(Sputnik Mundo) - Rusia sigue siendo el principal socio de la India en materia tecnológico-militar, con numerosos proyectos conjuntos que ambas partes han llevado a cabo con éxito durante las últimas décadas. Sputnik te ofrece los más destacados de ellos.
Caza polivalente Su-30MKI
El contrato para el diseño y suministro de 230 cazas polivalentes modernizados Su-30MKI, de la compañía rusa Sukhoi, se considera inequívocamente el contrato más ventajoso entre ambos países.
El Su-30MKI es una modificación del avión de cuarta generación Su-27, desarrollada específicamente según las exigencias de la Fuerza Aérea india. El país asiático invirtió más de 12.000 millones de dólares en adquirir esos aparatos, hecho que supuso un gran incentivo para la industria militar rusa en los años 90.
A partir de 2004, empezó a crear esas aeronaves la propia India, aunque la corporación HAL, encargada de la producción en territorio indio, se dedica por el momento al ensamblaje de las piezas suministradas por Rusia. Actualmente, se discute también la profunda modernización de los aviones, producidos para dotarlos con los equipos más modernos. El proyecto dio tan buenos frutos que Moscú decidió producir e incorporar 116 cazas Su-30SM en su propia Fuerza Aérea. Este modelo pertenece a la generación 4+, que tiene un elevado radio de acción. Además, está dotado de potentes herramientas radioelectrónicas y el motor Al-31FP con empuje vectorial.
El tanque principal T-90
Rusia es un país líder en las exportaciones de carros de combate, lo que se debe parcialmente al éxito del T-90 y un enorme contrato particular con Nueva Delhi, según el cual el país asiático adquirió primero, y luego empezó a producir, los potentes blindados rusos en su propio territorio. Está previsto que, mientras se prolonga el contrato, el Ejército indio tenga a su disposición hasta 2.121 tanques T-90.
Tal demanda se debe a una buena relación calidad-precio del blindado, cuya última modificación cuesta unos 4,3 millones de dólares, mientras que el precio de su más promocionado competidor, el Leopard 2, empieza a partir de los seis millones de dólares. El conflicto sirio ya ha mostrado que el carro de combate ruso no es en modo alguno inferior al alemán o incluso lo supera. En particular, brilla por su enorme resistencia contra los ataques.
Misil antibuque BrahMos
El misil supersónico ruso-hindú BrahMos representa una modificación del proyectil antibuque ruso P-800 Onix (Yakhont), desarrollada conforme a los requisitos del Ejército indio.
Es capaz de destruir objetivos a una distancia de 300 km y a velocidades de hasta 2,8M, aunque recientemente, el 14 de marzo, se han realizado pruebas del mejorado BrahMos-ER, con un alcance de 450 km. Se prevé que la India reciba hasta 2.000 misiles. El precio de cada unidad ronda los dos millones de dólares. Además, las modificaciones de esos proyectiles supersónicos pueden integrarse tanto en los buques como en los aviones, como por ejemplo el propio caza Su-30.
Fragatas Talwar (Proyecto 1135.6)
La construcción de las primeras tres fragatas del proyecto 1135.6 Talwar para Nueva Delhi, toman como modelo el buque de patrulla ruso del proyecto 1135. Las labores de diseño empezaron en 1999 en San Petersburgo y, siete años después, las partes firmaron otro contrato para suministrar a la India tres buques de patrulla más, si bien su construcción se realizaba ya en Kaliningrado.
Los Talwar poseen tecnología furtiva ('Stealth') y están dotados de ocho lanzadores de misiles Kalibr y BrahMos. Los buques del proyecto 1135.6 resultaron ser todo un éxito y, como sucedió también con los cazas Su-30MKI, Moscú decidió construir una serie para sus propias Fuerzas Armadas. Así apareció el proyecto 11356, una modificación del modelo Talwar. Las primeros tres naves ya han entrado en servicio en la Armada rusa.
Mientras tanto, la construcción del segundo conjunto de buques se vio estancada debido a la decisión de Ucrania de negar los suministros de turbinas de gas previstas por el proyecto. La India aprovechó la ocasión para comprar dos buques ya construidos en Rusia, mientras que, los motores, Nueva Delhi los adquirirá de Kiev por separado. Además, dos buques extras se construyen ya en los astilleros indios en el marco del programa Made in India. Así, el Ejército del país asiático tendrá seis fragatas Talwar y cuatro buques más del proyecto 11356, mientras que la industria rusa se ocupará de sustituir las piezas ucranianas en sus futuros buques de esta clase.
Caza de quinta generación FGFA
El proyecto ruso-hindú más prometedor y, paralelamente, el que tiene más piedras en su camino, es el caza de 5ª generación FGFA, que toma como modelo el T-50 PAK FA ruso. La 'manzana' de la discordia es la transferencia de las tecnologías a la India, y, como consecuencia, la viabilidad de la industria india para la producción de las piezas más sofisticadas, como el motor moderno y el fuselaje elaborado de materiales compuestos.
Mientras la parte rusa no se opone a la transferencia como tal —la práctica de las exportaciones bélicas rusas recurre regularmente a la transferencia de las versiones inferiores de sus equipos—, se subraya que, sin una industria innovadora, el resultado final no cumpliría con las exigencias para un avión de quinta generación.
En cualquier caso, las negociaciones están destinadas a pasar por dificultades, porque el contrato para 127 cazas FGFA se estima de 25.000 millones de dólares, un importe colosal incluso para una cooperación bélica tan desarrollada como la ruso-india. De superar las partes todas las divergencias, este contrato será la joya de la industria militar y de la cooperación tecnológica entre las dos potencias.
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