(iProfesional.com) - El salto que pegó el dólar hasta $8 contra el promedio de $5,48 en
2013, eleva el costo de la compra de petróleo y gas que el año pasado
terminaron en u$s13.000 millones. Se necesitarán más subsidios o un alza
en las tarifas
Los primeros impactos de la devaluación que el Gobierno aplicó la semana pasada comienzan a hacerse visibles: aumentos de precios, productos que fueron sacados de la venta porque sus comerciantes no saben aún su valor de reposición y una escalada del dólar libre. Ahora, consultoras privadas estiman que la depreciación del peso tendrá también como consecuencia una suba de hasta 45% en el precio que el país paga por importar energía.
El porcentaje surge de calcular el monto total que afrontó en 2013 (según estimaciones privadas totalizó en u$s13.000 millones) por la cotización promedio del tipo de cambio oficial durante ese año que se ubicó en los $5,48 y la diferencia que nace del precio del dólar actual, que al cierre del martes era de $8,01 suponiendo un gasto constante en importaciones.
De ese total de importaciones, hay un porcentaje que corresponde a compras de empresas privadas, aunque el grueso cerca de un 70% son del Gobierno, a través de las compras de Enarsa y Cammesa.
"La pérdida de valor medido en dólares produce fuertes pérdidas variables a los refinadores, que adquieren el petróleo en divisas al tipo de cambio oficial. En particular, la empresa más afectada es YPF que mantiene un 57,2% y 57,5% del mercado de gas oil grado 2 y premium, y un 54,3% y 58,7% del mercado de nafta super y premium, respectivamente", consignó un informe privado que ya circula en el mercado.
Aproximadamente el 70% de la importación de energía del país es realizada por el gobierno nacional. Ante el incremento de costos que deberá pagar por la disparada del dólar, el oficialismo se encuentra en el problema de subir las tarifas o incrementar los multimillonarios subsidios que ya se otorgan.
"La devaluación agrava aún más el panorama fiscal. Con la presión tributaria en un nivel insoportable, no hay otra alternativa que un recorte sensible del gasto. Por ello, el retiro de subsidios es hoy más pertinente que nunca. Si se aspira a evitar una espiral nominal descontrolada, el fisco tendrá que trasladar a los usuarios el costo de la energía importada, precisamente cuando ésta se encarece sensiblemente por cortesía de la devaluación", consignó la consultora Federico Muñoz & Asociados, según consigna el diario El Cronista.
Aunque no fue confirmado oficialmente, el CEO de YPF, Miguel Gallucio, ya habría recibido un pedido oficial para no trasladar el incremento a los precios de las naftas, una situación que podría provocar un alza generalizada de precios.
Consultado al respecto, el ex secretario de Energía Daniel Montamat señaló: "Un dólar más alto podría repercutir en la parálisis económica. Si la economía entra en recesión con inflación puede determinar una caída del PBI".
"Es posible que la demanda de energía baje por lo que las importaciones para atenderla también podría descender", evaluó, aunque aclaró que "todavía es prematuro reajustar las cuentas"
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