Por Fernando Ravaglia
| Para LA NACION
Atraer gente, capacitarla y retenerla mediante buenas condiciones de vida y trabajo es el problema por resolver.
En
un país con desocupación se da la paradoja de que cada vez cuesta más
conseguir gente que quiera trabajar en el campo, y cuando aparece, nos
encontramos con personas que no están capacitadas, que no tienen actitud
ni disposición para las responsabilidades que implica la vida laboral o
que se quedan un tiempo, ganan unos pesos y se quieren ir al pueblo
nuevamente.
Algunas causas del problema son los siguientes:
- Los planes asistenciales, que en su momento se originaron como una solución justa e imprescindible para el problema de la pobreza extrema, hoy se desvirtuaron y convirtieron en un estímulo para la precariedad, y nos encontramos con muchos candidatos que cuando se enteran de que proponemos un trabajo en blanco y en regla nos contestan: "¡No, en blanco no, porque si no me pierdo el plan!", y obviamente se dejan de lado porque nadie quiere tener un accidente con un empleado en negro.
- La pérdida de la cultura del esfuerzo y el trabajo. Hace medio siglo uno se encontraba con muchas personas que tal vez no estaban alfabetizadas, pero que tenían mucha predisposición a esforzarse y aprender un oficio para progresar trabajando. Hoy, se da en muchos casos la paradoja de gente que sabe leer y escribir, pero que no tiene las actitudes necesarias para la vida laboral. No encontramos predisposición al esfuerzo, no se confía en el trabajo como un medio de progreso. La responsabilidad, el orden y la limpieza son hábitos que muchos consideran intrascendentes. La gente habla permanentemente de sus derechos sin acordarse de que por cada derecho se contrapone una obligación. Digámoslo claramente: no se preparan, en la escuela o en la vida familiar, personas dispuestas a enfrentar el desafío de la vida laboral.
- Tareas pendientes. Si bien no es una condición general, encontramos aún muchas empresas con condiciones de viviendas precarias. Mejoramos en las comunicaciones telefónicas y en la televisión satelital, pero los eternos caminos de tierra, a pesar de pagar contribuciones municipales cada día más altas, nos condenan a ser argentinos de segunda, aislando a las familias cada vez que llueve, dificultando la ida al colegio primario de los más chicos, sin mencionar otros problemas. La secundaria sigue aún limitada a los pueblos.
El trabajo en el campo tiene fama de ser duro y sacrificado. ¿Qué trabajo no lo es? Ahora, cuando veo a la gente de las zonas urbanas que pasan de dos a tres horas por día viajando peor que bestias, colgados de trenes o colectivos arriesgando la vida, y los comparo con empleados rurales que viven donde trabajan y, además de comer mucho mejor, tienen hasta tiempo de tomarse unos mates o dormirse una siesta, me parece que lo que tenemos es un grave problema de marketing.
Atraer gente, capacitarla y retenerla mediante buenas condiciones de vida y trabajo es el problema por resolver si queremos seguir adelante con esta actividad. Si no lo resolvemos nosotros, ¿quién lo hará?.
a donde es eso que necesitan gente? y donde es eso donde duermen la siesta? y sabias que la fuete de trabajo con mas empleado en negro y explotacion de menores y sin contar con el mas alto indice de accidentes. ganan una miseria, te lo digo yo que con conocieminto ya que hago mantenimientops a generadores electricos y estoy en los campos. creo que estas meando fuera del tarro mal.
ResponderEliminarla gente no es tonta.
tenes que tener un poco mas de responsabilidad cuando volcas tus pensamientos.
sino ese trabajito lo va hacer el tiempo
martin de mar del plata
Y que van a retener, si vieran como estan los peones de campo en la Patagonia Norte, da pena. Porque si bien es cierto que el gobierno nacional y provincial tienen su cuota de responsabilidad, tambien es verdad que los patrones, la mayoría de los cuales viven comodamente en Buenos Aires, tratan a gauchos e indios por igual con un absoluto desprecio por la dignidad humana. Y esto me hago cargo de lo que digo, porque lo veo a diario con mis propios ojos.
ResponderEliminarbien, eso demuestra lo útil y lamentablemente lo necesario que son los planes sociales, sirven claramente para fijar un mínimo de dignidad y hacerle las cosas más difíciles a quienes buscan explotar a otros, si se les ofrecieran un empleo bien remunerado y estable no tendrían esos problemas. Por otro lado hasta parece sarcástico que consideren una ventaja vivir en el campo donde se trabaja cuando conocemos las condiciones de tales viviendas en las mayoría de los caso,
ResponderEliminarmuy bien esto es para que se den cuenta los critican grandes logros como la asignacion universal por hijo
Si ofrecieran sueldos dignos la gente aceptaria pasar a estar en blanco, aun perdiendo los planes... pero con los sueldos que ofrecen.. no quieren empleados quieren siervos.
ResponderEliminary donde estan los organismos de control???
ResponderEliminarL.B.A.