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Rusia busca nuevos mercados de venta de armas y equipos militares. A
menudo invadiendo la esfera de intereses de los tradicionales jugadores: los países de Europa Occidental y EE UU.
“Los países de esta zona están divididos en tres grupos: los primeros son aquellos Estados que la Unión Soviética apoyó por razones ideológicas; los segundos, aquellos con quienes hemos tenido un contacto limitado; y los terceros, aquellos con los que todavía no tenemos manera de mejorar las relaciones por las mismas razones políticas de siempre”, dice el director del Centro de Análisis de Estrategias y Tecnologías, Ruslán Pujov.
“Los países de esta zona están divididos en tres grupos: los primeros son aquellos Estados que la Unión Soviética apoyó por razones ideológicas; los segundos, aquellos con quienes hemos tenido un contacto limitado; y los terceros, aquellos con los que todavía no tenemos manera de mejorar las relaciones por las mismas razones políticas de siempre”, dice el director del Centro de Análisis de Estrategias y Tecnologías, Ruslán Pujov.
El desarrollo de las relaciones técnico-militares
con los países del Golfo Pérsico debe como un área no tradicional de presencia
rusa. Y si bien no se puede hablar de contratos de miles de millones de
dólares, el propio hecho de la presencia de Moscú en esta región, ya es un gran
logro.
Según los expertos, el primer grupo de países se incluyen
Irán, Irak, Siria y Yemen; el segundo: los Emiratos Árabes Unidos, Kuwait y
Bahréin, y el tercero: Arabia Saudí y Qatar.
Los mercados de estos países resultan para Moscú
muy prometedores en caso de que se produzca una reducción gradual del ritmo de
cooperación técnico-militar con China y la India, países que suponen el mayor
volumen de exportación de la compañía Rosoboronexport. Solo en este año, esta
empresa estatal logró ganar 13.000 millones de dólares.
En la actualidad Moscú participa activamente en
prácticamente todos los salones técnico-militares que se llevan a cabo en los
países del Golfo Pérsico.
La gama principal de las armas que se presentan son las
últimas armas de combate rusas multifunción Su-35 y MiG-35, la de entrenamiento
Yak-130, la de combate MiG-29 SMT y Su-30MK2, el interceptor de altura MiG-31E,
el avión de transporte militar Il-76MF, helicópteros de combate Ka -52, Mi-28N
y Mi-35M, Mi-26, y de transporte, Mi-171Sh.
Además, los productores rusos de equipos de defensa
proponen un sistema de defensa antiaérea Pantsir y los C-400 Triunf, armas de
fuego para las fuerzas especiales.
A pesar de la amplia gama de propuestas, la posición
económica de Rusia en la región no es como se quisiera. Ruslán Pujov destaca
que la cooperación con Teherán casi se vino abajo debido a las sanciones
internacionales.
En este sentido, Bagdad firmó un contrato para la compra
de las armas rusas más avanzadas por valor de más de 4 millones de dólares, lo que de un momento a
otro anulará bajo presión al principal rival de Rusia, Estados Unidos.
En los últimos años Rusia, -dijo Ruslán Pujov-,
trató insistentemente de conseguir una
buena disposición del Gobierno iraquí, y para ello utilizó instrumentos
políticos y económicos al alcance. Es importante señalar que Rusia, al igual que Irak,
apoya a Irán en materia de suministro de las fuerzas armadas sirias y la
prestación de asistencia material a las autoridades de Siria.
Sin embargo, Estados Unidos, Arabia Saudí, Turquía
y la mayoría de los países de Europa se oponen a ello.
Irak depende de la asistencia financiera de EE UU,
pero en la cuestión iraní, no está preparado para hacer concesiones ya que
precisamente el apoyo a Teherán permite mantener bajo control a los chiítas,
representados en el Gobierno de coalición.
Sin embargo, Bagdad fácilmente puede negarse a
cooperar con Rusia por temor a perder a Washington como poderoso patrocinador.
Actualmente en Irak, Moscú suministra una gama de
nuevos sistemas de armas y equipos militares: el antibuque costero Bal, el
sistema de misiles antiaéreos Pantsir, sistemas portátiles de defensa aérea
Iglá y el sistema antitanque Kornet.
Por otra parte, la cooperación con el régimen de
Bashar al-Assad no conllevó grandes beneficios económicos para Rusia. En primer lugar, Siria es 'limitadamente solvente'.
En segundo lugar, Damasco arruina gravemente la postura de Moscú con sus
acciones. Proporciona, a pesar de los acuerdos, armas rusas a los grupos
rebeldes en los países vecinos.
Entro otros, Rusia tuvo un conflicto con Israel,
cuando el complejo antitanque Kornet, suministrado por Moscú a Damasco apareció
entre las armas utilizadas por los rebeldes libaneses.
El apoyo de Moscú al régimen de Bashar al-Assad no
favorece el desarrollo de la cooperación con Arabia Saudí y Qatar, los
compradores más ricos de armas y de equipo militar en la
región.
Aunque hay ejemplos de éxito de cooperación con los
países del Golfo Pérsico. Por ejemplo, las relaciones con los Emiratos Árabes
Unidos y Kuwait se desarrollan de manera dinámica.
Moscú y Abu Dabi consiguieron cerrar un contrato
para construir uno de los sistemas antiaéreos más avanzados, con misiles y
armas Pantsir, diseñado para proteger las instalaciones políticas,
administrativas, económicas y militares más importantes de los ataques aéreos. El lanzador puede colocarse de diferentes maneras:
sobre ruedas, sobre cadenas de oruga, en el equipamiento naval o como
instalación permanente. Incluye dos cañones automáticos de 30 mm que disparan
explosivos rompedores y proyectiles.
Además, hay también un 'paquete' de dos bloques de
seis misiles antiaéreos hipersónicos. El área de alcance es de 12 kilómetros,
desde una altura de 5 metros. Una de las características importantes del
sistema es que es el único en el mundo capaz de disparar a blancos en
movimiento.
En Kuwait, Moscú colocó los automóviles de combate
de infantería BMP-3. El gigante automovilístico ruso Kamaz alcanzó cierto éxito
ya que proporcionó a la región 1.500 camiones militares y civiles.
Considerables progresos se realizaron en Jordania.
Moscú y Amman formaron una empresa conjunta para
producir el nuevo complejo ruso antitanques Jashim.
La particularidad de esta arma, a diferencia de las
granadas de mano convencionales, es que consta de dos partes: un conjunto de
arranque múltiple y una colección de cartuchos reutilizables y desechables.
Dependiendo de la situación de combate, Jashim
permite utilizar o un perforante (contra un tanque o vehículos de combate de
infantería), o unidades de combate termobáricas (contra la fuerza viva). El
lanzagranadas abate con éxito blancos a una distancia de 700 metros.
Como destacó Ruslán Pujov, “a pesar de la existencia de
toda una serie de limitaciones políticas, Moscú tratará de encontrar la manera
de interactuar con todos los países del Golfo Pérsico”.
Fuente: http://rusiahoy.com/articles/2012/11/27/la_venta_de_armas_rusas_en_el_golfo_persico_22171.html
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