Según recoge la revista electrónica oficial “Gran Fuerza de México”, en el artículo titulado “Prototipo de lanzagranadas calibre 40 mm. de baja velocidad”, el lanzagranadas tiene un diseño clásico monotiro para su instalación bajo el cañón del fusil de asalto o con la posibilidad de emplearse independientemente con un pistolete adicional. En dicho artículo se mencionaba la necesidad de no emplear patentes de diseños similares por los efectos sobre los derechos de propiedad industrial. De ahí que se decidiera un programa nacional que se materializó en un prototipo impreso en tres dimensiones (3D) para comprobar su ergonomía. Se decidió además emplear un metal como el titanio para dotar al arma de elevada resistencia y bajo peso, lo que planteó retos a la hora de mecanizar el ánima del cañón realizado con dicho metal. Como las pruebas resultaron positivas se autorizó fabricar un lote de pruebas de estas armas y se registraron dos patentes en el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI).
El objetivo del programa es desarrollar un arma de apoyo para la tropa que cubra las necesidades de combate en distancias en las que no es posible usar morteros. De esta manera el lanzagranadas tiene un alcance mínimo de 30 metros y máximo de 400 metros. Este lanzagranadas podrá emplear las municiones de 40 mm. y baja velocidad estandarizadas por la OTAN aunque paralelo al desarrollo del fusil de asalto FX-05 y de este lanzagranadas está el de la granada RSE-7. Se trata de una granada programable de 40 mm. con capacidad de explosión aérea (airbust).
Desde 2010 hay constancia de incautaciones de lanzagranadas de 40 mm. a manos de los cárteles de la droga, por lo que se decidió dotar de un sistema similar a las Fuerzas Armadas. (J.N.G.)
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