La vuelta a casa, más segura. Así
evalúan los especialistas el uso de la autopista Illia en reemplazo de
calles y avenidas, más peligrosas./ EMMANUEL FERNANDEZ
En una semana, la traza de la autopista Illia
sumó a miles de autos que durante la hora pico de regreso colapsaban
avenidas y calles de la Ciudad. Hasta el miércoles pasado, casi 30.000
vehículos que iban en sentido Norte preferían al menos avanzar por
Libertador o Figueroa Alcorta a quedarse varados en Costanera Norte,
colapsada por los camiones. Ahora que se inauguró el nuevo tramo que une
la Illia con la avenida Cantilo, y de allí a la General Paz, se
equiparó la circulación de vehículos que entran y salen a la Ciudad por
esa traza: entre 50.000 y 51.000 en días hábiles.
Según informó AUSA, la empresa de la Ciudad que administra las autopistas porteñas, creció un 125% la circulación hacia el Norte. Antes hacia el centro iban por día unos 50.000 vehículos, en tanto hacia la Cantilo sólo lo hacían 22.000, que ahora suman otros 28.000. Similares proporciones se observaron durante el fin de semana: 31.200 transitaron la Illia hacia el centro y 28.700 en sentido Provincia. Y, básicamente, se incorporó el tránsito de camiones que utiliza la nueva subida a la altura de la calle Castillo en el Puerto, liberando así la Costanera Norte frente al Aeroparque.
Los usuarios debieron esperar la obra que sumó 3,15 kilómetros para unir la Illia a la Cantilo durante una década, por desacuerdos entre Nación y Ciudad. Y quitó al menos 20 minutos de demora en el regreso a casa. Por eso fue contundente la elección de la gente, pese a que usando la Illia tienen que abonar el peaje: “Me parece cuento que hayan terminado la obra: hace 20 años que voy y vengo al centro desde Vicente López y cada vez se fue haciendo más largo el camino. Como tardaba lo mismo por la Illia que por Libertador o Figueroa Alcorta, al final terminaba volviendo por las avenidas”, cuenta Juan Ignacio, socio en un estudio de abogados, con oficina en la zona de Tribunales. Y detalla: “El lunes salí de mi oficina a las 18 y llegué a casa a las 18,55. Unos 25 minutos menos. Un placer”.
Según datos de AUSA, unos 8.000 vehículos promedio por día hábil ingresaron por el nuevo acceso construido a la altura de la avenida Castillo, por donde pueden ingresar autos y camiones. El 40% (3.200) fueron camiones de 4 ejes o más. En relación al primer fin de semana del nuevo tramo, circularon 31.200 vehículos en sentido al centro y 28.700 hacia la Provincia por día. De ese total, por ingreso del peaje Castillo entraron a la Illia sentido al Norte 2.400 vehículos por día en el fin de semana, de los cuales 800 eran pesados (un 33%). A todo esto hay que sumarle, claro, el gran volumen de tránsito que sube a la Illia directamente desde la avenida 9 de Julio para seguir al Norte.
“La inauguración del nuevo tramo de la Illia tiene dos aspectos muy positivos. Por un lado, quita autos de las calles y avenidas y lo canaliza por una vía más segura, porque esta es la virtud de las autopistas, la seguridad. Y por otro lado, evita que se congestionen sitios vitales, como el Aeroparque o el puerto”, opinó Gustavo Brambati, del Centro de Experimentación y Seguridad Vial (Cesvi).
“Hoy la Illia tiene 50 mil usuarios que pagan y con el paso del tiempo cada vez van a circular más vehículos y más conductores la van a elegir. Lo que tenemos que asumir como habitantes de una gran ciudad es que siempre va a haber congestión; ahora la congestión se genera casi llegando a General Paz. Pero aún así, bajó mucho los tiempos de circulación. Sin dudas la extensión era una obra necesaria y creo que tiene cosas que se pueden mejorar, como acelerar las obras para construir subidas en Sarmiento y Libertador”, opinó Jota Leonetti, periodista especializado en temas de tránsito y transporte.
