Fue en Pigüé, provincia de Buenos Aires, a donde fue mudado el regimiento tras el ataque. El jefe del Ejército, Claudio Pasqualini, estuvo acompañado por el ministro de Defensa y el secretario de Derechos Humanos, quienes llevaron la "adhesión" del presidente
A tres décadas del último ataque de la guerrilla setentista, el Ejército realizó este miércoles el mayor reconocimiento a los caídos en el Regimiento de Infantería Mecanizada 3 de Pigüé. Familiares de los nueve militares y dos policías caídos durante las jornadas del 23 y el 24 de enero de 1989, cuando guerrilleros del Movimiento Todos por la Patria (MTP) irrumpieron en el regimiento de La Tablada, recibieron diplomas y distinciones de manos del ministro de Defensa, Oscar Aguad, el jefe del Ejército, Claudio Pasqualini, el jefe del Estado Mayor Conjunto Bari del Valle Sosa y el secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj, en una emotiva ceremonia en la guarnición militar del sudeste bonaerense, a más de 500 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires, a donde fue mudado tras el intento de copamiento.
Pasqualini, único orador del acto, sostuvo en su discurso que el ataque "afectó no sólo al Ejército sino a toda la sociedad argentina, la que fue sorprendida y agraviada por un hecho de violencia inexplicable, ejecutado en plena vigencia de las instituciones democráticas y del Estado de Derecho". El teniente general del Ejército consideró que "hoy el único camino posible es el de la unión de todos los argentinos".
Durante la muy cuidada ceremonia, que respetó al pie de la letra los protocolos y rituales militares, fueron homenajeados los familiares del mayor Horacio Fernández Cutiellos, segundo jefe del Regimiento 3, el cabo primero José Gustavo Albornoz, los soldados conscriptos Julio Grillo, Roberto Tadeo Taddía, Leonardo Martín Días y Héctor cardozo; el teniente Ricardo Alberto Rolón y el sargento Ramón Wladimiro Orué de la Compañía de Comandos 601 y el sargento ayudante Ricardo Raúl Esquivel del Colegio Militar de la Nación, además del comisario inspector Emilio García García y el sargento José Manuel Soria, de la policía bonaerense, todos ellos caídos durante el intento de copamiento.
Entre las autoridades presentes se encontraron también el capellán de la guarnición militar Pigüé, el presbítero Javier Rowhein, quien al bendecir las distinciones que recibieron los familiares de los caídos, pidió "que brille para ellos la luz que no tiene fin". Además, estuvieron el intendente de Saavedra, el kirchnerista Hugo Corvatta, y el de Coronel Suárez, el cambiemista Roberto "Pachi" Palacios.
Además de los caídos, recibieron diplomas de honor por su participación en la defensa de los cuarteles de La Tablada, los "heridos en combate" teniente primero (R) Hugo Rodolfo Costas, el sargento ayudante Ricardo Israel, el sargento mayor de la policía bonaerense José Rodolfo Bias y el ayudante de tercera de la Prefectura Naval Fortunato Adolfo López.
El jefe del Ejército explicó el por qué del homenaje "a quienes aquel día cumplieron el sagrado deber del soldado de defender nuestra bandera hasta perder la vida": "Los Legionario Romanos decían que el soldado moría dos veces: la primera, cuando caía en combate, y la segunda, cuando era olvidado por sus compañeros… ¡Nosotros no los olvidamos!".
Por último, tras citar en tres oportunidades las palabras del entonces presidente Raúl Alfonsín, Pasqualini añadió: "La muerte del los defensores del cuartel no ha sido en vano. Mantengamos una visión amplia y generosa, y tomemos esos ejemplos de virtudes para que el sacrificio de estos hombres nos fortalezca como Nación y nos impulse a trabajar en la construcción de la Patria que todos anhelamos".
Ausente con aviso, el entonces ministro de Defensa Horacio Jaunarena hizo llegar una carta que fue leída durante la ceremonia y en la que destacó que "aquellos que ofrendaron su vida en la defensa y recuperación de la unidad militar, la sacrificaron por defender la vida y la libertad de todos nosotros. A ellos, nuestro perpetuo agradecimiento. Me consta, por haber estado al frente del Ministerio de Defensa en aquel entonces, la entrega y el patriotismo con el que ellos cumplieron su deber".
Fotos Lihuel Althabe
Tras la ceremonia, y en diálogo con los medios, tanto el ministro Aguad como el secretario Avruj destacaron que su presencia respondía a una adhesión del presidente de la Nación Mauricio Macri. "Quienes murieron en La Tablada fueron héroes de la Patria. Macri es un presidente consustanciado con el sistema democrático y la defensa de la instituciones del país. Atacar al Ejército Argentino es atacar a una de las instituciones del país y de la democracia", dijo Aguad. Mientras que Avruj sostuvo que "el presidente Macri sabe de nuestra presencia y lo vio con buen grado. Es una adhesión del presidente a este evento".
Consultado por Infobae respecto del juicio que se lleva adelante por la desaparición de dos guerrilleros, Avruj explicó que "la Justicia tiene que hacer su trabajo en función de procesos que se están llevando a cabo. Hoy lo que estamos haciendo es reafirmar el compromiso de todos los argentinos con la democracia, con los hombres de bien, y reafirmar este cambio cultural importante donde no es posible la violencia, no es posible levantarse gratuitamente contra las instituciones del Estado, que no es posible querer violentar la democracia por nadie".
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