El negocio entre Brasil y Rusia está siendo finalizado después de un acuerdo de intenciones firmado en febrero pasado en Brasilia por el primer ministro ruso, Dmitri Medvedev, y el vicepresidente de la República, Michel Temer. El objetivo inicial es adquirir cinco baterías antiaéreas, siendo dos de ellas de misiles portátiles tipo MANPADS (Man-Portable Air-Defense System) Igla, de alcance máximo de cinco kilómetros y orientados por radiación infrarroja, y tres del modelo Pantsir-S1, de medio alcance. Las negociaciones involucrando el Pantsir-S1 estarán a cargo del Mando del Aire, en cuanto a los Igla serán negociados por el Ejército de Brasil. Un grupo de trabajo irá a Rusia para conocer los sistemas, negociar precios y presentar una propuesta de contrato.
Según la ordenanza, la compra incluye la dispensa de licitación referentes al sistema de medio alcance por fuerza de Ley que permite compras sin concurso cuando la Seguridad Nacional está por encima de intereses menores. Con relación a los Igla la dispensa se basa en la estandarización requerida por las estructuras logísticas de las Fuerzas. Además de llenar una laguna desde hace mucho tiempo existente en la capacidad militar del país, la llegada de este material de Defensa antiaérea atenderá a los requisitos de Seguridad de las instituciones internacionales que están coordinando los preparativos para los grandes eventos deportivos que tendrán lugar en Brasil en los próximos tres años, como por ejemplo, la Copa del Mundo de 2014 de la FIFA y los Juegos Olímpicos de 2016 en Río de Janeiro.
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