domingo, 29 de diciembre de 2013

Sistemas de puntería de última generación

(defensa.com) - Por Segundo Calpena 
 “Si lo usan los Marines por algo será”, comentaba un experimentado “sniper” a quien estas líneas escribe, con ocasión de una visita a una unidad de Operaciones Especiales occidental. La conversación giraba acerca de las cualidades de la nueva óptica adoptada por el USMC (United States Marine Corps) para dotar a sus tiradores de precisión, seleccionando un conocido visor germano, en detrimento de otras excelentes opciones estadounidenses, que habían sido clásicas entre ese colectivo militar.
La compra de los visores Schmidt & Bender, en una configuración que por aumentos y óptica de entrada de luz sigue pareciendo a muchos algo clásica, ha servido para reemplazar los Unertl, que venían siendo usados desde hace años. Es un proceso similar al que están viviendo otras fuerzas militares de distintos ejércitos y determinadas unidades de carácter especial, así como grupos policiales, que también disponen de novedosos sistemas de puntería para ser más rápidos o más certeros en el apuntamiento de sus armas. La capacidad tecnológica reciente ha propiciado el surgimiento de soluciones avanzadas, que suponen un paso adelante sustancial respecto de las que se venían usando, lo cual ha incidido en que se hayan iniciado procesos de adquisición y de renovación que ahora están en curso.

En términos generales, las industrias que fabrican los sistemas de puntería más avanzados han evolucionado sus gamas para dar respuesta a las necesidades de cada momento. El empleo de los llamados tiradores de élite, o sniper, usando la terminología anglosajona, es ahora más común, tanto en operaciones militares como en el entorno de la seguridad. Los conflictos de las dos últimas décadas, y en especial los más recientes de Iraq o Afganistán, han permitido demostrar la eficiencia que se puede conseguir con armas certeras empleadas contra blancos puntuales. Son económicas, fáciles de desplegar, tienen un notable rendimiento desde el punto de vista del coste/eficacia y son versátiles, lo cual hace que la suma de sus cualidades permita un potencial de empleo que no todos saben valorar en su justa medida.

Avanzando en el tema que nos ocupa, incidiremos primero en lo que son los sistemas ópticos y optrónicos asociados a las armas de precisión, para después hablar de los que son usados en otros campos. Respecto de los visores destinados a los rifles, ya sean estos con mecanismo de cerrojo o semiautomáticos –hoy se ofertan  modelos de ambos con prestaciones que, en general, son muy similares–, hubo una consolidación de opciones novedosas, en las que se incluirían detalles dignos de mención. Uno es el que se refiere a la capacidad, propia de la combinación de varias lentes internas, para incrementar una determinada imagen, ofreciendo un detalle más nítido de la misma y el tamaño idóneo para escoger el punto del blanco donde se busca impactar. Se ha pasado de ópticas clásicas, en que los aumentos no superaban los 10x, a otras que son variables e incluyen la posibilidad de llegar a los 50x. Algunos argumentarán que la nitidez al máximo no es la misma, pero su capacidad de identificar el objetivo y otros matices suman más que restan.

También se ha producido una mejora en la capacidad de entrada de luz, haciendo que el apuntamiento al orto y al ocaso sea más fácil. El canal frontal más difundido ahora es de 40 ó 50 mm., habiendo ya otros que optan por los de 56 ó 72. Esa influencia positiva suele ir acompañada de la posibilidad de seleccionar retículas cada vez más elaboradas en lo que a referencias de tiro se refiere y a las que cuentan con la posibilidad de iluminarse, favoreciendo la toma de referencias en zonas urbanas o cuando la luz ambiental es poca. Las retículas se han ido transformando en modelos en los que está situada en el primer plano focal FFP (Front Focal Plane), variando su tamaño, a la vez que se incrementan los aumentos del visor, para permitir una más fácil corrección cuando se dispara a distancias medias y largas.

En este último caso, también se ha evolucionado en lo que son las torretas, con algunas que optan por una regulación que admite movimientos de ¼ de MOA (Minute Of Angle) o inferiores, para un más fácil centrado. Las hay con la posibilidad de realizar varias vueltas enteras, lo que permite usar un mismo visor, sin recurrir a bases más altas o carriles especiales, para neutralizar objetivos a corta y muy larga distancia.

Nuevos modelos
Esos cambios genéricos han derivado en nuevos modelos. Schmidt & Bender ha logrado introducirse en los Estados Unidos, después que en 2006 su modelo 3-12x50 PMII LP fuese adquirido por el USMC, contrato al que siguió otro en 2011 de 34 millones de dólares para suministrar miles de ejemplares del 5-25x56 PMII –con retículas Horus y H2CMR– al Departamento de Defensa estadounidense. Ambos modelos siguen siendo óptimos para lograr una gran certeza en los impactos, aunque últimamente ampliaron su gama con opciones pensadas más para batir objetivos a grandes distancias. Sus propuestas en esa línea incluyen los novedosos 3-27x56 PMII y 12-50x56 PMII, siendo este último una propuesta capaz de aumentar la imagen en un rango que muy pocos productos pueden ofrecer. Por cierto, además de la difundida retícula Mil-Dot, su gama propone otras, tan interesantes como las P3L, H4L o H58.
Germana, como la anterior, es también la conocida firma Zeiss. Es un grupo que incluye otro nombre comercial clásico, Hensoldt. Esta última promovía visores como el ZF4x24G o el ZF6x42, que se suministraba con el preciso rifle PSG-1, aún en uso. Ahora han ampliado y evolucionado su gama con opciones, que incluyen los 3-12x56 SSG-P, 4-16x56, 6-24x56 o un 6-24x72, incluyendo todos ellos ópticas muy elaboradas, que facilitan la transmisión de luz. En su catálogo se encuentra el 6-24X72 SAM, que integra un calculador balístico para facilitar la labor del tirador –presenta datos de la temperatura y presión ambiental, o del ángulo de inclinación lateral– e incluye detalles, como un doble clic especialmente audible cada diez movimientos en sus torretas de regulación, aunque tiene como contrapunto que su precio es de unos 12.000 euros, cuando la mayoría de las ópticas para rifle táctico rondan los 3.000.

Frente a la calidad óptica centroeuropea, intentan competir, y con gran éxito en numerosos mercados, diferentes firmas estadounidenses. Conocidos entre diversos colectivos de sniper son productos de compañías como Sightron, Trijicon, Bushnell o Bausch & Lomb. Pese a que proponen algunos sistemas interesantes en lo que a costo eficacia se refiere, la que está más difundida, y goza de un mayor prestigio, es Leupold, que vende en todo el mundo una gama amplísima de productos. Los más conocidos son los visores de la serie Mark 4, que comprenden una veintena de diseños bien distintos, entre los que destacan tanto el 6,5-20x50 ER/T (Extreme Range/Tactical) destinado al rifle XM2010, como el 3,5-10x40mm M2 LR/T del rifle M110, ambos usados por el US Army. A ellos, hay que añadir el sofisticado Mark 8 3.5-25x56mm M5B2, concebido para resistir las difíciles condiciones del campo de batalla y con nada menos que 26 milirradianes –90 MOA– en lo que a ajustes de elevación se refiere.
Cabría señalar que también comienzan a cobrar fuerza otros productos de firmas como US Optics o Nightforce. La primera propone clásicos como el ER-25 5-25x, pensado para largas distancias, o el ST-10 TPAL 10x, concebido para armas del .308 Winchester –óptimo para un rango no superior al km.–, sumando desde hace poco a ellos los más compactos SR-6 1.5-6x y LR-17 3.12-17x, ideados para armas compactas o transformaciones de fusiles de asalto en conjuntos capaces de mejores prestaciones básicas, para situarlos en el entorno de armas más elaboradas y caras. Por su parte, la segunda fue fundada por un australiano para satisfacer las necesidades deportivas civiles, pero ha evolucionado sustancialmente y ahora produce en Estados Unidos o Japón novedades, que incluyen la gama NXS –comprende siete visores diferentes, que van desde el compacto 3.5-10x50 al potente 12-42x56– o el avanzado 5-25x56 ATACR (Advanced Tactical Riflescope), que ha sido concebido para proporcionar ajustes en elevación de hasta 120 MOA y de 60 en lateralidad, lo que lo hace especialmente óptimo para batir con efectividad  a alguien a distancias de 2 km. o más allá en condiciones hostiles y en los entornos complejos, a los que los militares suelen enfrentarse en la actualidad.

Amplia difusión
Esos modelos, y otros más, gozan cada día de una difusión más amplia. Para aprovechar sus prestaciones en condiciones de luz adversa o apuntarlos de noche se confía en la capacidad de entrada de luz frontal o en retículas iluminables y regulables. Son aportaciones óptimas, pero complementarias a una clásica, pero cada vez más elaboradas. Nos referimos a los módulos nocturnos, tanto los intensificadores de luz residual, como los, cada vez más en boga, de tipo térmico, que son capaces de captar temperaturas y difundir imágenes de los cambios de contraste.
En las décadas pasadas se hicieron muy comunes modelos con el AN/PVS-4 o hasta desarrollos que incluyeron los de 2ª Generación puestos a punto por la española ENOSA (Empresa Nacional de Óptica), surgiendo también los módulos Simrad tipo KN, que se acoplaban por encima de las ópticas diurnas para, sin cambiar el punto de impacto, apuntar de noche. La evolución de la tecnología hace que estén disponibles captadores europeos o israelíes muy sofisticados, pues los estadounidenses siguen poniendo limitaciones a la hora de exportar –incluso a sus aliados– aquellos de la máxima nitidez y claridad. La 3ª Generación es el máximo estándar, aunque ahora con tubos que ofrecen imágenes en blanco y negro, frente a las menos contrastadas verdosas, y con resoluciones que superan las setenta y dos líneas por pulgada, un avance interesante a la hora de identificar el objetivo y de alcanzarlo sin que se percate de la presencia propia.

