Los investigadores creen que este nuevo material
puede ser una «bendición» en los países donde la población bebe agua
contaminada cada día
La
arena se ha utilizado para purificar el agua desde hace más de 6.000
años, un método que en sociedades donde el agua embotellada se paga a
precio de oro puede parecer algo rudimentario, pero que ha sido
respaldado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Ahora,
investigadores de la Universidad de Rice en Houston (EE.UU.) han logrado crear una especie de «superarena» que puede hacer esta misma función de una forma mucho más eficaz. Según el estudio, publicado en la revista Applied Materials & Interfaces de la Sociedad Americana de Química, este nuevo material podría ser «una bendición económica» para los países en desarrollo, donde más de mil millones de personas carecen de agua potable y se ven obligadas a beber agua contaminada cada día.
Los
investigadores continúan investigando para mejorar la eficacia de su
ingenio, de forma que pueda eliminar aún más contaminantes.
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