HISTORIA
Por el año 1865, algunos de los pioneros fundadores de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, aconsejaron a los dirigentes de aquella época, que la Iglesia debía tener su propia institución médica. Poco tiempo después estaba funcionado el instituto llamado Western Health Reform Institute, en la Cuidad de Battle Creek.
Quién más contribuyó materialmente, fue un agricultor y fabricante de escobas llamado Juan Preston Kellogg. El hijo mayor del señor Kellogg, John Harvey, había sido un joven enfermizo que no había podido asistir a la escuela hasta los nueve años. Recuperó el tiempo perdido escurriéndose de la cama por la noche, a fin de leer y estudiar. A la edad de once años trabajaba con su padre en la fábrica de escobas, y a los doce entró a trabajar en las oficinas de una imprenta de la Iglesia Adventista. Al principio barría el local, pero a los pocos meses empezó a leer pruebas de impresión, y halló tantos errores, que se lo empleó en la redacción como corrector.
El ideal del joven Kellogg era ser maestro. Lo que menos deseaba era ser médico. Una vez había observado por la ventana una pequeña operación en una casa particular, y se desmayó. Pero los dirigentes de la Iglesia habían notado la inteligencia y aplicación de John Harvey, por lo que fue incluido en un grupo de cuatro jóvenes talentosos escogido para el ejercicio de la medicina. Obedientemente el joven Kellogg asistió a una escuela para médicos, en el estado de New Jersey. Posteriormente, se lo animó para que se perfeccionara en la Facultad de Medicina de Michigan. Por último, se dirigió a Nueva York para estudiar medicina en el Belleview Hospital Medical College, donde concluyó su etapa educativa.
En 1876, el doctor Kellogg llegó a ser médico director del Instituto Occidental de Reforma Pro Salud, al que más tarde le puso por su cuenta el mote de “sanatorio”, conociéndoselo desde entonces como el Sanatorio Battle Creek. John Harvey Kellogg escogió la profesión médica de mala gana, pero muy pronto se comprobó que quienes le habían recomendado que estudiara medicina, lo habían hecho con sabiduría, ya que el doctor Kellogg fue un genio no solamente en el campo de su profesión, sino también en otras áreas. En el campo de la mecánica inventó el dinamómetro, que se emplea para medir fuerzas.
En cuanto a la nutrición, el doctor Kellogg fue insuperable, porque no sólo realizó importantes estudios dietéticos, sino que desarrolló nuevos productos alimenticios. Cuando tenía veintiséis años, introdujo un producto saludable llamado “Granola”, que es una combinación de cereales tostados; pero era algo tosco y el doctor Kellogg procuró perfeccionarlo. Apresuró su decisión el hecho de que una de sus pacientes se quebró la dentadura postiza mordiendo un trozo de pan tostado, por lo que exigió que se la pagaran diez dólares para comprar una nueva.
Una noche soñó la manera de fabricar copos alimenticios. Por la mañana temprano, saltó de la cama, hirvió algo de trigo hasta dejarlo suave y lo estiró hasta que quedó delgado como un papel. Lo cocinó al horno y luego lo quebró hasta convertirlo en copos de trigo. Así inventó los copos de trigo, de maíz, de avena y de otros cereales. Otro de los productos alimenticios que desarrolló el doctor Kellogg fue una bebida instantánea, elaborada a base de cereales tostados, para reemplazar al café. Un paciente que circunstancialmente estaba en el sanatorio, llamado Carlos Post, observó este descubrimiento. Como industrial y comerciante nato que era, le sugirió al doctor Kellogg que se asociara con él para comercializar esa bebida, pero el doctor rechazó la oferta. El hermano menor del doctor Kellogg que era supervisor en el Sanatorio, le advirtió que el señor Post podría robarle la fórmula y lanzar la bebida al mercado por su cuenta, pero al doctor Kellogg no le preocupó.
Y esto fue lo que exactamente hizo el señor Post, fabricó un sustituto del café llamado Postum lanzándolo al mercado en 1895. En 1903, su fortuna personal ya ascendía a los diez millones de dólares. Su compañía se asoció con otras y llegó a ser la piedra angular de la General Foods Corporation (Corporación General de Alimentos).
El hermano menor del doctor, W. H. Kellogg, vio como el señor Post se enriquecía a costa de inventos de aquél, mientras que no ocurría lo mismo con ellos, por lo que abandonando el Sanatorio se asoció con un paciente comerciante, para comenzar la fabricación de los Corn Flakes, empleando las recetas creadas por el doctor J. H. Kellogg. Al principio fue una lucha titánica, pero luego de varios años de incesante labor, los Corn Flakes se afirmaron en el mercado y su compañía se convirtió en un gigante de la industria alimenticia, conocida hoy como Kellogg Company.
La relación entre la Iglesia Adventista y el doctor Kellogg se resquebrajó, porque el pequeño y enérgico médico se había convertido en un hombre difícil de tratar. Con gran astucia y artimañas legales, el doctor Kellogg junto con alguno de sus colaboradores, lograron quedarse con el control del Sanatorio Battle Creek y de la Fábrica de Alimentos, causando a la Iglesia una gran pérdida patrimonial.
NUESTRO ORIGEN EN ARGENTINA
El día veinte de julio de 1938 fue establecida Alimentos GRANIX. Sin embargo, su historia comienza algunos años atrás. Por el años 1936, se inició el funcionamiento de una pequeña fábrica en los terrenos de lo que hoy es la Universidad Adventista del Plata, provincia de Entre Ríos, Argentina, que tenía como finalidad la elaboración de copos de trigo y de maíz. Originalmente se pensó inscribirla bajo la sigla “CAP”, pero no fue posible ya que esta marca se encontraba registrada como propiedad de la Corporación Argentina de Carnes. Fue así como se decidió registrar la marca GRANIX.