En esa línea evolutiva, ahora hay módulos que se sitúan, aprovechando anclajes tipo Picatinny, delante de los visores diurnos. Interesantes son propuestas como el Zeiss NSA 80 que emplea el Ejército de Tierra español en sus fusiles de asalto G36E o el nocturno NVS-80, concebido para ser usado en conjunción con miras de puntería diurnas de sofisticados rifles, éste en dotación en el Escuadrón de Zapadores Paracaidistas (EZAPAC) y en otras unidades de élite del Ejército del Aire. Zeiss ha presentado recientemente sus módulos intensificadores NSV 600 y NSV 1000, que pueden usarse en diferentes armas largas e incluyen tubos captadores Photonics XD4 o XR5 de notables prestaciones. Si se buscan otras, puede recurrirse a los módulos térmicos IRV 600 o IRV 900 que, respectivamente, permiten identificar a objetivos situados a 500 u 800 m. de la posición propia.
Los estadounidenses, que, como hemos apuntado, tienen difusión especialmente restringida, disponen de productos tan avanzados como los conjuntos intensificadores que Knights Armament, gama que incluye propuestas como los UNS (Universal Night Sight) y UNS LR, que son conocidos como AN/PVS-22 y se sitúan por delante de los visores diurnos para facilitar su uso de noche. También se ha venido distribuyendo el AN/PVS-24 de L3 Communications en versiones de 45 ó 64 líneas de resolución y una reducida relación entre señal y ruido.

Más recientes, y con el doble de alcance y menor peso, son los AN/PVS-27 MUNS (Magnum Universal Night Sight), que son fabricados por varias firmas comerciales e incluyen una óptica de tipo catadióptrico y tubos intensificadores Pinnacle con capacidad autogating, que hace que no se vean afectados cuando un foco de luz potente les llega por su parte frontal. En el programa PEO Soldiers del US Army siguen avanzando hacia soluciones que incluyen los módulos AN/PVS-30 SNS (Sniper Night Sight), que operan con una única batería DL123 durante muchas horas, pues su consumo energético es reducido; es una capacidad que también la encontramos en el módulo térmico AN/PAS-31 LRTS (Long Range Thermal Sight), que surge para reemplazar a los también novedosos AN/PAS-13 WTS (Weapon Termal Sight), del que se ofrecen varias variantes en función del tipo de arma en el que se quieran instalar.

Tecnologías avanzadas

La fusión de la capacidad de intensificación y las imágenes térmicas en el mismo módulo es ya posible y la encontramos en gafas monoculares. Pronto se van a promover novedades en ese sentido. Sabemos que, entre otras, están en ello firmas como la israelí Elbit o la francesa Sagem. Es previsible que también se generalicen modificaciones en los visores para favorecer el cálculo automático de la distancia y la toma de las condiciones ambientales, ofreciendo al tirador el punto de referencia idóneo para batir el objetivo al primer disparo.
Donde más se está aplicando la introducción de ópticas de puntería es en el entorno de los fusiles de asalto, pues los combatientes tienen que ser cada vez más letales en sus capacidades, tanto en terreno abierto como en escenarios de lucha urbanizada CQB (Close Quarter Batlle). Líder indiscutible en ese segmento es la firma sueca Aimpoint, que ha vendido sus visores de punto rojo en grandes cantidades a Francia, Estados Unidos o Italia. En España los usa el Ejército del Aire y las mejores unidades de asalto policial. Lo más novedoso ahora de lo que proponen se centra en el tipo Micro, muy compacto y ligero para que no añada peso a quien por él se decante, y en el robusto M4, que aguanta inmersiones bajo el agua a profundidades superiores a los 10 m. y tiene una capacidad de 80.000 horas encendido, sin tener que cambiar las baterías, algo que lo diferencia, positivamente, de otros muchos conceptos.
Entre sus “oponentes” comerciales se encuentra el EOTech, conjunto holográfico que ha conseguido un buen número de ventas entre agencias policiales y militares, pues su pantalla del tipo visor de cabeza alta HUD (Head Up Display) y especial retícula circular ayuda a conseguir impactos en situaciones especialmente comprometidas. Cada vez son más –incluso el Ejército de Tierra español lo ha comprado para sus ametralladoras MG4– aquellos que optan por visores como el Trijicon ACOG (Advanced Combat Optical Gunsight), que es sumamente compacto, resistente y con una óptica de 4 aumentos, con la que es fácil conseguir notables agrupaciones a distancias medias, siendo un diseño óptimo para fusiles de asalto. Lo usan los Marines de Estados Unidos y también algunos contingentes de sus Fuerzas Especiales.
Ya están surgiendo algunos competidores, tan serios como los MARS (Multi-purpose Aiming Reflex Sight) israelíes de LT Optronics, los ELCAN canadienses usados por Australia, los germanos Calr Zeiss ZO 4x30 seleccionados por el Bundeswehr o los recientes Leupold 4x24 HARM (High Accuracy Multi-Range riflescope), que combinan en un mismo conjunto un módulo óptico de puntería y un sistema de punto rojo. Es una opción que ya se había presentado en los ACOG y sería el caso del modelo TA31ECOS-G.
Cada vez son más los sistemas de puntería avanzados que se ofrecen a potenciales clientes. Hay unos con tecnología menos actual y otros con la más puntera. Las capacidades están directamente relacionadas con marcas y precios, lo que hará que los órganos de decisión no lo tengan fácil a la hora de sus adquisiciones. En todo caso, hay una doble consideración: comprar barato puede resultar caro, pero la tecnología evoluciona muy rápidamente, por lo que hay que prever, de forma inteligente y eficaz, hacia donde se avanza y a qué ritmo se hace.

Vehículos Submarinos no Tripulados, el nuevo dominio del mar

(defensa.com) Por José María Navarro
El fondo marino es el último entorno militar discreto y los submarinos son los únicos que pueden operar casi con total sigilo. A los convencionales se suman un gran número de vehículos no tripulados, cada vez más capaces y con nuevas misiones, reflejo del nuevo interés por el dominio del mar como campo de batalla.
A diferencia de los vehículos aéreos no tripulados que ocupan titulares en los medios de comunicación, los submarinos pasan casi desapercibidos fuera del entorno de seguridad y defensa. Antes de adentrarnos en siglas y categorías precisaremos de qué estamos hablando. Los vehículos no tripulados submarinos UUV (Unmanned Underwater Vehicles)  son capaces de operar bajo el agua sin ocupante a los mandos. Por un lado están los conocidos ROV (Remotely-operated Underwater Vehicles), que son manejados a distancia por un operador humano, y los AUV (Autonomus Underwater Vehicles) que operan de forma autónoma, constituyendo una suerte de robot. En este momento se emplea el término vehículo marítimo no tripulado, o UMS (Unmanned Maritime System), entre los que tenemos los vehículos de superficie no tripulados USV, como el conocido Protector de Rafael, y los UUV, que será de los que nos ocuparemos en este texto.

En sus inicios, los ROV fueron empleados como blanco para entrenamiento de buques y submarinos, pero después se los comenzó a usar contra la amenaza de las minas, para investigación o para la colocación de equipos submarinos diversos (payload delivery) relacionados a menudo con la guerra electrónica submarina.
Cuando la tecnología permitió desconectarlos del buque nodriza y de su operador, se convirtieron en UUV y empezaron a emplearse en misiones cada vez más complejas. Aunque destacan en la lucha contra minas (MCM) localizando, identificando y destruyéndolas, muchos ejércitos han encontrado nuevas áreas donde resultan atractivos, estableciendo requerimientos para estas misiones. Entre ellas están la guerra submarina (ASW), la guerra contra elementos de superficie (ASuW), la inteligencia, vigilancia y reconocimiento (ISR), la guerra electrónica (EW), el apoyo de fuerzas especiales navales, así como la seguridad portuaria y la protección de la fuerza. La idea tras esta tendencia es la de alejar el peligro del personal naval en la guerra contra minas, pero también explotar la discreción y el sigilo de estos vehículos.
La tecnología submarina es un área altamente sensible y sus secretos son deseados por países y empresas, por lo que no sorprende que sea uno de los principales objetivos del espionaje y dominando la US Navy este tema durante décadas no sorprende que sea la más espiada. No hay muchas empresas en el mundo capaces de desarrollar soluciones en éste área y entre las más conocidas están International Submarine Engineering (ISE), Bluefin Robotics, Teledyne Gavia o la noruega Kongsberg Maritime. Por último, los UUV se han beneficiado de los recursos privados que las empresas del sector petrolero o del gas han destinado para su desarrollo, empleándolos para reconocer el terreno donde realizar prospecciones o instalar conducciones submarinas.

Evolución de los vehículos no tripulados submarinos
Los primeros ROV estaban formados principalmente por estructuras metálicas a las que se adosaban los sistemas de propulsión, navegación y de observación, por lo que su diseño era funcional y poco estilizado. Sin embargo, la mayoría de UUV actuales se basan en la forma de un torpedo, es decir, una sección tubular de mayor o menor diámetro y longitud, principalmente de aluminio, con la unidad propulsora en la parte posterior y diferentes elementos móviles en el exterior para maniobrar, encontrando sistemas de longitud pequeña o enorme de más de 10 m. El diámetro también varía, estando algunos adaptados al empleo desde tubos lanzatorpedos de buques y submarinos o para facilitar su logística a bordo, siendo la medida de 21 pulgadas de diámetro una de las más empleadas en diseños grandes.
Por ejemplo, Saab tiene una familia de UUV denominada AUV62, que tiene 21 pulgadas de diámetro y 4,7 m. de largo, para actuar como señuelo en entrenamientos submarinos (versión AT) o para reconocimiento de minas o REA (versión MR). Puede comunicarse tanto en superficie como en inmersión con su buque nodriza usando WLAN o transmisiones por satélite y bajo el agua con un Hydro Acoustic Link. En mayo de este año, el Naval Research Laboratory (NRL) de la US Navy anunció la compra de 5 UUV Bluefin 21 para su programa Black Pearl, un programa por el que la Marina se dotará de un UUV con 21 pulgadas de diámetro con capacidad de navegación GPS/INS/DVL, baja firma acústica y autonomía energética para operar 24 horas a 400 m. de profundidad para la lucha a distancia contra minas y submarinos.
La mayoría tiene una construcción modular y multimisión que permite incorporar diferentes sensores según la tarea, ya que, igual que los sistemas aéreos y terrestres no tripulados, un UUV es, en última instancia, una plataforma a la que adherir sistemas según el trabajo a realizar. Entre los sistemas están los de navegación y comunicación del vehículo en el mar o fuera de él y, dadas las peculiaridades del entorno submarino para la radiofrecuencia, estos son muy complejos y se han beneficiado de las herramientas de procesamiento de datos más actuales. Encontramos brújulas, sensores de presión para calcular la profundidad, magnetómetros, termistores y, sobre todo, diversos tipos de sonares más o menos complicados, algunos con capacidad sintética, en cuya complejidad técnica no profundizaremos. Unos toman una posición conocida por GPS antes de sumergirse y son capaces de navegar partiendo de ella, pero otros no la necesitan, empleando sistemas inerciales y acelerómetros para calcular el rumbo. Hay modelos capaces de evitar obstáculos y realizar rutas siguiendo puntos preestablecidos.

