Por Julián Obiglio
| Para LA NACION
Nuestras
fronteras adolecen de gravísimas fallas de control terrestre, marítimo y
aéreo, y frente a ello la pregunta obligada es si estamos en presencia
de funcionarios públicos inoperantes e irresponsables o si aquellos
errores son voluntarios y responden a una deliberada complicidad
delictual.
Pasadores en Aguas Blancas, Salta |
Los radares Rasit tienen un radio de alcance de apenas veinticinco kilómetros y son utilizados en el campo de batalla para detectar vehículos blindados y formaciones de infantería. Evidentemente esos radares no fueron de utilidad para el rastreo de grupos de escasa cantidad de personas en zonas de monte denso como el de nuestro Norte ni para detectar aeronaves, que lógicamente vuelan por encima de los cuarenta metros de altura.
Sin radares, sin aviones
Por otro lado, el acuerdo de fabricación celebrado con Invap nunca se cumplió. De todas formas, aunque se hubiese cumplido, lo cierto es que con tan sólo seis radares 3D se lograba muy poco en lo que a la protección de nuestras fronteras se refiere. Para cubrir eficientemente el límite norte de nuestro país, con el grado de superposición necesario entre radares, hacen falta por lo menos veintidós radares 3D.
Hoy en día únicamente hay dos radares con esas características funcionando, aunque solamente lo hacen algunas horas al día. Pero hay algo más escandaloso aún: aunque detecten alguno de los más de cien vuelos ilegales que todos los días atraviesan nuestra frontera, no hay aviones de la fuerza aérea en condiciones de interceptarlos o, si fuera necesario, derribarlos.
Todos esos vuelos ilegales aterrizan y despegan de alguna de las más de mil quinientas pistas clandestinas que hay en nuestro país, ingresando o extrayendo con absoluta impunidad drogas, armas, niños, mujeres, criminales o productos de todo tipo, tamaño y color.
La obligación de proteger y controlar nuestras fronteras no admite medias tintas, debe ser firme y definitiva.
Si el Gobierno no lo hace, es porque deliberadamente ha decidido ser parte del problema..
Cuando hay una ineptitud manifiesta en la gestión, esta es otra de las consecuencias. Militar no es lo mismo que gestionar...
Sin palabras!!!
ResponderEliminarY la ley de derribo para cuando? hacerla ley y dejar de ser pasivos es la mejor forma de persuadir a cuanto delincuente quiera violar nuestro espacio nacional.
ResponderEliminarL.B.A.