Por Laura Rocha
Se vieron muchos trabajos en la vía pública, pero no cumplió con la promesa de extender el subte y de no aumentar impuestos
Foto: Alfredo Sabat
Mañana, el gobierno encabezado por Mauricio Macri cumplirá un año al frente de la ciudad. Si se pudieran pasar por un tamiz las promesas que luego se convertirían en realidades, claramente se puede decir que el líder de Pro no podrá cumplir por lo menos dos de ellas: que realizaría 10 kilómetros de subte por año y que no aumentaría los impuestos.
Mañana, el gobierno encabezado por Mauricio Macri cumplirá un año al frente de la ciudad. Si se pudieran pasar por un tamiz las promesas que luego se convertirían en realidades, claramente se puede decir que el líder de Pro no podrá cumplir por lo menos dos de ellas: que realizaría 10 kilómetros de subte por año y que no aumentaría los impuestos.
En cambio, lo que nadie podría reprocharle es que sí puso en marcha en estos doce meses la reforma del elefantiásico Estado porteño, las obras de bacheo y reparación de veredas, la descentralización de varios servicios clave para el vecino y la creación de la Policía Metropolitana, cuya puesta en marcha será uno de los ejes centrales de su gestión el año próximo. Según el balance del propio jefe de gobierno, "lo peor" de este año fue la mala relación con el gobierno nacional. Para Macri, la desavenida relación provocó que se cayera el financiamiento externo con el que pensaba afrontar obras de infraestructura vitales para la ciudad. El Ministerio de Economía de la Nación tampoco dio los avales para la obtención de un préstamo internacional para la extensión del subte.
LA NACION hizo un repaso área por área de los anuncios que realizó el jefe de gobierno y los comparó con la situación actual.
-Seguridad. Creó la Policía Metropolitana. Según promete, para el año próximo habrá 500 agentes controlando las calles porteñas. Es la gran apuesta de la gestión para 2009.
-Basura. A pesar de que criticó duramente el actual sistema de recolección de residuos, prorrogará los contratos de concesión por un año, ya que aún no se aprobó en la Legislatura la nueva licitación por 10 años. Los contenedores que prometió en cada esquina de Buenos Aires sólo empezarán a llegar en estos días. Comenzó con una campaña de difusión y concientización para que los vecinos mantengan limpias las calles. La separación de residuos que exige la ley basura cero todavía no comenzó. La ciudad no está más limpia que hace un año.
-Villas. No hubo un avance notorio. Sólo hace una semana se aprobó por ley el traspaso de funciones del Instituto de la Vivienda a la Corporación del Sur para que urbanice las doce villas que están en esa área de la ciudad. Hace un mes estalló un conflicto con los habitantes de las villas 31 y 31 bis que obligó a la administración porteña a tomar medidas. La primera será un censo, que comenzará el año próximo. Además, relevó las construcciones peligrosas en la villa e intervino en ella para realizar clausuras.
-Subtes. Es la gran frustración del jefe de gobierno. No podrá comenzar con las nuevas líneas que propuso. El año próximo sólo se seguirá con las obras que ya estaban planificadas en las líneas A, B y H.
-Tránsito. Extendió los carriles exclusivos para taxis y colectivos que existían en las avenidas Pueyrredón y Córdoba. Según cifras oficiales, logró disminuir 26 por ciento los tiempos de viaje en colectivo. También aumentó hasta 300% los precios de los peajes de las autopistas administradas para desalentar el ingreso de autos en la ciudad. En el mismo sentido eliminó 1500 parquímetros del centro porteño y avanzó en el plan Prioridad Peatón para hacer más amigable la ciudad. Comenzó la construcción de viaductos que eliminarán pasos a nivel. Por ahora, el tránsito sigue siendo problemático.
-Inundaciones. A poco de asumir, la ciudad sufrió una grave inundación tras una fuerte tormenta. Entonces admitió que pasarán años hasta que el tema sea solucionado y decidió emprender las demoradas obras hídricas en el arroyo Maldonado.
-Riachuelo. Hubo poco avance. Se compraron los equipos para realizar el monitoreo del aire en la zona y se dispusieron más inspecciones en las industrias asentadas en la ciudad.
-Impuestos. Los operativos de fiscalización se incrementaron y comenzó un estudio casa por casa para detectar construcciones no declaradas y hacer nuevas valuaciones. Aplicó este año enormes aumentos en concepto de ABL, suba consensuada antes de asumir con las otras fuerzas políticas. En el proyecto de ley tarifaria y Código Fiscal el gobierno local pretende volver a cobrar el impuesto al sello en contratos privados que hoy no están gravados. También aumentar la alícuota de Ingresos Brutos a actividades económicas al mismo nivel que en la provincia de Buenos Aires. Ante el contexto económico internacional y local, Macri supone que habrá una caída de 30 puntos en la recaudación para 2009.
-Escuelas. Cuando asumió, prometió que en tres meses las escuelas estarían refaccionadas. Ni siquiera con la contratación directa de las obras el plazo pudo cumplirse. Según afirman, hoy ya no existen problemas de suministro de gas y se realizaron trabajos en 600 escuelas.
-Empleo público. Intervino la obra social y comenzó el censo de empleados. Hasta el momento se censaron 103.000 empleados. Eliminó 4000 contratados. Macri dice que "todavía hay ñoquis".
-Hospitales. Es el área que tiene más atraso. No cumplió con la incorporación de cuatro centros de salud por año para la atención vespertina. Se hicieron obras en algunas guardias.
-Espacio público. Renegoció casi 600 concesiones que estaban vencidas en la ciudad. Seleccionó finalistas para la adjudicación del mobiliario urbano (la cartelería pública), pero un fallo judicial le impidió avanzar. La semana pasada la Justicia destrabó el proceso.
Fuente: Diario La Nación
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