Por José María Donati | Para LA NACION
Es
la economía, estúpido." Utilizando esa frase como eslogan, Bill Clinton
llegó a la presidencia de los Estados Unidos en 1992 tras derrotar a
George Bush padre, que luego de la Guerra del Golfo había alcanzado el
90% de aceptación entre los votantes.
La ciudad de Buenos Aires, mirada a partir de indicadores socioeconómicos individuales o bien combinando algunos de ellos, siempre muestra una situación repetitiva: la preeminencia de indicadores más benévolos en las comunas 13, 14 y 2 (que comprenden los barrios de Belgrano, Colegiales, Núñez, Palermo y Recoleta), agrupadas en el norte porteño, por sobre las otras comunas que componen el centro y el sur de la Capital.
Aunque algunos se empeñen en pensar lo contrario, la ciudad autónoma de Buenos Aires es una parte más de la Argentina y, por ello, no escapa a los efectos de un modelo económico que se caracteriza, entre otras cuestiones, por la exclusión y por la escasa, o casi nula, movilidad social.
Así como las comunas del Norte tienen mejores indicadores que las del centro y las del Sur, la ciudad, globalmente, tiene mejores indicadores que el resto del país. Esto se explica por la presencia y el alcance del aparato estatal porteño, que sostiene no solamente las necesidades de los habitantes de su distrito, sino que asiste directamente con servicios concretos para los vecinos.
Principalmente, por ejemplo, acciones que inciden en lo educativo, en la salud y en el transporte, y que también alcanzan a amplios sectores de la población del Gran Buenos Aires y también de otras provincias.
Hay un dato muy relevante que arroja la encuesta de hogares 2012 de la ciudad: las comunas 2, 13 y 14 muestran un ingreso per cápita familiar que es un 43% superior al promedio de la ciudad. Pero también el 50% de la población de 25 años o más en estas comunas mencionadas completó estudios superiores, un porcentaje sustancialmente mayor que el promedio general de la ciudad (32%), y muy lejos del de la comuna 8 (que comprende los barrios de Villa Lugano, Villa Soldati y Villa Riachuelo), donde alcanza apenas al diez por ciento.
Sin lugar a dudas, la educación es el puente hacia la superación personal y hacia el ascenso social, y en este modelo el hijo de un hogar "acomodado" será, a lo sumo, "acomodado" y el hijo de un hogar pobre será, casi inexorablemente, pobre.
Si nos acordamos de aquella frase que popularizó el ex presidente de los Estados Unidos Bill Clinton y de que la ciudad de Buenos Aires está enclavada en la República Argentina, pues bien, prácticamente está todo dicho: es la economía..
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