En medio de la frialdad cada vez más patente entre la Casa Rosada y el Vaticano, a pesar gestos de distensión como el reciente saludo oficial de Mauricio Macri por el quinto aniversario de la transformación de Jorge Bergoglio en Francisco, ayer se conoció que el Estado (laico) destinará este año más de $ 130 millones en sueldos la Iglesia. El dato fue, otra vez, revelado por el jefe de Gabinete, Marcos Peña, en su último parte al Congreso.
"El Gobierno federal sostiene el culto católico apostólico romano", reza el segundo artículo de la Constitución nacional. Por ello, junto a la ley 21.950 de 1979 que especifica que el Estado abonará a obispos y arzobispos el 80% de la remuneración de un juez de primera instancia, según informó Peña a los diputados, el pago de sueldos eclesiásticos ascenderá a $ 130.421.300. En 2017 estaban asignados $ 7 millones menos.
De esta forma, los obispos diocesanos percibirán $ 46.800 mensuales, lo mismo que los administradores apostólicos; mientras que los auxiliares y eméritos, $ 40.950. Son alrededor de 130 los beneficiarios y hasta junio de 2016 (luego aumentado en sintonía con las paritarias estatales) el sueldo mínimo para obispos era de $ 32.526. Pero no sólo es eso lo que hay que pagar: existen otras dos normas (leyes 22.162 y 22.950) que obligan al Gobierno a subsidiar a sacerdotes que estén en zonas desfavorecidas y a seminaristas.
A mediados del año pasado, el mismo Peña detalló en otro informe al Congreso que a los sueldos de obispos (entre $ 30 y $ 40 mil), el Estado también debía abonar $ 2500 por mes a 1150 seminaristas y otros $ 3 mil a 516 parroquias de fronteras. También había entonces 47 sacerdotes ancianos sin cobertura que, por ley 22.430 obtienen una jubilación graciable sin aportes: recibieron en 2016 unos $ 3700 por mes.
Por otra parte, también respondió Peña que el área de Fortalecimiento Institucional de la Secretaría de Acompañamiento y Protección Social financió a 45 instituciones católicas a través de asistencia económica (subsidios no reembolsables) y asistencia técnica. Entre ellas figuran, Cáritas-Conferencia Episcopal Argentina, Obispado de San Isidro y Fundación Padre Miguel.
El aporte estatal a la Iglesia está en alza, peleando cabeza a cabeza con la inflación. Según el Presupuesto 2016, se destinaron $136 millones (sin incluir los $ 16 millones donados por el Gobierno que al final el Papa devolvió); en 2017 unos $ 167 millones; y para este año están previsto un desembolso de $ 177 millones.
"Un obispo gana lo que no gana un maestro", se quejó ayer por las redes sociales Carla Carrizo, diputada del bloque Evolución que fue el que remitió la pregunta por los sueldos de la Iglesia.
Qué buen "rebusque" por "ponerse a rezar"...pensar que hay millones que lo hacemos gratis.
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