Por Nicolás Pizzi - Carlos Guajardo (Diario Clarín)
Es para internos del penal de Rawson. Costó $ 800 mil. Dudas con el manejo de fondos.
A la mar. El pesquero construido en Chubut para uso exclusivo de los presos, ayer, en Rawson./DANIEL FELDMAN
Otra vez el Servicio Penitenciario envuelto en una polémica. En su afán de innovar, el jefe de esa fuerza, Víctor Hortel, el mismo que promocionaba a la agrupación kirchnerista Vatayón Militante, encargó la construcción de un barco para que salgan a pescar los presos de la cárcel de Rawson (Chubut). La nave, según diversas fuentes consultadas por Clarín, costó al menos $800 mil.
Ese precio no incluye el permiso de pesca, que podría sumar otros $500 mil. El proyecto se completa con la construcción de una cámara procesadora dentro del penal, donde se alojan presos de gran peligrosidad.
Aunque el barco está muy avanzado, hay dudas con respecto al manejo de los fondos girados desde Buenos Aires en los últimos meses. Un dato aporta más misterio: durante el verano, el penal cambió dos veces de autoridades.
El barco estaba ayer en el Puerto de Rawson, frente al edificio de Prefectura. Mide más de 9 metros de largo por 4 de ancho. Está pintado de celeste y blanco y tiene una bandera argentina dibujada en la proa. Según fuentes del Servicio Penitenciario, Hortel quiere bautizarlo con el nombre de Néstor Kirchner.
En los últimos meses, el jefe del SPF viajó al Sur para seguir en persona el avance del proyecto. Volvió enfurecido.
El barco trasportaría a cuatro o cinco presos en cada viaje y se dedicaría a la pesca de merluza. “La idea es que los presos vayan rotando porque en la unidad 6 hay una gran demanda de trabajo”, apuntó una fuente de la Procuración Penitenciaria. La tripulación se completaría con personal especializado.
Según empresarios locales consultados por Clarín, un barco de esas características puede costar entre 500 y 600 mil pesos. El precio de los astilleros no incluye ni el proyecto ni el equipamiento de navegación. El buque aún no puede ser botado porque le falta el permiso de pesca, que puede costar hasta un millón de pesos en el mercado negro. Si lo autoriza el Gobierno, solo depende de la firma de un funcionario. Pero en la zona rige actualmente la emergencia pesquera, y están suspendidos todos los permisos oficiales.
La inversión que hizo el Servicio Penitenciario para este proyecto, presentado como una alternativa de inclusión, incluye la construcción de una pequeña planta procesadora de pescado dentro de la unidad. Según pudo saber Clarín de fuentes del penal, la planta está avanzada y tiene alrededor de 200 metros cuadrados. “Se dijo que el pescado solo se iba a usar para alimentar a los presos de la unidad 6 o de otras cárceles, pero también hay versiones que se podría comercializar”, apuntó una fuente con contactos en la unidad.
El proyecto de Hortel, denunciado ante la Justicia por haber promocionado a la agrupación Vatayón Militante y cuestionado por otros proyectos que involucraban a presos de alta peligrosidad, tiene un antecedente muy lejano. En 1952, un barco de similares características se utilizó para salir a pescar. El contexto es bien distinto. Por ahora, el barco está lejos de salir a navegar. Hay una fuerte polémica interna dentro del SPF por el manejo de los fondos y por eso el Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU), que compartía la idea, habría decidido retirarse.
¡En que gastan el dinero! ... Pobre país.
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