Desde el incendio del rompehielos Almirante Irizar en abril de 2007, cada verano se anticipan problemas para la campaña antártica nacional. No es para menos. En este gesto fuerte de soberanía nacional que debe hacer el Estado para mantener presencia y personal, se juega mucho dinero.
Las irregularidades en las últimas campañas le han costado duros cuestionamientos a los ex ministro de Defensa Augusto Puricelli y Agustín Rossi, más juicios y sospechas a los gobiernos sobre la relación de los funcionarios con los intermediarios en los procesos licitatorios. De hecho, la diputada Elisa Carrió anunció el miércoles pasado la realización de una auditoría propia sobre la base de presuntos ilícitos.
Según los números oficiales observó Clarín, en estos nueve en que el ministerio de Defensa debió recurrir al alquiler de buques y helicópteros extranjeros porque el Irizar sigue en reparación y a nadie se le ocurrió comprar uno para reemplazarlo, la movida para reabastecer las bases nacionales aumentó en diez millones de dólares. Más aún, en total, sumando años de campañas “cortas” y años de campañas “largas” se gastaron U$S 94.961.277 Si la primera campaña en la que estuvo ausente el Irizar costó USS 6.894.463, en la de 2015-2016 se gastaron U$S 23.664.000 millones. En ese tren el Gobierno lanzó un fuerte recorte para los gastos de este año con el fin de ahorrarse unos seis millones de dólares. De hecho, el ministro de Defensa Julio Martínez hizo caer la licitación para el alquiler de buques y helicópteros y ahora en su equipo negocian firmar acuerdos de Estado a Estado con Rusia, Finlandia o Sudáfrica y no se descartan algún alquiler a los israelíes.
Buque ruso Vasily Golovnin que abastece las bases argentinas en la Antartida en reemplazo del rompehielos Irizar. Foto: Luciano Thieberger.
Otro plano en el que Defensa busca abaratar costos al tiempo que audita lo ocurrido es en el sistema de compras. El año pasado se gastaron en alimentos comprados al Mercado Central para el personal antártico $ 76,1 millones. El presupuesto de este año será de $ 41,1 millones, es decir, $ 35 millones menos.
El presupuesto previsto para este año fijó como meta bajar los U$S 23 millones del año pasado a un gasto de USS 17.456.8886 para el alquiler de un rompehielos, de un buque polar, y de helicópteros pesados. Este año se debe hacer una campaña de las que llaman “largas”, para retirar la basura antártica de la base Belgrano 2 que el gobierno anterior dejó acumula a riesgo de que el país sea sancionado.
Fuentes del sector privado aseguraban hace unos días que la campaña antártica de este año corría peligro. Hay sin dudas intereses en estas denuncias, por ejemplo de Trade Baires, la empresas que con con el buque ruso Golovnin hizo la mayor parte de las campañas desde el incendio del Irizar hasta el año pasado, con una sola interrupción.
En la licitación que se hizo este año había cuatro compañías. En Gobierno todavía igual no descartan que con una contratación inmediata, pero negociada en costos, se pueda igual recurrir a un contrato que también incluya alguna de ellas. “Tenemos plan A, B y C, pero la campaña antártica se hace”, aseguró Martínez.
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