Por Eduardo Pogoriles (Clarin.com) - Extractado - El avión jet de fuselaje ancho, fabricado desde 1969 en los Estados Unidos, cambió la aviación comercial
El primer Boeing 747 cuando salía de la fábrica en 1969
Hubo un tiempo, hacia 1969, cuando se discutía por el futuro de los vuelos de pasajeros. ¿Los vuelos de larga distancia serían para los jets de fuselaje ancho, como el Boeing 747 estadounidense, o triunfaría la velocidad supersónica del Concorde europeo?. La respuesta llegó con la crisis del petróleo en la década de 1970, ella derrotó al Concorde, que podía unir Londres y Nueva York en 3,5 horas frente a las 8 horas de un jet convencional.
Se dice que el Concorde fue el sueño personal del presidente francés Charles de Gaulle, él quería crear una industria aeronáutica europea capaz de enfrentar a los fabricantes estadounidenses. El Concorde voló por primera vez en marzo de 1969 y tuvo su gran momento entre 1976 y 2003. Podía llevar cien pasajeros a una velocidad de 2.400 km por hora, hasta 7.200 km de distancia. Era una joya tecnológica y un fracaso comercial. Sólo se fabricaron veinte aviones, para clientes como Air France y British Airways. Pero el sueño impulsó la creación de la fábrica Airbus en Toulouse, que hoy compite con Boeing.
Fue en febrero de 1969 cuando hizo su vuelo inaugural en Estados Unidos el Boeing 747, un jet de fuselaje ancho y cuatro motores. Se dice que fue el sueño personal de Juan Trippe, directivo de la aerolínea Pan American. El modelo promedio, un Boeing 747-400, podía transportar más de 400 pasajeros (el doble de un Boeing 707) volando a una velocidad de 920 km por hora. Volaba hasta 13.000 km de distancia, sin hacer escalas.
El diseño era elegante, había algo en él que evocaba a los barcos transatlánticos de antaño. Para las aerolíneas, bajó en más de un tercio los costos de volar. Y para millones de pasajeros, fue la posibilidad de viajar con tarifas más económicas. Desde entonces la fábrica vendió más de 1500 aviones Boeing 747, pero ahora habría llegado el final para este símbolo de la globalización.
En 2016 la Boeing dijo que podía dejar de fabricarlo pronto, en 2019, aunque todavía se vende como jet de carga. Es que hoy las aerolíneas prefieren bimotores que consumen menos combustible, como el Boeing 787 o el Airbus A-350.
Sin duda, es el fin de una época. En Estados Unidos ya hay vuelos para nostálgicos, con azafatas vestidas como en 1970. En Europa hubo arquitectos, pilotos y escritores que, fascinados con la imponente arquitectura del jet, lo compararon con la catedral Notre Dame de París y el Partenón de Atenas.
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