Para desplazarse emplean motores eléctricos con los que mueven hélices o propulsores, empleando baterías recargables cada vez más modernas o células de combustible, en el caso de los más grandes, lo que aumenta su autonomía, aunque también la complejidad. Deben ofrecer gran autonomía, el menor peso posible y ser compatibles con el entorno salino y húmedo. Por ejemplo, el ARCS de ISE se ha probado con una célula de combustible capaz de generar 60 kwh, consiguiendo una autonomía de 35 horas. En términos de diseño, la mayoría pueden ser dotados de sistemas de misión específicos para cada tarea, ya sean sensores de investigación medioambiental, para localización de minas, colocación de cargas, remolcar sensores; o portar armamento. Incluso se convierten en un arma guiada desechable, constituyendo una categoría denominada a menudo MDV (Mine Disposal Vehicle). Otra opción es diseñar vehículos que puedan hacer más tareas, en lugar de tener un gran número de sistemas para misiones concretas.

Categorías y diseños
Existen diferentes criterios para clasificar los UUV, atendiendo a tamaño, autonomía, profundidad u otras variables. Según su grado de autonomía, tenemos los ROV que suelen estar conectados al exterior por un cordón umbilical que incluye señales de operación, retorno de vídeo e incluso la electricidad para su funcionamiento, y los AUV, que son básicamente robots capaces de moverse y realizar tareas sin intervención de un operador humano. Algunos ROV tienen capacidades que los posicionan más cerca de los UUV, denominándolos SAROV o Semiautónomos ROV. Atlas Electronik tiene el Seacat, que opera con o sin cable umbilical, y el Seafox (empleado en el bloqueo naval a Libia) que, en su versión C, es desechable y se guía autónomamente hasta un objetivo preestablecido, como una mina y activa una carga contra este. Los Double Eagle MkII y MKIII de Saab han sido presentados recientemente con versiones semiautónomas.

Atendiendo al tamaño, por ejemplo, la US Navy clasifica los UUV en cuatro categorías, dependiendo del peso, diámetro del casco y volumen de carga. Están los muy pequeños o portátiles: entre 7,62  y 22,86 cm. de diámetro, peso inferior a 45 kg. y menos de 7 l. de capacidad de carga. Los ligeros, con un diámetro en torno a 32,385 cm., peso de unos 226 kg. y entre 28,3 l. y 84,9 l. de capacidad de carga. Los pesados tienen un diámetro de 53,34 cm. (el del tubo de torpedos), menos de 1.360 kg.de peso y entre 113,2 l. y 169,9 l. de volumen de carga. Por último, los grandes tienen un diámetro superior a los 91,44 cm. y hasta 9.071 kg., y entre 424,7 l. y 849 l.

Un ejemplo de familia es el REMUS (Remote Enviromental Monitoring Unit System) de Kongsberg, que incluye versiones de pequeño tamaño, como la 100 (MK-18 Mod 1 Swordfish en la US Navy), empleado en aguas muy poco profundas. El siguiente es el 600 (MK-18 MoD 2 Kingfish), utilizado para mayores áreas y profundidades y con más sensores, que tiene una batería de iones de litio de 5,2kw/h., que le da una autonomía de 70 horas a profundidades de hasta 1.970 pies. Por encima de ellos está el Hugin 1000, capaz de sumergirse a 1.000 m. y que porta sensores como el sonar interferométrico, electro ópticos avanzados, analizadores de turbidez y ecosondas.
Los de mayor tamaño tienen ventajas en autonomía y capacidad de carga de sistemas, pero poseen una mayor complejidad logística, requiriendo buques o medios de izado específicos. Uno de los de mayor tamaño es el Sea Maverick estadounidense, de nada menos que 48 pulgadas de diámetro y una velocidad de 15 nudos en inmersión. No puede ser desplegado desde ningún tubo lanzatorpedos, por lo que requiere un buque específico y es usado como relé de comunicaciones por satélite por diversas agencias estadounidenses. Los UUV de mayor tamaño están siendo también considerados para monitorizar por largos períodos de tiempo las rutas de submarinos. Por el contrario, los pequeños pueden ser operados por una o dos personas, lo que permite desplegarlos desde lanchas y recuperarlos manualmente, además que pueden ser transportados por medio mundo como paquetes comerciales y utilizados desde buques de oportunidad, que no tienen porqué ser militares.
También podríamos clasificarlos según la profundidad a la que pueden operar. El Hugin de Kongsberg o el Explorer de ISE alcanzan profundidades de hasta 3.000 m. Otra variable clave es el tiempo de inmersión, que dependerá básicamente del tipo de UUV y su misión. Por ejemplo, la US Navy quiere tener en 2.017 UUV que puedan estar 70 días sin repostar.

Otras modalidades

Hay un tipo de UUV, denominado glider o planeador, que para desplazarse cambia su flotabilidad e inclinación para aprovechar las mareas y corrientes, convirtiendo el movimiento vertical en horizontal gracias a superficies móviles. Consumen muy poca electricidad, pudiendo estar meses cruzando océanos enteros. Están programados para recolectar información y salir periódicamente para enviar los datos por satélite. Uno es el Seaglider de iRobot, que ha sido considerado por la US Navy para su proyecto Persistent Littoral Undersea Surveillance Network (PLUSNet). El Littoral Battlespace Sensing-Glider de Teledyne Brown Engineering funciona así recopilando datos oceanográficos durante 30 días.
Otros se comportan como boyas subacuáticas, permaneciendo en una zona concreta del mar recopilando información durante mucho tiempo o vigilando zonas de litoral u oceánicas concretas, esperando a que un submarino pase cerca. Algunos pueden operar bajo el hielo polar de forma prolongada, como el Theseus de ISE, capaz de recorrer 850 km. a una velocidad de 2,5 nudos, portando una carga útil de 1 ton., empleado para tender cables de fibra óptica bajo el hielo ártico y capaz de sortear autónomamente obstáculos, como icebergs, y que también puede emplearse en operaciones militares discretas. Hay hasta diseños exóticos basados en organismos marinos, como medusas o incluso mantas.

Hay otra categoría de vehículos submarinos no tripulados, que son los semisumergibles, ya que permanecen parcialmente sumergidos manteniendo solo un mástil o snorkel fuera del agua, lo que les permite funcionar con motores de combustión interna, generalmente diesel marino. En ese mástil incluyen sistemas de posicionamiento y de comunicaciones y son empleados principalmente desde buques contra minas para lanzar desde ellos sonares remolcados activos, manteniendo así una distancia de seguridad con el barco principal que puede superar los 10 km. En la operación Tormenta del Desierto la US Navy empleó vehículos Dolphing de ISE para investigar el desarrollo de un sistema no tripulado para MCM y a mediados de los noventa trabajaba en el Remote Operational Minehunting Prototype (RMOP), predecesor del Remote Minehunting System RMS o AN/WLD-1. Otro ejemplo es el Seakeeper de la francesa DCN, empleado como Dorado en el programa canadiense Interim Remonte Mine-hunting and Disposal System o IRMDS. Para operar despliega el sonar remolcado Aurora de la empresa ISE, que puede funcionar a velocidades de hasta 12 nudos y hasta 200 m. de profundidad.
Otra línea de investigación apuesta por usar enjambres de UUV, en los que uno podría estar en superficie dando cobertura GPS al grupo y actuando como repetidor de señales, así como sustituyendo un elemento que fallara. El reto es el sistema de navegación que los mantenga coordinados, aunque investigaciones en la universidad de Luebeck (Alemania) han demostrado su viabilidad con el sistema Monitoring System and Underwater Navigation Robot o MONSUN II. Es un UUV de 4 kg. con varios propulsores verticales y horizontales, capaz de coordinarse mediante sensores infrarrojos y reconocimiento de imágenes, manteniendo su posición relativa. Sería válido para búsqueda de minas, inspección de puertos o cascos de buques o actuar como un campo de sonoboyas inteligente.

Otra aproximación es la de la empresa Liquid Robotics y su Wave Glider, un vehículo compuesto de dos partes, una flotante y otra sumergida, unidas por un cable de 7 m. La flotante tiene paneles solares y antenas para navegación GPS y la sumergida goza de flotabilidad variable y superficies de control que convierten el movimiento vertical generado por las olas en avance, teniendo así una autonomía casi ilimitada. En la parte de superficie podrían ir sensores meteorológicos, sistemas de identificación automática para buques y un data link satelital y, en la parte sumergida, un sonar acústico, cámaras de video, sensores de salinidad, temperatura o incluso un hidrófono remolcado. Para aplicaciones militares es factible que funcione en grupos, como sensores repartidos en una zona de interés desplegados por buques, submarinos o aviones. Una misión podría ser el despliegue rápido desde el aire contra minas o submarinos o la vigilancia persistente de zonas del litoral, ya que puede mantener su posición con un margen de 40 m., como una red de sonoboyas pero a un coste menor. También podría ser empleado como relé de comunicaciones para submarinos en inmersión.