Con la extensión de la lllia también hubo cambios en la circulación: se cerró la salida hacia Salguero y el ingreso a Cantilo desde Costanera; y se habilitó un ingreso en Castillo mano hacia el Norte. Y en agosto vendrán los aumentos en los peajes: de $ 4,50 a $ 6 y en hora pico, de $ 7 a $ 10.
Según informó AUSA, la empresa de la Ciudad que administra las autopistas porteñas, creció un 125% la circulación hacia el Norte. Antes hacia el centro iban por día unos 50.000 vehículos, en tanto hacia la Cantilo sólo lo hacían 22.000, que ahora suman otros 28.000. Similares proporciones se observaron durante el fin de semana: 31.200 transitaron la Illia hacia el centro y 28.700 en sentido Provincia. Y, básicamente, se incorporó el tránsito de camiones que utiliza la nueva subida a la altura de la calle Castillo en el Puerto, liberando así la Costanera Norte frente al Aeroparque.
Los usuarios debieron esperar la obra que sumó 3,15 kilómetros para unir la Illia a la Cantilo durante una década, por desacuerdos entre Nación y Ciudad. Y quitó al menos 20 minutos de demora en el regreso a casa. Por eso fue contundente la elección de la gente, pese a que usando la Illia tienen que abonar el peaje: “Me parece cuento que hayan terminado la obra: hace 20 años que voy y vengo al centro desde Vicente López y cada vez se fue haciendo más largo el camino. Como tardaba lo mismo por la Illia que por Libertador o Figueroa Alcorta, al final terminaba volviendo por las avenidas”, cuenta Juan Ignacio, socio en un estudio de abogados, con oficina en la zona de Tribunales. Y detalla: “El lunes salí de mi oficina a las 18 y llegué a casa a las 18,55. Unos 25 minutos menos. Un placer”.
Según datos de AUSA, unos 8.000 vehículos promedio por día hábil ingresaron por el nuevo acceso construido a la altura de la avenida Castillo, por donde pueden ingresar autos y camiones. El 40% (3.200) fueron camiones de 4 ejes o más. En relación al primer fin de semana del nuevo tramo, circularon 31.200 vehículos en sentido al centro y 28.700 hacia la Provincia por día. De ese total, por ingreso del peaje Castillo entraron a la Illia sentido al Norte 2.400 vehículos por día en el fin de semana, de los cuales 800 eran pesados (un 33%). A todo esto hay que sumarle, claro, el gran volumen de tránsito que sube a la Illia directamente desde la avenida 9 de Julio para seguir al Norte.
“La inauguración del nuevo tramo de la Illia tiene dos aspectos muy positivos. Por un lado, quita autos de las calles y avenidas y lo canaliza por una vía más segura, porque esta es la virtud de las autopistas, la seguridad. Y por otro lado, evita que se congestionen sitios vitales, como el Aeroparque o el puerto”, opinó Gustavo Brambati, del Centro de Experimentación y Seguridad Vial (Cesvi).
“Hoy la Illia tiene 50 mil usuarios que pagan y con el paso del tiempo cada vez van a circular más vehículos y más conductores la van a elegir. Lo que tenemos que asumir como habitantes de una gran ciudad es que siempre va a haber congestión; ahora la congestión se genera casi llegando a General Paz. Pero aún así, bajó mucho los tiempos de circulación. Sin dudas la extensión era una obra necesaria y creo que tiene cosas que se pueden mejorar, como acelerar las obras para construir subidas en Sarmiento y Libertador”, opinó Jota Leonetti, periodista especializado en temas de tránsito y transporte.
Con la extensión de la lllia también hubo cambios en la circulación: se cerró la salida hacia Salguero y el ingreso a Cantilo desde Costanera; y se habilitó un ingreso en Castillo mano hacia el Norte. Y en agosto vendrán los aumentos en los peajes: de $ 4,50 a $ 6 y en hora pico, de $ 7 a $ 10.
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