De todo el antiguo arsenal de países del extinto pacto de Varsovia, el fusil de precisión Dragúnov (SVD por sus siglas en ruso) es una de las armas más deseadas en Occidente. Su elegante silueta, robustez y fiabilidad (características generales de casi cualquier arma rusa) lo dieron a conocer; su fama de servicio impecable durante más de cuatro décadas, sumada a la dificultad que existió por años para llegar a ver uno, lo rodearon de un halo de misterio.
Versiones
El Dragúnov puede considerarse un fusil anticuado dentro del exclusivo grupo de armas de precisión, teniendo en cuenta que entró en servicio hace más de 40 años, en tiempos en que los Estados Unidos utilizaban en varias misiones el fusil Springfield 1903A4 y el Garand M1D, que fueron reemplazados años después por el M24 actual. Lo más sorprendente es que, a pesar del tiempo pasado desde su adopción, nunca haya necesitado modificaciones de importancia, lo que dice mucho acerca de su diseño. En los últimos años, Rusia ha adoptado otras armas de precisión que lo complementan en misiones específicas pero el SVD y sus modificaciones (SVDK de calibre 9,3x64 y SVDS con culata plegable) siguen siendo armas muy apreciadas por las tropas y sin duda seguirán en servicio varios años más.
Su creador, Yevgueni Fiódorovich Dragúnov (1920–1991), nació en Izhevsk en una familia con antepasados armeros. Su abuelo trabajaba en la Fábrica de Armas de Izhevsk, capital de las armas ligeras rusas. En 1934, habiendo terminado la escuela secundaria, entró en la Escuela Técnica Industrial; después de la graduación, entró en la fábrica en calidad de técnico de procesamiento de metales. Su primer proyecto fue mejorar la técnica del mecanizado de la bayoneta del fusil Mosin М 1891/30.
El joven técnico se caracterizaba por su modo de pensar poco común. Su carrera profesional iba en ascenso. Pero, en cierto momento, dejó de ser dueño de su destino. En 1939 fue reclutado por el Ejército y empezó su servicio en el taller de reparación de un regimiento. En los años de la Segunda Guerra Mundial, Yevgueni fue ascendido al puesto de armero principal del taller. Por sus manos pasaron miles armas de fuego de procedencia soviética, alemana, italiana, norteamericana, inglesa... El joven armero apreciaba cada detalle. Además, era un fantástico tirador y participaba en todas las competiciones de su unidad. Muy observador de carácter, Yevgueni aprendió el arte del tiro de precisión sin tomar clases.
Al término de la guerra Dragúnov volvió a su antigua fábrica e ingresó en el departamento de diseño en calidad de diseñador. Sin embargo, pronto se dio cuenta de que para los planes que tenía necesitaba ampliar sus conocimientos y así, sin abandonar su trabajo, ingresó en un instituto de enseñanza superior.
Entretanto le encargaron la mejora del mecanismo de recarga del fusil de precisión Mosin М1891/30 puesto que el viejo sistema tan solo permitía insertar cartuchos en el cargador de uno en uno. Resultado del encargo fue un soporte que permitió recargar el fusil con todos los cartuchos a la vez.
Sus colegas cuentan que el veterano fusil Mosin М 1891/30 fue el sistema más respetado por Yevgueni Dragúnov. A partir de este, el diseñador desarrolló una amplia gama de fusiles deportivos.
No sería exagerado decir que Dragúnov marcó una nueva tendencia en las escuelas de diseño de armas rusas. Como ingeniero principal diseñó 27 variadas armas de fuego, incluidas los fusiles MTs-50, ATsV-50, el Zenit, Strela, Taiga, el SM, Biathlon-7-2, Biathlon-7-3 y Biathlon-7-4, algunas de ellas utilizadas por ganadores de varias medallas de oro en los Juegos Olímpicos.
De allí que no fuese casual que precisamente a este diseñador le fuera encargado en 1958 el diseño de un fusil de precisión semiautomático. La necesidad de una nueva arma de precisión se hizo evidente entre el alto mando soviético en la década de los 50 al ser formulado un nuevo concepto de táctica de fuego de precisión en el campo de batalla: móvil y con muchos objetivos a abatir, hechos que requerían un fuego no solo preciso, sino también rápido y con cambios de posición de tiro constantes. De hecho, se trataba de prescindir de la vieja táctica de esperar un momento varias horas para “cazar” a un oficial adversario.
Usos del SVD
El nuevo fusil estaba llamado a potenciar el tiro de precisión en pelotón a distancias de fuego eficaz mayores que las de los Kaláshnikov en cualquier condición meteorológica y climática, ya fuera desde un refugio o en movimiento, en situaciones de suciedad, calor o de lluvia intensa.
Como comparación, si los diseñadores del AK-47 apostaban por un fuego automático masivo, en el caso del nuevo fusil se trataba de cambiar la filosofía de uso de armas ligeras en combate a favor de la conocida fórmula de los francotiradores resumida en la expresión “un tiro, una baja”. Testimonian las estadísticas de la guerra en Vietnam que para eliminar a un adversario los soldados estadounidenses gastaban en promedio 17 mil cartuchos; quizá fuera una de las razones por las que perdieron la guerra.
Tras el abandono del SVT-40 por el Ejército soviético todavía en los años de la Segunda Guerra Mundial y la decisión de dar de baja al “anciano” Mosin en su versión para francotiradores, parecía inmediata la necesidad de un nuevo fusil de precisión. Serguéi Símonov sometió a modificación la carabina SKS-45 en 1946, cambiando el calibre estándar de 7,62 x 39mm, pero las pruebas mostraron que no era tan preciso como el fusil Mosin M1891/30.
