneda, las mandatarias se trasladarán a la ciudad de Maipú, a 200 kilómetros de la capital, para suscribir los convenios.
El tratado bilateral que regulará el vínculo de ahora en más: un protocolo que incluirá la construcción conjunta de obras de integración física por 4000 millones de dólares, acuerdos migratorios para la libre circulación fronteriza y políticas jurídicas para facilitar extradiciones. El escenario para la firma de los convenios fue elegido cuidadosamente. Con su presencia allí, Kirchner y Bachelet buscan rememorar simbólicamente el abrazo de los libertadores José de San Martín y Bernardo de O´Higgins en la batalla de 1818 en la que triunfaron sobre las tropas realistas.
Ese documento se propone como el paraguas jurídico y diplomático que permitirá superar el Tratado de Paz y Amistad de 1984, que, según la diplomacia de ambas naciones, permitió clausurar un largo período de desconfianzas mutuas. El nuevo tratado de integración expresará la voluntad de los gobiernos de avanzar en la integración de las fronteras con obras físicas y políticas migratorias comunes. En el tratado se definirá la constitución de entidades binacionales para la realización de obras en conjunto en los pasos fronterizos. La Argentina y Chile tienen 53 pasos a lo largo de lo que constituye una de las fronteras más largas del mundo.
Las obras conjuntas incluyen además dos proyectos centrales. El primero de ellos es la construcción del ferrocarril trasandino, con una inversión de 3500 millones de dólares. La corporación América, que conduce Eduardo Eurnekián, busca quedarse con el negocio. El propio Eurnekián, de vastas conexiones con el kirchnerismo, formó parte ayer de la comitiva argentina. El otro proyecto es el túnel de Aguas Negras, que une San Juan con La Serena, con una inversión de 800 millones de dólares.
Además, los dos gobiernos plantearán un nuevo tratado para facilitar las extradiciones, que podría resolver un cortocircuito irresuelto de la relación bilateral: el caso de Sergio Apablaza Guerra, un ex dirigente comunista detenido en la Argentina y cuya extradición fue solicitada por el gobierno de Bachelet, sin respuesta del gobierno kirchnerista. Apablaza Guerra está acusado de ser el autor e inductor del asesinato del senador de la UDI Jaime Guzmán, en 1991.
Foto: AP
Fuente: lanacion.com.ar
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