La República Argentina actualmente no posee hipótesis de conflictos, pero parte del territorio nacional –las islas Malvinas-se halla ocupada por una potencia extranjera que ambiciona expandirse sobre la plataforma continental argentina y su territorio antártico. Este conflicto resultado de la derrota en el TOS, y políticas desacertadas en materia de defensa hace que el país deba buscar equipamiento usado fabricados por potencias militares de primer orden.
Recientemente, el Ejército Argentino (EA), ha instalado un Centro de Mantenimiento de Helicópteros -autorizado por la empresa Bell-TEXTRON-, en la guarnición de Campo de Mayo, en donde se han efectuado trabajos actualizado antiguos UH-1U a versión Huey II (Hornero) mediante kits vendidos por TEXTRON.
El entrenamiento adquirido por los técnicos del EA los habilita a incursionar en un camino útil para mejorar el equipamiento de las FFAA, siendo una de las posibilidades la adquisición de material usado empleado por las fuerzas estadounidenses como los helicópteros de ataque Bell Cobra, Bell 205/206/212/412 y helicópteros Chinnok con un costo inferior a los ingenios actuales.
Esta problemática se halla presente también en la Fuerza Aérea Argentina. El Ministerio de Defensa ha desarrollado un plan de recuperación de aeronaves. Pero la gran antigüedad del material aeronáutico hace que sea necesaria el pronto reemplazo del mismo, desarrollar una nueva categorización del parque aeronáutico con una visión de conjuntez. Para cumplir con este objetivo, es imperiosa la necesidad de reemplazar los venerables aviones Beechcraft T-34 –entrenamiento básico-, la construcción o adquisición de un avión de transporte ligero y de transporte regional con portón trasero, así como renovar la flota “Mirage” próxima a vencer sus horas de vuelo.
Dentro de la opción estudiada, el país del Norte ofrece el avión de entrenamiento básico Hawker Beechcraft T-6 B Texan II (algunos afirman que posee muchas semejanzas con el Pilatus PC-9) empleado actualmente por las Fuerzas Aéreas Norteamericanas y OTAN. Además, incorporar al avión de transporte ligero Cessna Super Caravan y el Lockheed C-27 Spartan –fabricado por Lockheed Martín-, cerrando con la necesidad de dotar a la FAA con el avión monoturbina multirrol F-16 a semejanza de los realizado por Chile.
Dentro del análisis sobre la incorporación del C-27 “Spartan” –dotación del ejército chileno-comparten estos la misma motorización de los excelentes Hércules C-130 empleados por la FAA, lo que facilitaría el mantenimiento de estas aeronaves.
El avión F-16 –fabricado por la Lockheed Martín- comparte la aviónica con el “Fighting Hawk” y emplea componentes presentes el avión AT–63 “Pampa”.
Lockheed Martín SA es la concesionaria de la Fabrica Militar de Aviones siendo la fabricante del F-16 y C-27 Lo descripto anteriormente se vería favorecida con la continuidad de esta empresa en Argentina, pero hasta el momento la misma no ha demostrado todo lo que se esperaba de ella, dada su excelente capacidad tecnológica. El tiempo tiene la palabra.
Esta problemática se halla presente también en la Fuerza Aérea Argentina. El Ministerio de Defensa ha desarrollado un plan de recuperación de aeronaves. Pero la gran antigüedad del material aeronáutico hace que sea necesaria el pronto reemplazo del mismo, desarrollar una nueva categorización del parque aeronáutico con una visión de conjuntez. Para cumplir con este objetivo, es imperiosa la necesidad de reemplazar los venerables aviones Beechcraft T-34 –entrenamiento básico-, la construcción o adquisición de un avión de transporte ligero y de transporte regional con portón trasero, así como renovar la flota “Mirage” próxima a vencer sus horas de vuelo.
Dentro de la opción estudiada, el país del Norte ofrece el avión de entrenamiento básico Hawker Beechcraft T-6 B Texan II (algunos afirman que posee muchas semejanzas con el Pilatus PC-9) empleado actualmente por las Fuerzas Aéreas Norteamericanas y OTAN. Además, incorporar al avión de transporte ligero Cessna Super Caravan y el Lockheed C-27 Spartan –fabricado por Lockheed Martín-, cerrando con la necesidad de dotar a la FAA con el avión monoturbina multirrol F-16 a semejanza de los realizado por Chile.
Dentro del análisis sobre la incorporación del C-27 “Spartan” –dotación del ejército chileno-comparten estos la misma motorización de los excelentes Hércules C-130 empleados por la FAA, lo que facilitaría el mantenimiento de estas aeronaves.
El avión F-16 –fabricado por la Lockheed Martín- comparte la aviónica con el “Fighting Hawk” y emplea componentes presentes el avión AT–63 “Pampa”.
Lockheed Martín SA es la concesionaria de la Fabrica Militar de Aviones siendo la fabricante del F-16 y C-27 Lo descripto anteriormente se vería favorecida con la continuidad de esta empresa en Argentina, pero hasta el momento la misma no ha demostrado todo lo que se esperaba de ella, dada su excelente capacidad tecnológica. El tiempo tiene la palabra.
Fotos: Internet
Fuente: por Jorge Elias para Desarrollo y Defensa..
Fuente: por Jorge Elias para Desarrollo y Defensa..