Tiene 800.000 gallinas ponedoras que producen por día 700.000 huevos, cuenta con 300 madres porcinas pero quiere alcanzar en el mediano plazo las 2.400 y comercializar en carnicería propia. Siembra maíz, soja y porotos negros y hasta aprovecha y vende el guano. Un negocio redondo.
Los números impresionan: 800.000 gallinas ponedoras que están alojadas en 12 galpones de ocho pisos cada uno, totalmente automatizados y que producen por día alrededor de 700.000 huevos. Esta, es sin duda, una fábrica de convertir maíz en proteína animal y está localizada en la provincia de Salta.
Juan Kutulas, el líder de esta compañía familiar, es una apasionado del valor agregado y lo defiende a capa y espada con cada una sus inversiones: "Recientemente incoporamos una nueva clasificadora de huevos que tiene un sistema muy sofisticado porque lo golpea 32 veces para comprobar que no tiene ninguna fisura. Esta máquina la trajimos de Holanda y la inversión total fue de 1,6 millones de Euros. Además no me quedé sólo con la incorporación de tecnología sino que también envié a los mecánicos a capacitarse a Europa para que puedan hacer correctamente el mantenimiento".
La firma de Kutulas cuenta con la única planta de clasificación y empaque robotizada de la Argentina y emplea a 300 personas, pero este no es el único rubro en el que incursiona ya que también apuesta a la producción porcina: "Actualmente tenemos 300 madres pero estamos invirtiendo para alcanzar las 600 en breve, en un plan de negocios que contempla llegar a las 2.400 madres porcinas. Por el momento faenamos en un frigorífico de la zona y hacemos los chacinados para venderlos pero la idea global es tener una carnicería propia también en la provincia de Salta".
Otra inversión que también tiene en carpeta la firma es la incorporar un nuevo galpón automatizado para 100.000 gallinas y a más largo plazo incorporar otras 400.000.
Planes sobran y el secreto del éxito se basa en la premisa: "Nada se tira, todo se transforma, porque el círculo virtuoso de la compañía se completa con la producción agrícola: alrededor de 11.000 hectáreas sembradas con maíz y soja y otras 5.000 con poroto negro. Las piezas encajan a la perfección porque estos cultivos son fertilizados con el guano de gallina que también comercializan alcanzan a venderle a los productores de la zona.
Entonces, el cereal y la soja de producción propia se destinan principalmente a la alimentación animal -lógicamente también cuentan con planta propia de alimento balanceado- y las legumbres tienen como destino la exportación porque hoy los precios internacionales son muy atractivos.
"También compro maíz y soja a productores de la zona para alimentar a las gallinas y a los cerdos porque con mi producción no me alcanza. Aquí hay una cuestión fundamental a tener en cuenta y es que los granos tienen un valor mucho más bajo en por ejemplo en la zona núcleo, a los productores de la zona les conviene venderlos localmente -por los altos precios de los fletes- que mandarlos a los puertos. Al mismo tiempo la frontera agrícola y los rindes se siguen expandiendo así es que producción sobra y eso hay que aprovecharlo para convertirlo internamente", detalla Kutulas.
Por el momento los huevos que produce la firma, que hoy está en el top five de los productores nacionales, se comercializan 100% en el mercado interno, principalmente en las provincias del NOA y Buenos aires en canales mayoristas.
Por una cuestión de costos la compañía encontró la mejor rentabilidad vendiendo en bandejas de 30 unidades a grandes distribuidores y aquí hay un factor común con muchas otras producciones nacionales: "En un comienzo le vendíamos a los supermercados pero todos los días nos cambiaban las reglas de juego, no cumplían con los precios y acuerdos ya pactados, entonces decidimos hacernos fuertes en otros frentes y lo pudimos lograr, porque realmente no era lógico", explica el productor que comparte esta lamentable realidad con muchos otros emprendedores.
En cuanto a la posibilidad de exportar, Kutulas se ilusiona pero también reconoce que por el momento el tipo de cambios y altos costos internos complican el panorama a futuro y hace un llamado que comparte con la industria avícola: "Para nuestro sector sería un espaldarazo fundamental la rebaja del IVA en el mercado interno, es ilógico que la carne vacuna pague menos y los productores de huevos y pollos sigamos con el 21%. Nos habían prometido una rebaja al 15% pero por el momento no hay novedades. Sinceramente, junto a mi familia, estamos buscando seguir creciendo y eso viene de la mano de más inversión pero necesitamos que se ajusten algunas cuestiones que tienen que ver con la presión impositiva", cerró el empresario.
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