Desmarcado de la Cena de Camaradería de las Fuerzas Armadas, el presidente decidió aumentar los haberes de las mismas. La agenda de la gestión Kirchner tenía el hito de comunicar cada mejora salarial a los uniformados durante la celebración de la comida castrense del 9 de Julio.
Ayer en el Boletín Oficial se dio a conocer el decreto 477 firmado por Mauricio Macri que otorga una suba del 20 en dos cuotas a percibir en julio y agosto. En los considerandos de la norma se explicó que "con el propósito del Gobierno nacional de reconocer y mantener una adecuada jerarquización en relación con la capacidad, responsabilidad y dedicación, que la correcta ejecución de la actividad propia del personal militar exige, resulta necesario modificar las escalas salariales vigentes".
Para las máximas jerarquías del Ejército, Armada y Fuerza Aérea -que son teniente general, almirante y brigadier general- el sueldo básico de julio a percibir en agosto será de 45.603 pesos.
El decreto no prevé continuar con el blanqueo de sumas fijas no remunerativas que había iniciado la gestión Cambiemos para corregir definitivamente las liquidaciones erróneas de antaño. Marcos Peña, en un acto que tuvo lugar en el edificio Libertador a mediados de 2016, se había comprometido a llevar adelante una corrección paulatina hasta eliminar esa forma de liquidación salarial anómala originada en tiempos de Domingo Cavallo.
Peña dijo entonces: "Por decisión política del presidente Mauricio Macri" el Gobierno impulsará "avanzar en la rejerarquización y el blanqueo del salario de las Fuerzas Armadas y resolver las cuestiones previsionales, los juicios pendientes, tal como estamos haciendo con el resto de los jubilados" (en referencia a la Ley de Reparación Histórica). En ése momento junto con la nueva escala de haberes se hizo el "blanqueo" de una parte de los suplementos no remunerativos en los sueldos de los efectivos de las Fuerzas Armadas.
Fue una primera etapa que reemplazó las sumas no remunerativas que cobraban los militares en concepto de cargo, función, vestuario, vivienda y adquisición de textos. En su lugar se pagó un "suplemento por responsabilidad jerárquica" y otro por "administración de material", que fueron integrados al haber y, por lo tanto, se trasladaron a los sueldos de retirados y pensionados.
Aquel ardid en la liquidación ocasionaba que los aumentos de sueldo quedaran por fuera del haber básico, situación que generó miles de juicios en la Justicia previsional, ya que perjudicaba a retirados y pensionados. La medida de Cambiemos logró un impasse en el planteo de nuevos juicios.
La litigiosidad no se detuvo en el plantel del personal civil de inteligencia de las Fuerzas Armadas. La escala salarial se regula en paralelo con los aumentos a uniformados, utiliza como referencia máxima el haber de coronel y equivalentes. Sin explicación, el Gobierno nunca corrigió el entuerto de los suplementos no remunerativos que perciben los PCI (acrónimo de Personal Civil de Inteligencia). En reuniones ad hoc de alto nivel se manejó la idea de reducir drásticamente el número de agentes e incorporarlos al estatuto de la AFI. La iniciativa corregiría un error histórico que fue la creación de un estatuto de agentes castrenses separado del régimen laboral único para los estatales de inteligencia.
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