Por Angeles Castro - LA NACION (Twitter: @AngiCas) (Extractado)
Dentro de 10 meses, las calles y las veredas porteñas lucirán diferentes. La mutación será paulatina, pero cuando haya concluido se notará a simple vista. Es que la Capital está "cambiando los muebles", y la incorporación de elementos inéditos en el espacio público favorecerá un nuevo modo de relacionarse con el entorno, recorrer la ciudad y conocerla.
Será posible por el lanzamiento del nuevo mobiliario urbano, una deuda pendiente del gobierno porteño desde 2001, cuando venció la anterior licitación. Abarca el reemplazo de paradas y refugios de colectivos, de paradas de taxis, de la nomenclatura de las calles, de pantallas publicitarias y de señalética barrial.
Esos dispositivos muestran hoy un avanzado deterioro que, en muchos casos, no permite a los vecinos identificar esquinas por las que transitan por la rotura de los carteles ni protegerse de la lluvia mientras esperan el colectivo bajo un refugio de techo de chapa oxidado. Desde 2001, los viejos licitatarios seguían explotando los contratos vencidos a cambio de un módico canon anual y sin obligación de realizar inversiones.
Desde la semana pasada, el nuevo contrato -que estuvo objetado en la Justicia con la consecuente demora- comenzó a ejecutarse. Así, desde el este hacia el oeste de la Capital empezaron a aparecer lentamente los flamantes dispositivos, que sorprenderán a más de un porteño.
Llegó la hora de decir adiós, por ejemplo, a los refugios de colectivos color ocre con laterales acrílicos que admiten publicidad en su interior, habituales presas del vandalismo. Uno por uno irán siendo retirados y reemplazados por estructuras con paredes y techo de vidrio antivandálico, que no serán cubiertas por publicidad y, por lo tanto, el pasajero podrá tener contacto permanente con lo que ocurre alrededor. Siempre con el mismo concepto, los habrá más grandes, con asientos de madera, y más pequeños.
La publicidad quedará relegada a otro dispositivo que acompañará a los refugios más grandes: pantallas transiluminadas, y en algunos casos con un tablero LED, una especie de rectángulos anexos a los refugios.
Los postes que marcan paradas de colectivos también serán distintos. Desaparecerán los clásicos azules con el escudo de la ciudad de Buenos Aires. Se unificarán en el color negro, como algunos ya existentes pero en gran medida ilegibles, y admitirán distintos modelos.
En las áreas catalogadas como de protección histórica, la inscripción de la línea y el recorrido figurarán en el mismo poste cilíndrico.
También habrá una variedad que no llevará poste, ya que el cartel con la información irá amurado a la pared. Algunos carteles indicadores de calle (o nomencladores) también irán adosados a muros perpendicularmente, a diferencia de los históricos azules adheridos en paralelo. La buena noticia para los nostálgicos es que estos últimos, tan característicos de algunas calles, no serán removidos. También se conservará el tradicional modelo de pantalla publicitaria verde.
En un avance hacia una ciudad para todos, refugios y paradas tendrán brazaletes en braille y parlantes con información para ciegos.
Y si hasta ahora hay que hacer malabares cuando uno viaja en auto por una avenida para verificar en las bocacalles el nombre de la transversal, ya no será necesario. Al estilo de ciertas ciudades extranjeras, la ciudad sumará pescantes fácilmente visibles, colgados de la parte superior de los semáforos, con el nombre de las calles que se cruzan.
Finalmente, cada barrio porteño tendrá una placa recordatoria de su historia.
Refugios 2400: Hoy hay 1400 refugios, se sumarán 1000; todos serán nuevos. Las estructuras serán de vidrio antivandálico. La publicidad irá en un dispositivo separado.
Habrá tres tamaños.
Carteles indicadores de calles: Se instalarán varios tipos de nomencladores, como los pasantes en semáforos sobre las esquinas de las avenidas. Además del clásico colocado en postes, otros se adosarán a la pared.
Paradas de colectivos:
Para despejar el espacio público de postes, algunas paradas irán directamente amuradas perpendicularmente. En las áreas protegidas de la Capital, como el casco histórico, habrá paradas cilíndricas; ocupan menos espacio aéreo.
Paradas de taxis: De la actual señal en negro sobre amarillo, se pasará a otra en amarillo sobre negro. Dirá la cifra de vehículos autorizados.
Brazaletes: Un brazalete en braille brindará orientación a los ciegos en las paradas y refugios de colectivos.
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martes, 3 de abril de 2012
Las ocho novedades del mobiliario urbano
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