Misiones: lucha contra minas
Hasta hace no mucho, el número de tareas que podían desempeñar estos sistemas era limitado, pero las tecnologías ha cambiado esto. Entre estas tecnologías encontramos la de comunicaciones inalámbricas, la de procesamiento de datos o la de baterías. La investigación oceanográfica se ha beneficiado, ya que se han desarrollado diversos sensores que pueden realizar análisis de compuestos, propiedades del agua como la reflexión de la luz, presencia de vida marina, corrientes o características del fondo marino para la realización de cartografías.
Sin embargo, la lucha contra minas (MCM) es el campo de mayor crecimiento de los UUV, por la necesidad de alejar al buque y su personal de la amenaza. Es una tarea metódica y compleja que implica el despliegue de sensores y medios de neutralización, para localizar, clasificar y neutralizar minas lo más rápidamente posible, tanto en puertos como en rutas marítimas. Cuanto mayor sea el número de sensores desplegados y de medios de neutralización, más rápidamente se completará la tarea. Por ello, una capacidad deseada para estos UUV es la de conseguir cumplir su misión en una sola pasada, es decir, que en el mismo rumbo en el que detecta la amenaza mediante su sonar pueda identificar la mina y destruirla mediante un vehículo explosivo desechable, que a su vez es otra suerte de UUV.

En estos momentos los UUV se emplean principalmente desde los buques MCM que empleaban los ROV, sustituyéndolos progresivamente. Sin embargo, se están desarrollando nuevas formas de emplear estas recientes capacidades, que pasan por alejar más aún los UUV de sus buques. En un primer momento se están sustituyendo buques MCM específicos por otras plataformas interinas, como pueden ser buques de asalto anfibio, que permiten operaciones más prolongadas, permaneciendo alejado del peligro en todo momento. Desde estos operan lanchas del tipo RHIB tripuladas para desplegar los UUV, aunque la solución ideal es que también sean no tripulados y operarán automáticamente los UUV controlados desde el buque nodriza. La US Navy ya ha empleado esta arquitectura usando el USS Ponce en diversos ejercicios internacionales, como los IMCMEX. Otra opción es el diseño de nuevos buques de entre 2.500 y 3.000 ton., específicamente para estas misiones.

Un ejemplo de tecnología no tripulada contra minas es el programa LCS (Littoral Combat Ship) estadounidense, en el que se están evaluando las más modernas tecnologías contra minas, en forma de paquetes de prestaciones cada vez mayores. Incluye el citado RMS de Lockheed Martin, compuesto por un vehículo semisumergible RMMV de 7 m. de largo, dotado de snorkel que es desplegado a distancia del buque y desde el que se despliega el sonar AQS-20A. En junio completó el último test de viabilidad y tendrá la capacidad inicial operativa en 2017 a bordo de los LCS, incluyendo dos vehículos por cada paquete de misión. Como el helicóptero MH-60S no es capaz de remolcar ese sonar, es por el momento el único sensor submarino con que cuenta el LCS, siendo el exclusivo buque que lo operará, tras la cancelación de su despliegue en algunos DDG-51.
En julio del año pasado, General Dynamics eligió el UUV pesado Knifefish de Bluefin Robotics para incluirlo en el paquete Increment III del programa SMCM UUV (Surface Mine Countermeasure Unmanned Underwater Vehicle) del LCS para la lucha contra minas de superficie. El sistema será capaz de identificar minas, incluso con mala mar, reduciendo el riesgo para la tripulación, y para ello va dotado de un sonar de apertura sintética de baja frecuencia, cuyos datos son grabados en una unidad de almacenamiento e interpretados luego en el buque. Se espera que comiencen las pruebas en 2015 y alcance la capacidad operativa inicial en 2017, pretendiendo la US Navy adquirir 48 sistemas, dos por cada paquete de misión.

El Increment III incluye el UISS (Unmanned Influence Sweep System) para el período 2015-16, que se basa en el empleo de una lancha no tripulada operada a distancia del buque y desde la que se despliega un sensor acústico y magnético remolcado. Un ejemplo de esto es el vehículo CUSV (Common Unmanned Surface Vehicle) de Textron Systems y AAI, actualmente en pruebas en la US Navy. Se emplea para búsqueda de minas desplegando el UUV Double Eagle de Saab.

Otras misiones que ya se están desarrollando son sobre todo las de protección de fuerza y seguridad portuaria, ofreciendo horas y horas de misión independiente de las condiciones meteorológicas y una distancia de seguridad contra lanchas kamikaze o terroristas armados que puedan atacar un buque o instalación. Por último, llegarán los submarinos de combate no tripulados. Sin embargo, igual que sucede con los UAV armados, existe controversia sobre la instalación de armamento y su empleo automatizado.


UUV y submarinos

Los desarrollos en curso permitirán a los submarinos de combate dotarse de UUV para realizar sus misiones aún más sigilosamente y acometer otras nuevas. Esto les permitirá a los sumergibles de ataque acceder a zonas, donde de otra manera no podría penetrar, con nuevos sensores y armas, aumentando el alcance de la plataforma y reduciendo el riesgo del buque y su tripulación. Entre las misiones se encontrarían la lucha contra minas (MCM), vigilancia, reconocimiento e inteligencia (ISR), así como topografía y detección del medio ambiente.

La guerra contra minas será la primera tarea a desarrollar. De hecho, ya en 2006 se probó a bordo del USS Scranton el AN/BLQ-11 de Boeing, antes conocido como CUSV (Long-Term Mine reconnaissance System). Un UUV es desplegado y recuperado desde el tubo lanzatorpedos de un submarino de ataque, situándose hasta 200 km. por delante, haciendo tareas de reconocimiento contra minas, incluso clandestinas. Para ello está dotado de un sonar de visión frontal y de otro lateral de apertura sintética, siendo controlado mediante un sistema de comunicaciones acústicas subacuáticas y recuperado mediante un brazo instalado en el tubo lanzatorpedos. El UUV tiene una arquitectura abierta, para que en el futuro pueda ser empleado por el submarino en otras tareas, como ISR en áreas litorales.

Estados Unidos arma a Iraq para que luche contra Al Qaeda

(defensa.com) Estados Unidos está suministrando equipamiento militar al ejército iraquí para la lucha contra Al Qaeda . Acaba de entregarles 75 misiles Hellfire y en marzo recibirá 10 aviones sin piloto ScanEagle de Boeing. La rama de Al Qaeda que opera en Iraq está causando estragos en el país y han conseguido que 2013 sea el año más sangriento desde 2008, con aproximadamente 8.000 muertes (7.000 civiles y 952 miembros de las fuerzas de seguridad iraquíes según datos de las Naciones Unidas). La Yihad ha ganado territorio en Iraq y Siria, estableciendo campamentos sobre todo en el oeste y norte de Iraq y sembrando el terror en esas zonas.
El gobierno iraquí se enfrenta a un delicado equilibrio ya que requiere ayuda militar para combatir el terrorismo pero, por otra parte, no quiere parecer la marioneta de los Estados Unidos. Más aún cuando en noviembre del año que viene hay elecciones legislativas y el primer ministro Nuri Kamal al-Maliki se enfrenta a su tercer mandato.

Maliki y Obama se reunieron en Washington en noviembre y hablaron de la ayuda militar. Iraq quería helicópteros de combate Apache y aviones de combate F-16, además de operar sus propios aviones no tripulados armados, pero Washington prefiere no dotar de UAVs armados a Iraq e incluso niega haber recibido esta petición. Sin embargo Estados Unidos continuará dando apoyo a Iraq en su lucha contra el terrorismo, sus servicios de Inteligencia tiene localizados los campamentos de Al Qaeda en Iraq y está dispuesta a compartir esa información con el Ejército iraquí.

Centrándonos en el suministro de equipamiento, Iraq comenzó a recibir en 2009 aviones Cessna Gran Caravan como parte de la ayuda estadounidense, de ellos al menos tres son de la versión AC-208B Combat Caravan. Se trata de un avión de ataque ligero contra-insurgencia (COIN) derivado de un avión de transporte desarrollado por la estadounidense Alliant Techsystems (ATK). Fue adjudicado a ATK en 2008 dentro del programa Combat Caravan del Gobierno estadounidense, como medio para reconstruir la Fuerza Aérea de Iraq.
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Está equipado con misiles Hellfire, un equipo electro-óptico para misiones diurnas y nocturnas y data-links terrestres y aéreos, además de un equipo de autoprotección. Puede emplear misiles Hellfire en versiones AGM-114M (guiado laser y cabeza de fragmentación e incendiaria) o AGM-114K (guiado por microondas y cabeza de combate dual anticarro). El sistema de combate del avión le permite adquirir por si mismo los objetivos ya que dispone de designador laser. Aunque no ha trascendido el modelo de misil suministrado, es más que probable que se trate del Hellfire M, ya que el sistema de guiado laser permite el empleo autónomo desde el avión, sin necesidad de un radar de ondas milimétricas como el que opera el Apache Longbow.
Aunque es poco conocido, desde que recibió los primeros Combat Caravan, las unidades iraquíes se están entrenando desde entonces en el empleo de este avión con los misiles y sería ahora cuando están listos para operarlos de forma autónoma. La CIA identificaría los objetivos y proporcionará las coordenadas para que los aviones iraquíes lancen los misiles.

Los diez UAVs ScanEagle (un UAV de baja tecnología y media autonomía) están valorados en torno a los 9 millones de euros y, de hecho, ya habrían comenzado a formarse los operadores iraquíes  para su llegada en marzo.

La combinación de los misiles, UAVs tácticos e inteligencia permitirá aumentar la eficacia del ejército iraquí en su lucha contra el terrorismo. Estados Unidos ha suministrado a Iraq también tres globos aerostáticos dotados de equipos electroópticos, tres helicópteros de reconocimiento y tiene previsto entregar 48 UAVs Raven a finales del año que viene, quedando pendiente el suministro de aviones de combate F-16.

