Por Pablo Sirvén - LA NACION
En este Bicentenario, en que el grueso de la atención está concentrada en celebraciones efímeras que no dejarán más huella en la posteridad que la que puedan conservar los archivos periodísticos, sin duda la reapertura del Teatro Colón es el hecho más destacado de estos cuatro días que nos hemos tomado para recordar la gesta de Mayo de 1810.
No sólo por lo que significa la puesta en valor de la principal joya del patrimonio cultural argentino, sino porque al fin hemos cumplido ante el mundo y ante nosotros, aunque con sensibles demoras, con la promesa de reabrir sus puertas para devolverlo a la comunidad en mejores condiciones de lo que estaba cuando cerró sus puertas hacia fines de 2006.
Esto que sucederá hoy por la noche debió haber ocurrido hace dos años cuando el Colón cumplía su primer siglo de vida. Pero no pudo ser porque sucesivas administraciones de la ciudad no supieron hacer las previsiones del caso y las obras no sólo se demoraron, sino que se complicaron y hasta se detuvieron.
Nada cambió, en principio, con la llegada de Mauricio Macri a Bolívar 1, quien perdió un año hasta tomar el toro por las astas y encarar el tema hasta su resolución. Para entonces los costos ya se habían triplicado. Tantas incertidumbres y silencios dieron lugar a leyendas y a algunas realidades constatadas de que las cosas no marchaban bien allí adentro y que parte de su fabuloso inventario no estaba siendo debidamente preservado, a tal punto que la organización sin fines de lucro World Monuments Fund incorporó al Teatro Colón, en octubre de 2009, entre los 93 sitios culturales de importancia mundial en peligro.
La reducción y el traslado de personal (se pasó de una planta de 1248 empleados a 808) agregó más dificultades, aún en curso por la judicialización de esos tironeos. Queda por saber si el Colón volverá a ser ese sorprendente teatro-fábrica gremialmente complicado que supo ser o involuciona a una sala pasiva que lo reciba casi todo de afuera. Habrá que ver cuando estén terminadas las reformas internas (se estima que el año próximo) si prevalecen los lugares adecuados para producción, ensayos y camarines, o avanzan más allá de lo prudente nuevas áreas de confiterías y boutiques de souvenirs .
Pese a esas luces y sombras que lo siguen sobrevolando, hoy será un día de fiesta para la ciudad de Buenos Aires en particular (propietaria del edificio histórico de la calle Libertad) y de la Argentina en general (dueña, a su vez, del valor emblemático de la excelencia musical que representa el Primer Coliseo).
Mañana, 25 de mayo, el Teatro Colón cumplirá 102 años de vida felizmente reabierto y con su maravillosa acústica intacta. Es la mejor noticia de este Bicentenario.
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lunes, 24 de mayo de 2010
Reapertura del Teatro Colón, la mejor noticia del Bicentenario
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