Así lucían algunos de los buques inactivos del Espigón 2 días atrás, durante una pronunciada bajamar.
Un listado elaborado por quienes operan en el puerto de Mar del Plata da cuenta de la existencia de más de 20 buques inactivos dentro de la estación marítima local. Se trata de barcos que por distintas razones ya no están en condiciones de navegar. Todos permanecen abandonados en muelles en los que ya resulta imposible operar. Se calcula que si todas las embarcaciones fueran ubicadas una detrás de la otra ocuparían mil metros lineales. Es decir, lo mismo que mide la Escollera Norte de punta a punta.
La lista incluye a barcos que sufrieron roturas, que se encuentran envueltos el litigios judiciales o que dejaron de tener sus permisos de pesca. Por ahora su remoción parece no figurar en los planes de las autoridades del puerto. A diferencia de lo que ocurría con el cementerio de la escollera sur erradicado hace pocos años, esta vez el problema afecta a distintos sectores de acceso restringido. Por eso la situación pasa inadvertida para muchos.
Pero por su magnitud el panorama es casi igual de grave al que existía antes de 2005, cuando se dispuso implementar un plan para extraer, desguazar y vender como chatarra a 30 embarcaciones diseminadas por el puerto, la mayoría de las cuales, permanecían junto a la escollera.
Así lucía en 2006 el cementerio de buques de la escollera sur antes de que fuera erradicado.
Ahora una de las áreas más complicadas es el Espigón 2. Ahí existen al menos 16 embarcaciones inactivas. La lista incluye a buques que pertenecen a empresas locales y a muchos otros de origen extranjero. Sus nombres son: 33 Young In, Depemas, Ribazon Dorine, Neptuno, Galemar, Chiarpesca 57, Chiarpesca 58, Don Romeo Ersini, Mellino ll, Mister Big, Maria Luisa, San Pablo, Demostenes, Gustavo R y Coral Azul.
Algunos se encuentran en ese lugar desde hace más de seis años, expuestos a un acelerado proceso de deterioro y sufriendo daños irreparables. Por ejemplo en 2011 el Coral Azul se incendió y en 2014 el Ribazón Dorine se fue a pique inesperadamente. Un año más tarde pasó lo mismo con el Depemas.
Por suerte o por desgracia, algunos barcos aún permanecen en la superficie por el simple hecho de que están asentados sobre la arena. La presencia de estos barcos abandonados impide que en el lugar se realicen tareas de limpieza o de dragado. Por eso buena parte del Espigón está inutilizado.
Aún cuando los buques fueran removidos la cantidad de sedimentos acumulada impediría aprovechar al lugar para el amarre y la tarea de carga y descarga.
Mientras tanto, en otros sectores del puerto, los pesqueros que operan superando graves dificultades.
Para aprovechar el escaso espacio disponible, los barcos deben moverse con el auxilio de remolcadores y quedar amarrados uno junto al otro hasta en nueve andanas. Así, las tareas de armado, provisión de insumos y de descarga de mercadería demandan más tiempo del razonable y resultan costosas. Otro de los sectores afectados por la presencia de buques inactivos es el muelle 3. Ahí se encuentran el Pedrito, el San Juan B, el Cabo Virgenes y el Promarsa l.
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