Turquía selecciona a Navantia para construir un buque de desembarco anfibio tipo “Juan Carlos I” para su Armada

(defensa.com) - La Subsecretaría de Industrias de Defensa (SSM) del Gobierno Turco ha anunciado que el equipo formado por Navantia y el astillero turco SEDEF ha sido seleccionado en primer lugar para iniciar las negociaciones para el diseño y construcción de un buque LHD y cuatro lanchas de desembarco LCM para la Marina Turca. Navantia proporcionará el diseño, transferencia de tecnología, equipos y asistencia técnica a SEDEF para su construcción local.
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Además del diseño, basado en el LHD “Juan Carlos I”, y las lanchas LCM-1E, el alcance del suministro de Navantia incluirá una serie de equipos y sistemas, como los motores, la turbina y el Sistema Integrado de Control de Plataforma.

El diseño de Navantia ha sido seleccionado gracias al hecho de ser un buque ya construido y probado por la Armada Española, en el caso del LHD “Juan Carlos I. Otros dos buques similares también han sido construidos por  los astilleros españoles y entregados a la Marina Australiana,  el LHD “Canberra” y el LHD “Adelaide”.

Se estima que este contrato dotará a los astilleros de Fene-Ferrol y San Fernando-Puerto Real de cerca de 800.000 horas de trabajo, 50.000 horas para Navantia Sistemas y 28.000 horas para la Fábrica de Motores. Más allá, el contrato supone la entrada de Navantia en el mercado turco, donde también está presentando sus fragatas F-100, y la consolidación de Navantia como un referente mundial en el mercado de LHD.

El Ejército de Perú adquiere sistemas de artillería chinos por 38 millones de dólares

(defensa.com) - El Ejercito del Perú adquirió a Norinco (China North Industries Corporation) - vía una negociación gobierno a gobierno - 40 Lanzacohetes Múltiples (MLRS) Tipo 90B de 122 mm. por un monto aproximado de 38,5 millones de dólares. La adquisición, denominada oficialmente “Mejoramiento de la Capacidad del Sistema de Artillería de Campaña del Componente Terrestre del Comando Operacional del Sur”  JUCRAM,  fue declarada de interés nacional mediante el Decreto Supremo N° 016-2013-DE publicado en el diario oficial “El Peruano” el pasado día 12 de diciembre. 
La norma autorizó al ministro de Defensa a “emitir los actos necesarios para la formalización de la contratación” y señala que el Ejército del Perú cumplió con remitir al MINDEF el Expediente de Inicio y el Proyecto de Inversión Pública (Código SNIP N° 249489), y que la contratación se encuentra debidamente financiada e inscrita en el PAC (Programa Anual de Contrataciones). Además, se indica que la contratación se sustenta en el correspondiente estudio de mercado y en los informes técnico-económico y presupuestal. 

A pesar de lo escaso de la información, ha trascendido que queda pendiente de negociación la adquisición de 49 de Vehículos de Amunicionamiento, 33 de Reconocimiento (4x4), 15 de Transporte de 5 Ton. y  3 de Mantenimiento, así como de 4,200 cohetes de 122 mm. De acuerdo al portal del OCSE (Organismo Supervisor de las Contrataciones del Estado) el monto asignado, incluidos los Lanzacohetes Múltiples, es de 122,2 millones de dólares. A esto se sumaría, la adquisición de  4 Centros de Mando y Control de Artillería.

El Tipo 90B de 122 mm. es una versión mejorada del Tipo 81 (copia de BM-21 Grad)  montada en un camión Honyan OQ-261 (6x6). Tiene una longitud de 9.84 m, ancho de 2.5 m. y altura de 3.2 m, siendo su peso en combate de 20 ton. Alcanza una velocidad de 85 km/h y su alcance es de 800 km. Dispone de un lanzador de 40 alveolos, capaz de disparar una salva completa en 20 segundos. La recarga es automática y demora tan solo 3 minutos, debido a que dispone de un contenedor con otros 40 cohetes de reserva. Está diseñado para lanzar dos tipos de cohetes  de alto explosivo (HE)  de 2,87 m. (67 kg) y 2,75 m (61 kg) a blancos a 20 y 30 km. de distancia. Asimismo, puede disparar cohete de 2,9 m de longitud de nuevo diseño contra blancos ubicados, respectivamente, a 40 y 50 kilómetros de distancia.

La adquisición de los Tipo 90B estaría generando, de acuerdo a medios locales, gran preocupación en el interior de la institución castrense debido a las malas experiencias y serios problemas con las performances operacionales de su flota de camiones de origen chino del Tipo Beiben 2528, Dong Feng EQ-1180/EQ-2100 y Shaanxy Steyr SX-190 – incorporados entre 2009-2012 - debido a los constantes reportes de fallas y problemas de mantenimiento.

Más aun, a fines del 2012 se adquirió - bajo el rubro de “secreto” – un lote 8 camiones Shaanxy Steyr SX-190– que no cumplían los requerimientos técnicos mínimos  exigidos por la IV División de Ejército (Comando de la Región Militar del VRAEM).  Por si fuera poco, a mediados de 2013 se ordenó el retiro de las municiones Norinco de calibre 5.56 x 45 mm. debido a las constantes fallas, en especial encasquillamiento y restos de pólvora a medio combustionar, que provocan en el armamento de los efectivos militares.

Se trata de un lote de munición de 5,56 x 45 mm – conformado por 512.000 cartuchos eslabonados y unos 13.000 trazadores – adquirido vía el Proceso N° 005-2010 mediante una inversión de 5,2 millones de dólares. La adquisición fue cuestionada en su momento por medios locales que señalaban quela munición de Norinco no cumplía con los estándares de calidad determinados por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), como exigían las bases del proceso. (Alejo Marchessini, Corresponsal de Grupo Edefa en Lima).

Los claroscuros del acuerdo provisional sobre el dossier nuclear iraní

Por Xavier Servitja Roca*
Introducción
La madrugada del pasado domingo 24 de noviembre se puso fin a casi una década de desencuentros entre el equipo negociador iraní y los representantes del P5+1 (EU3 hasta 2006) respecto al programa nuclear de la República Islámica de Irán. Bajo la presidencia y mediación de la Alta Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Catherine Ashton, los ministros de Exteriores de todas las partes implicadas en la negociación, Alemania, China, Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Rusia e Irán, firmaron el “Pacto de Acción Conjunto” en el Palacio de las Naciones de Ginebra (Suiza).

Dicho pacto, que simboliza un primer paso en el largo y difícil camino para solucionar la crisis nuclear iraní, es un acuerdo provisional de seis meses de duración que contiene una serie de medidas a cumplir por ambas partes con un doble objetivo conjunto: que se generen mayores niveles de confianza entre las dos partes, al mismo tiempo que se intenta ganar tiempo para negociar un acuerdo definitivo al final de dicho periodo en que se asegure las intenciones pacíficas del programa nuclear.

Además, responde también a un doble objetivo que pretendían alcanzar cada una de las partes a corto plazo: desde el lado de Teherán, la disminución del régimen de sanciones y el reconocimiento del derecho de enriquecimiento de uranio en su territorio (objeto de debate posterior); y, por parte del P5+1, la ralentización del programa nuclear iraní y un régimen de control y verificación más severo sobre el mismo a través del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) para asegurarse que no hay ninguna dimensión militar. Así, se pasa de los gestos a los hechos y realidades.

Acciones recientes que ayudan al acuerdo
No obstante, este acuerdo histórico no sólo es fruto de las negociaciones en el marco de las dos últimas reuniones del P5+1 e Irán celebradas en el mes de noviembre en Ginebra, sino que viene precedido o acompañado de una serie de acciones en los últimos dos meses que lo han facilitado. Entre las más destacadas, cabría resaltar en primer lugar el nuevo acuerdo de cooperación firmado por el presidente de la Organización de la Energía Atómica de Irán, Ali Akbar Saheli, y el director del OIEA, Yukiya Amano, en la visita de este último a Teherán el pasado 11 de noviembre.

Un segundo aspecto es la publicación este mismo mes de noviembre del informe del OIEA sobre las actividades del programa nuclear iraní. En dicho informe se resalta que Irán ha disminuido considerablemente la expansión de sus capacidades de enriquecimiento de uranio desde que Hassan Rohani ha asumido el cargo de presidente. De hecho, durante dicho periodo el uranio enriquecido al 20% almacenado por Irán sólo se ha incrementado un 5% para alcanzar los 196 Kg (para construir un artefacto  nuclear son necesarios aproximadamente 250 Kg enriquecidos al 90% aproximadamente). Al mismo tiempo, también se señala que desde el mes de agosto no se ha añadido ningún componente mayor al reactor de aguas pesadas de Arak.

En tercer lugar, ha resultado clave la voluntad política mostrada por el presidente estadounidense, Barack Obama, y su homólogo iraní, Rohani, previa autorización del Líder Espiritual Ayatolá Ali Jamenei, de agotar la vía diplomática para buscar una solución negociada al dossier nuclear de Irán, alejando así la posibilidad de una intervención militar contra el mismo. En esta dirección y tras el discurso de Rohani en la Asamblea General de Naciones Unidas, la administración Obama no sólo ha protagonizado algunos gestos de buena voluntad hacia el ejecutivo iraní, con llamada incluida entre los dos presidentes, sino que además su administración ha logrado retrasar la votación en el Congreso estadounidense de un nuevo paquete de sanciones a Irán que iba a ser aprobado justo dos días antes del inicio de la última reunión en Ginebra.

Por parte del Estado persa, tanto la designación del ministro de Exteriores iraní, Mohammad Javad Zarif, como nuevo responsable del equipo negociador en detrimento del secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional (aspecto que eleva las negociaciones a categoría ministerial), como la necesidad de Rohani de cumplir su promesa electoral de aliviar los efectos de las sanciones internacionales sobre la maltrecha economía iraní, pasando por los recientes discursos públicos de Jamenei dando su apoyo a la aproximación diplomática de Rohani, han mostrado explícitamente la voluntad negociadora iraní para alcanzar un acuerdo.

