Por Mauricio Giambartolomei - LA NACION .
En un plazo de cuatro años, las ocho líneas del área metropolitana tendrán un dispositivo que funciona de forma independiente y sin necesidad de que lo active el maquinista
Foto:LA NACION/Ministerio de Transporte
En los próximos cuatro años, todos los trenes del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) tendrán instalado el sistema de frenado automático, conocido como ATS (sigla en inglés de Automatic Train Stop), que permite detener las formaciones en situaciones extremas y sin la participación del maquinista. Con este dispositivo los trenes que crucen una señal en rojo o que ingresen en una estación a una velocidad más elevada de lo permitido detendrán su marcha sobre las vías con el fin de evitar posibles colisiones.
El mecanismo, que hoy sólo funciona en el 10% de la flota de la línea Roca, pretende saldar una deuda histórica con el sistema de frenado ferroviario que no se moderniza desde hace más de 30 años. Tiene como objetivo principal evitar dos de las situaciones que comúnmente terminan en accidentes fatales, las mismas que provocaron las tragedias de Once y Castelar, y que dejaron un saldo de 54 muertos.
El proyecto, anunciado ayer por el ministro de Transporte de la Nación, Guillermo Dietrich, contempla una inversión total de 250 millones de dólares que saldrán del Tesoro nacional y de organismos internacionales con los que el Gobierno está negociando. Las 1700 formaciones que circulan a diario en la ciudad de Buenos Aires y el área metropolitana irán incorporando el ATS en forma progresiva, y se espera que para 2020 la totalidad de los trenes cuente con el dispositivo.
La línea Roca sería la primera en sumar el ATS en la totalidad del recorrido (la gestión anterior de Transporte dejó listas las instalaciones). En el primer trimestre de 2018 se sumarían las líneas Urquiza, San Martín y Belgrano Norte y Sur. En el tramo final de este plazo de cuatro años se completarían las líneas Mitre y Sarmiento.
"Ninguno de los accidentes que tuvimos en los últimos años habría ocurrido con esta tecnología. Nunca se tomó la decisión de implementar el ATS. Ni en cinco, 10, 20 y 30 años se utilizó este mecanismo rápido y efectivo", sostuvo Dietrich durante la presentación. "La inversión no es descabellada para el sistema ferroviario", agregó.
Los accidentes de Once y Castelar provocaron la reacción del gobierno anterior y una mejora del sistema ferroviario. A la renovación del material rodante se le sumaron mayores controles a los maquinistas y lineamientos de seguridad más efectivos. El ATS se incorpora entonces para completar el combo de seguridad para los 300 millones de pasajeros que viajan todos los años en el AMBA.
El sistema funciona de manera independiente a los frenos tradicionales, el de emergencia y hombre vivo, opciones con las que cuenta el motorman para detener la formación. El funcionamiento del ATS no necesita una interacción humana ya que se trata de una bobina colocada entre los rieles que detecta la velocidad excesiva en una estación o el cruce de una señal en rojo. El dispositivo se activa con un sensor instalado en la cabina de la locomotora que acciona los frenos en forma independiente.
"Las mejoras tras el choque de Once fueron hacia el maquinista y no sobre las formaciones. De esta manera, con el ATS, la seguridad del viaje no descansará sólo en la pericia humana", explicó el secretario de Gestión del Transporte, Guillermo Kranzer. El funcionario destacó que el freno de emergencia se puede instalar en trenes de carga y pasajeros, sin importar la antigüedad de la formación.
La decisión de introducir estas mejoras, según contó Dietrich, se tomó en los últimos días de 2015, después de analizar varias opciones. Del equipo de trabajo participaron representantes de la Administración de Infraestructura Ferroviaria (Adifse), de la Operadora Ferroviaria Sociedad del Estado (Sofse), de la Comisión Nacional de Regulación de Transporte (CNRT) y del Ministerio de Transporte de la Nación. "Estuvimos todos sentados a una misma mesa, algo que no era usual en otros tiempos", dijo el ministro.
Además de actualizar el sistema de frenado de toda la red ferroviaria con tecnología que se utiliza en los países más desarrollados del mundo, la incorporación del ATS busca diferenciarse en otros aspectos. La modernización pretende mejorar las condiciones laborales de los 23.000 trabajadores de las ocho líneas del AMBA. De ellos, 20.000 se dedican a la operación diaria entre conductores de trenes eléctricos, maquinistas de locomotoras, ayudantes de conducción, guardas, señaleros, operadores de Control de Trenes, auxiliares, personal de estaciones y cuadrillas de mantenimiento.
Los maquinistas recibirán una capacitación sobre el funcionamiento del ATS, aunque muchos de ellos ya conocen el sistema porque forma parte de los conocimientos que deben incorporar antes de subirse a un tren.
Las bobinas entre los rieles y los sensores en las locomotoras ya comenzaron a instalarse, y en un plazo estipulado de 45 meses debería estar operativo en las ocho líneas metropolitanas. Serán unas 1700 las formaciones adaptadas y alrededor de 1500 kilómetros de vía, que representan una red de 815 kilómetros, aún más seguras que los trenes actuales, mejorados tras la muerte de 54 personas.
"Es esencial volver a invertir en los ferrocarriles", sintetizó Dietrich en el primer anuncio importante de su gestión. El desafío que tiene por delante todo el equipo de Transporte es ambicioso y promete brindar el 100% de seguridad.
Avanza el proyecto RER
El proyecto de la Red de Expresos Regionales (RER) que incluye, entre otras obras, una gran estación ubicada debajo del Obelisco, avanza a paso firme. El equipo del Ministerio de Transporte informó ayer que se encuentra en etapa de definiciones para comenzar a realizar los túneles. Con todo el apoyo del Gobierno la idea de concentrar subtes, colectivos y trenes en una megaestación comienza a tomar forma.
Nuevos pasos bajo nivel
Cuarenta de ellos se lograrían con la construcción de los viaductos San Martín y Belgrano. El resto serían obras independientes. La ciudad de Buenos Aires cuenta con 26 pasos bajo nivel que sustituyeron los cruces con barreras. Hay tres que se inaugurarán en los próximos meses. El Ministerio de Transporte de la Nación se propone como objetivo llegar a los 100 pasos bajo nivel en toda el área metropolitana en un plazo de cuatro años
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