Por Silvia Pisani - LA NACION.
Foto: EFE
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Ayer anunció medidas para evitar la evasión y la migración de trabajos al exterior
El presidente Barack Obama anunció ayer una amplia reforma destinada a luchar contra los paraísos fiscales, la evasión de impuestos y el traslado de puestos de trabajo hacia el exterior, "cuando hacen falta aquí", según dijo.
El presidente Barack Obama anunció ayer una amplia reforma destinada a luchar contra los paraísos fiscales, la evasión de impuestos y el traslado de puestos de trabajo hacia el exterior, "cuando hacen falta aquí", según dijo.
Una reforma que, además, tiene como objetivo recaudar más de 210.000 millones de dólares en 10 años y que, en su vasta aspiración, hizo que el presidente lanzara una nueva ofensiva contra los bancos extranjeros, a los que se les exigirá que informen al fisco estadounidense sobre los ingresos que los ciudadanos de este país reciben en el exterior. "Si no cooperan, asumiremos que se trata de un paraíso fiscal y actuaremos en consecuencia", advirtió Obama.
La idea es ampliar la recaudación por medio de "un amplio paquete de medidas de control e información para hacer más difícil que las instituciones financieras y los ciudadanos más ricos evadan impuestos", aclaró. Al cierre de esta edición, la banca guardaba silencio. Pero un buen número de multinacionales de capital estadounidense no ocultó su molestia con la ofensiva de la nueva administración.
Empresas de todos los sectores, como la farmacéutica Pfizer; las informáticas Oracle y Microsoft; los conglomerados de consumo Procter & Gamble y Johnson & Johnson, así como el gigante industrial General Electric ya han empezado a moverse para responder con un rechazo a estas medidas. Lo hacen de modo abierto, mediante acciones de presión y lobby en el Congreso, amparadas en el más inocente de los argumentos: "No quedar fuera de competencia". "Si esto se aprueba, no podremos seguir compitiendo de igual a igual con nuestros rivales extranjeros, muchos de los cuales están exentos de pagar impuestos en sus respectivos países por las operaciones que realizan en el exterior", argumentan las grandes multinacionales.
La actual legislación permite a esas empresas posponer indefinidamente el pago de impuestos sobre los beneficios que hayan obtenido por sus actividades en el extranjero, lo cual -según criterios coincidentes y, entre ellos, el de Obama- les permite "evadir" al fisco y pagar menos impuestos en perjuicio de las arcas públicas. "Quiero que las compañías sigan siendo las más competitivas del mundo, pero la manera de asegurar que esto siga así es no premiar a nuestras compañías por sacar puestos de trabajo de nuestras costas o transferir beneficios a los paraísos fiscales en el exterior", afirmó el presidente. "Vamos a combatir los paraísos fiscales", subrayó ayer Obama, con lo que respaldó una vez más a su cuestionado secretario del Tesoro, Timothy Geithner.
Su plan apunta a eliminar los beneficios para las empresas y personas físicas que tengan sus cuentas en paraísos fiscales. "Durante años, hemos hablado de acabar con esos agujeros. Y eso es lo que, por fin, haremos", afirmó el presidente. Esa lucha fue una idea constante en su campaña electoral. Y, de paso, Obama intenta alimentar la creación de puestos de trabajo en el territorio estadounidense y reducir las ventajas para las empresas que se establecen en el exterior.
Informes oficiales aseguran que 83 de las primeras 100 compañías de este país cuentan con sociedades subsidiarias en paraísos fiscales, donde lograban ahorros impositivos tan importantes como los que perdía el Estado. Desde 2005, hay intentos por revertir las cosas, pero sin éxito. Ahora, la nueva administración retoma la idea. "Hay empresas que dicen al Servicio de Recaudación de Impuestos (IRS, por sus siglas en inglés) que están pagando impuestos en el extranjero y luego van a esos países y afirman que los están pagando en Estados Unidos", denunció Obama.
En un mismo paso, el presidente puso también en la mira a muchos estadounidenses acaudalados que tienen parte de su dinero en diferentes refugios fiscales, como las islas Caimán, las Antillas Holandesas o la banca suiza. En caso de aprobarse la reforma, enfrentarían fuertes multas por evadir impuestos. Fuentes de la Casa Blanca aseguraron que la nueva propuesta "está en línea" con las disposiciones acordadas en la reciente cumbre del G-20 en Londres.
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