Los
 israelíes viven la guerra con Hamas bajo un increíble estado de 
normalidad. Contrariamente a lo uno supondría, muchos ni siquiera se 
interesan por ponerse al tanto de los nuevos ataques que proponen uno u 
otro bando. Algunos, incluso, hasta se permiten la licencia de bromear, 
como una forma de naturalizar la situación. O, quizá, de negarla: la 
psicología ofrece atajos y tiende trampas, a veces en el mismo camino, y
 en Israel no hay tiempo para lamentarse por conflictos que se repiten 
desde tiempos bíblicos.   
Pero hay un nuevo elemento que alienta la tranquilidad en medio del 
fuego cruzado y los gritos del espanto. Se trata del “Iron Dome”, el 
sofisticado sistema antimisilístico desarrollado por Israel que, hasta 
el momento, le está permitiendo diluir con resonante éxito los ataques 
aéreos ensayados por Hamas.   
La idea surgió a partir de la Segunda Guerra del Líbano, cuando el grupo
 extremista Hezbollah puso al descubierto la fragilidad del sistema de 
defensa israelí al impactar cuatro mil de sus cohetes en destino 
enemigo. Desarrollado por una empresa armamentista, el “Iron Drome” 
(Kipat Barzel en hebreo, y Cúpula de acero en castellano) consiste en un
 sistema de cámaras y radares que detecta proyectiles de corto y mediano
 alcance y los intercepta en pleno vuelo a través de un sistema de 
baterías de misiles. En milésimas de segundos, además, advierte si el 
cohete impactará en una zona poblada o descampada, información 
fundamental a la hora de disponer su ejecución.   
Los testeos preliminares comenzaron en enero de 2007. La primera batería
 fue puesta en operaciones el 27 de marzo de 2011, cerca de Beerseba, 
una ciudad milenaria a escasos kilómetros de la Franja de Gaza. El 
estreno triunfal se produjo diez días más tarde, cuando el sistema logró
 colisionar un misil Grad enviado desde ese enclave. Poco después se 
agregaron otras baterías en las localidades de Ashkelon, Ashdod y 
Netivot. Entre los cuatro, componen la principal barrera de defensa 
aérea del sur del país, al que Hamas envió 7 mil misiles desde que 
Israel inició en 2005 el denominado Plan de Desconexión.   
Una quinta se sumó recientemente en las inmediaciones de Tel Aviv para 
proteger a esta y a Jerusalén, las dos ciudades más importantes de 
Israel, entre las que reúnen a cuatro de los siete millones y medio de 
habitantes del país. Esta batería iba a comenzar sus funciones en 2013 
pero, por orden del Ministerio de Defensa, se aceleraron los trabajos y 
se colocó en terreno dos meses antes de lo previsto. Pocas horas después
 de su emplazamiento, el radar detectó un misil y su maquinaria de 
relojería fue puesta en marcha. El lanzamiento del cohete (un Fajr 5, de
 fabricación iraní) fue atribuido rápidamente por el brazo armado de 
Hamas, y significó la primera de las espectaculares intervenciones en 
cielos metropolitanos.   
Rendimiento discutido. El “Iron Dome” es parte de un sistema de defensa 
por capas, de acuerdo al alcance del misil enemigo. El primero en 
desarrollarse fue el “Jetz” (“flecha”), de gran capacidad para 
proyectiles de largo alcance y pensado originalmente para posibles 
embates desde suelo sirio o iraní, aunque a la fecha no fue puesto en 
práctica más allá de algunas pruebas experimentales. Mientras tanto, la 
ingeniería militar sigue trabajando en uno denominado “Varita mágica”, 
con el que pretende mantener a raya cualquier peligro en la frontera del
 norte, con el Líbano.   
Aunque ha demostrado un rendimiento superlativo -se estima que dio fin 
al 85% de los misiles potencialmente dañinos que Hamas envía desde su 
puesta en funciones-, el “Iron Dome” ha recibido críticas por su 
incapacidad para neutralizar proyectiles enviados a menos de cuatro 
kilómetros de la ubicación de las baterías, que son móviles y cuyas 
coordenadas (igual que las de las alarmas antimisiles) se mantienen bajo
 estricta confidencialidad. Algunos sostienen también que deberían 
emplazarse al menos cinco “Cúpulas de Acero” más para blindar a Israel 
de cualquier ataque aéreo, aunque su alto costo le impediría al primer 
ministro Benjamín Netanyahu cumplir con el compromiso de disminuir el 
presupuesto en defensa para igualarlo con el de educación.   
Este martes, además, las fuerzas palestinas lograron birlar la eficacia 
del sistema, logrando asestar un misil en la periferia de Tel Aviv, 
acortando la cabeza explosiva del proyectil (de origen iraní, una vez 
más) para hacerlo más ligero y facilitar mejor abastecimiento de 
combustible. Otros dos impactaron en Cisjordania y sin registrar 
víctimas.   
Mientras tanto, los acorazados de plomo siguen moviéndose en la 
oscuridad de la noche mientras esperan que una tregua entre Israel y 
Palestina les de respiro entre tantas nubles de estruendo y pólvora. 
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