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jueves, 16 de agosto de 2012
La Argentina tiene la mitad del gas que hace diez años
Por Pablo Fernández Blanco - LA NACION (Extractado por Desarrollo y Defensa)
Según números oficiales, entre 2010 y 2011 los recursos cayeron 7%; también bajó en petróleo
El gas es uno de los recursos estratégicos de la Argentina. Cubre más del 50% de las necesidades totales de energía del país: está presente en la generación de electricidad, se utiliza en hogares y en los 1,8 millones de vehículos que circulan a base de ese combustible, una cifra récord a nivel mundial. Pero tiene otra característica: es cada vez más escaso.
Así lo atestiguan los últimos números elaborados por la Secretaría de Energía, al mando de Daniel Cameron, que cuenta con mayor credibilidad que otros organismos que llevan estadísticas oficiales, como el Indec. De acuerdo con las cifras dadas a conocer por el organismo este mes, la Argentina tiene hoy la mitad del gas con el que contaba hace una década. La tendencia se volvió a repetir el año pasado, con una caída del 7% respecto de 2010. Es decir, cada vez queda menos del combustible más utilizado en el país.
La suerte del petróleo tampoco fue buena, si bien en comparación resultó mejor. Las reservas -así se denomina a los recursos de hidrocarburos en condiciones de ser extraídos- cayeron 2% entre 2010 y 2011, y acumulan una caída del 12% desde 2002.
Estas son las principales conclusiones a las que llega un informe elaborado por Luciano Caratori, del Instituto Argentino de la Energía General Mosconi, que conduce Jorge Lapeña, ex secretario de Energía durante la presidencia de Raúl Alfonsín, sobre la base de datos oficiales.
De acuerdo con el trabajo, las reservas comprobadas de gas natural eran, al 31 de diciembre pasado -último número disponible-, de 332.510 millones de metros cúbicos (m3), "lo que equivale al 50% de las reservas comprobadas diez años antes".
Por otra parte, las reservas comprobadas de petróleo al último día de 2011 equivalían a 11,8 años al ritmo de producción actual, seis meses más que a fines de 2010. El trabajo destaca que ese incremento en el horizonte de reservas "responde a una sostenida caída de la producción (6% entre 2010 y 2011), que se da a un ritmo mayor" que la baja en la pérdida de recursos.
Para Lapeña, el gigantesco traspié hidrocarburífero se debe a que "la Argentina abandonó hace muchísimos años la mentalidad y el criterio estratégico para manejar el sector energético. En los 90 hubo una preponderancia del mercado como decisor absoluto y no priorizó inversiones agresivas para desarrollar reservas". Lapeña agregó que "en la década kirchnerista, en tanto, llegamos a un desastre administrativo, legal e institucional que terminó paralizando toda la inversión exploratoria. Se invirtió menos de la mitad de lo que se desembolsaba en los 80".
Enrique Devoto, que condujo la cartera de Energía durante el gobierno de Eduardo Duhalde, le pone un mayor acento a la política de precios casi congelados. "Llegamos a esta situación por la falta de señales económicas a través de los precios, sobre todo en gas. Cuando acá vale 2 dólares (el millón de BTU), a Bolivia se le paga más (US$ 11)", sostuvo.
Juan Rosbaco, especialista del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA), apuntó otros motivos. "Tenemos cinco cuencas maduras. Eso hace cada vez más difícil encontrar gas. Si además no se lo busca, el problema se agrava."
Según Rosbaco, eso ocurrió, entre otras cosas, porque "la Argentina dejó de tener compañías nacionales, no sólo YPF. Para las internacionales, una inversión aquí compite con otras en países geológicamente más atractivos, como los de Medio Oriente, México y Brasil".
La pérdida de reservas también caló hondo en los números de las compañías del sector. Una de las que más perdieron fue YPF, que durante su gestión privada sacrificó entre 2002 y el año pasado un 77% de sus recursos bajo el suelo. La presidenta Cristina Kirchner utilizó ese argumento, sumado a la caída en la producción que mostró la empresa, para nacionalizar en abril el 51% de las acciones de Repsol en la empresa.
La baja en YPF sólo fue superada en el mismo período en términos porcentuales por la argentina Pluspetrol. En mayor o menor medida, casi todas las petroleras grandes con actividad en el país resignaron recursos. La única que salvó la ropa fue la china Sinopec, con un 66% de variación positiva. Ese caso, sin embargo, encierra una ironía: durante la mayor parte del período bajo análisis estuvo bajo la conducción de la norteamericana Oxy, que se la vendió a los chinos en diciembre de 2010.
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