lunes, 2 de junio de 2008

Gobierno analiza reemplazar al Rompehielos Irízar

La pérdida del Rompehielos Irízar genera grandes trastornos e impedimentos a nuestro país, demostrando que se trataba de un elemento estratégico que justificó con creces la decisión de adquirirlo tomada en 1974 y puesta en ejecución por Ley del año 1975 impulsada por la presidente M. E. de Perón, que autorizó encargar su fabricación.

Su incorporación a la flota a fines de 1979, junto al buque polar Transporte ARA Bahía Paraíso, había sido pensada para iniciar una nueva etapa de mayor despliegue argentino sobre nuestro Sector Antártico. A ambos les tocó actuar durante la guerra de 1982 por la recuperación de nuestros territorios marítimos y archipiélagos sub-antárticos usurpados, y habiendo sobrevivido en estas riesgosas acciones, ambos paradójicamente, sucumbieron en desempeño de misiones pacíficas convencionales.

Teniendo presente que, excepto el agua potable, todo elemento utilizado por los humanos en el Continente Antártico debe ser llevado desde su exterior, se comprende la compleja logística de abastecimientos que sólo puede ser eficazmente resuelta con medios aéreos y navales adecuados.

En el caso del Irízar debió suplir durante años al Transporte ARA Bahía Paraíso que nunca fue reemplazado por otro tras su hundimiento, y su versatilidad le permitió cumplir con solvencia las diversas misiones asignadas. Tenía a bordo laboratorios científicos que no solo permitían acopiar datos e información durante las campañas, sino también procesarla.

Actualmente el buque oceanográfico ARA Puerto Deseado, también veterano de nuestra flota antártica, lleva adelante la delicada misión de relevar el talud de la plataforma continental sumergida en mares lindantes con los usurpados militarmente por Gran Bretaña. Los datos recolectados serán utilizados para elaborar el reclamo argentino por la extensión a 350 millas marinas de nuestro derecho soberano sobre mares adyacentes y suelo sumergido que autoriza la ONU. Si hoy contáramos con el ARA Q5 Alte. Irízar esta tarea resultaría más simple.

Quienes sean designados a la evaluación de compra de un buque tipo rompehielos -nuevo o usado- deberán tener en cuenta que la experiencia indica que tal vez resulte más conveniente la adquisición de dos buques medianos gemelos (o uno grande y otro más chico), que ante imponderables puedan darse apoyo mutuo, o reemplazarse en caso de pérdida temporal o permanente. Así mismo es aconsejable que se tenga presente un futuro con posible incremento de la dinámica global antártica y una próxima demanda creciente en necesidades y actividades.

La reparación del buque cuesta 492 millones de pesos. Por eso Cristina Kirchner evalúa la adquisición de otra embarcación.
“Veamos la posibilidad de comprar un rompehielos nuevo”, dijo Cristina Kirchner. A poco más de un año del incendio que en alta mar destruyó al Almirante Irizar, el gobierno nacional evalúa la chance de reemplazarlo por otro buque. El impulso de la Presidenta se produjo cuando se enteró de que el astillero noruego Aker Yards evaluó la reparación de los daños en 492 millones de pesos.

La ministra de Defensa, Nilda Garré, recibió el presupuesto de la compañía dos meses atrás. En él se consignaba que había que cambiar las plantas generadoras principal y auxiliar (que alimentan los motores propulsores y todos los servicios del buque), la distribución eléctrica, el hangar y la cubierta de vuelo, la bodega y 600 toneladas de estructuras de acero.
Por 97 millones de euros prometen prolongar la vida del buque, con estándares marítimos de última generación, 30 años. No hay muchas posibilidades de comparar precios: los *noruegos son quienes lo construyeron y –tal cual les informó Garré a los diputados de la Comisión de Defensa en un extenso informe de gestión, días atrás– “dispone de todos los planos, datos constructivos y se especializa en este tipo de buques”.

La sugerencia presidencial trajo un nuevo problema: qué buque comprar. “Esto depende de un dictamen de la Cancillería, la Argentina quiere que su presencia en la Antártida no se limite a la soberanía, pretende también profundizar lo científico”, explicó Jorge Bernetti, director de Comunicación del Ministerio.

Hay una certeza: el barco será un rompehielos. El informe técnico de la Dirección del Antártico –que depende del canciller Jorge Taiana-, en todo caso, determinará qué equipamientos debería tener la nueva adquisición que haría que el viejo Almirante Irizar pase a retiro.
La tarea más delicada que lleva adelante el rompehielos todos los años es la Campaña Antártica. Es una misión estratégica. La de este año acaba de terminar y, por primera vez en décadas, no tuvo como protagonista al Irizar. Fue un problema. El comunicado de la ministra Garré al cerrar la campaña no lo ocultó: dijo que “con creatividad” se logró superar los “condicionamientos ocasionados al no poder contar con el rompehielos”.

En la base más austral, la Belgrano II, se hicieron dos “aerolanzamientos” de insumos y víveres con aviones Hércules. En otros casos se usaron barcos polares de la Armada. Y, además, el ministerio debió alquilar un rompehielos ruso, el Vasili Golovnin, que llevó el combustible a la Base Marambio y a más de una decena de bases y campamentos científicos de la zona. Por el uso del buque ruso se desembolsaron veinte millones de pesos.
La ausencia del Irizar encareció la campaña, en total, en unos 40 millones de pesos. Antes del accidente del 10 de abril de 2007 –que incluyó el rescate de 236 tripulantes en alta mar, a 260 kilómetros de la costa de Puerto Madryn– estaba estipulado un mantenimiento –en la jerga “recuperación de media vida”– que iba a costar otros 40 millones.
Todos esos números y los cálculos de cuándo volvería a estar en funciones el buque reparado –algunos calculan que sólo podría volver a hacer la Campaña Antártica en el 2012– y para qué fecha podrían entregar uno nuevo son elementos que, por estas horas, analizan en el Gobierno para definir si se sale a comprar un nuevo rompehielos. Nada es sencillo: los astilleros trabajan contra pedido y con plazos muy largos. Por lo pronto, este año, el presupuesto del Ministerio de Defensa –unos 8.224 millones de pesos– se engrosó, con autorización del Congreso en 719 millones. De todo eso, 136 millones forman parte de la primera partida resuelta para refaccionar, o paliar la ausencia, del rompehielos.
El Almirante Irizar, por ahora, está en la base naval de Puerto Belgrano. Ya se le hicieron las tareas primarias de limpieza y despeje que dejaron a la vista todo lo que se destruyó con el incendio. Son daños por unos 492 millones de pesos. Según la Presidenta, razones suficientes como para pensar en su reemplazo.

En la reunión convocada por el Ministerio de Defensa, los legisladores le hicieron llegar a Nilda Garré su preocupación porque el Senado no aprueba una ley promovida en Diputados. Se trata de una norma que regula e integra los sistemas de compra de todas las fuerzas, ideada por Jorge Villaverde, del PJ. “Según esa ley, una discusión como la de la compra de un rompehielos debería pasar por el Congreso”, apuntó Fernando Sánchez, diputado de la Coalición Cívica.
Autor: Rodolfo González Arzac
N. de la R.: *El rompehielos Almirante irízar se construyó en el Astillero Wärtsilä, de Helsinki, Finlandia. 16/04/08

Fuente: Pablo Crocchi - BolsonWeb.com y CRÍTICA
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