Finalmente, la utilización de las puertas traseras por parte de los equipos diplomáticos de Estados Unidos e Irán ha resultado clave para preparar gran parte del acuerdo antes de las dos reuniones de Ginebra. En este sentido, según informaciones aparecidas en Associated Press (AP) y Al-Monitor corroboradas por la inteligencia israelí, se han producido un mínimo de cinco reuniones bilaterales secretas entre oficiales estadounidenses e iraníes, la mayoría de ellas celebradas en Omán. La primera tuvo lugar en marzo –con Ahmadineyad aún como presidente- y el resto después de la elección presidencial iraní de junio en las que ganó Rohani. Así, parte del “Pacto de Acción Conjunto” fue acordado en estas reuniones entre representantes de Estados Unidos e Irán.

Los claros del “Pacto de Acción Conjunto”
Dado el contexto internacional en el que se producen las negociaciones y atendiendo a las opciones que las partes tenían sobre la mesa, se puede sugerir que el contenido de este primer acuerdo provisional es satisfactorio tanto para los miembros del P5+1 como para Irán porque consiguen alcanzar los objetivos citados con anterioridad.

Así, del acuerdo firmado se puede desprender que se congela parcialmente el programa nuclear iraní durante seis meses y que se establece un sistema de control y verificación sobre el mismo mucho más estricto. En esta dirección, las principales medidas son:
  • Irán facilitará toda la información requerida sobre su programa nuclear y permitirá el acceso de los inspectores del OIEA a sus instalaciones. Ello incluye inspecciones diarias a las plantas de enriquecimiento de uranio de Fordo y Natanz.
  • No se realizarán avances en las actividades de Fordo y Natanz quedando totalmente prohibida la puesta en marcha de nuevas centrifugadoras en dichas instalaciones. Además, se detiene el desarrollo de la planta de Arak.
  • Irán no podrá enriquecer uranio por encima del 5%. Respecto a sus reservas de uranio enriquecido al 20%, la mitad deberá convertirse en fuel para su reactor nuclear de Teherán, y la otra mitad deberá diluirse por debajo del 5%.
A cambio de ello, Irán obtiene ciertos compromisos por parte de las potencias internacionales entre los que destacan:
  • Irán podrá seguir vendiendo su actual cuota de petróleo sin que se le exija la reducción de la misma. Aunque no podrá aumentarla en estos primeros seis meses.
  • Irán podrá recuperar una parte de los activos congelados en el extranjero por sus ventas de petróleo.
  • Se suspenden las sanciones a las exportaciones de productos petroquímicos, al oro y metales preciosos, así como a la industria automovilística iraní.
  • La Unión Europea y el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas no impondrán más sanciones al Estado persa relacionadas con el programa nuclear. Asimismo, Estados Unidos también se abstendrá de incrementarlas pero siempre teniendo en cuenta los poderes que tienen tanto el presidente como el Congreso estadounidense sobre ello.
En un total aproximado, se calcula que con estas medidas Irán podrá recuperar entre 6 y 7 billones de dólares, de los que unos 4 billones procederán directamente de los activos congelados por la venta de petróleo. Desde mi punto de vista, aunque es una cantidad importante, es menos de lo que se esperaba en un primer momento. Y más, teniendo en cuenta que en los borradores utilizados por la administración Obama para ganar el apoyo de algunos congresistas al acuerdo, la cantidad estipulada llegaba a unos 10 billones de dólares (el borrador manejado por los opuestos a la negociación situaba la cantidad en unos 20 billones de dólares para torpedear el acuerdo).

Por ello, sería conveniente preguntarse por qué Irán ha aceptado esta suspensión de sanciones a la baja más allá de la argumentación de su delicada situación económica. Junto a ello y en mi opinión, el “Pacto de Acción Conjunto” contiene otros puntos oscuros importantes como si éste reconoce o no el derecho de Irán a enriquecer uranio en su propio territorio, cuál va a ser la evolución de la posición negativa al acuerdo de los aliados regionales estadounidenses, Israel y Arabia Saudí, así como de los respectivos sectores internos contrarios a la negociación, y que capacidad tendrán los actores para gestionar tanto este acuerdo provisional, como la negociación del futuro acuerdo definitivo.

Las sombras del “Pacto de Acción Conjunto”
Como se indica anteriormente, existen algunas sombras que deberían rebajar la euforia inicial y adoptar una posición más prudente. Sin negar que este “Pacto de Acción Conjunto” tenga un carácter histórico, sobre todo, en las relaciones bilaterales entre Estados Unidos e Irán y que, al mismo tiempo, pueda representar un primer paso en la solución de la crisis nuclear iraní, no es menos cierto que deja ciertas incógnitas en el aire sobre comportamientos de algunos actores e interpretaciones de los contenidos que deberán ser gestionadas correctamente. A continuación paso revista a algunas de esas sombras:

El derecho de Irán a enriquecer uranio en su propio territorio
Nada más firmarse el acuerdo y en las ruedas de prensa posteriores, ya surge la primera discrepancia en relación al contenido del Pacto y si éste reconoce o no el derecho de Irán de enriquecer uranio.

En este sentido, el ministro de Exteriores iraní, Javad Zarif, afirma que el Pacto contiene el derecho a enriquecer uranio, aspecto ya reconocido por el Tratado de No Proliferación (TNP) del que Irán es miembro. En el lado opuesto, el Secretario de Estado estadounidense, John Kerry, afirma todo lo contrario y niega de forma rotunda que Irán posea o se le reconozca dicho derecho. Esta ambigüedad de interpretación ya no sólo del Pacto, sino también del TNP, también responde en este caso a una escenificación obligada por parte de Estados Unidos e Irán para vender dicho acuerdo como una victoria y una cesión de la contraparte ante los sectores respectivos más reacios y opuestos a la negociación.

No obstante, bajo mi punto de vista el Art. 4.1 del TNP sí reconoce implícitamente el derecho de enriquecimiento de uranio a las partes firmantes. Frente a ello, la doctrina utilizada por Estados Unidos defiende que este reconocimiento debería ser explícito y no se menciona directamente. La discrepancia se traslada al acuerdo firmado por la interpretación que se hace del derecho iraní a enriquecer uranio por debajo del 5%. Para Javad Zarif éste es un reconocimiento de los derechos iraníes, mientras que Kerry afirma que es una cesión provisional en el marco del acuerdo.

De todos modos, dicho punto volverá a ser tratado al finalizar los seis meses de duración del acuerdo provisional y será, de nuevo, un punto de fricción y controversia entre ambas partes difícil de solucionar ya que, como estipula el Pacto, se deberá “definir de forma conjunta un programa de enriquecimiento con límites prácticos y medidas de transparencia que aseguren la naturaleza pacífica del programa”.

Y en este sentido, cualquier propuesta que intente obligar a Irán a enriquecer su uranio en el exterior y pararlo en su territorio será rechazada por cruzar una de las líneas rojas establecida por Jamenei y el equipo negociador. Además, significaría el fin político de Rohani y la vuelta a la primera fila de los órganos decisores del sector más conservador respecto al programa nuclear y a las relaciones con Estados Unidos.

En un sentido contrario, la administración Obama también tendrá serias dificultades a nivel interno y externo en acordar un pacto definitivo que contemple el derecho de Irán a enriquecer uranio en su territorio – a no ser que haya fuertes contraprestaciones a cambio, relacionadas con el apoyo de Irán al régimen sirio de Al Asad o a Hezbollah.

Reacción de los actores internos y externos opuestos al Pacto
Precisamente, otra sombra a tener en cuenta es la gestión que la administración Obama debe realizar de las reacciones internas de los actores opuestos al Pacto, así como de la reacción de sus aliados regionales, Israel y Arabia Saudí. En este último caso, puede determinar o venir condicionada por un cambio de estrategia en la política exterior estadounidense de Oriente Medio.

Respecto a Irán, el respaldo de Jamenei al proceso de negociación y al acuerdo alcanzado han dado a Rohani la credibilidad y el margen que necesitaba para hacer frente a los sectores contrarios a su aproximación diplomática en los próximos seis meses. Sólo un incumplimiento del acuerdo por parte de Estados Unidos podría hacer peligrar su papel dentro del sistema político iraní.

Y esta idea tampoco resulta descabellada ya que existe un nuevo paquete de sanciones congelado por un periodo de un mes en el Congreso estadounidense. Obama consiguió retrasar su votación y ahora está intentando una prórroga de otros seis meses para evitar que se apruebe y no afecte al Pacto. Así, el papel de Obama parece más complicado porque, en caso de nuevas sanciones, su credibilidad ante Irán y ante los otros miembros del P5+1 quedaría seriamente dañada y se perdería la unidad internacional en la vía diplomática y en el apoyo a los regímenes de sanciones vigentes. Así, algunos de sus miembros como Rusia o China podrían no seguir aplicando sanciones impuestas anteriormente. Esto debilitaría la posición estadounidense frente a Irán y la apuesta por la aproximación diplomática de Obama.

A ello se le añade la labor de vender el acuerdo a los sectores republicanos y de su propio partido demócrata contrarios al acercamiento con Irán (en pleno debate doméstico sobre la controvertida reforma de la ley migratoria). Estas facciones no sólo exigen que un acuerdo con Irán y la relajación de más sanciones vaya acompañada del compromiso de Teherán de cesar su apoyo a Hezbollah y al régimen de Al Asad, sino que algunos de sus miembros van más allá proponiendo el desmantelamiento del programa nuclear iraní tal como se hizo con el de Libia en 2004.

Precisamente, ésta es la línea de argumentación de otro presunto gran damnificado por el acuerdo, el gobierno israelí de Benjamin Netanyahu, que lo ha calificado de “error histórico” tras presionar a Estados Unidos y a otros miembros del P5+1 para que no lo firmaran. Sin embargo, ni la opción del desmantelamiento a estas alturas resulta real ni aceptable por parte de Irán, ni la intervención militar se tendrá en cuenta hasta que no se agote la vía diplomática, ni todos los actores domésticos de Israel están de acuerdo con la posición adoptada por el ejecutivo israelí respecto al “Pacto de Acción Conjunto”.