La producción de aquella época era muy precaria, con un sistema casero y máquinas construidas en el taller del entonces Colegio Adventista del Plata. Se trabajaba con una olla a presión donde se cocinaba el grano, el cual luego de secado, era aplastado en un molino harinero. Este procedimiento deshacía el grano en forma despareja, por lo que el producto era deficiente. A pesar de ello, se vendía en las ciudades de Paraná y Buenos Aires.
Durante el año 1937 se compró el primer equipo para elaborar copos. Con el aporte financiero de distintas entidades, se compró la maquinaria en Inglaterra, desde donde llegó embarcada al puerto de Diamante, provincia de Entre Ríos.
Pero en lugar de terminar instalada en la fábrica del Colegio, finalizó su corta vida en el fondo del Río Paraná. Sucedió que al intentar desembarcarla, la grúa que la transportaba se rompió, dando con todo al agua. Con el dinero del seguro se adquirió un nuevo equipo, que al llegar quedó en Buenos Aires. Por ese entonces, las autoridades de la Iglesia Adventista, propusieron que se fundara en Buenos Aires una fábrica de producto alimenticios saludables. Así es como el día veinte de julio de 1938 comienza a funcionar la nueva fábrica en la localidad de Florida, bajo la denominación de Alimentos GRANIX.
La fábrica Granose Foods Limited de Inglaterra, envió a su técnico Jorge E. Norris para que supervisara la instalación de la nueva fábrica. Una vez puesta en marcha, el señor Norris fue su primer Gerente, contando con un personal de alrededor de diez empleados. La aplastadora era de Inglaterra, el horno rotativo a gas y la olla de cocción de los Estados Unidos, y la autoclave rotativa fue construida en la propia fábrica. La producción de aquel entonces se componía básicamente de cereales para el desayuno: Copos de Trigo, Copos de Arroz y Copos de Maíz.
DESARROLLO
En la década de los años sesenta, comenzamos con la producción de las primeras Galletitas Dulces. Al iniciarse la siguiente década, ampliamos nuestra participación en el mercado de las galletitas, lanzando las primeras líneas de Galletitas Crackers Sin Sal, Galletitas con Cereales de Salvado y Soja, en tamaño sandwich.
El rápido y sostenido crecimiento de la demanda de este tipo de Galletitas Crackers, motivó que la Empresa adquiriera una moderna planta ubicada en la localidad de Baradero, destinada a la producción de galletitas Crackers y Dulces, en enero de 1984. La calidad y el buen sabor de estas galletitas, acompañado del éxito alcanzado con los Cereales para el desayuno, hicieron posible que Alimentos GRANIX se posicionará rápidamente entre las principales marcas en ambas categorías de productos. Actualmente continuamos ejerciendo el liderazgo entre las empresas que producen masivamente, alimentos saludables.
ESTRUCTURA PRODUCTIVA
La Empresa cuenta con dos modernas plantas industriales equipadas con excelente tecnología, la que es empleada en el marco de uno de los mejores “Know How” en materia alimentaria y de nutrición. Una de las plantas está ubicada en Florida, provincia de Buenos Aires, y la otra se encuentra en la localidad de Baradero, también en la provincia de Buenos Aires, distante a unos 130 kilómetros de la anterior.
RED DE DISTRIBUCIÓN
Realizamos la distribución de nuestros productos en el ámbito nacional, mediante una red de Sucursales de Venta en la ciudad de Buenos Aires, Córdoba, General Roca, Mar del Plata, Mendoza y Rosario. Esta red de distribución se complementa con centros de Distribución estratégicamente colocados en distintos puntos del país, y una importante cantidad de concesionarios que hacen posible la llegada de nuestros productos a todo el territorio nacional.
Nuestros productos también trascienden las fronteras: en la actualidad se exporta aproximadamente un 11% de la producción total a Angola, Chile, Inglaterra, Paraguay y Uruguay. También se están haciendo los trámites necesarios para exportar a la brevedad a Colombia, Costa Rica, Estados Unidos, Puerto Rico, República Dominicana y Venezuela.
NUESTRA ESENCIA PRODUCTIVA
Fieles a nuestra filosofía, en Alimentos GRANIX sólo producimos alimentos sanos, nutritivos y naturales, colaborando así para que la comunidad pueda disfrutar de una mejor calidad de vida. Preferimos los cereales y harinas con menor grado de refinación, para mantener intactas sus cualidades nutritivas. Por esta razón, en todos los productos en que tradicionalmente se emplea grasa animal para su elaboración, ésta es reemplazada por aceite vegetal hidrogenado que no favorece la formación de colesterol en el organismo.
Con el mismo objetivo, en la elaboración de las galletitas Crackers y con Cereales, reemplazamos los leudantes químicos que se emplean usualmente, por levadura natural.
A fin de satisfacer la creciente demanda de alimentos saludables y confiables, nuestra empresa investiga y desarrolla permanentemente, nuevas y variadas alternativas de productos. Esto es posible porque contamos con un equipo de profesionales idóneos consustanciados con la misión de nuestra Empresa, y con un laboratorio equipado con moderna tecnología, donde se llevan a cabo rigurosos controles de calidad tanto en los insumos, como en los productos terminados, para asegurar la confiabilidad de los alimentos que todos los días llegan a las mesas de miles de familias.
Fuente: Alimentos Granix (Webpage)