Hace 40 años, el avión de asalto Su-25 Grach realizó su primer despegue desde el aeródromo de Kubinka, a las afueras de Moscú. A pesar del largo servicio prestado por este avión tanto en el ejército ruso como en el extranjero, no deja de ser una potente máquina de combate con más de un conflicto militar a sus espaldas.
Esta máquina de 17 toneladas está equipada con dos motores a reacción que le confieren una velocidad de avance de 975 km/h, en un radio de acción de 300 km. Los diez puntos de anclaje del Su-25 le permiten usar toda la gama de armamento ofensivo y defensivo. Sin embargo, la característica más destacada del Grach es su inmejorable resistencia, que consigue gracias a un blindaje altamente eficiente y al autosellado con espuma de poliuretano.
El costo relativamente bajo de estos aviones y su sencillo mantenimiento han hecho posible la fabricación de cerca de 1.300 ejemplares hasta la actualidad, los cuales se encuentran repartidos por todo el mundo.
Este avión de ataque se ha usado en los últimos conflictos bélicos: en Georgia, y también en las operaciones militares de Ucrania e Irak. Además, según un comunicado del Ministerio de Defensa de Irak, la entrega a tiempo de 15 aviones Su-25 logró cambiar la situación en el enfrentamiento con las formaciones terroristas del Estado Islámico.
A principios de 2015, el ejército ruso contaba con 14 escuadrillas de asalto que incluían: cerca de 150 aparatos Su-25; 60 Su-25SM; 52 Su-25SM2/SM3 y 15 Su-25UB. De estos, otras 80 máquinas serán actualizadas a la versión SM para 2020. Además, hay 100 aviones más de este tipo estacionadas en las bases de reserva.
Por su parte, en varios medios se habla también de que 11 Su-25 fueron abatidos y otros 12 alcanzados en la actual confrontación entre Kiev y las repúblicas no reconocidas del este de Ucrania, cuyas fuerzas armadas disponen de distintos sistemas de defensa antiaérea, en su mayoría sistemas portátiles diseñados en el siglo ХХ.
Estos datos demuestran que el avión se ha quedado obsoleto y necesita una modernización que le permita usar sistemas de armamento de alta precisión. Aunque siguen siendo efectivos contra las agrupaciones terroristas, que no disponen de sistemas de defensa antiaérea.
El futuro de la aviación de ataque
La actualización de los Su-25 a la versión SMZ podría ampliar su vida útil hasta un mínimo de diez años. Esta modificación se distingue por un sistema de aviónica mejorado, que incluye el uso de los sistemas de navegación GLONASS, lo que aumenta la independencia en vuelo del piloto bajo todo tipo de condiciones climáticas.
Los primeros Su-25SMZ comenzaron a incorporarse al ejército en febrero de 2013, en la base del Distrito Militar del Sur. “Está previsto continuar con los trabajos de adaptación del Su-25, ya que este avión no tiene análogos en el mundo en cuanto a peso”, anunció el comandante en jefe de la fuerza aérea rusa, Víktor Bondarev, en una entrevista para RIA Navosti. Con otras palabras, las fuerzas armadas rusas van a seguir necesitando este avión especial de ataque.
Aparte de esta modernización, según una fuente de la comandancia de la fuerza aérea rusa, en 2014 se lanzó una versión especial del Su-25 optimizada para “interceptar y destruir los sistemas de defensa antiaérea”.
De modo que la retirada del avión de ataque Sujói 25 se dejará para 'tiempos mejores'. Esta nave, sometida a varias mejoras, sigue siendo competitiva tanto en el mercado interno como en el internacional.
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