Así, desde algunos sectores del ejército y la inteligencia israelí se han mostrado favorables a este acuerdo provisional porque retrasa un posible interés de Irán por lograr el arma nuclear a cambio de una relajación o eliminación de sanciones menor de la esperada y de una mayor intrusión en las inspecciones. Al mismo tiempo, el Pacto refuerza al presidente Rohani frente a las posiciones más duras del régimen dirigido por Jamenei. En esta dirección, estos sectores críticos con la posición de su propio ejecutivo creen que Rohani capitalizó en junio pasado el voto de descontento poniendo de manifiesto problemas de legitimación del actual régimen. Por ello y sin olvidar quién es el “jeque de la diplomacia”, este sector de militares y oficiales de inteligencia creen que en vez de esperar que el actual sistema político iraní pudiera colapsar a causa de su delicada situación económica provocada por las sanciones internacionales, un movimiento de reformas o cambio podría activarse desde dentro del propio sistema que iría reconduciéndose hacia posiciones más moderadas.

Teniendo en cuenta esta división existente y a pesar del acuerdo provisional con Irán, en mi opinión las relaciones bilaterales entre dos aliados tradicionales como Estados Unidos e Israel no van a variar a pesar del descontento de Netanyahu. Éste sabe que la seguridad nacional israelí depende de Estados Unidos. Es más, si se diera luz verde a su opción de intervención militar contra el programa nuclear iraní no podría realizarla sin la ayuda de su aliado estadounidense. 

En este sentido, Obama deberá aguantar la presión de Netanyahu y de los lobbies proisraelíes hacia su Administración y hacia los congresistas en Washington que intentarán torpedear el acuerdo. En cualquier caso, ambos Estados continuarán con su relación bilateral de aliados preferentes como ya ha reiterado Obama en su compromiso de garantizar la seguridad de Israel.

Muy diferente es el efecto producido por el acuerdo en las relaciones bilaterales entre Estados Unidos y Arabia Saudí. Al enfado por la no intervención militar estadounidense en Siria, la monarquía saudí ahora debe sumar la aproximación diplomática entre Obama y Rohani escenificada con el acuerdo sobre el programa nuclear iraní. En Riad y pese a la dependencia militar con Estados Unidos, esto se ha percibido como una alteración en la relación con Estados Unidos. De hecho y según algunas fuentes, Arabia Saudí habría buscado alternativas al paraguas nuclear estadounidense realizando inversiones en el programa nuclear pakistaní a cambio de que se le facilitara acceso al arma nuclear en el momento que así fuera requerido.

Con ello, la gestión de la relación con Arabia Saudí sí puede resultar conflictiva por parte de Obama, a pesar que Estados Unidos es el garante de la seguridad nacional saudí en un caso parecido al de Israel. Pero no es menos cierto que la nueva estrategia de la administración Obama en Oriente Medio va encaminada a buscar un equilibrio de poder regional y evitar que tanto Arabia Saudí como Irán puedan convertirse en potencia hegemónica regional. De este modo es como debería interpretarse y explicarse también el intento de aproximación de la Casa Blanca con Teherán.

Así pues, la administración Obama no sólo deberá verificar y controlar el cumplimiento del “Pacto de Acción Conjunto” por parte de Irán, sino que al mismo tiempo deberá afrontar importantes retos en los próximos seis meses para cumplir con su parte de lo pactado en el acuerdo provisional y gestionar sus relaciones con sus aliados tradicionales en la región: Israel y Arabia Saudí.

¿Por qué Irán acepta el acuerdo? El programa nuclear “durmiente” y Siria
Más allá de la elección del nuevo presidente Rohani y el importante efecto que las sanciones internacionales han provocado a la economía iraní y que, en buena medida, han facilitado la vía diplomática con Irán y su posterior disponibilidad a firmar el acuerdo, deberían buscarse otros factores adicionales que hayan hecho cambiar la estrategia iraní respecto a su programa nuclear. Bajo mi punto de vista, dos de estos factores serían los relacionados con el concepto de programa nuclear “durmiente” y la guerra civil siria.

Respecto a la primera variable, las sanciones internacionales han afectado a la economía iraní pero no a su objetivo principal que era frenar el desarrollo del programa nuclear desde que se reiniciara en 2005. Así, y ya en el tramo final de la presidencia de Ahmadineyad, Teherán ha logrado adquirir las capacidades, el conocimiento y la práctica relativa a un programa nuclear para uso civil. Ello ha sido reafirmado tanto por los servicios de inteligencia estadounidenses como israelíes. No obstante, ambos incidían en el hecho que no habían detectado la intención iraní de dar el paso definitivo para lograr la dimensión militar de su programa.

Y esta es la pregunta: en estos momentos ¿necesita Irán el arma nuclear o enriquecer uranio al 20%? La respuesta es no y por ello puede ir a una mesa de negociación y aceptar rebajar el nivel de enriquecimiento de su uranio del 20% al 5% a cambio de una rebaja de sanciones y de controles más severos. Y este es el gran logro de Jamenei y de la presidencia de Ahmadineyad. Irán ha aguantado el régimen de sanciones hasta que ha logrado alcanzar las capacidades y el conocimiento necesario para crear un programa nuclear de uso civil, y una vez hecho, pasar de una dimensión civil a una militar en el caso que existiera dicha voluntad no resultaría tan difícil.

Una vez cumplido el objetivo, en la etapa final de Ahmadineyad y con el nuevo presidente Rohani se busca la mesa de negociación para aliviar la economía iraní y  establecer un programa nuclear “durmiente”, es decir, sin plena capacidad atendiendo a las peticiones de las potencias internacionales, pero que puede ser activado de nuevo en el momento que Irán tenga esa intención. Eso sí, atendiéndose a las consecuencias de tal decisión. A día de hoy, Irán no necesita el arma nuclear pero sí un programa nuclear “durmiente”, y esto ya lo ha conseguido.

En relación a la segunda variable, es difícil pensar que tanto en el marco de las últimas reuniones del P5+1 e Irán, como en los encuentros secretos bilaterales mantenidos por representantes iraníes y estadounidenses, no se haya tratado el tema de la guerra civil de Siria en algún punto de la agenda. En este sentido, Estados Unidos ha vetado hasta ahora la presencia de Irán en cualquier foro internacional para buscar una solución política para Siria. Pero Irán, uno de los actores más decisivos e influyentes en esta guerra civil por su apoyo al régimen de Al Asad, reclama estar en ellos para defender sus intereses y su posición.

La mediación de Rusia para incorporar a Irán en la mesa de negociación no ha dado resultado hasta el momento. Sin embargo, la firma del “Pacto de Acción Conjunto” podría ser el salvoconducto y autorización pertinente por parte de Estados Unidos a Irán para asistir a la próxima conferencia de paz sobre Siria (o Ginebra II) a celebrar en Ginebra el día 22 de enero. Así que Siria también debe tenerse en cuenta en el acuerdo provisional alcanzado, aunque su nombre no aparezca en el documento.

Para finalizar y a modo de conclusión, para los optimistas el “Pacto de Acción Conjunto” es un hecho histórico que puede ser el primer paso para solucionar la crisis nuclear iraní y, además, puede marcar el inicio de unas relaciones bilaterales entre Estados Unidos e Irán más fructíferas. Para los prudentes, las negociaciones han permitido alcanzar un primer acuerdo provisional satisfactorio para ambas partes. Pero deberá verse cuál es la evolución en el cumplimiento del contenido en estos seis meses y cuál es la actitud de los actores y variables que se oponen al pacto para poner sobre la mesa otras opciones diferentes a la vía diplomática. Ello marcará la posible firma de un acuerdo definitivo al finalizar el periodo marcado. 

Finalmente y para los pesimistas (u optimistas, dependiendo desde qué perspectiva observe los claroscuros), a Obama sólo le quedan tres años de presidencia. A buen entendedor, pocas palabras bastan.

*Xavier Servitja Roca es ayudante de investigación del Grupo de Estudios en Seguridad Internacional (GESI).

sábado, 28 de diciembre de 2013

Colortex, la unica planta argentina en fabricar tejidos kevlar

El gobernador Beder Herrera junto al propietario de la fábrica Colortex, Arturo Karagozlu, inauguró una ampliación en la planta textil y la primera etapa de la tejeduría de kevlar.

Se trata de nuevo proyecto para producir textiles técnicos con tecnología de punta, que incluye la ampliación de la planta textil con la incorporación de maquinaria específica para la fabricación de tejidos con hilados Kevlar.
De este modo, Colortex S.A. se convirtió en la única empresa argentina en fabricar este tipo de tela utilizada en la elaboración de prendas para fuerzas de seguridad, como chalecos antibalas. La inversión de esta primera etapa es de 19 millones de pesos y significó la incorporación de 24 nuevos puestos de trabajo.

Fuente:  http://noanoticias.com.ar/2013/10/11/colortex-la-unica-planta-argentina-en-fabricar-kevlar/

Reflotaron la idea de crear un fideicomiso para saldar la deuda con el Club de París

La Argentina intenta salir de la parálisis de la falta de crédito externo reflotando una idea para acercar una oferta al Club de París, con el objetivo de saldar la deuda pendiente de pago desde fines de 2001.

Así lo indicaron a LA NACION fuentes diplomáticas, que explicaron que la propuesta consiste en la conformación de un fideicomiso en Gran Bretaña, en el que se cruzaría el dinero que pagaría la Argentina con fondos que el país pretende recibir de los países acreedores.

El diario BAE dio cuenta ayer de esta fórmula, que, al parecer, fue bien recibida por algunos países acreedores porque, según el matutino, "no incluye como condición que las agencias de crédito para exportaciones (ECA) se comprometan a flujos de inversión directa proporcionales a la deuda con cada país".

