Editorial del diario La Nación
Los ríos Paraguay y Paraná constituyen la principal ruta fluvial para el ingreso en nuestro país de la marihuana que se produce en territorio guaraní
La hidrovía Paraguay-Paraná se ha ido convirtiendo desde hace años en la principal ruta fluvial para el transporte ilícito de la marihuana cosechada en la República del Paraguay, principalmente en los distritos de Canindeyú y Pedro Caballero.
Quienes se prestan al tráfico ilegal, inducidos por dinero, trasladan la producción de cannabis que se consumirá en ciudades de nuestro país, donde Buenos Aires y Rosario son los principales destinos. De las dos cosechas que anualmente se recogen en Paraguay, el 80% se comercializa en Brasil, especialmente en San Pablo y Río de Janeiro, y el 20% restante, en nuestro país y en Chile. En el itinerario que sigue esta mercancía prohibida por el río Paraná, se la descarga primero en centros de acopio ubicados en Corrientes o Formosa y luego la carga es llevada a las principales ciudades de consumo.
Hidrovía Paraguay-Paraná. Foto: LA NACION
Los traficantes obran a la manera de una cooperativa, a la cual están asociados miembros de las tres naciones nombradas y en la cual unos producen la marihuana, otros la llevan a destino y, por fin, los últimos la colocan en el mercado. La logística de esta organización se ha coordinado últimamente desde Montevideo. Ahora bien, el trayecto por cubrir es extenso, ya que suma más de 3400 kilómetros de vía fluvial, si consideramos la salida desde puertos ilegales, como Concepción y Pilar, en tierra guaraní. Hay luego un punto de concentración, que es el pueblo de Kamba Rembé, en el país vecino, desde donde se produce el ingreso de la droga en el territorio argentino.
Resulta un dato de importancia que, a fin de transportar la cosecha de soja, Paraguay se ha ido dotando de una flota de barcazas -la segunda en el mundo- que no pueden ser inspeccionadas mientras navegan, según lo determinan las normas internacionales. Es frecuente que la carga de marihuana se traslade a embarcaciones menores y, de ellas, a lugares donde aguardan camionetas que luego la distribuyen en las ciudades donde será consumida. El camino que transita la marihuana choca a menudo con el control de la Prefectura Naval y la Gendarmería, que con frecuencia realizan importantes secuestros de drogas. Como informó LA NACION, el Gobierno negocia con Israel la adquisición de cuatro embarcaciones rápidas para reforzar los controles en el río Paraná, por donde se mueve la mayor parte de la marihuana.
Un hito importante en este combate contra la droga lo marcó el Ministerio de Seguridad de la Nación con el operativo Narco Buque, con una incautación sin precedente por parte de esa cartera de casi ocho toneladas detectadas en la hidrovía que procedían de Paraguay. La información agrega que, junto con un segundo decomiso de 2376 kilos en San Fernando, la cifra total asciende a 10.360 kilos de marihuana.
La expansión del cultivo de cannabis en la última década en el sur de Paraguay ha ido en detrimento de los bosques de la región y de otros cultivos. Así, se ha observado la deforestación de 23.000 hectáreas en un amplio territorio, al cuidado de sólo ocho guardaparques, que cumplen su tarea con riesgo para sus vidas.
La lucha contra el narcotráfico es muy desigual y debe encararse de manera coordinada con el vecino país. Luego de 12 años en los que el gobierno kirchnerista permitió el crecimiento exponencial del narcotráfico, a las actuales autoridades nacionales les espera una ardua tarea, pero el primer paso, el decisivo, ya se ha dado, al reconocer que era preciso enfrentar un flagelo que afecta a toda la sociedad.
Sería importante la enajenación judicial del Narco-Buque secuestrado hace unos días...
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