El equipo de Aguad dialogó con un enviado de Washington para retomar la cooperación bilateral y resolver un pasivo de u$s 33 millones por la compra de aeronaves Texan T6
Representantes del Ministerio de Defensa mantuvieron ayer un encuentro en la embajada estadounidense con el subsecretario adjunto del Pentágono para el Hemisferio Occidental, Sergio de la Peña, con quien retomaron la agenda de asuntos castrenses y exploraron nuevos puntos de cooperación.
De la Peña, un teniente coronel retirado que hizo campaña por el presidente Trump entre la comunidad latina, se entrevistó en horas de la tarde con Horacio Chighizola, a quien el ministro de Defensa, Oscar Aguad, ya puso en funciones como secretario de Estrategia y Asuntos Militares, en reemplazo de Ángel Tello, pese a no divulgarse todavía su nombramiento en el Boletín Oficial.
Chighizola y el emisario norteamericano, según fuentes castrenses, preveían conversar sobre el posible ingreso del país a los programas Excess Defense Articles (EDA) y Foreign Military Financing (FMF), que disponen armamento a precios simbólicos y con créditos blandos.
Las negociaciones para ingresar al EDA y al FMF se congelaron hace meses, luego de la polémica que generó la filtración en los medios de un listado con requerimientos para la Fuerza Aérea, el Ejército, la Armada y la Fuerza de Paz Combinada Cruz del Sur, que integran oficiales argentinos y chilenos. En el listado, de carácter "exploratorio" según el Gobierno, se solicitaban precios de aeronaves para "transporte de personal, entrenamiento de tripulaciones, reconocimiento e intercepción en el control del espacio aéreo", y materiales para "operaciones de seguridad y apoyo en emergencias".
Otro tema pendiente para los Estados Unidos es el cobro del dinero adeudado por la adquisición de 12 aviones de entrenamiento Beechcraft Texan T-6C, por los que el Gobierno se comprometió a pagar este año alrededor de u$s 63 millones. En junio, el Estado se había comprometido a abonar u$s 10 millones, pero esa cifra todavía no se giró al exterior, lo que provocó una consulta a escala diplomática. A fin de año vence otro pago por u$s 23 millones.
En el ámbito castrense se acumulan quejas por la indefinición del rumbo que se pretende dar a la relación con Washington, lo que ya ha provocado situaciones absurdas. Por caso, la Armada preveía participar del ejercicio multinaval Unitas, que organiza la US Navy este año en Perú, pero la cartera de Defensa demoró en enviar al Congreso el proyecto de ley para permitir la salida de tropas, lo que provocó la sorpresiva baja de la delegación nacional. Del mismo modo, la Cancillería demora una respuesta sobre el envío de militares a ciertas misiones de paz en el África, donde existe riesgo real de tener bajas. Venezuela y la misión en Colombia también son parte de una agenda que abunda en asuntos pendientes.
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