En el concurso de fusiles para el cartucho 7,62 х 53, Yevgueni Fiódorovich Dragúnov tuvo que enfrentarse con rivales tan imponentes como su colega y compañero de trabajo también del departamento de diseño de la planta de Izhevsk, Mijaíl Kaláshnikov, y los diseñadores Fiódor Bárinov y Alexandr Konstantínov. Puesto que dos modelos de fusiles presentados por Kaláshnikov no respondían a los requisitos para el nuevo fusil planteados por el Ministerio de Defensa, y el mismo Kaláshnikov estaba muy ocupado con otro proyecto (el de la ametralladora ligera) el famoso diseñador tuvo que retirar sus fusiles del concurso. La competencia más seria para Dragúnov la supuso el equipo de Konstantínov. Su fusil superaba al primer prototipo de SVD en precisión pero, al mismo tiempo, la producción era más costosa y difícil de adaptar a la fabricación en grandes series, algo que necesitaba el numeroso Ejército soviético. Gracias a su maestría y experiencia personal como tirador, Dragúnov pudo introducir las mejoras necesarias en su prototipo. Su fusil, aunque presentado el mismo año en que fue anunciado el concurso, fue definitivamente adoptado por el Ejército en 1963 como la combinación más aceptable entre los requerimientos para armas de francotiradores y las exigencias generales como arma de combate.
La precisión de la nueva arma fue sustancialmente mejorada por un cartucho especial para francotiradores mucho más exacto, con bala pesada de núcleo de acero duro, desarrollado por Sábelnikov, Sazónov y Dvorianínov. Sin embargo, el fusil podía usar todo tipo de cartuchos ordinarios de 7,62 х 53: incendiario, trazador, etc.
Datos técnicos
El SDV usa municiones de 7,62 x 53 mm de varios tipos. Aunque acepta el viejo cartucho del Mosin M1891/30, el más preciso es el 7N14 de bala pesada, desarrollado especialmente para el tiro de precisión. Los disparos se efectúan de un tiro por vez (no por ráfagas). Está dotado de un cañón estriado de cuatro pasos, con alcance efectivo de entre 1200 y 1300 m (dependiendo del tipo de mira). La velocidad del proyectil es de 830 m/s en la boca del cañón. Pesa 4,3 kg descargado y puede almacenar hasta 10 proyectiles de 9,6 g cada uno.
Sistema óptico El SVD viene con una mira telescópica estándar PSO-1 4×24 que incluye una retícula operada por batería y un filtro infrarrojo pasivo. En el momento de su desarrollo, la mira telescópica PSO-1 era considerada una de las miras de francotirador más avanzadas jamás diseñadas. Tiene un factor de aumento 4x, es decir, una imagen colocada a 100 metros de distancia aparece como si estuviera a 25. Actualmente no es una gran prestación ya que en general los fusiles de precisión modernos tienen miras de 6 y 8 aumentos; algunas son incluso de tipo variable, con aumentos regulables desde 4 hasta 32, e incluso 44, como en el inglés M85 de Parker-Hale. De todas formas, considerando la filosofía “multiuso” del fusil, 4 aumentos son suficientes para encuadrar perfectamente un blanco de casi 2 metros a una distancia de hasta 600 metros.
La retícula está compuesta de múltiples puntos de mira que son usados para tiros a distancias de más de mil metros. También tiene un mecanismo que permite calcular de forma aproximada la distancia del objetivo basándose en la altura de una persona promedio (establecida por sus diseñadores en 1,7 metros), es decir, utilizable también como telémetro. Otro distintivo del SVD principalmente como arma de combate es la presencia de una mira mecánica convencional en caso de que la mira telescópica falle.
El visor nocturno PGN-1 ruso tiene un alcance eficaz de 500 metros en condiciones óptimas.
Uso en combate
En operaciones del Ejército soviético cada pelotón estaba equipado con un SVD (y así sigue siendo en el Ejército ruso). El soldado equipado era especialmente entrenado para su uso y de hecho actuaba no como francotirador en el sentido propio, sino más bien como tirador de élite, aumentando la distancia de fuego preciso de su “comando” a más o menos 600 metros (aunque el fusil es letal incluso a distancias superiores a los mil metros, la precisión a estas distancias disminuye considerablemente), puesto que con las habituales AK esta distancia es de unos 300 metros (por lo menos, a esta distancia se sitúa el blanco de una figura de pie en los ejercicios de tiro en el Ejército ruso).
Modernización
En los años 80, en plena guerra en Afganistán, los militares empezaron a insistir en hacer el fusil más compacto puesto que su versión “clásica” encajaba mal en el recinto de los vehículos de combate, idea que al parecer no gustó a Dragúnov. Como alternativa el diseñador propuso una versión destinada a paracaidistas e infantería motorizada, con cañón y apagafuegos acortados, aunque se daba cuenta, según contaron sus colegas, de que era más bien paliativo. Al mismo tiempo fue sometido a pruebas la versión de SVD automática.
Una vez que el diseñador abandonó el trabajo activo, el proyecto de modificación con culata plegable fue llevado a cabo por el equipo liderado por Azhari Nésterov, un diseñador con 40 años de experiencia en el sector.
Fruto de su desarrollo fueron dos versiones de SVD: el SVDS-A, con el cañón de 620 mm, y SVDS-D, con el cañón de 590 mm de largo. La comisión estatal decidió dejar una sola versión: la de cañón más corto.
El portabayonetas también fue eliminado. En las versiones modernas, la culata, la empuñadura y el guardamano ya no se fabrican de madera, sino de polímeros, con lo cual se ha logrado disminuir su coste y peso y mejorar la ergonomía y eficiencia.
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