Así desaparecería la difícil meta planteada por la Argentina de que haya un dólar en inversión extranjera por cada dólar pagado por el Gobierno, como se había propuesto en la gestión de Amado Boudou en Economía.
En el viaje de Hernán Lorenzino a París de hace algunas semanas se buscó retomar la negociación formal, luego de varios años en los que ambas partes se limitaron a conciliar cifras, para llegar a consolidar un pasivo, entre capital e intereses, cercano a los US$ 10.000 millones.

En ese momento, el ex ministro y actual jefe de la unidad de reestructuración de la deuda, y embajador ante la Unión Europea, propuso emular con los países acreedores el pago con una quita realizada a las empresas norteamericanas con las que la Argentina llegó a un acuerdo para terminar juicios en el Ciadi. Sin embargo, esa vía fue descartada y ahora se habría reflotado esta idea del fideicomiso, que un experto negociador de la deuda asegura que ya fue explorada sin éxito en otras ocasiones. El Club quiere un pago inicial de US$ 2500 millones. "La Argentina no termina de entender que el acuerdo con el Club es muy simple: si paga la deuda, a cambio, se reabren líneas de crédito de financiación para compra de bienes de capital, pero nadie va a poner plata fresca en estas condiciones macroeconómicas inestables", explicó el experto en renegociaciones.

La fuente indicó que los últimos trascendidos "suenan más a querer mejorar el ambiente interno, con la posibilidad de hacer un anuncio, que a una negociación seria, porque de hecho nunca se hizo una propuesta formal". Además, estas negociaciones se dan mientras no se resuelven las disputas entre el ministro Axel Kicillof y Lorenzino, quien no recibe la bendición del primero para avanzar. "Sin la firma del ministro, ningún país tomará la oferta en serio", advirtió la fuente.

En Economía relativizaron estas diferencias. "La semana pasada estuvieron reunidos ambos para conversar sobre el tema y ahora todo depende de que la presidenta Cristina Kirchner brinde su aprobación para que se le haga una oferta final al Club", indicaron a LA NACION en el Ministerio de Economía.
Además, la Unidad de deuda sigue sin presupuesto y un colaborador de Lorenzino, Francisco Eggers, se fue a trabajar con el massista Jorge Sarghini a la Cámara de Diputados bonaerense y dejó su cargo de director de crédito público a Luis Briones..

La Ciudad y el convenio sobre el juego en los casinos

Por Mauricio Macri  | Para LA NACION

Desde que nos hicimos cargo del gobierno de la ciudad, en 2007, hemos gobernado con aciertos y errores, pero cosechando un enorme apoyo de los vecinos. Porque lo agradecemos, no tomamos esa solidaridad activa como un cheque en blanco. Incluso aquellos que no nos han elegido reconocen que siempre abrimos el diálogo, damos la cara y manifestamos disposición a explicar nuestras decisiones las veces que sea necesario. Es lo que me propongo, una vez más, hacer ahora.

En los últimos días, mucho se ha dicho sobre el convenio que firmamos con el gobierno nacional sobre el juego . Vale la pena formular algunas aclaraciones sobre el tema:

1. El gobierno nacional fue quien concesionó el juego en la Ciudad y todavía lo administra y controla. Hace seis años que el tema está judicializado. En ese pleito sostenemos con firmeza que tal competencia debe ser recuperada por el gobierno de la ciudad con los recursos y las potestades pertinentes. Corresponde que así sea en defensa de la autonomía porteña, de igual manera que hemos exigido la transferencia de la policía y del puerto y hemos defendido los genuinos intereses locales en otras cuestiones que pertenecen, según la Constitución nacional, a la esfera de atribuciones de la Ciudad y no del gobierno nacional. La Justicia aún no ha resuelto el tema que hoy acapara la atención ciudadana. Mientras tanto, el gobierno nacional sigue administrando, contra lo que la Constitución nacional establece, las concesiones del juego en la Ciudad. Son las mismas que él otorgó bajo condiciones que lamentablemente todavía se encuentran en pie.

2. La Ciudad, por decisión de la Justicia, nunca pudo ni puede en este momento cobrar el impuesto de ingresos brutos al juego. A fines de 2008, a partir de una propuesta de Pro, se sancionó la ley 2997, que impuso Ingresos Brutos a la actividad del juego en la CABA. Los operadores recurrieron a la justicia federal y de inmediato obtuvieron en primera instancia medidas cautelares que prohibían al gobierno de la ciudad "dictar cualquier acto administrativo o adoptar cualquier conducta que implique ejercer una pretensión de cobro sobre las actividades" que desarrollan como titulares de la concesión otorgada por el Estado nacional a través de la Lotería Nacional. Apeladas las medidas por la Ciudad, fueron confirmadas en segunda instancia y, después, por la Corte de Justicia de la Nación, el 24 de septiembre de 2013, que decidió, sin embargo, no opinar sobre el fondo de la cuestión. De esta manera, hasta que se dicte sentencia en la causa, el gobierno de la ciudad está impedido siquiera de intentar cobrar Ingresos Brutos a los operadores. Sin renunciar a ningún derecho propio ni reconocer ningún derecho de los operadores ni del gobierno nacional, continuamos con nuestro reclamo judicial con la expectativa de que pronto se reconozcan los derechos autonómicos en su plenitud.

3. Creemos acertado que el gobierno de la ciudad, sin renunciar a sus derechos, acepte percibir ingresos del gobierno nacional por la actividad del juego en territorio porteño, mientras el tema de la competencia está trabado en la Justicia. Conviene recordar, entretanto, que el convenio original, todavía vigente, lo firmó Aníbal Ibarra, como jefe de gobierno, en 2003.

4. La reciente modificación al convenio original asegura un aumento de $ 300 millones de pesos anuales para la Ciudad. Se aumenta de un 35 a un 50% el porcentaje que la Ciudad tenía sobre el canon que cobra al juego la Nación y se le suma a eso un 3% de las utilidades de la actividad. Es una mejora respecto del convenio original y sus renovaciones, y una alternativa para reducir el daño a la recaudación de la Ciudad mientras se lleva adelante el proceso judicial en el que se resolverá si corresponde, como lo reclamamos nosotros, que los operadores de juego tributen al gobierno de la CABA y no al gobierno nacional.

5. La modificación al convenio no condona la deuda pasada del impuesto a ingresos brutos que los operadores tengan con la Ciudad. La modificación al convenio establece que sólo por los períodos en que se perciba el incremento del porcentaje del canon que la Lotería Nacional cede a la CABA (50%) y el canon suplementario (3% de las utilidades), tal pago extinguirá la pretensión tributaria de la CABA contra los operadores. No condona, por lo tanto, la deuda que pudiera existir desde la sanción de la ley 2997 y la entrada en vigencia de la modificación al convenio (enero de 2014). Y el gobierno de la CABA puede, apenas cuente con respaldo judicial, perseguir el cobro de Ingresos Brutos contra los operadores (lo que haría que la Lotería Nacional deje de pagar el aumento en el porcentaje y el canon suplementario). Son falsas, pues, las denuncias que se han hecho con seria tergiversación de los hechos y que han causado -no lo ignoro- desconcierto entre los vecinos de la ciudad, a los que me debo.

6. La modificación al convenio no renueva ni prorroga su vigencia, no amplía los plazos de concesión ni garantiza ningún beneficio a los operadores actuales. El convenio sigue vigente hasta el 30 de octubre de 2015. Que el señor Cristóbal López sea uno de los operadores del juego en la ciudad ha sido parte de las decisiones del gobierno nacional contra las cuales nos estamos batiendo en el único terreno posible: el de la justicia.

En síntesis, se ha celebrado una modificación que garantiza a la Ciudad mayores ingresos durante los próximos dos años. Ingresos prácticamente idénticos a los que percibiríamos si pudiéramos cobrar Ingresos Brutos a los operadores del juego. No hemos renunciado a nuestro derecho a que, con los recursos correspondientes, nos sea transferida la competencia del juego en la Ciudad ni a ejercer la potestad tributaria ni el poder de policía sobre la actividad.

Sabemos que el juego es un tema difícil. Creemos que es una actividad que debe ser regulada, administrada y fiscalizada rigurosamente. Y que hacerlo en la jurisdicción de la Ciudad corresponde a los porteños.
No nos gusta que el gobierno nacional haya otorgado las concesiones y cobre el canon de explotación. Ni nos gusta que los operadores usen y abusen de argucias legales para eludir el pago de los tributos que nuestra Legislatura les imponga. Pero somos respetuosos del Estado de Derecho, de las decisiones judiciales y de la seguridad jurídica. Confiados en que finalmente se nos dará la razón, cumplimos la medida cautelar que nos impide cobrar Ingresos Brutos. Pero buscamos, mediante la modificación al convenio, reparar parcialmente el daño que sufre el presupuesto porteño sin renunciar a nuestro enérgico reclamo ante la Justicia.

Los ingresos que asegura la modificación al convenio se suman a los ingresos y ahorros que hemos generado estos años con medidas que muchas veces debimos explicar, que no fueron simpáticas ni populares, pero que siempre se dieron dentro de la ley, respetando la justicia y en el convencimiento de que gobernar es tomar con frecuencia decisiones complejas y sin mentir a los vecinos. Que gobernar es muchas veces decir que no, pensando en la ciudad que vamos a dejar y no en la próxima encuesta o en la próxima elección. Sostener esta política nos ha permitido vivir de lo nuestro, tener la policía mejor paga y equipada del país, los mejores indicadores sociales, construir tres Metrobus y planificar otros cuatro más, hacernos cargo de un subte quebrado, recuperar los edificios escolares, darle una computadora a cada alumno de primaria y hacer, además, obras múltiples que están transformando la ciudad.
Todo esto lo hemos encarado sin bajar los brazos en un país con inflación y crecimiento cero y mientras la mayoría de los gobiernos provinciales se debaten en serias crisis fiscales. No es poco..

El siguiente texto fue enviado a LA NACION para explicar su posición respecto del acuerdo firmado con el gobierno nacional sobre la regulación del juego en los casinos porteños.
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